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En busca del Corazón Negro

Info Ahadi

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01/10/2012, 09:51
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Historia Ahadi

Esta es la alianza forjada entre los diferentes Cambiaformas de las tierras africanas. Entre sus integrantes destacan los Ajaba, Bagheera, Bubasti, Swara, Kucha Ekundu (versión africana de los Garras Rojas), Caminantes Silenciosos, Mokole, Corax, Ratkin. Tienen sus propios códigos de conducta y hasta sus propios rituales. Una colaboración de estas características nunca antes se había dado, al margen de las Cortes de la Bestia orientales. Sin embargo, éstas cuentan con la ventaja de no haber sufrido nunca las consecuencias de la Guerra de la Rabia, de modo que ¿cómo pudo darse un acuerdo como éste, entre seres que guardaban tan antiguos y profundos rencores?

Sencillo, viéndose obligados a combatir a un enemigo común.

La existencia del Ahadi no se puede explicar sin conocer la figura de... Colmillo Negro.

Colmillo Negro

Colmillo Negro, el Simba más poderoso que ha conocido África, ha asesinado a más de los de su propia especia a lo largo de su vida que algunos de los Garou fallecidos durante la Guerra de la Rabia. El saber popular afirmaba que la suma de sus trofeos ascendía a diecisiete Bastet, pero los que estuvieron cerca de él y llegaron a sobrevivir para contarlo defendían que había asesinado a muchos más. En cualquier caso, la cifra de víctimas fuera de su propia especie es mucho mayor. Cuenta la leyenda que portaba el avatar de Cahlash el Deshacedor (el Wyrm) en su pecho tupido de negro. A juzgar de los poderes mágicos a su servicio, bien pudiera ser cierto.

A medida que comenzaron las guerras del marfil a finales la década de los setenta, Colmillo Negro reunió a un puñado de Simba orgullosos con los que atacó a todos los intrusos europeos, humanos o sobrenaturales. Había vampiros, pero los subyugó. Había humanos que redefinían la naturaleza de la realidad, pero los eliminó. Los fantasmas que bailaban en los cementerios de elefantes fueron exorcizados, dejando la tierra en silencio. Todo aquel que caminó sobre suelo africano estaba sujeto a su capricho, y aquellos que se le oponían eran eliminados.

Quizás Colmillo Negro fuera el león más grande con vida. En contadas ocasiones asumía otra forma pero, cuando lo hacía, asemejaba un imponente rey zulú o un dientes de sable negro. Aunque sus dientes no eran negros de verdad, su pelaje era como la noche cerrada y su melena recordaba una nube de tormenta. Fue disparado, acuchillado, apaleado, quemado y hechizado más veces de las que podría soportar ningún Garou, pero sobrevivió a todo lo que le echaron encima. Un Bon Bhat de Rango 6, podía convocar tormentas devastadoras, arruinar kilómetros de cultivos o partir a un enemigo por la mitad de un solo golpe. Peor aún, encabezaba a la manada más malcarada y mejor pertrechada de los cinco continentes: la Infinita Tormenta, más de diez Simba que ejecutaban a cualquier intruso que divisaran. Incluso las autoridades humanas temían a la Infinita Tormenta. Cazadores, manadas de elefantes, grupos armados de hombres gato... todos han sucumbido ante la furia de la manada. Como si de una horda bárbara se tratara, la banda de Colmillo Negro convertía en un montón de ruinas el lugar que visitaba.

Colmillo Negro y su manada arrojaron el último puñado de tierra sobre la tumba de los Ajaba africanos. En el Serengeti se opusieron a sus designios, matando a sus aliados o minando su apoyo. Sin embargo, fueron traicionados por uno de su propia especie. Recurrió al Yava de la tribu, los reunió en la corte del Rey de las hienas en el cráter del Ngorongoro y descargó su manada contra ellos como si de una ola gigante se tratara. Corría el año 1984. Por diversión, decoró la última corte de rey de las hienas con osamentas de Ajaba... Más de cincuenta en total, más incontables hienas y parientes humanos. Aquella masacre llevó a la tribu a las puertas de la extinción, y los últimos supervivientes se vieron obligados a abandonar sus tierras africanas para eludir el destino de su rey.

Pero tan atroz matanza avivó la llama que terminaría por consumirle.

La cacería del gran león

Después de la aniquilación de la mayoría de los Ajaba a manos de Colmillo Negro y la Tormenta Eterna, los Bastet empezaron a escuchar lo que otros decían sobre su maldad. Tras observar sus acciones, los Bagheera llegaron a la conclusión de que el Bon Bhat había llegado demasiado lejos e intentaron acabar con él, pero fue imposible, así que se decidió aplazar todas las partidas de caza hasta encontrar una solución. Pero no todo acabó aquí.

