Partida Rol por web

La noche era fresca y tranquila. Igual que el Joey's que, en medio del calmado barrio de Park Hill, atendía a todo tipo de clientela: des de bohemios noctambulos hasta maridos agotados.

Al tratarse de una noche entre semana, no había especial alboroto en el lugar. Joey, el propietario se las apañaba para hacer a la vez de camarero y cocinero puntual preparando algunos snaks rápidos y hamburguesas.

Jane y Robert fueron los primeros en llegar y tras el saludo de rigor al propietario, se sentaron en las mesas del rincón que quedaban más apartadas y permitían la mayor intimidad a sus comensales. Robert ya conocía el lugar, pues no era la primera vez que lo pisaba y Jane en cambio había pasado por delante cientos de veces sin llegar a entrar nunca.

Instantes después, otra figura solitaria aparece por la puerta del bar. Es Richard que mira ambos lados para cerciorarse que no es el primero en llegar. Rápidamente identifica a Robert y Jane compartiendo la mesa del rincón

Paso con mi perro cerca de la puerta del restaurante haciéndome pasar por ciego. Busco un banco cercano o algún lugar donde sentarme cerca de la puerta y espro allí hasta asegurarme de que están todos.

Estaba impaciente por ver a esa gente, había tanta preguntas que necesitaba responder... Lo primero que haría sería preguntarles por el detective, quería saber si también se había reunido con ellos para hacerles preguntar, después les preguntaría si habían averiguado algo del secuestrador y, por último, de la otra cosa... si, de lo que nos hicieron.

- Ahí viene Richard - le dije a Jane en cuanto le vi entrar por la puerta.- Tranquila, te prometo que me comportaré... lo quiera o no estamos juntos en esto.

Tras una breve mirada Richard nos encontró y encaminó sus pasos hacia nosotros hasta llegar a la mesa.

- Buenas noches, Richard - dije.- Siéntate, por favor, creo que tenemos mucho de lo que hablar.

Al entrar en el local, intentando no destacar mucho, veo a aquellos dos sentados. No tengo motivos para no ir directamente a la mesa, así que lo hago. Tomo un asiento, cualquiera, ya que me da igual donde esté colocado.

- Ey, buenas... - digo, sin mayor gala de protocolo - [b]Sí... sí... creo que bastante. No se vosotros, pero yo al menos estoy bien jodido y siento que la mierda me está llegando hasta el cuello. A vosotros también os están pasando cosas chungas, ¿no? Por favor decidme que sí... porque si no creo que voy a volverme loco.

Miraba alrededor, algo temeroso, esperando a que en cualquier momento apareciera alguien y me llevara prisión o algo peor.

Richard, Robert y Jane al fin se han encontrado y empiezan a charlar en un rincón oscuro dentro del bar después de que los dos últimos esperaran un buen rato. Probablemente no aparezca nadie más.

Joey se acerca con la cocacola de Jane y la cerveza de rigor para Robert.

- ¿Qué te pongo?

Dice en dirección a Richard

- Hola Richard

Saluda Jane cortesmente aun que sin atisbo de sentimientos

- Gracias, colega - le dije a Joey por lo de la cerveza.

Lo triste del asunto era lo mucho que me habría apetecido tomarme aquella cerveza en otras circunstancias, pero después de lo que había podido averiguar sobre mis nuevas "capacidades" tenía bastante claro que no me iba a sentar demasiado bien.

- Ya lo creo que me están sucediendo cosas extrañas - respondí en cuanto Joey volvió a la barra.- Pero primero quiero hablar de otra cosa, así damos tiempo al resto para que lleguen... si es que vienen, claro... Bien, lo que quiero saber es si algún tipo de la policía ha ido a buscarte o te ha llamado para hablar contigo - hice memoria un isntante.- Un tal... William Brandt... Nos ha estado haciendo preguntas, pero el tipo parece bastante perdido, por mi parte sólo le conté lo del secuestro, nada de las... errrr... cosas extrañas.

Miro al camarero de arriba a abajo, no sin cierta sospecha.
- Whisky doble, con hielo. - digo, pensando en que era lo mismo que había pedido anoche y le había sacado un pastón al tio con el que me lo bebí.

- Si, vino a verme, y también le hablé de lo del secuestro y demás. Todavía no me había ocurrido nada especialmente raro cuando vino a verme. - digo, pero añado en susurros acercándome a Robert - Salvo que perdí el conocimiento y cuando lo recuperé tenía a un tío muerto entre mis brazos. - y proseguí en el tono normal - Pero claro, eso no se lo conté. Desde entonces las cosas se han vuelto quizás peor... y esta sensación de sed, la misma que me dió con tu amiga. - digo, mirándole a ella - Por cierto, siento haber sido tan capullo la otra noche. Podría decirse que no era yo. Ciertamente suelo ser un capullo, pero sólo si saco beneficio de ello. En fin, que lo de aquella noche quizás estuvo fuera de lugar, pero de repente me dió un subidón que no pude explicarme.

