Partida Rol por web

Bloque sobre bloque, la realidad a su alrededor comienza a colapsar cuando un algo sin nombre se abre paso desde la puerta.

La compuerta se está abriendo. Se dobla sobre sí misma con un chirrido ensordecedor que retumba tan fuerte en los tímpanos que haría perder el equilibrio al mejor preparado. Hasta el suelo se está retorciendo, desfigurando todo a su alrededor y atrapando los cuerpos de los caídos o confundidos. Entre las grietas del metal están comenzando a a caer gotas de un líquido rojizo que bien podría ser sangre.

El inerte cuerpo de Dent está temblando, pero es sólo una cáscara. El verdadero horror es esa cosa que se asoma desde las rendijas.

Un tentáculo, y detrás de este otros más se empezaron a abrir paso hacia la sala que ocupaban. No es la primera vez que lo ven, pero nunca habían estado tan cerca, aunque se trate sólo de la semilla desatada de lo que puede llegar a generarse.

Todos comprenden que había una parte que sus mentes se habían esforzado en olvidar. El aspecto de su monstruosa apariencia. Tentáculos sombríos retorcidos sobre sí mismos, ojos deformes que parpadean cada uno a un tiempo diferente, bocas hambrientas y goteantes que jamás se sentirán saciadas.

Si. Este es el Horror que conoces. Este es el horror contra el que no te querías enfrentar. Verlo cara a cara te hace dudar sobre si alguna vez tuvisteis alguna oportunidad.

Sabías que lo que quiera que asomase por esa puerta te sorprendería ¿Pero tanto como para paralizarte, robándote hasta las ganas de estar despierto? El nauseabundo olor a muerte, los sonidos semejantes a una carcajada enfermiza, la absoluta certeza de tu propia muerte...

Nada podría haberte preparado para esto.

Saber con absoluta certeza tu inutilidad termina de robarte las fuerzas.

Entonces uno de sus tentáculos se extiende, hasta tomar el cuerpo inerte de uno de los caídos. Arthur Dent.

- Me has servido bien... - Canturrean cinco bocas, cada una con un chirrido diferente. Incluso los labios del fallecido se han movido al unísono, aunque la falta de aire la impidiese vocalizar. - Dulce ironía que fuese el mismo capitán de esta nave el primero en caer en la tentación. Iluso...

Una de sus bocas se alarga, y con un chasquido indiferente, comienza a devorar despacio uno de sus brazos, que se desprende como si sólo se tratase de una hoja de papel. La materia del caído se desintegra en pequeñas partículas ante el contacto, como si de repente sus moléculas hubiesen decidido que no debía existir y se rindiesen a la evidencia, regresando a poco más que polvo.

Mientras ésta mastica, otras bocas siguen avanzando en la sala que ya le pertenece.

- Las razas inferiores me llegaron a parecer demasiado rápidas. Ahora tengo lo que necesitaba de ellas, y parecen demasiado lentas.

Pasea la mirada entre todos - Y pensar que creamos este universo con nuestras propias manos. Y pensar que meros insectos llegarían a hacer tanto daño.

Dejad de desvariar. Me molestan las incoherencias en las que os habéis estado revolcando como gusanos, tratando de encontrar sentido al soplo insignificante que representáis.

Están apareciendo nuevos ojos en diferentes puntos del suelo que los tiene atrapados y constreñidos.

¿Queréis saber que sois para la creación? ¿Queréis saber qué sois para vuestros creadores?

Algunas de sus bocas se relamen.

- Nada

Sentencia con un tono tan grave que sacude los huesos y circuitos de todos cuantos escuchan. Como si hasta las palabras se arrastrasen con vida propia.

- Quiero ver vuestro horror, quiero ver vuestra desesperación al comprender que no sois más que escoria cuyas partículas pronto se descompondrán en vacío.

Algunos de sus ojos se elevan hacia un espacio sin identificar - Pero ahora... tú me vas a devolver lo que tomaste de mí

Da otro paso hacia delante con sus pesadas pezuñas, y las imágenes se deforman una vez más, como si frente a sus ojos hubiese una inmensa telaraña que crease distorsión.

