Partida Rol por web

 Le miré con expresión grave, antes de responderle:

 - ¿Y quien es esa mujer?. Además, ¿que conseguirás dejándote consumir por la venganza?. Tal como yo lo veo, puedes ayudar a otra personas para que no les ocurra lo que pasó te pasó en vida... Y también puedes usar tus poderes para hacer que los malvados se arrepienten, volviendo todo el mal que han hecho contra ello y haciendo que lo sientan... Creo que eso eso es un castigo mayor que sencillamemente matarlos...

- Tu no entiendes muchacho, solo cuando llegues a mi nivel podrás ver mejor desde mi perspectiva, las cosas son así y así seguirán, no soy de los que se arrepienten y con alas de mariposa comienza a repartir pétalos de rosa mientras hago el bien...no niño, las cosas ya se han colocado de una manera y ya no tengo fuerzas para cambiar nada... -

Comienza a alejarse de ti y sin voltearse te dice:

- Cuida a la muchacha, ya sabrás a quien me refiero y cuídate niño... - levanta la mano, se despide con ella y desaparece entre las penumbras -

 Miro como se aleja y luego recojo el arma. La examino, de todas las maneras que conozco, y luego me la guardo, para luego reanudar mi intención de volver a mi antigua casa, esta vez asegurándome de que nadie me sorprendiera...

Tocas el arma, y observas como aquel ser degolla a un oficial de policía con lo que parecía ser una pieza de zinc oxidada, luego toma el arma que llevas y lo carga en su cintura, sus ropajes eran andrajosos y contaban con cierta humedad sobre el, un cuervo como el tuyo, se posó sobre su hombro y el ser comenzó a caminar por un sendero oscuro hacia un destino desconocido.

***

Llegas a tu antigua casa, no había nadie aparentemente o al menos no se notaba movimiento alguno, notas la sala vacía y la cocina en igual estado, las habitaciones se encontraban en la segunda planta, pero te resultaba imposible mirar hacia ellas desde donde te encontrabas, necesitabas ingresar al lugar.

 Cuando toco el arma, recibiendo sus recuerdos, la alejo de mi, lleno de repulsión... Acto seguido la tiro a una alcantarilla. Me niego cargar con el arma de un oficial de policía asesinado. Puede ser que ese ser sea como yo, pero definitivamente no es como yo...

 Finalmente llego a mi casa, sintiendo que finalmente estaba en mi hogar. Decido ir primero, usando mi capacidad para pasar desapercibido, para ir por la puerta de atrás de la cocina, para ver si está abierta y, en caso de no estarlo, uso mi poder sobre ella, para tratar de recordar si había alguna llave oculta cerca para usar en caso de perder la que teníamos...

Bajo una roca falsa no muy lejos de la entrada, se encontraba una llave que brindaba el acceso a la puerta trasera. Lentamente ingresas al lugar con pasos casi fantasmales hasta llegar a la escalera que llegaba hasta el segundo piso, durante el trayecto pudiste notar varios cuadros, fotografías, poemas en cristales y otros elementos que poco a poco comenzaron a dilucidar tu mente, haciéndote ver algo mas allá de simples imágenes, sino mas bien, sentimientos y emociones encerrados entre aquellos objetos.

Las escaleras alfombradas, llegaban hasta un segundo piso que a su vez daba acceso a varias habitaciones, entre ellas la que antaño fue tuya.

Una vez ahí notaste un desorden típico de una persona con poco tiempo o pocas ganas de arreglar un cuarto, las cómodas de ropas estaban semiabiertas y algunas con ropajes de todo tipo colgando de las aberturas.

El ropero contaba con los atuendos que buscabas, por lo que fácilmente pudiste cambiar de hábitos.

 Después de cambiarme, hice un bulto con la ropa que había llevado puesto hasta ahora, con el fin llevarla conmigo y volví a bajar. Al pasar al lado de uno de los poemas enmarcados, lo toqué, tratando de recordar...