El error principal de Colmillo Negro fue su arrogancia. Creyó que había acabado con los Ajaba, pero la líder de los Ajaba supervivientes que habían decidido quedarse en África, la reina Kisasi, forjó una extensa alianza con el resto de Bastet, los Kucha Ekundu (Garras Rojas africanos, que habían emparentado con los perros salvajes africanos) e incluso los Caminantes Silenciosos. Los Swara de Namibia ayudaron a crear su fortaleza, y los Simba del Kalahari la proporcionaron un punto de reunión con los leones descontentos con el gobierno de Colmillo Negro. Los Mokolé del río Mara la dieron su apoyo incondicional esperando que restaurara el equilibrio perdido en el ecosistema del Serengeti. Los Bagheera trabajaron para solventar problemas de logística, usando su red mundial para mantenerse por delante de la Tormenta Eterna; robar envíos de armas a las unidades militares de la República Democrática del Congo tampoco hacía daño. Los Caminantes Silenciosos diseñaron estrategias y debilitaron el apoyo de los vampiros a Colmillo Negro.

Así, los opositores al gobierno del Simba llevaron adelante una exitosa guerra de guerrillas contra la Tormenta Eterna y sus aliados en el que la clave fue la movilidad y la cooperación.

La caída de la Tormenta Eterna y su terrible líder se dio en tres actos. Para empezar, la Parentela de perros salvajes de los Kucha Ekundu sufrió una epidemia de moquillo, pero usando su debilidad como una ventaja consiguieron transmitírselo a los leones del Serengeti, exterminando a la Parentela de Colmillo Negro. Por su parte, la campaña de los Caminantes Silenciosos contra los aliados vampíricos de Colmillo Negro hizo que la inseguridad en estos los llevara a dar la espalda al caudillo Simba. La última piedra que coronó la sepultura de Diente Negro y su manada fue, nuevamente, su arrogancia. Atacó varios nidos de Mokolé, pensando que su inactividad se debía a que no podían llevar adelante una guerra en condiciones. Se equivocaba. Tras hallar la Lanza de los Mokolé-Mbembe, los portadores del recuerdo de Gaia mataron sistemáticamente a los miembros de la Tormenta Eterna, dejando solo a Colmillo Negro.

No se sabe a ciencia cierta quién mató a Colmillo Negro. Puede que fueran los Bagheera, descargando fuego contra él mientras enlazaban sus magias y desataban sus garras. Es su modo de juzgar a los que creen indignos, y podrían haber aprovechado la ocasión para encontrar la justicia ansiada desde hacía tiempo. A lo mejor fueron los guerreros de Gaia, los Kucha Ekundu, pues poseen poderes ocultos. Pero lo más probable es que fuera un grupo de Ajaba supervivientes, pues sus restos aparecieron esparcidos a lo largo y ancho del cráter de Ngorongoro, mientras su cráneo descansaba empalado en una lanza en mitad del territorio del Rey de las Hienas.

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01/10/2012, 09:52
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Eventos recientes

La mayoría de los Fera que inicialmente aceptó unirse al Ahadi se vieron sorprendidos por lo fácil que fue todo el proceso. Tras los Tratados, a menudo terminando con siglos de conflicto, los cambiantes pronto se dieron cuenta de que las posibilidades que ofrecía la nueva alianza eran asombrosas. Las mayores alianzas se forjaron entre los Caminantes silenciosos y los Bagheera, y entre los Simba y los Ajaba. Pero cuando los Mokolé arrojaron sus conocimientos acumulados a la mezcla, y los Bubasti provisionalmente ofrecieron algunas de sus habilidades mágicas, los miembros Ahadi sintieron una aceleración en las venas como nunca antes habían experimentado. Ellos sabían, ahora fuera de toda duda, que podrían lograr algo aquí. No se trataba de matar a algunos vampiros o poner una casa en orden; estaban haciendo historia, y lo sabían, y se regocijaron. Fue el acontecimiento más alentador que las Razas Cambiantes había visto desde la formación de las Cortes de la Bestia orientales en épocas pasadas, y sabían que sus esfuerzos combinados podrían cambiar el mundo.