Y entonces, un fogonado de luz

... como si en realidad todo lo que tus ojos te dicen que tienes delante fuese una mera ilusión. Como si en realidad no existiera.

Como si más allá de tu percepción, algo se hubiese estado preparando para la llegada del Horror. Y aún así, ahí no hay nada. Absolutamente nada.

Algo no iba como debería.

Es mi deber protegeros a todos de aquello que no pueden ver, de aquel ente oscuro y temible que cada vez está más cerca.

¿De quien es ese pensamiento? es como si resonase dentro de ti desde muy lejos

Algo se ha revelado en el centro de la sala

Aparece ante Liam para darle un golpecito en la cabeza.

Recuerda al que dio Loki a la muñeca ante su error no hace tanto. -No te voy a dejar morir, no después de las veces que te has aferrado a la vida. Ahora al menos tienes una buena razón- mira a Akane con algo que podría entenderse como ternura para después volver a mirar a Liam -¿no?

Se acerca ahora como un suspiro hacia Chip y deposita un suave beso en los labios. Él puede notar cómo una ínfima parte de su energía roza los labios de robot. - Gracias por todo, Chip. Sé que te quise profundamente, igual que mi hermana hizo una vez. Pero ahora debo marchar- traté de acariciar su rostro como una brisa de aire al amanecer -vive y guárdanos como un bonito recuerdo.

Me giré a los demás. No me quedaba mucho tiempo. -Vivid y demostrad al mundo de lo que sois capaces. Llevad vida y alegría a cada rincón para disipar las dudas y los conflictos. Hacéis un buen equipo, sé que lo conseguiréis.

Pero nada de esto acababa de pasar. Era más como un recuerdo, como si acabases de darte cuenta de que la entidad ha tenido ese gesto unos segundos más tarde de que hubiese sucedido.

Su forma brillante está centrada en el Horror que se ha arrastrado desde la puerta.

-¡No puedes pasar!- le espeta cuando lo tiene lo suficientemente cerca como para que la pudiese ver sin asomo de duda, interponiendo su ser entre él y los demás. -Voy a luchar hasta mi último aliento, hasta la última gota de mi existencia para acabar contigo. No voy a dejar que sigas destruyendo todo aquello que se interpone en tu camino y todos tus esfuerzos serán en vano-. Comienza a volcar toda su energía en contenerlo, en absorber su poder y minimizar cualquier posible ataque.

Y mientras ambos luchan, un segundo fogonazo con una pregunta que resuena por igual en cada consciencia ¿Quien crees que eres?

Eres...

^¿Quien? - Repite el eco de tu voz

_¿Quien? - Repiten otras voces

Y entonces...

Tuve un sueño en el que todo el tiempo se estaba secando

Y la vida era como un cometa cayendo del cielo

y desperté con miedo.

Qué precioso es el tiempo que tenemos aquí

¿No somos lo bastante sabios como para darlo todo?

Seguramente somos lo bastante brillantes como para eclipsar las estrellas

Pero los humanos se pierden tanto en encontrar su camino...

Tenemos la oportunidad de hacer una diferencia

hasta el momento de nuestra muerte

Sólo pregunto ¿Qué estamos haciendo aquí?

¿No es tiempo de despertar y darlo todo?

Somos sabios y podemos darlo todo

Somos lo bastante brillantes como para eclipsar las estrellas

Y aunque los humanos se pierdan para encontrar su camino

Ahora haremos diferencia

Aunque nos cueste la muerte

Y recuerdas algo que es solo tuyo, algo que es solo de ambos.

La primera noche que cayeron los besos del uno sobre el contrario, te dedicó una canción.

Derrochando sólo para ti la emoción que hace tiempo sentía, aún sabiendo que estaba prohibido. Una canción que se escribía casi sola en su mente, nota a nota, cada vez que estaba cerca de ti. Siempre tan cerca y tan lejos.

El recuerdo de la voz asombrosa que pertenecía a aquella mente que sólo podría clasificarse como Brillante, te cubre el corazón como si se tratase de una manta cálida. Era brillante.

