Partida Rol por web

-Esmeralda, Alabasto... Necesito que intentéis doblar un poco este material... Es distinto de cualquier cosa que haya visto y es más que resistente. De hecho sospecho que lo que tenemos aquí es una nave del planeta natal...-

Entonces fruncí el ceño, intentando orientarme por los alrededores, quizás buscando alguna localización de la lejanía donde recordase que estaba aquel teletransportador.

-Será mejor que apartemos esto y ayudemos a nuestras amigas. -dije seriamente.

Me acerque a la nave. Saqué mi hacha y me preparé.

Cerré los ojos e intenté concentrar energía en mi hacha, para hacer un golpe más fuerte.

-¡Allá voy! -y me dispuse a golpear la nave con todas mis fuerzas.

Con el golpe de Esmeralda, la nave casi da un vuelco. Se mueve lo suficiente como para que podáis ver una abertura. La puerta de Santuario está abierta de par en par y en el fondo veis movimiento. Ahora las voces son más claras. Podéis oír a Citrino exhortando algo, a juzgar por su tono de voz. También os llega el sonido de una voz aguda desconocida.

El zarandeo de la nave produce movimiento en su interior. Alguien gruñe y grita, preguntándose qué ha ocurrido. Por la abertura que habéis creado aparece una Amatista, que os mira sin creer lo que ve y en seguida echa a correr hacia el interior de Santuario dando voces de alarma.

Quizá con otro golpe podáis mover la nave tanto como para poder entrar a Santuario.

Doy una patada a la nave, pero evidentemente es demasiado dura como para poder romperla de esa forma. Por fortuna mi pié es de luz y no siento un verdadero dolor por mis acciones.

-¿Y ahora qué hacemos?- pregunto juguetonamente sin alterarme por los gritos de alarma.

Quizás darle un golpe a su nave no fue la mejor forma de hacer nuevos amigos. Eso meditaba mirando a Esmeralda y Obsidiana, ellas siempre sabían qué hacer.

-¡Amatistas! -dije sorprendida al ver a la gema violeta.

Eran gemas guerreras, guardaespaldas y soldados. ¡No estarían aquí para una misión diplomática! A lo mejor escoltaban a alguien importante. ¿A la gema malvada que controlaba las mentes, tal vez?

Miré a Heliotropo intentando mover la nave. Ella era una buena guerrera. No sabíamos lo que había dentro, teníamos que estar preparadas. Tenía una idea.

-Heli. -dije agachándome y poniendo las manos en los hombros de la joven gema.- No sabemos que nos espera ahí dentro. Necesitamos estar coordinadas, actuar como una fuerza de choque, como una sola unidad. ¿Te quieres fusionar conmigo?

La pregunta de Esmeralda me tomó por sorpresa, estaba cansada y no sabía mucho de la fusión -creo que si, puede ser buena idea-.

Miré a la nave y pensé en nuestras compañeras pero al mismo tiempo no entendía el motivo que Esmeralda podía tener para hacer eso. Si, fusionarse se sentía bien, pero era agotador.

-¿Y si entramos por debajo?- sugerí intentando desviar con la pregunta la atención puesta en mí. No quería fusionarme pero no quería ofender tampoco a mi amiga ¿Cómo explicar esa sensación, el cansancio?

Mientras consideráis la opción de fusionaros para ser más fuertes, aunque en el fondo Heliotropo sabe que está demasiado cansada como para intentarlo de nuevo, Alabastro se abalanza contra la nave sin previo aviso. Le da un fuerte puñetazo con su mano desproporcionada, y el vehículo se tambalea con violencia, rodando un poco hacia el lado opuesto.

Notáis que Alabastro ha puesto todas sus fuerzas en ello, y ahora se ríe sin control, aunque para vosotras suena como si se estuviera ahogando porque hace ruidos extraños. Os mira y da un par de saltos de la emoción que siente. Comprobáis que su golpe ha sido suficiente como para que ahora haya un hueco por el que podéis pasar.

Piedra Lunar viene corriendo y os mira preocupada.

- Lo siento, he intentado retenerla pero... supongo que quería imitar a Esmeralda- explica mirando a Alabastro y avergonzada por no haber vigilado bien a la gema blanca.

Alabastro está emocionada y nerviosa. Piedra Lunar se acerca a ella para relajarla un poco.

- Rápido, entrad- os pide-. Yo me quedaré aquí para que Alabastro no haga... nada peligroso.

Dicho esto, Luna se concentra en su hermana. La mira fijamente, haciendo que ella también fije su mirada y se concentre en un solo punto.