El Legado de Colmillo Negro

Las consecuencias de la muerte de Colmillo Negro han sido asombrosas. Sus aliados vampiros, mantenidos a raya por sus acuerdos con él y por el poder puro y duro que él esgrimía, eran libres de hacer lo que quisieran ahora que estaba muerto, y por largo tiempo no hubo quien pudiera hacer nada para detenerlo. Su grito de muerte despertó un mal en el desierto de Kalahari, uno que el mundo no estaba preparado para ver, y es algo que todavía puede consumir toda la vida en África. Ningún siervo del Wyrm podía operar sin el control del Poder de Colmillo Negro, e incluso los espíritus de los muertos pagaban tributo sus fuerzas. En muchos aspectos se decía que era semejante a un dios, pero cuando murió el temor de cruzarse con él se perdió también. Durante un tiempo, parecía que el mundo estaba llegando a su fin. Esas aterradoras semanas son la razón por la que los Simba Mayi'o permanecen en el poder hoy en día. Los demás Bastet querían ceder a la desesperación, porque veían amenazas por todos lados y ninguna manera de defenderse de ellas. Los Caminantes Silenciosos no estaban familiarizados con la tierra, y eso les hizo incapaces de ayudar a sus nuevos aliados. Los Kucha Ekundu fueron destrozados por la guerra contra la Tormenta Interminable, y no tenían fuerzas para luchar contra los enemigos a los que ahora se enfrentaban. Los embragues Mokolé había sido destruidos y los Swara todavía estaban en la clandestinidad. Los Ajaba, pensadores fundamentales en la formación del Ahadi, todavía estaban débiles, sin experiencia, un grupo amargado sin remedio, incapaces de luchar de manera coordinada sin el apoyo de los Garou. Las cosas eran un desastre, y las perspectivas de África a raíz de la muerte de Colmillo Negro parecía diez veces peor de lo que había antes.

Pero los Mayi'o no saben rendirse. Tal vez sean más refinados y ecuánimes que los Amadu'o, pero siguen siendo Simba. Los otros Cambiantes querían correr y esconderse, pero los Mayi'o no se lo permitieron. Los Simba serían quienes lucharan contra el Wyrm, dijeron. Lucharían contra el Wyrm, contra los vampiros, y contra cualquier otra cosa que se interpusiera en su camino, porque eso era lo que Gaia les había dicho que hicieran. Que lucharían, y ganarían, que y nadie los detendría. Este era su derecho de nacimiento, su mandato del cielo, y resolvieron allí mismo aplastar a sus enemigos o morir en el intento. No fue fácil, por supuesto. Sus enemigos eran legión, y parecían imparables. Pero las fuerzas de Gaia estaban trabajando unidas como nunca antes, y los Mayi'o les harían continuar por la fuerza bruta o por sí solos. Los leones no les permitieron doblarse, ni romperse, y recorrieron los campo pieza a pieza, utilizando a los Bastet para encontrar a sus enemigos, y a los Ajaba para adivinar sus puntos débiles, y a los Mokolé para mostrarles el camino. Y una vez que aprendían los secretos enemigos, que utilizaban a los Garou como un divino martillo para aplastar a todos los que estaban en su contra . Cuando los semanas fueron pasando, los avances que hicieron fueron notables. La más grande de las amenazas aún permanecía, por supuesto. El Wyrm no había desaparecido, y los vampiros no se habían ido, pero todas esas cosas sabían que los Fera no podrían ser sitiados, y que no podrían ser aplastados. Sabían que África pertenecía a los Bastet, y a los Ajaba, y a los Mokolé, y a los Garou, y sabían que iban a pelear por cada pedacito que les habían quitado, y que les costaría muy caro mantenerlo. El Ahadi había pasado su prueba más grande, y los lazos que se formaron las primeras semanas son lo suficientemente potentes para que nunca se rompieran. El legado de Colmillo Negro se convirtió en el crisol que definió al Ahadi, que fue un símbolo de esperanza para todos los hijos de Gaia en todo el mundo. Y esa esperanza ha asestado un golpe terrible al Wyrm, un golpe que no se puede medir solo a sangre o hueso. Ese es el legado Mayi'o, y es por eso que gobiernan a los Bastet de África hoy en día.