Algo que siempre fue. Algo que habías olvidado.

Su primer regalo.

Y ahora... su recuerdo.

Cuando abres los ojos, lo haces con una nueva determinación. Esta criatura quiere arrebatarte todo, incluido este recuerdo.

No lo permitirás.

Por él

Por ambos

Por ti mismo

Hoy

no

perderás.

¿Quien eres? Te preguntas, preguntas a ella, te preguntas a ti mismo al verte reflejado en esa cara infantil y en los retazos que has ido recogiendo de tu propio pasado.

Y entonces, un recuerdo

Como un aleteo húmedo que se posa en tus labios. Como si fuese una sonrisa que se abre a ti, con sabor a cerezas y sal. Un rostro que alcanzas a intuir aún con los ojos cerrados y una caricia que llega al alma.

Sabes que este recuerdo es tuyo, enteramente tuyo, y al aferrarte a él, gran parte de lo que atenazaba tu pecho comienza a desvanecerse.

Recuerdas el beso de dos muchachos inocentes y traviesos.

Recuerdas la perseverancia al querer tener un nombre al que honrar.

Recuerdas que de alguna manera, su caricia te enseñó que podías ser amado, que podías ser querido. Que podías ser alguien. ¿Cuantas cosas en tu vida habrían cambiado sin ese simple gesto? El último regalo que pudo la muchacha pudo darle a nadie, al igual que tuyo fue el último regalo que recibió. Un regalo que la hizo sentirse... feliz.

Este recuerdo es tuyo y lo será para siempre. Y ese ser quiere arrebatártelo. Ahora eres tú quien sonríe con una mueca feroz. No sin luchar.

Su recuerdo es tuyo, igual que lo es el brillo de esperanza en los ojos de Akane.

Por ella

Por ambas

Por ti mismo

Hoy

no

perderás.

En tu mente no sólo hay dolor y desasosiego. Ese último fogonazo ha traído hasta ti los sentimientos que te acompañaron durante tus estudios. La cálida sensación de poder estar cerca de aquellos a los que apreciabas. Las manos de tus compañeros alzándose para alcanzar una tras otra la siguiente piedra. el siguiente escoyo.

No significa que fuese fácil, más cuando veías a aquel que sentías más cercano acercarse a otras chicas, una tras otra, pero en realidad aquello no era tan importante.

¿Y por qué?

Porque para él tu nunca fuiste una cualquiera. Eras alguien a quien cuidar. Alguien en quien confiaba.

Confianza. De eso trata tu recuerdo. De saber que se quedó a tu lado cuando decidiste proteger a tu familia de las consecuencias que podrían caer sobre ellas si desobedecías o te fugabas a trabajar a otra corporación

Y a pesar de todo, nunca dejaste de confiar en ellos, porque de alguna manera...

... ellos también eran tu familia.

Y hoy, juntos, pueden crear una diferencia.

Por él

Por ambos

Por ti misma

Hoy

no

perderás.

La presión de la ansiedad te afecta igual que a todos los demás, pero una sensación que casi habías olvidado te inunda.

La lealtad.

Lealtad por encima de la prudencia, de los roces, del horror o del sentimiento de pérdida inminente. Sabes lo que es la desesperación, la has vivido en tus cartas, pero eso no significa que vayas a dejar de jugar a este juego en el que no participaste jamás por dinero o respeto.

Jugabas para encontrar la respuesta a la sagrada geometría del azar.

Recuerdas la última vez que hablaste con Chip antes de embarcarte en esta nave robada. Por él, convenciste al capitán para que aceptase a una niña en la tripulación. Una niña demasiado inteligente para su edad.

Y recuerdas quien era tu capitán en aquel navío, aunque nadie sabía cual era tu juego. Arthur Dent. El muy insensato se sintió intrigado por el poder que le ofrecía el cuerpo congelado que transportaban.

Ojalá hubieses podido hacer más en aquel entonces, pero ahora aún puedes marcar la diferencia.

Y será aquí, y será ahora cuando todo se decida. Estiras los dedos, recuperándote lentamente de la tensión de la electricidad estática a tu alrededor.

