Partida Rol por web

Nadie sabía mejor que yo, que había nacido y viviendo en una nave, lo que podía suceder si no movíamos el culo ahora mismo. Al oír las palabras "torpedo" y evacuando" abrí los ojos de par en par. Joder tíos, las naves tomarán posiciones de combate y desplegarán los cazas en formación de escudo como interceptores para bloquear a los "bandidos" enemigos en caso de que sean desplegados. Si activan los escudos como parte de la formación, no podremos atravesarlos... y nos quedaremos aquí.

De un manotazo solté los enganches de las cinchas de seguridad de mi asiento y me levanté de un salto. Mientras me aproximaba a la cabina, con la mano izquierda toquetee la petaca de comunicaciones hasta conectar con nuestro jefe y abrí canal de comunicaciones con él. Señor, la flota toma posiciones de combate y defensa, si esperamos la misión se abortara, voy a ordenar el despegue de las naves, confirme y dé luz verde señor. Le dije mientras me aproximaba a la cabina del piloto agarrándome a las barras de seguridad que cruzaban el techo para poder agarrarse cuando hay turbulencias. Cualquier sitio es mejor que este si una nave de combate ha logrado aproximarse a distancia crítica sin ser detectada, a la flota no le dará tiempo a establecer una formación de combate, perderemos tres naves como mínimo… y esta es la siguiente de la lista. NO NO Y NO. Hay que salir de aquí y arriesgarse con la misión en pleno espacio.

Mientras me aproximaba a la cabina del piloto desenfundé la Mark IV de su cartuchera y la sostuve en mi mano bien aferrada.

- Crairman, el inquisidor estará ocupado con el despliegue....ordena al capitán que despeguen todos nuestros pájaros. Maniobras evasivas al salir por si hay cazas, tenemos nuestras órdenes y no nos vamos a quedar aquí esperando a que todo termine.

Despeguen de inmediato. Eviten el enfrentamiento. -respondió la radio.

Rápidamente, y con la pistola en la mano, me acerqué hasta el piloto y tiré de su manga para que se girarse hacia mí. Podía haber empleado el comunicador, pero preferí la interacción cara a cara. !Piloto! !Ordene el despegue inmediato! Esta misión tiene prioridad táctica Magenta. ¿Lo entiende? Ordene el despegue del escuadrón y llévenos a un área segura fuera del enfrentamiento Naval. !Ya! No me volví a mi asiento ni me aparté, sino que me mantuve bien agarrado a las barras de seguridad de la nave con la cabeza entre el piloto y el copiloto, esperando que ejecutase las ordenes como la inquisición misma le estaba ordenando.

El experto
El viaje

Sí, allá vamos.

Comunicando las órdenes y situándose detrás de los cazas que salían de la pista los cinco hydrex, el suyo el primero, recorrieron la cubierta de despegue siguiendo la estela de combustible de los cazas. Al final del túnel había un punto negro que fue creciendo hasta ocupar toda la ventana frontal: el espacio oscuro e infinito. El lienzo negro estaba salpicado por brillantes estrellas desconocidas, la línea blancoverdosa que había frente a ellos era la frontera del Imperium Dominatus: el Halo de Estrellas. Un desconocido conjunto de sistemas estelares inexplorados donde sólo los Rogue Trader, los comerciantes independientes se atrevían a explorar. Pero era Vesper el elemento más destacable.

Un mundo azul oscuro donde la tecnología era tan común como el segmentum solar. El resultado de un experimento colonizador que había hecho progresar a los sistemas vecinos y que ahora se rebelaba contra el Imperio, por unas razones que aún no estaban claras. Defendiéndose con una furia inusual para un planeta de tan escasa población, y con astucia. Aquellos torpedos habían cogido por sorpresa a la flota.

Pudieron ver cómo los cazas y otras naves de escaso tonelaje se desplegaban de la flota principal. A través de la radio se emitían órdenes, contraórdenes, informes, reconocimientos y advertencias. El operador ajustaba continuamente el volumen y limpiaba la estática. Era un incesante parloteo a alta velocidad. Muy difícil de captar para los no-militares, aunque era posible entender fragmentos de la conversación. 

Tras el rápido despegue volví a mi asiento y me ajusté de nuevo los enganches de las correas de sujeción. Mierda... Me pregunto si... Mis manos manipulaban la petaca de comunicaciones en busca de las frecuencias básicas empleadas, pero tanto los escudos como las ondas provocadas por los motores de las naves impedían penetrar en las comunicaciones. ¿La nave a la que vamos... tiene armamento propio? ¿Dispone de torpedos? Pregunto en voz alta, dirigiéndome sobre todo al doctor Linus encarando una ceja y moviendo el pitillo sin encender de mi boca. Las comunicaciones eran un caos, asi que dejé la radio en mi cintura y me concentré en el viaje, esperando una respuesta del doctor.

Mientras espera la respuesta del doctor, Nicodemus intenta descifrar los retazos de información del galimatías que suponen las comunicaciones.

- Pues si que estamos bien, sin salir ya nos están breando vivos.-

comentó el tecnosacerdote mientras permanecía sentado en su asiento. Las cosas comenzaban a ponerse difíciles y aún tenían que abordar la nave en cuestión.

-¿Qué dicen en la radio?-

inquirió a su compañero Nicodemus que parecía especialmente atento a las comunicaciones a través de las ondas.

Es imposible saber con exactitud lo que dicen -contestó el operario al tecnosacerdote- tenemos un canal reservado para esta misión y sólo nos llegan fragmentos de otras operaciones. Pero parece que nos han tomado ventaja inicial...