La Recuperación Mokolé

Los Mokolé perdidos durante la guerra con la tormenta Interminable fueron incalculables, puesto que todos los embragues jóvenes se contaminaron durante los días finales de la guerra. Los cocodrilos no tienden a reproducirse muy rápidamente, y como resultado su recuperación ha sido lenta y dolorosa. Pero no todo está perdido: una serie de Mokolé de la cuenca del Congo se han movido, mezclando sus arroyos y sus recuerdos con los de sus parientes con la esperanza de revitalizar su nidos en África. La Lanza de los Mokolé-Mbembe les ha dado una nueva vida, y simboliza los bonos que comparten con los Kucha Ekundu y los Bagheera. Y no están solos en sus esfuerzos: sus participación en la batalla final con la Tormenta Interminable ha asegurado que su recuperación esté en lo más alto de la lista de prioridades del Ahadi, y todos los miembros del consejo estuvieron de acuerdo con ello. Los Mokolé están profundamente agradecidos, y han sido más generosos con sus conocimientos como resultado (la gente siempre pregunta por ellos, por supuesto: rara vez saben lo que se necesita y lo que no, por lo que los Fera Ahadi han tenido que aprender a hacer las preguntas correctas si desean que los Mokolé les den las respuestas).

El futuro de los Gatos Kyphur

El destino ha sido amable con los Bubasti en los últimos tiempos, porque les ha revelado la ubicación de los últimos de los antiguos gatos Kyphur, los ancestrales felinos familiares de los Bubasti. Esta cadena de eventos comenzó cuando agentes de Sashet Davis, Bubasti encargada de localizar y rescatar a los cautivos Kyphur, por casualidad tuvieron una conversación con dos Garou en un bazar de El Cairo. Los detalles de la conversación revolvieron el estómago de David, pero la información que proporcionan, sin embargo, fue de gran valor: al parecer, uno de los Garou había consumido el cerebro de un necrófago vampírico, y en el proceso obtuvo el conocimiento de la ubicación de los Parientes Bubasti.

Davis ahora se encuentra en una posición poco envidiable. Ella sabe que debe actuar con rapidez, antes de que la información se haya viciado. También sabe que está en condiciones de hacer un llamamiento de ayuda a los Caminantes Silenciosos, según lo estipulado por el Ahadi. Sin embargo, los Caminantes no son conocidos por su sutileza, particularmente en asuntos relacionados con vampiros. La posibilidad de recuperar algunos parientes al coste de la vida de otros la disgusta, y como resultado ha estado investigando otras opciones con la esperanza de encontrar una mejor solución al problema: buscar ayuda en los Ratkin, especialistas de la infiltración, y así abrirles de paso una puerta a entrar en el Ahadi; aprovechar los fuertes lazos que les unen a los Bagheera para pedirles ayuda, a pesar de que éstos son demasiado rígidos y no estarían muy dispuestos a adoptar acciones en territorios que en teoría son radio de acción de otros miembros del Ahadi; buscar ayuda fuera del Ahadi, ya que los Bubasti han establecido alianzas con Magos, aunque quizás el precio de esa ayuda fuera demasiado alto...

El secreto Swara

Cuando estaba reclutando aliados para su lucha contra Colmillo Negro, los Swara estuvieron entre los primeros Fera con los que contacto Kisasi. Nadie salvo los Ajaba habían sido acosados y aterrorizados por el Wyrm más que ellos, y calculó que debían de estar muy dispuestos a derrocar al dictador Simba. Quedó en shock. Su respuesta cuando les habló de su búsqueda fue algo así como “Suena como una meta digna. ¡Le deseamos la mejor de las suertes!” Nunca los volvió a ver.

Kisasi lo consideró una respuesta más bien grosera, pero es comprensible: los Swara son criaturas paranoicas, y en realidad no se les puede culpar por su deseo de hacer cualquier cosa menos plantar cara a Colmillo Negro. Y honestamente, ¿cómo podrían haber sabido que Kisasi tenía la más mínima oportunidad de éxito? Su búsqueda era probablemente una misión estúpida, y jugar a lo seguro es lo que los Swara hacen mejor. Lo que les ha mantenido en el juego, por así decirlo, hasta ahora.

La situación Swara actual es el resultado de un deseo hiperactivo de ayudar a los demás. Dado que eran seres racionales, no estaban dispuestos a enfrentarse directamente a Colmillo Negro. Pero cuando se enteraron de la terrible situación que sufrían los Kucha Ekundu, sintieron la necesidad de ayudar lo mejor que pudieran. Así, se ofrecieron a proteger a varias crías Kucha, aislándolos de sus camaradas enfermos con la esperanza de mantenerlos a salvo para más adelante. Fue una gran idea, y probablemente salvaron a los Garou del sur de la extinción: por desgracia, también les hacía difícil guardar secretos. No fue culpa de los Garou, en realidad no tenían idea de que la capacidad de los Swara para Caminar de Lado era un secreto muy bien guardado, y a los Swara que estaban viendo no sabían que ellos estaban alrededor. Así que cuando inocentemente mencionaron el suceso en la coalición mixta, el secreto quedó desvelado.