Tocas el poema y rápidamente observas las imágenes de un Gabriel mucho mas joven, quien entrega el poema a una bella señorita de dorados cabellos, quien le rechaza el presente, esto hizo que te entristecieras enormemente pero luego la misma muchacha se te acerco con otro poema diciéndote:

- No puedo aceptar algo sin dar nada a cambio, ¿intercambiamos regalos? - sonríe como si de un ángel se tratara y el recuerdo termina en ese mismo instante -

 Impactados por las emociones, toco otro de los poemas, mientras noto como mis ojos se humedecen por la emoción...

Cuando ibas a tocar otro poema, el sonido de una perilla girando hace eco dentro del lugar, al parecer la actual dueña de aquel lugar iba ingresando con pasos seguros, dándote apenas unos pocos segundos para salir sin ser visto.

 Con el bulto de ropa usada debajo del brazo, me deslizo hasta la puerta de atrás y la cierro con llave. A continuación la guardo en su escondite, pero vuelvo sobre mis pasos para tratar de ver por la ventana a la dueña de la casa...

 A continuación desaparezco entre los callejones y busco uno de los bidones en llamas, usados por los vagabundos para calentarse, con intención de tirar la ropa con la que resucité dentro y ver como arde. Luego iría al ayuntamiento...

Observas a la muchacha, ella se había quitado los zapatos, estaba agotada, se veía en su rostro cuyos ojos azules denotaban tristeza y soledad.

Al parecer, de alguna manera curiosa por no decir extraña, ella mira hacia donde tu la estabas mirando, fijando sus ojos por el cristal que dividía la casa de los exteriores, como si de alguna manera ella podía mirarte, pero el sonido del teléfono rompió esa poca ortodoxa conexión.

***

Encuentras un tacho donde el fuego surgía del fondo, quemas tu ropa y rápidamente te colocas las vestimentas oscuras que habías llevado; el cuervo por su parte, graznaba a lo lejos, ubicándose sobre un edificio cercano, observándote con rápidos movimientos de su cráneo.

 Mientras me vestía, pensaba en la chica, llena de tristeza... Tal vez debería de haberle dicho que había vuelto... ¿pero como reaccionaría?. ¿Estaba yo listo para dar ese paso?. No es que pudiéramos retomar nuestras vidas por donde las dejáramos: Todo era diferente... Yo era diferente...

 Una vez vestido completamente de negro y con el maquillaje del Cuervo, lo cual me daba un aspecto imponente y intimidante, miré en la dirección donde estaba el pájaro y luego me puse en camino hacia el ayuntamiento, en busca de la misteriosa mujer, que, según el payaso asesino, me podría ayudar, la cuestión sería averiguar quien era...

Llegas hasta el ayuntamiento y notas que a pesar del horario, una secretaria de avanzada edad aun estaba trabajando como recepcionista, ella no te mira por tu arcano, pero al parecer ahí no había nadie mas que ella.

Tras la mujer, una gran puerta de caoba descansaba y en la esquina derecha de aquel cuarto, había un ascensor con un letrero de "Fuera de Servicio", pero nada mas que llamase la atención, hasta que dicho elevador de pronto se abriera y de el surgiera un hombre de proporciones descomunales, vestido con grandes chalecos de piel y quien con voz profunda habla a la mujer:

- Verónica, ¿estas bien? -

- Si Mike, ¿porqué preguntas? - le respondió la mujer -

- Nada, que la cámara de esta sala ha fallado y que la príncipe se ha preocupado, al parecer es solo una falla, recuerda que abajo están unos tipos bien raros por lo que debemos estar atentos a cualquier problema -

- No te preocupes muchachote, esos tipos lo ultimo que querrán hacer es dañar a una vieja como yo -

Ambos ríen y Mike se coloca frente a los botones del ascensor, a los cuales presiona con un aparente patrón bastante complicado, para que luego las puertas se abran y el hombre desaparezca tras ellas.

 Decido seguir al tal Mike y echar un vistazo a esos tipos raros, por si alguno de ellos es alguno de los hombres que busco. Sirviéndome de mi Arcano, trato de deslizarme sigilosamente con él en el ascensor y situarme detrás de él, con intención de ver a donde se dirige...