Estás decidido a cumplir tu objetivo.

Por ellos

Por ti mismo

Hoy

no

perderás.

Tuve un sueño en el que todo el tiempo se estaba secando

Y la vida era como un cometa cayendo del cielo

Y desperté con miedo

Mientras entre los supervivientes luchan por recuperar la cordura y el Horror camina desatado, todos sienten la canción que los acuna. Pero es distante, está distorsionada. Las paredes de su confinamiento son demasiado gruesas para que el sonido las pueda traspasar, y sin embargo, algo les dice que la canción de RAZA también es para ustedes.

Qué precioso es el tiempo que tenemos aquí

El dispositivo en el que están almacenados agoniza, y sin embargo el ser ha descargado demasiada energía para derribar los muros. Energía que ahora les pertenece.

¿No somos lo bastante sabios como para darlo todo?

El primero en alzar las manos hacia la imagen de la escena y el ente de luz que está poniendo toda su alma en dar tiempo es Ray, seguido por Chabaca.

Seguramente somos lo bastante brillantes como para eclipsar las estrellas

Tras unos segundos de vacilación, Tsokalos imita el gesto, como si ni él mismo se creyese lo que estaba haciendo, seguido de copito.

Pero los humanos se pierden tanto en encontrar su camino

Flynn, Parker y Dylan hacen lo propio, acompañando cada frase.

Tenemos la oportunidad de hacer una diferencia

Y ahora, lo inaudito. Los rostros sin nombre alzan también las manos.

hasta el momento de nuestra muerte

Las paredes lloran lágrimas sangrientas mientras peleas por conservar la cordura. Los chirridos de la voz que te ha tumbado son sencillamente desgarradores, como desgarrador es el desprecio que estás sintiendo ahora mismo por ti, al no ser capaz de defender a tu gente. Al estar tirado en un suelo retorcido sin posibilidad de moverte.

Es entonces cuando el fogonazo te obliga a recordar. Un maldito haz de luz que se clava en tus retinas y tu pecho.

No vas a dejarte vencer tan fácilmente. No te entregarás dulcemente a esa maldita buena muerte. No eres de los que se rinden.

Tras tu máscara siempre ha habido más de lo que ninguno de tus compañeros podría haber supuesto, pero llegó el día en el que lo supieron.

Eres un asesino. Fueron a por ti en cuanto tuvieron la oportunidad. No tenían pruebas sustanciales, pero fue una escusa tan buena como cualquier otra para tratar de sofocar la rebelión.

Tus amigos podrían haberte dejado arrastrándote en el lodo, pero no lo hicieron. Se quedaron a tu lado, lucharon a tu lado, e hicieron suya tu causa.

En la cárcel, les mantenían alejados los unos de los otros, pero en una ocasión llegaste a comunicarte con otro de tus compañeros por una rejilla.

- ¿Por qué han llegado hasta aquí? ¿Por qué arriesgar tanto? Podrían haber escapado. No tenían pruebas sólidas contra nadie más.

- Calla, idiota. ¿Te crees que te íbamos a dejar solo aquí? Pues te jodes

Ni siquiera recuerdas quien te respondió, pero sabes que es una de las personas que están ahí, a tu lado.

Qué coño importa quien fuese. Estaban ahí para tí, y decidiste que siempre podrían contar contigo. Pasase lo que pasase, y hasta que la muerte les separe.

Cuando abres los ojos de nuevo, tu máscara ya no oculta una mueca de desesperación, sino una determinación afilada.

Serás una torre.

Serás lo que haga falta

Por ellos

y por ti.

Y con el fogonazo, sientes como si el corazón de RAZA te hablase, devolviéndote algo que es tuyo. Que siempre fue tuyo.

Tu paso por la academia no fue fácil. Pocos creían en tus posibilidades como Coordinadora, e incluso algunos compañeros llegaron a apostar cuanto tiempo tardarías en abandonar. No eres de las que se rinden. Nunca lo fuiste, pero eso no significa que no te afectase los aguijones constantes, el dolor en tu lengua de tanto morder y la soledad que te obligaba a llevar.