Esta es la razón por la que los Swara son tan implacablemente xenófobos.

Una vez que el primer Bastet se enteró del secreto Swara, este pareció correr como la pólvora. Los Mayi'o pensaron que era algo grande y maravilloso, que hacía a los Swara excepcionalmente dotados para explorar la Umbra, y reforzar los esfuerzos de los Kucha Ekundu para investigar el mal oculto en las arenas del desierto de Kalahari. Arrancaron a los Swara de sus territorios, prometiéndoles grandes recompensas en forma de protección y presas, recordándoles sus funciones hacia Gaia (la que ellos encontraron insultante, ya que probablemente se tomaban sus deberes más en serio que cualquier otra tribu Bastet). Así fue como los Swara se unieron al Ahadi, para el deleite de todos los demás Fera.

Terror en el Kalahari

Los Mayi'o Simba, el clan Ajaba de Shari, los Kucha Ekundu Garou, y los Swara de Bostwana tienen todos una pregunta: ¿que, en nombre de Gaia, se esconde bajo las arenas del desierto del Kalahari? Los Mayi'o han sentido algo allí durante años, pero Colmillo Negro de alguna manera lo mantenía bajo control. Las dos tribus Simba no estaban exactamente en términos cordiales, sin embargo, por lo que los Mayi'o no tienen ningún detalle. A los Ajaba, por todo lo que representa, no les gustan las emanaciones procedentes del desierto más que a los Simba, y lo único que pueden hacer es estar de acuerdo en que lo que está ahí fuera tiene de ser encontrado y tratado antes de que cause más problemas. Pero, ¿qué es?

Los Kucha Ekundu son tipos de acción, y una vez que se unieron al Ahadi se fueron a explorar el desierto con la esperanza de encontrar lo que hubiera ahí y hacerlo pedazos. Pero no encontraron nada. Nada en absoluto, más allá de un sentimiento de temor que no podían aislar. Cuando los Swara fueron puestos al servicio del Ahadi, ellos también realizaron búsquedas en el desierto, sin ningún resultado. Cuando se les pidió que viajaran a la Umbra, lo hicieron: fue entonces cuando descubrieron algo que nunca debería haber nacido. Varios hombres-guepardo murieron ese día, y los que regresaron no hablaron de lo que fuera que habían encontrado. Pero sabían dónde estaba, y eso fue suficiente para poner a los Garou en el camino correcto. Ahora, Hijo-Más-Fuerte de los Kucha Ekundu ha enviado una convocatoria de voluntarios, tratando de armar una manada capaz de destruir aquello que los Swara han encontrado. Es una cuestión de semanas antes de que su equipo de ataque se puede montar, y espera a la adquisición de exploradores para tener una idea de lo que se trata antes de que las fuerzas Ahadi entren en liza. Pero los Swara no quieren saber nada, y ningún halago de los Simba o cualquier otra persona puede hacer que cambien de opinión. Incluso apelando a su sentido del deber hacia Gaia no han logrado influir en ellos, tan aterrorizados como están de aquello que encontraron. Esto preocupa a Hijo-Más-Fuerte. Mucho. Pero un mal de esta magnitud, simplemente no se puede ignorar, y él encontrará una manera de acabar con él, o morir en el intento.

Disidencia

A pesar de las evidentes ventajas de tener el Ahadi haciendo trabajar juntos a los Cambiantes de África, algunos cambiaformas quieren verlo abolido. Los principales son los Ajaba que han regresado a África a raíz de la muerte de Colmillo Negro, y que no soportan ver a los Simba con vida, y mucho menos en una posición en el consejo de gobierno del Ahadi. No entienden lo importantes que fueron los Simba en el derrocamiento de Colmillo Negro, ni lo importante que fue su papel en los terribles días y semanas que siguieron a la muerte del loco Simba. Ellos sólo quieren venganza, y planean extender la mano y llevarse todo lo que puedan. Si eso significa volverse contra sus compañeros o, incluso, volverse en contra de Gaia, no les importa. Ellos han pasado la vida gobernados por un loco, visto su raza entera reducida a un puñado, y todo lo que les importa ahora es su orgullo egoísta.

Pero no están solos. Los Simba Amadu'o también desean que poner fin al Ahadi, y por razones muy diferentes. Los Amadu'o no quieres aliados en su lucha contra el Wyrm, quieren súbditos. Y no quieren un acercamiento con los Ajaba, quieren a las hienas totalmente exterminadas. Nadie puede calmar su ambición, y todos saben que son una bomba de relojería a punto de estallar. Por ahora, los Mayi'o han logrado mantenerlos bajo control, pero ¿por cuánto tiempo?

