Conocidas desde antaño estas relíquias se han hallado ocultas de la vista de todos aquellos que intentaban buscarlas. Ahora que todo parece estar perdido parece que el recuerdo de su morada vuelve a la mente de aquella que las guarda.
Dadas por el poder que confiaban al mundo, y ocultas por aquello que podían desatar... ahora vuelven a vuestra mente ligeros esbozos de aquellas historias que rememoran sus proezas y su finalidad.
Una voz dormida, que para muchos fue una leyenda, y para otros tan solo una tierra lejana, oculta de las crueles mieles de la traición. Subyugados a este reino se hayan los sueños, la justicia y la verdad.
Posa tus labios sobre su entrada y deja que una suave sinfonía de una lejana tierra desvele su verdadero poder, nada ni nadie se podrá ocultar a sus encantos, nadie recuerda que osado destino muestra la llave de la ciudad pérdida, pero todos saben que una vez se abran de nuevo las puertas de guardan la Atlántida, la verdad será mostrada ante su dueño sin dudar.
Una vez por partida, el portador podrá elegir a un personaje para que confiese públicamente su identidad, su rol privado, el personaje seleccionado deberá hacerlo inmediatamente en el día en curso o será torturado hasta la muerte siendo eliminado por el Guardían de la Atlántida.
Además, el personaje amenazado por la Voz de Atlantis no podrá hacer uso de su poder o don mientras este amenazado por el arrullo de la canción siga presente en el lugar.
Las Ninfas siempre han sido objeto de deseo y admiración, hasta que la descendencia de Halia osó tentar el orgullo de los dioses, trocando amor por odio, dejando tan sólo olvido donde antes había vida.
Ahora que la Ninfa yacé bajo su eterna morada, enfunda tu mano con su odio y su culpa y desentierra los demonios que un día fueron capaces de apagar la llama que ardía junto al corazón de su madre. Tan solo la traición será exenta de culpa, pues si tu ira se enfrenta a la inocencia por rencor, envidia u obcecación, tu mente podrá sentir lo que un día la dueña de estas garras hizo que tan solo la muerte fuera consuelo para su mente.
Una vez por partida, el portador podrá ejecutar a otro jugador del que sospeche. La Reliquia mostrará la culpabilidad o inocencia de aquel que muera.
Si el elegido fuera un traidor, ninguna reprimenda se ha de esperar, pero si por el contrario, la vida de un inocente cayera bajo la elección del portador, la ira de Halia volverá tu afrenta contra tí, ofreciendo tu cuerpo como pago de tan vil crimen.
Miles de efígies han representado al máximo guarda del líquido elemento esgrimiendo tan preciado arma en sus manos. Poseidón, como Regio Dios Supremo de Mares y Océanos, a liderado las grandes filas que engrosan sus ejercitos con miles de criaturas, bestías y antropomorfos dispuestos a lidiar por él.
Su posición al frente siempre le hizo ser firme en su palabra, aunque al final supiera que aquella palabra era el yugo de su propio pueblo. Ahora tú puedes alzarte sobre este ejército sosteniendo a tu lado este tridente que te ayudará en tus decisiones y dejará sobre ti un halo de protección de todos aquellos que secunda tu causa, hasta que tus palabras sean selladas con la sangre que manche las mismas aguas de donde surgió un día este varal.
Como portador de esta reliquia, guiará al resto en esta batalla. Y como en su día hiciera el gran Poseidón liderará las filas siendo el primero en esgrimir el alma más poderosa en estos concilios, la palabra. El portador siempre será el primero en votar y lo hará como un lider ante todos, sin esconderse y con total rotundidad pues su palabra no podrá cambiar jamás.
Su seguridad y la fidelidad de los inocentes haran que durante la noche, los traidores no puedan acercarse a él, no deberá termerles a ellos, sino al poder de su propia palabra. Pues cuando aquel que sea nombrado por el portador, caiga de la mano de sus iguales al atardecer, la fidelidad de los inocentes se esfumará pues veran que de las palabras de su guía tambien pueden surgir muerte. A pesar de su debilidad cuando esto suceda, deberá de continuar esgrimiendo la vara de mando, sembrando como semilla su voto aún en público y en primer lugar.
Miles de barco, han perdido el rumbo sin tener alguien que diriga sus pasos, perdidos en entre cauces, como las almas que navegan náufragas entre las Aguas Estigias, deseosas de que el Caronte se apiade de sus destinos y guie aún sin el pago de su viaje sus letargo hacía cualquiera de las dos orillas.