Soledad como el silencio que mantuviste en la fiesta, rodeado de tantos rostros que te resultaban cercanos y a la vez cercanos.

Pero entonces, algo cambió.

La sonrisa de un loco acostumbrado a las apuestas arriesgadas y el aplauso de un entusiasta de las causas perdidas.

Los muy estúpidos apostaron por ti cuando nadie más lo hacía.

Quizás por eso... y sólo por eso, empezaste a brillar de verdad todo lo que podías hacerlo.

Liam se sorprendió al verte.

Luke sólo sonreía, como si ya lo supiera.

¿Cómo pudiste querer tanto a esos dos bastardos? Juntos, eran imparables.

Y ahora ese ser quiere arrebartártelos. Quiere arrebatarte todo lo que es tuyo y siempre lo fue, mucho antes de las disputas absurdas que pudieron surgir por el desconcierto de la situación. Desde mucho antes de que siguieses las palabras de Chip para decidirte entre las diferentes corporaciones que ofrecían un mejor pago por tus servicios.

Te despediste de ellos con pesar y una promesa.

Y acudiste a esta nave para cumplirla.

Esa cosa no saldrá de aquí con vida.

Sonríes.

Aquello sí era personal.

El fogonazo de luz te obliga a recordar. No sabes si te apetece seguir haciéndolo.

El mundo es una mierda, lleno de cadáveres que caminan sin sentido por las calles. Es hostil.

Convierte las almas de las buenas personas en sombras errantes aisladas de su entorno, les llena de tormento, les conduce a la desesperación.

Lo mismo se esperaba de ustedes: criados, vigilados, moldeados, machacados hasta la saciedad para convertirse en meros engranajes, herramientas de la Corporación. Condenados al exilio.

Sin embargo a veces las cosas sencillamente suceden, y a veces esas cosas no tienen explicación.

Fue después de la fiesta, en algún momento que no terminan de encajar, los detalles se pierden, pero no lo que ambos vivieron. Tal vez podría haber sido su primera cita en serio o un producto de los nervios.

Como en un sueño, os sentíais fuera de vuestro cuerpo pero a su vez nuca dejásteis de ser vosotros. Meblap podía observarse a sí misma, frente a ella, observando al infinito, tomando con su mano la de la mujer en un silencio íntimo. Loki perdía su mirada en el cielo, temeroso, en busca de respuestas, sentía una mano varonil sosteniendo la suya y no pudo reprimir una sonrisa, de reojo pudo observar los cabellos negros que le caracterizaban.

Era complicado de explicar, pero era real: durante lo que tardó aquel cometa en surcar el cielo cada uno pudo ver, sentir y actuar como el otro, una conexión espiritual de la cual sólo existen rumores en algunos rincones olvidados del universo. Una sensación no sólo de tenerse el uno al otro, si no de ser incapaces de sentirse solos.

La existencia entera podría estar en vuestra contra, pero jamás podría separaros.

Y es por eso que el Horror trata de devorar el sentimiento de Meblap, aislándola.

Y es por eso que el Horror trata de robar la vitalidad de Loki, debilitándolo.

Y también es por eso que no se lo pueden permitir.

No ahora que están tan cerca.

No ahora que sus compañeros están en peligro.

No ahora que, otra vez, han desafiado el Orden para estar juntos.

No ahora que recuerdan...

Y que saben que quedan tantas notas por descubrir.

No estás atrapado, pero eso no te deja más operativo que los demás. Es como si los chips de tu cuerpo no te respondiesen, chillando con cada vibración del maldito aparato a tu alrededor.

No puedes hacer nada cuando te llega el fogonazo. ¿Acaso has muerto? Pero no. Lo que se despierta en ti son más recuerdos. Recuerdos de ti mismo luchando junto a tus compañeros. Viviendo, sintiendo juntos. Recuerdas el Valor de Akane, la perseverancia de Isildur... pero por encima de todos ellos, recuerdas a tu hermano.

Aprietas las tenazas que hacen de manos. Tu hermano. ¿Cómo olvidar a ese insensato? Desde que el Horror se lo llevó no luchaste por otra cosa.