Tan repugnante como son estos disidentes, hay algo en ambos que es aún más inquietante: parece que han formado una alianza, destinadas a socavar el apoyo mismo del Ahadi y finalmente terminar por romperlo a pedazos. El concepto es increíble, porque no hay más enemigos en todo el mundo. Incluso el odio entre los Garou y los Danzantes Negro Espiral, los secuaces mismos del Wyrm, no puede igualar la enemistad compartida por los Amadu'o y los expatriados Ajaba. Y, sin embargo, estos dos odiados enemigos están dispuestos a aparcar su odio sólo para derribar a la misma fuerza que los impide luchar, simplemente porque cada uno quiere tener la oportunidad de matar al otro. Un odio irracional tal es incomprensible, y la mayoría de los Fera están tan aturdido por la idea que ni siquiera saben cómo empezar a resolverlo.

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01/10/2012, 09:53
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Organización

Las razas miembros del Ahadi han logrado bastante en el último par de años, pero para entender los logros, sería de gran ayuda comprender qué es lo que hace funcionar al Ahadi.

El Ahadi se rige, por así decirlo, por un consejo central de los ancianos de sus principales razas miembro. Estos ancianos tienden a ocuparse de las cuestiones de importancia para sus regiones individuales, pero también se reúnen en reuniones del consejo para discutir asuntos de interés para toda África. En el norte, los miembros más Prominente del Consejo son las último-Rey-de-la-Arena por parte de los Mokolé, Camina-con-Poder por parte de los Caminantes Silenciosos, y la Mortaja-de-Noche por parte de los Bubasti. Estos tres dictan la política Ahadi en el norte de África, e incluso los Simba cumplen sus deseos cuando visitan esta región.

En el este, centrado en el cráter del Ngorongoro, el día se rige por Kiva, de los Bagheera, Soberano-del-Trueno de los Amadu'o, y Kisasi de los Ajaba. La presencia Amadu'o es algo engañoso, ya que tiene un asiento en el consejo, pero no el coraje de hacer oír su voz. Hamiku ha dejado bien claro que los Simba tienen mucho de qué disculparse, y no deja a los últimos vestigios de la tribu de Colmillo Negro olvidarlo. Además de los Simba, una serie de Swara han sido invitados a las reuniones del consejo y, sin embargo, ya que temen a los Simba, y puesto que no son tan organizadas como los Swara del sur, hasta ahora han declinado. Por su parte, los Mokolé del este parecen estar contentos de vivir por los dictados de ya sea último-Rey-de-la-Arena o Nada-en-la-Estela-Mbembe, y mientras acudan a las reuniones del consejo para mantenerse informados de lo que está pasando, tienen poco que decir.

Al sur reinan los Simba, y el consejo en esta región incluye a Hamiku de los Mayi'o, Shari de los Ajaba, y Nada-en-la-Estela-Mbembe de los Mokolé. Hijo-Más-Fuerte, líder de las manadas Kucha Ekundu en el Okavango, también juega un papel fundamental en el gobierno de los Fera del sur, pero no participa directamente en las reuniones porque se siente un tanto alejado de la sociedad Fera. Además, ya que dedica la mayor parte de su energía a la gestión de los asuntos de sus manadas y los túmulos bajo su control, tiene poco tiempo para ocuparse de las cuestiones de los Fera, a no ser que sea llamado directamente por Hakimu o los Mokolé.

Si bien existe una gran cantidad de Fera en el oeste de África, tienen poca participación en los asuntos Ahadi. Esto sin embargo no es porque no quieran saber nada de la alianza, sino que están simplemente demasiado aislados para interactuar eficazmente con el resto de consejos Ahadi. Los Bagheera y los Mokolé del Congo tiene una estrecha relación, y ambos están en buenos términos con los Kucha Ekundu y, en menor medida, con los Simba Mayi'o. Pero no asisten a las reuniones del consejo, y así sus voces son en gran medida desconocidas para los Ahadi adecuados.

El Código Ahadi

El código de ley Ahadi es en realidad una serie de tratados interconectados por un conjunto de preceptos acordados por todos los miembros. Los tratados son bastante arcanos, incluyendo pactos espirituales y contratos escritos más tradicionales, pero el código común de conducta que se espera que sigan los miembros es sorprendentemente simple. Todos los Ahadi reconocen generalmente las siguientes normas y acuerdos:

Los miembros deben cumplir con sus funciones para con Gaia por encima de todas las demás.