Jane menea la cabeza sin saber que contestar después de oír que despertaste junto a un cadáver. Seguramente lo que querría haber dicho era "no hay problema" o "no te preocupes" Pero te tendrías que conformar con aquel gesto mientras la chica ponía en orden sus pensamientos y asimilaba la situación

Viendo que no aparece nadie más, entro en el restaurante siguiendo con mi farsa del ciego y me siento en la misma mesa que ellos.

-Buenas noches.-Susurro nada más sentarme.-¿Hace una noche estupenda, verdad? ¿Os apetece un paseo? Tengo un par de cosas que contaros y no me parece que sea el sitio más apropiado.

El chico que se acerca a hablaros lleva chaqueta y bufanda. Además cubre sus ojos con unas gafas de sol. De hecho os había parecido verlo cuando entrasteis pero no os percatasteis de que era alguien al que ya habíais conocido en aquel sótano.*

Me quedé callado cuando Richard dijo que se había despertado con un fiambre encima... no sabía muy bien qué decir, por una parte me pareció una locura pero últimamente me habían ocurrido ciertas cosas que hacían que comprendiera muy bien aquella situación. No me había visto en una situación como aquella pero, en realidad, era algo que me podría haber pasado a mi también.

- ¿Estas seguro de que lo mataste tú? - pregunté en un susurro.- ¿Tenías marcas como de colmillos en alguna parte?

Pero antes de que contestara apareció otro tipo, bastante extraño debo decir, y se sentó justo en nuestra mesa. Al principio había llegado a pensar que se trataba de un borracho, pero me resultaba especialmente familiar...

- Oye amigo, no sé quién cojones eres pero esto es una maldita conversación privada - entonces le miré más de cerca y me pareció reconocerle.- ¿Qué coño haces así vestido?

-Quería evitar que nadie me siguiera.-Susurro sentándome entre ellos.-Si queréis podemos hablar aquí, pero preferiría un lugar más apartado. Os adelanto la bomba. Creo que quienquiera que nos secuestrase, no sé como, nos convirtió en vampiros. Dicho esto, ¿Nos vamos o nos quedamos? 

- Tranquilízate, este es un lugar seguro, conozco al dueño - le dije a Attila, que parecía un poco alterado.- Si pasa algo Joey me avisará, no te preocupes... Sobre lo otro que dices - hice una pausa, ciertamente tenía sentido lo que decía.- Mira, yo no creo en esas mierdas que salen en las películas, pero... bueno, digamos que ha cambiado mi modo de ver las cosas - me dirigí a todos los presentes.- No sé si vampiro es la palabra técnica, pero yo sé que ya no puedo comer y parece que no lo necesito... a veces tengo sed, al principio no sabía de qué, pero ahora sé que es sed de sangre... y encima duermo todo el día... menuda locura ¿verdad? - sonreí, pero era una de esas sonrisas que esconden detrás una profunda angustia, reirse por no llorar...

-Lo se.El perro que me acompaña pertenecía a una mujer que me encontré la misma noche del secuestro.- Susrro apretando los puños.-Hemos cambiado, nos hemos vuelto extraños y diferentes, pero no como los vampiros de las películas. Es otro nivel. Y para muestra otro botón. Creo que tenemos "poderes" o algo así. Mis ojos cambian de color, se vuelven terroríficos, y me permiten ver en la oscuridad más absoluta, por ejemplo. Me reflejo en los espejos, pero no puedo ni acercarme al ajo...

Llevo un par de días investigando y he encontrado cosas acerca de mis ojos que me han convencido de lo que soy... y somos. Creo que quien nos secuestró también lo era, con lo que supongo que nos estará buscando...

¿Vampiros? Tenía cierto sentido pero... ¿En serio? Me llevo la mano al pecho. Si no me equivocaba, los vampiros estaban muertos.
-Venga por Dios, sólo un latido.- pero nada, no hubo respuesta... estaba bien jodido.

- Venga, va. Supongamos que somos eso mismo.- digo, intentando mantener la compostura. ¿Cuando cojones me había muerto? Tranquilízate Richard - ¿Esto... tiene cura? No sé, yo hecho de menos mi vida en la que no iba destrozando cuellos por el camino.

-La verdad es que no tengo ni idea.-Respondo con sorpresa.-No me había parado a pensarlo... sólo hay una forma de averiguarlo. Hay que encontrar a más vampiros o a quien nos ha hecho esto. Y para ello habría que volver a la casa, colarnos e investigar. ¿No os parece?

- Quizás no sea irreversible, puede que exista una cura - aquello era un rayo de esperanza, quizás aquello sólo fuera como una especie de enfermedad.- Aunque... bueno... yo he encontrado una forma menos agresiva de calmar la sed - me daba un poco de vergüenza reconocerlo, pero desde luego era mejor que matar a una persona inocente.- ¿Habéís ido alguna vez a tirar vacas? - se hizo un silencio incómodo.- Bueno... pues ya sabéis... Y cambiando de tema, no creo que quede mucho de la casa después del incendio, aunque al menos tenemos el nombre del propietario... un tal Jacob Preston, podríamos empezar por ahí ¿no?