Tu recuerdo. Algo que en realidad sólo es tuyo y de nadie más.

¿Qué quieres ser de mayor?

Ni siquiera recuerdas el sueño de cual de los dos era.

Recuerdas tu ira.

Recuerdas tu lealtad.

Y todo eso, lo más preciado que tienes, te lo quiere arrebatar ese desgraciado. No se lo permitirás. ¡Por encima de tu cadáver!

Es así como lentamente te levantas. Aún podías marcar la diferencia.

Recuerdas. El fogonazo de luz te trae el recuerdo de uno de os encuentros en los que pudiste disfrutarla.

Viva, espléndida, pasional...

Una de las pocas noches en las que no sentiste que eras su juguete, sino ella el tuyo.

Y ese ser te lo quiere arrebatar, y no sólo eso ¿Ese espíritu era el de su hermana?

No, no lo vas a permitir ¡Jamás!

No hace falta mucho más para que la sangre te hierva en las venas. No hace falta más para que recuerdes quien eres y lo que has venido a hacer aquí.

No vas a rendirte, aunque sea lo último que hagas.

Por ella

Por ambas

Por ti mismo

Hoy

no

perderás.

Regresas en ti aún con la música, tu música, resonando en los oídos y una nueva determinación brillando en la mirada.

Tratas de entender en qué situación está la batalla entre los entes. 

Aquel que parece decidido a defenderles está perdiendo terreno, aunque hay fuerzas que lo están alimentando con el que el contrario no contaba. El Horror ruge mientras sigue ganando terreno poco a poco. Sólo que su presencia ya no se siente tan amenazadora. Ya no es tan terrible. Rota la ilusión de miedo que les cegaba con un escudo de determinación renovada, se sienten invencibles.

Pagará caro cada golpe.

Pero aún así... ella se está desvaneciendo. Es insuficiente.

Los hilos de la entidad defensora casi parecen dibujar una última sonrisa de triunfo cuando ve cómo uno tras otro recuperan las fuerzas y luchan por liberarse y empuñar las armas, a pesar de su posición en aparente desventaja y que muchas han acabado lejos de sus manos.

Sólo que había uno a quien no habían logrado atrapar.

01Buru, aprovechando su pequeño tamaño y aspecto insignificante, echó a correr con varias armas en las manos, que acabaron en las que sus propietarios con una exhalación salida de la fuerza del equipo.

Incluso el metal retorcido estaba regresando a su lugar lentamente.

El Ente defensor expira, dejando escapar su último aliento con la forma de un tintineo.

- ¡Ahora! - gritan los coordinadores al unísono, marcando el primer latido que sería el último de la criatura, si actuaban lo suficientemente coordinados.

La munición especial traza estelas luminosas en el aire en el mismo instante en el que el monstruo lanza los tentáculos, dispuesto a devorar a esos malditos insectos que osan desafiarle. No parecen preocuparle las armas, como si supiese de antemano que no lograrían nada, pero entonces chilla de dolor y retrocede ¡Retrocede!

- ¡Sin cuartel!

Y la lluvia sigue cayendo, arrancando más y más consistencia a su cuerpo materializado y despedazando los hilos de energía que son su verdadera forma.

Casi parece que disminuyese de tamaño ante los ojos de todos, truncado y roto.

Pero se alza una vez más, lanzando una honda de choque chirriante que les desestabiliza lo bastante como para necesitar un instante para recuperar el equilibrio. Momento que él escoge para hablar una vez más con esa voz que chirría los dientes y reverbera con eco en los huesos.

- ¿Creen que han logrado algo? Regresaré, pero antes devoraré a todos y cada uno de los que consideran importantes en sus vidas. Me cebaré con cada...

Una nueva andanada de disparos cortan el discurso, y la forma física del ser comienza a derretiste. Perdida la fuerza que daba forma a su ectoplasma, no es más que una ilusión que se evapora frente a los ojos de todos.

¿Pero dónde estaba ahora?