La teoría: En esencia, esta regla significa que los asuntos Ahadi siempre debe venir primero, y que se debe dejar de lado los asuntos internos. Obviamente, esto no se extiende a los pactos o conductas encomendados por Gaia. En su mayoría cubre la política tribal y las luchas entre razas -como entre los Ajaba y los Simba-.

La realidad: La mayoría de las razas Ahadi aceptan de boquilla esta regla, pero la evitan cuando pueden. Los Amadu'o y los mayores Ajaba son los más notorios violadores de la norma, pero los Caminantes han sido conocidos por centrarse excesivamente en sus disputas con los vampiros, y los Mayi'o han estado utilizándolo como una excusa para intimidar a otras razas y obligarles a jugar con sus reglas. Muchos Cambiaformas incluso ven este principio como una advertencia de no dejar a los asuntos Ahadi interferir con su mayor deber de Raza para con Gaia. Después de todo, hay deberes para con Gaia, y deberes para con el Ahadi, y es peligroso confundir ambos.

Los miembros deben proporcionar ayuda a los demás miembros cuando se le solicite hacerlo, siempre que la ayuda solicitada se encuentre dentro de sus posibilidades y esté de acuerdo con sus funciones para con Gaia.

La teoría: Esta regla es importante, ya que encarga a cada raza servir a los demás en su condición de agentes de Gaia. Así, los Garou deben luchar cuando se les solicite para hacerlo, siempre que la batalla sea necesaria y favorezca a Gaia de alguna manera. Del mismo modo, los Mokolé deben estar próximos a su sabiduría -incluso si no se les pregunta directamente-, los Bastet deben compartir sus secretos, los Ajaba debe aprender para con luchar como los Garou hacer, y así sucesivamente.

La realidad: Esta regla funciona bien en algunos lugares, y terriblemente en los demás. Cuando los Bastet, Ajaba y Garou están presentes en números similares (particularmente en Egipto, Tanzania y el sur de África), la regla se aplica y el Ahadi funciona bastante bien. En otras regiones, particularmente de África Occidental y las zonas asoladas por la guerra, esta ley es casi inaplicable. Eso podría cambiar si los Ratkin se uniesen, ya que su presencia en África Central y Occidental es considerable.

Los miembros deben cooperar siempre que sea posible, aunque pueda resultar inconveniente en el momento.

La teoría: Obviamente, todas el razas deben ejercer sus funciones para con Gaia lo mejor que puedan, pero esta regla significa que tienen que cooperar entre ellos al mismo tiempo. Esto es difícil, pero fomenta un espíritu de comunidad y hace que sea más fácil compartir información y pedir ayuda según lo descrito en la regla anterior.

La realidad: La mayoría de el razas cambiantes simplemente no se llevan bien. Se reconocen mutuamente los territorios y se ayudan siempre que pueden, pero la mayoría de las veces sólo quieren estar solos para hacer su trabajo en paz. Esto vale especialmente para los Bagheera; los hombres pantera son quizás los más fuertes partidarios de la filosofía Ahadi, pero no son jugadores de equipo por naturaleza, y no funcionan bien en un entorno de manada. Esta regla es, pues, más un caso ideal que una norma fija.

La estructura organizativa de las razas miembro debe permanecer intacta.

La teoría: Esta es una ley fundamental. Esencialmente, esto significa que ningún miembro Ahadi puede obligar a otro grupo de cambiaformas a adoptar su manera de hacer las cosas: los Garou trabajan en manadas, pero los Bastet no, y los Garou no pueden esperar ni exigir que lo hagan. En cambio, los Garou deben aprender la forma de pensar de los Bastet , y viceversa, y saber cómo combinar sus actividades en beneficio mutuo.

La realidad: Esta regla funciona más o menos como está escrita. Las razas Ahadi rápidamente se dieron cuenta de que simplemente no llegarían a ningún sitio si cada cual insiste en que todos los demás hagan las cosas a su manera, por lo que no se molestan en intentarlo.

Los pactos espirituales de todas las razas miembro deben ser respetados, incluso si son extranjeros.

La teoría: Mientras los Garou hacen pactos con los tótems, los Bastet pactan alianzas con los Jamak. Así sucede con todos los cambiantes, y esta regla se asegura de que todos respeten estos pactos siempre que sea posible.

La realidad: Esta regla no es muy conocida, ya que los pactos espirituales son de carácter privado. Ninguna de los Razas Ahadi parece tener ninguna dificultad en seguirla.

