De forma inconsciente, como si no fuera el mismo, Edgard Richstone alargó su mano hacia el interior del orificio central, como si estuviera poseído por un ente cansado de estar turno tras turno en el mismo escenario y temeroso de que la partida terminara antes incluso de haber visitado todas las zonas.
Por otro lado, tomando aire, mete las manos en el de "ambas" y esperando sentir una guillotina que le cercene los dedos, el anciano galán, siente algo extraño, con un poco de pericia logra agarrarlo entre ambos dedos y desencajarlo de donde se encontraba. Era una llave con decoraciones florales.
A Jean Paul se le enciende la bombilla, o quizás alguien se la encendió por él. Sea como sea, no se hablará más de esa entidad que cansada de esperar a que se resuelva el puzzle, decide dar ciertas libertades para solventar el pequeño bache que por tanto tiempo tenían los invitados.
Yendo a la estancia contigua, y usando la jarra, traspasa el agua de la pileta llena a aquella pileta vacía.
Una vez que la pila estuvo llena, comenzaron a salir unas burbujas del interior de esta durante unos segundos, acto seguido toda el agua fue desapareciendo hasta no quedar absolutamente nada de ella. Acto seguido, el Altar que había en la zona se abrió, mostrando un pequeño armario secreto, en donde había una especie de rueda de vehículo.