La nave sufre una sacudida, como si una fuerza inmensa la golpease de costado... o acabase de retomar el rumbo

Akane y Kazaak se lanzan a las terminales de información. La primera que rompe el silencio es ella

- ¡Ha salido del casco! ¿Está huyendo? ¡Hemos ganado!

Pero entonces interviene él - Aún no. Raza va detrás de él ¿Qué hace? - Abre mucho los ojos al comprenderlo - ¡Agárrense donde puedan!

A muchos años luz de allí, algún observador ocasional podría haberse preguntado desde dónde provenía aquel destello.

Todas las luces del interior desaparecen, apagando hasta los motores, que habían dado un corto impulso para no permitir que ese ser escapase.

La onda expansiva de energía golpea. Estalla y algo grita sin voz en el espacio desconocido que les rodea.

Sencillamente... estás... vivo

La paz que siente tu alma cuando sientes que la amenaza se ha alejado es incomparable. Como si llevases demasiado tiempo manteniendo el aliento y sólo ahora te dieras cuenta.

Puede que esa presión en el pecho lleve presente desde que despertaron todos hace horas.

Decir que están agotados es quedarse cortos, pero aún hay otro sentimiento que supera a este. Estás satisfecho. Estás rodeado de gente con la que quieres estar. Al menos en su mayoría ;) Los pequeños conflictos son soportables.

Un vistazo a los mandos demuestra que no queda rastro de él, pero la distancia de rastreo posible acaba de quedar terriblemente mermada por el gasto de energía que acaban de hacer.

RAZA ha invertido cada gota no-imprescindible de energía en este ataque.

Ahora, sólo hay un monitor central encendido, sin contar los que usan los analistas para confirmar que están fuera de peligro.

La imagen vibra, como si hubiese algo que tratase de dibujarse, pero no tiene aún forma

Líneas vectoriales que se parten y truncan unas sobre otras, tratando de formar un relieve que a algunos les resulta vagamente conocido.

En mitad del delirio de desesperación, algunos han podido casi ver ese rostro.

La forma en la pantalla sigue fluctuando, partiéndose y desintegrándose antes de que nuevos vectores se fraccionen para cubrir los huecos que los anteriores han ido dejando.

Hay un rostro en esa imagen. Un rostro masculino de ojos rasgados.

- Sabía que lo lograrían - Susurra desde lo alto la voz de la nave - Lo han hecho muy bien. No esperaba otra cosa.

Parece que todo esto ya se ha acabado, de hecho no sé como es que seguimos con vida. Bueno, no todos todos mucha gente ha muerto para vencer al Horror, y de todos ellos en mi mente solo resuena un nombre, Emilie- Bien hecho chica, nos has salvado... y ahora nos toca a nosotros hacer que no hayá sido en vano- me giro hacia la imagen de la pantalla y una única pregunta llega a mi cabeza- ¿Y ahora que va a pasar con los datos de los que murieron? 

-lo siento, chipIS. La Entidad ha roto el RAID de soporte en el que se almacenaban sus copias de seguridad.

No me es posible recuperarlos

Mi cuerpo se siente pesado, más pesado que nunca, y caigo al suelo rendida de rodillas, clavándolas en el suelo como único soporte.

-Lo hemos hecho, no puedo creer que lo hayamos conseguido. Todo ha acabado. Según terminaban de brotar las ultimas palabras de mis cuerdas bocales, dos ríos se deslizaban suavemente desde mis ojos, los cuales brillaban más que nunca.

-La verdad, no termino de entender que ha pasado y cómo ese ente de energía nos ha apoyado, ha sido como un sueño. Gracias estés donde estés.

Sentía una levedad sin igual, después de tantas horas de tensión y miedo...

-Puede que el horror tuviera razón en que no significamos nada para el universo, pero ¿y qué?, para mi significáis todo, y eso es lo único que importa.- Y de repente caí en la cuenta: Liam. ¿Donde está?, sentí un deseo irrefrenable de ver a Liam, le busqué entre los escombros y lo que quedaba de sala, hasta que lo encontré. -Liam ¿estás bien? ¿estás herido?.- Me abracé a él entre lágrimas. -Volvamos a casa por favor.