Los Túmulos y otros lugares sagrados deben estar abiertos para su uso por todos los miembros Ahadi, siempre que el uso sea razonable y acorde con los intereses de Gaia.

La teoría: Esto afecta sobre todo a los Ajaba, Garou y Simba, ya que los demás miembros del Ahadi no hacen un gran uso de Túmulos. También se aplica a todos los Reinos-Guarida Bastet. Tienen que ser respetados, y las razas tienen que ser conscientes de dónde se encuentran.

La realidad: Los Túmulos son lugares santos, e incluso los cambiaformas más sabios y acogedores pueden tener dificultades para abrir sus lugares sagrados al uso público. Los Kucha Ekundu se preocupan de que las idas y venidas de homínidos en sus túmulos enfurezcan a Grifo, mientras que los Caminantes Silenciosos tienen tan pocos Túmulos propios que algunos se sienten muy poco dispuestos a compartir abiertamente los pocos lugares que pueden llamar hogar. Los Ajaba no permiten a los Simba utilizar sus túmulos en el Cráter del Ngorongoro, sin instrucciones explícitas de un miembro de alto nivel Ahadi (típicamente del Kisasi), y los Simba permitien a regañadientes a los no Bastet utilizar sus túmulos en el sur de África. Esta norma tiende a seguirse indudablemente (aunque no sin quejas) sólo cuando se llama un consejo de guerra a gran escala. En otras ocasiones, este es claramente el principio del código Ahadi que necesita más trabajo.

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01/10/2012, 10:02
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Sabiduría Compartida

Desde el advenimiento del Ahadi, las Razas Cambiantes de África han trabajado juntos para crear una serie de ritos y fetiches destinados a ser utilizados por todos los cambiaformas África.

RITOS DE TÚMULO

Rito de Comunión

Nivel 1

Este rito en funciona de la misma manera que el Rito del Consejo Garou, salvo por el hecho de que está diseñado para Consejos multi-raza. Cada una de las Razas Ahadi es honrada por turnos, y cada una llama a Gaia a su propia manera. Si se realiza en un Túmulo, el rito es funcionalmente idéntico al Rito del Consejo. De lo contrario, funciona de manera similar al Rito de Caliah Bastet, reponiendo la Gnosis de los participantes y proporcionandoles una sensación de bienestar.

Sistema: Cuando se realiza en un túmulo, el sistema es idéntico al del Rito del Consejo Garou. De lo contrario, cada dos éxitos en una tirada estándar le da a cada participante en el rito un punto de Gnosis temporal (redondeando hacia arriba). Cada participante sólo podrá beneficiarse de un Rito de la Comunión al mes.

RITOS MíSTICOS

Rito Ahadi

Nivel 5

Este rito es un pacto sagrado diseñado para enlazar los destinos de todos los participantes a los ojos de Gaia y todos los que La sirven. Entrar en esta alianza no es poca cosa, y la opción de hacerlo es generalmente un acontecimiento de importancia histórica para una Raza Cambiante. Este es el rito utilizado para crear la alianza Ahadi, y el foco del rito fue, irónicamente, el cráneo de Colmillo Negro.

Sistema: Para realizar el rito, cada participante dona un punto de Gnosis permanente para enlazar un poderoso espíritu del Kaos a una tablilla de piedra, olla de barro, u otro elemento de importancia. Siempre y cuando todos los miembros del grupo cumplan con los términos del Ahadi, no sufren ningún efecto negativo. En caso de que uno de ellos viole los términos del acuerdo, sin embargo, el espíritu del Kaos se libera para acosar y posiblemente destruir a la parte infractora (y tal vez a los otros participantes del rito también).

FETICHES

Señal de Paso

Nivel 1, Gnosis 3

Esta partida simple indica su poseedor es miembro de la Ahadi. No tiene ningún poder real por sí solo, pero añade un dado para todas las tiradas sociales con otros miembros de Ahadi. También permite que el usuario pida ayuda a los cambiaformas locales y sus parientes de acuerdo a los principios del Código Ahadi, siempre y cuando las demandas sean razonables.

Máscara de Guerra

Nivel 3, Gnosis 5

Diseñado por parientes homínidos de las razas Ahadi, estas máscaras son sólo utilizables en forma Hominida. Los Ajaba y Simba los favorecen especialmente, pero la mayoría de cambiantes africanos hacen uso de ellas en mayor o menor medida. Una vez activada, todos los enemigos que se enfrenten al usuario en combate cuerpo a cuerpo pierden 2 dados en todas las reservas de dados de combate.