Justo cuando escucho que le había llamado pera en su cara se volvió hacia él, le habría gustado cruzarle la cara, pero consiguió controlar su hormonas y simplemente levanto un dedo -Que sea la ultima vez que me llama perra, ya sea con diminutivos o no, con buena intención o no, yo tendría muchos apelativos bien ganados y no se los voy diciendo aunque los piense- lo miro seria -Habla de Daito como si supiese algo de él... de nosotros... antes de conocerme el capitán no era más que un marinero norteño que se dedicaba a cazar monstruos del mar, yo le enseñe todo lo que puede saber sobre piratería, así que creo que no fue él quien me cambio, y recuerde que Nadja la Roja, siempre sera Nadja la Roja- suspiro y se quito un mechón rojo del rostro -dudo mucho que por muy bien que actúe Daito, que por muy bien que pueda calar a las personas, os haya conseguido cambiar, tenéis demasiado arraigadas vuestras costumbres- se dirigió hacia la salida, pero se paro en seco -Sepáis que no me fío un pelo de vos, y os estaré vigilando, pues Daito es mio y no pienso compartirlo con vos- sin más salio de allí.