La Ejulve -respondió Linus, él era el experto en la Ejulve- dispone de armamento de corto alcance y cuatro torres dobles láser de alta potencia. Pero carece del blindaje delas naves militares. Además, dados los bajos niveles energéticos de la nave la energía restante estará destinada a los sistemas indispensables de soporte vital y gravedad artificial. Es probable que más del 80% de las armas carezcan de energía.

Eso espero -rezó el piloto- o el Emperador tendrá que centrar su mirada en nosotros.

De la clase Emperador era él único acorazado de la flota. La nave insignia, por supuesto que en ese momento dejaban atrás junto a tres cruceros ligeros. Uno de ellos había perdido parte del casco, sin duda había recibido un impacto de torpedo.

Le hace a uno sentirse orgulloso -comentó el operario/artillero.

Se desviaron del rumbo actual para dejar paso a las fragatas lanzatorpedos y unas escuadrillas de cazas de escolta. La flota imperial iba quedando por detrás y a su derecha mientras se aproximaban a su destino.

- Doctor, conseguir montar escudo de energía en las naves de Vesper no me parece una ventaja inicial sino más bien un problema a largo plazo si no sabemos como perforarlos ¿se le ocurre alguna manera?

Linus se ajustó los anteojos y miró por la ventanilla la flota que se alejaba de ellos, o de la que ellos se alejaban. Sin mirar al arbitre respondió:

Ese no es mi campo de estudio, no puedo dar información sobre la flota vesperiana. Pero supongo -giró la cara y le miró con aquellos ojos azul hielo- que eso es un problema de la Armada Imperial, no nuestro.

Axelrod suspiró, pero no dijo nada.

Me descolgué, aun sentado, el rifle laser del hombro y lo puse sobre mis rodillas. Bueno, nosotros tenemos tajo que hacer, y por el Trono Dorado, que tras haber visto esto, pueden comenzar a temblar aquellos que nos encontremos en nuestro camino. Acariciaba el lateral de la potente arma laser especial con suavidad. Pronto diseminaría su energía sobre los enemigos del Trono como lo habían hecho aquellos torpedos sobre nuestras naves, pero con mucha más eficacia. Ya pueden agarrarse y comenzar a rezar a quien recen... Murmuro mientras me recuesto en el asiento de la nave y me sumerjo en las sombras.

Nicodemus torció el gesto, llevaba solo tres años en la Inquisición y todavía no entendía el "esto no nos incumbe".

- Espero que ellos puedan encargarse de SU problema porque de ello depende la invasión de Vesper y que nuestra misión sirva de algo.

Asiento ante las palabras de Nicodemus. Cierto, yo también lo espero, pero nada podemos hacer ahora mismo ¿Verdad? Nosotros tenemos una misión de la que encargarnos, estoy seguro que hay gente ahora mismo que tiene por misión ese problema de ahí abajo. Comento señalando con el pulgar el planeta a través de una de las ventanillas de la nave.

Si nuestro jefe considera que debemos encárganos de esto en vez de lo otro, debe ser porque es importante. Y preocuparnos por otros problemas solo nos complicará las cosas. Me encojo de hombros pensado en lo que acababa de decir, lo cierto es que algo me decía que íbamos a necesitar toda nuestra concentración puesta en la misión que acabábamos de comenzar.

Alguien me dijo una vez, que "un problema es aquello que tiene solución". Y si la solución no está en nuestras manos, no es un problema. Por lo que... ¿Por qué preocuparnos? Sonrío intentando quitarle hierro al asunto. No te preocupes por ello compañero, si servimos bien al Emperador y al Inquisidor Ravenor, estoy seguro de que nuestros esfuerzos darán sus frutos.

- Olvidaos de todo salvo de nuestra misión. Como muy bien dice Stahl, nosotros tenemos cosas más importantes que las operaciones militares.-

Y probablemente más sucias. Y seguro que más interesantes para un tecnosacerdote ávido de conocimientos y tecnología. Una nave de investigación era un objetivo muy jugoso y tentador. Pero Slavick lo tenía claro, lo primero era lo primero, echaría un vistazo a todo lo que pudiera sin dejar de lado su cometido.

- Estad preparados y rezad al Sagrado Emperador y al Dios Máquina para que ésto salga bien.-

les comentó a sus compañeros.

Espero que ellos puedan encargarse de SU problema porque de ello depende la invasión de Vesper y que nuestra misión sirva de algo.

Sino lo solucionan no habrá invasión.

No te preocupes por ello compañero, si servimos bien al Emperador y al Inquisidor Ravenor, estoy seguro de que nuestros esfuerzos darán sus frutos.

Los inquisidores siempre recompensan a los leales.

Estad preparados y rezad al Sagrado Emperador y al Dios Máquina para que ésto salga bien.

Sólo rezo al Emperdor el único Dios verdadero.

"Los inquisidores siempre recompensan a los leales" La frase resonaba en mi cabeza como un eco. "recompensan a los leales", "a los leales" "leales"... ¿Qué demonios había querido decir aquel tipo con aquella frase? ¿Acaso pensaba que estábamos aquí en aras de una recompensa material? Solté un bufido cuando escuché su respuesta. BUFFF... Ya comenzaba a caerme pésimo aquel sujeto que media las lealtades en peso de Tronos. Levantando un poco la voz pregunté al piloto: Oficial de vuelo, ¿Queda mucho para establecer contacto con el objetivo? Seguía semi oculto en las sombras, mirando con ojos entrecerrados al doctor Linus. No te quitaré el ojo de encima...