Igual que hiciera el Caronte con las almas, ahora tú debes de mostrar el camino en aquellas encrucijadas donde la palabra de todos se encaye entre dos polos. Acoge entre tus manos el astrolabio de los naufragados y por rumbo a aquellas decisiones que se estanca entre el lodo de la duda.
El portador de la reliquia, podrá dar nuevas oportunidades o sentencias a los que caigan presas de las dudas de las votaciones.
Cuando dos o más de los reunidos quedé ante la indecisión de caer por la palabra de los demás, serás el portador de esta reliquía quien decida el destino de ellos, todos podrán caer, alguno salvarse o perder su oportunidad dejando su vida como pago. El resultado de ese juicio ha de ser el que tenga entre sus manos está brujula, que guiará las indecisiones del grupo, como juez que dicta sentencia o Caronte que reparte el destino de los que naufragan eternos vacíos de rumbo o final.
Algunos dudan de si el mar se puede mojar, y de como dentro del mismo óceano una lágrima nace, brota y muere sin más. Pero no todas las lágrimas tienen el mismo recorrido, pues la Reina de los Océanos guarda sus llantos, como perlas bajo el mar, grabando en el corazón de las mismas miles de recuerdos que día tras día esperan volver a brillar.
Ahora la copa que guarda esas perlas descansa sobre tus manos. Siente la mirada de Anfitrite en tus ojos, y une sus recuerdos a tu voz, clama por recordar una historia que sin tí habría muerto, presa del destino, del pasado y de lo anterior.
Una vez por partida, el portador de la reliquía podrá romper una imagen del pasado, liberarla del nacar que oprime su recuerdo, devolviendo el uso a lo que un día fue gastado.
Igual que las lágrimas de Anfitrite, las reliquías pueden volver a su dueño, siempre que sean reparadas, devolviendo el poder que un día tuvieron. Esta reliquía posee el dón de volver la fuerza a una reliquía anteriormente usada. Repararas una historia a cambio de romper tu legado, devolviendo la copa de Anfitrite hasta las profundidades del mar, donde volvera a las manos de su dueña, que aún espera volver a vivir recuerdos que siempre seran eternos, antes de que vacío reine en su totalidad.
Acaso no has escuchado las historias donde las Sirenas se divierten llamando con su melódica voz a los que surcan los maren induciendolos hasta la perdición que se haya tras miles de rocas afiladas. Siempre se las reconoce ante armoniosos cánticos que inducen hasta la perdición, pero nadie cuenta que tambien sus voces han librado de muchas batallas, callando rencores y odios que sin querer podrían habrían alianzas que se tardaron enios en forjar.
Ahora que sus voces parecen calladas aún queda su recuerdo, sobre una verde joya que sus memorias y melodías dispuestas a fijar en vuestra mente, que la vida es su regalo, velando vuestras ansias de odio, calmando la sed del guerrero que sediento de sangre, nunca olvidará del agua que un día recibío de los labios de las bellas Sirenas antes de partir.
Esta reliquía, olvida la mala fama de las Sirenas y otorga a su propietario el don de la calma. Guardarán sus ansiasn de venganza, descubriendo que bajo aquellas escamas, aún queda el corazón puro de una mujer
El portador podrá imponer el silencio a su antojo sobre dos personas por votación, pero debe dejar clara la intención de terminar una guerra, por ello debe anunciar quienes serán los callados antes de que caíga el sol. Pero esa melodía debe siempre de cambiar, y no buscar el mismo oído día tras día, pues el canto de una Sirena nunca repite marinero al igual que las aguas que las bañas nunca serán las mismas tras escuchar su canto.
Los cuerpos de las Ninfas marinas siempre han sido vigilados por miles de mortales, buscando el deseo de un cuerpo digno de un dios, pero un etereo velo cubrían sus cuerpos dejando tan solo paso a la imaginación, pues aunque finos como la seda, eran tejidos impenetrables para la razón.
Velos que con los años han ido cristalizando hasta dar reflejo a una ilusión, otorgando una ilusión que protegera a quien se refleje, hasta que el vidrio rompa contra una decisión, esparciendo verdad y mentiras a su antojo antes de terminar sobre el suelo, tendido, como descansan las Nereidas mientras bañan su cuerpo, esperando el abrazo del sol.
Una vez por partida, el portador de espejo podrá cubrirse de las acusaciones y votos, bajo el reflejo del espejo de las Nereidas, que se rompera tras acabar la tarde.
Pero esa inmunidad tendrá su efecto, que sin querer dañará a su igual, igual que un cristal cuando se rompe en miles de fragmentos, se podrá romper su acusación a su voluntad, otorgando aquellas voces que le fueron concedidas hacía el resto a su antojo.