Partida Rol por web

Mmmm...

Comentó el Doctor Freud viendo como la gente no paraba de aparecer, desaparecer, morir y resucitar ante sus ojos. A decir verdad parecía cansado con todo aquello, quizás porque no comprendía qué iba a ocurrir, pese a ello. Este no era un hombre que se quedaba de los brazos cruzados. Sino un genio brillante. O eso decían.

Creo que tengo una teoría... veamos si...

El hombre cerró los ojos por un segundo antes de volver a abrirlos.

No. No parece que funcione con que cierre los ojos.

Pero... y si...

Con esto dicho, el hombre de ciencia se levantó de su sitio y se dirigió hacia los interruptores de la sala y...

Al parecer había apagado las luces. Momento en el que se escuchó movimiento por la zona de las sillas y los cuchillos afilados comenzaron a desfilar entre la oscuridad en contra de uno de los presentes, que a saber quién sería en esta ocasión. Al parecer los actos de Freud habían sido dañidos para el grupo... Aunque acertados.

No.

Las luces se volvieron a encender. Quizás por el hecho de que ahora mismo Noether estaba agarrando la mano del Doctor Freud, retorciéndosela con fuerza y sin piedad alguna; mientras que con la otra, estaba encendiendo el interruptor de las luces. Si el grupo hubiera sido más observador, habría visto como, al lado de Noether, en la pared, había un cuchillo nazi clavado a escasos centímetros de la joven que había encendido las luces.

Negando con la cabeza cuando Noether le soltó la mano de esa medio-llave-de-judo que le había hecho; el Doctor de Psicología parecía bastante decepcionado con la muchacha por no haberle permitido continuar con ese "experimento" de ver si los Nazis, en efecto, estaban aprovechando la oscuridad para matar.

Tsk... Tsk...

Aunque era evidente que sí que usan las noches para INTENTAR MATAR, pues casi se cargan a Noether.

Volviendo a su sitio, este se preparó una raya de una substancia blanca y la aspiró por la nariz antes de continuar con la conversación, a fin de cuentas, tenía la mano dolorida a causa de Noether, y no iba a permitir que esto continuara así. Por lo que aprovechó para continuar con aquellos descartes.

-Bueno, como sea... votaciones a líder de nuevo. Escribid en una hoja de papel vuestro voto y haré el recuento cuando termine de tener mil palpitaciones por minuto. El más votado escogerá a quién linchar de una buena vez.

Lo llevo diciendo desde la noche uno, confío en las deducciones de la señorita Emmy Noether y ahora que se ha confirmado su inocencia, le cederé mi voto para volverse la nueva líder. - sabía que no iban a votar por él si volvía a proponerse, sobretodo porque él no estaba confirmado pero ¿qué más daba? Si salía alguien que el quería también le servía.

Unos aplausos se colaron en la sala. Eran aplausos lentos pero firmes a los cuales acompañaba una expresión de aceptación por parte del asombroso Christoph.

—Pues parece ser que no mentía —dijo Christoph dirigiéndose a Emmy Noether—. Como pensaba, los espejos tuvieron exactamente el mismo efecto psicológico que predije que tendría en Freud, quien fue inducido a hacer justamente lo que acaba de hacer —la relación entre los espejos y el para muchos extraño acto de Freud quizás parecería muy rebuscado, pero era claro y evidente para todo aquel que fuese el genio de los genios. Lamentablemente sólo había una persona así entre ellos y era alguien ciertamente asombroso—. Sócrates y Servet han sido protegidos y mis sospechas sobre Emmy Noether desvanecidas. —Podía haber un nazi duro de matar, ¿pero uno inmortal? No, el sentido común le decía que una vez alguien se transformaba en un nazi perdía su potencial de volverse inmortal. Por otra parte, existía aún la posibilidad de que la obstinación de una Noether nazi sólo pudiese ser erradicada con incluso más ataques o con un linchamiento público, pero siendo que tan sólo pensar en aquella idea le aterraba decidió apartarla de su mente—. Por otro lado... —murmuró mientras se volvía hacia Santiago Ramón y Cajal—. Esto no cambia EN ABSOLUTO mis sospechas sobre su persona, Santiago, quien fue y sigue siendo mi sospechoso número uno. En cuanto a mi voto y teniendo en cuenta a los tres candidatos, votaré a Miguel Servet. "¿Y por qué, asombroso Christoph?" —preguntaría nadie—. Sócrates tiene buenas intenciones pero sus resultados a mi parecer positivos fueron en gran parte fruto de la suerte, y aunque más adelante no me importaría votar a la señorita Noether, en vistas de que podría favorecer a mi principal sospechoso me abstendré de darle mi voto. Por descarte y con esperanzas en lo más profundo de mi corazón de que elija a la persona adecuada, mi votó irá por Miguel.

Muy interesante - pensé, a la vista de los últimos acontecimientos... 

Me puse a hablar... más para mi mismo que para todos, pues esperaba que nadie me oyera... pero necesitaba esquematizar la situación actual...

Muertos... y definitivamente muertos... Nobel, Heim (que además era nazi), Pasteur, Faraday y Feynman... 

Tenemos también desaparecidos a Mendel y a Hipatia.

Resucitados milagrosamente Fleming y antes post suicidio Sócrates y Servet...

Y no menos milagrosa la señorita Noether... sobrevive a uno de los petardos de Nobel y a un ataque de los nazis con arma blanca...

Creo, damas y caballeros - dije, esta vez con voz más alta - que debemos continuar con el señor Sócrates como líder y, en su posible ausencia, el señor Servet. Bajo mi punto de vista los únicos libres de toda sospecha... Ni siquiera usted, señorita Noether... si, se ha salvado de un ataque de los nazis... pero, ¿ese ataque falló por incompetencia de ellos, habilidad suya o pura casualidad? Tres hipótesis igualmente válidas mientras no tengamos más información. No no, señorita - me apresuré a añadir ante la mirada de Noether - no la acuso, sencillamente no la exculpo... no es lo mismo.

Y en cuanto a usted, señor Maxwell, dijo que pensaba que tirar piedras al aire era al parecer nuestra única manera de proceder, y no estoy de acuerdo. Y me llama mucho la atención que usted diga eso precisamente, siendo como es compatriota mio, y sabiendo lo que nuestro país sufrió con los alemanes en las dos grandes guerras... no las ganamos apostando por el azar, sino por un concienzudo y metódico trabajo. Me decepciona... - añadí, dejando que mis palabras calaran en él y en el resto... ese hombre me daba mala espina.

-Vaya... -Estaba asombrado ante la deducción de Sigmund Freud, aunque era una conclusión un tanto obvia siendo como era el tercer día.

-Entiendo entonces que hoy se vota en PRIVADO, por un lider y este elije a quien "linchar" al final del día. -Uso los dedos para esa palabra tabu. -Entiendo que la lógica nos guie para ello y que el candidato a Lider solo deba darse entre tres de nosotros, concretamente aquellos tres que han demostrado inocencia, porque... ¿Que los Nazis se ataquen entre ellos? Yo lo pongo en duda. ¿Alguien me puede confirmar si eso es posible? -Miro a todos y cada uno de los presentes. -Por lo que pienso que Emmy es tan valida como Socrates o Miguel.

-Por eso mismo creo que voy a esperar un poco para emitir mi voto, a aquel de los tres que parezca mas atento a estas reuniones, un líder debe de estar al pie del cañón no salir a ultima hora a lanzar piedras al espacio. -Sonrió ante su locuaz comentario. -Y supongo que podemos hablar sobre sospechas como ya se ha echo antes, eso me gusta. -Se sentó entonces en una de las sillas a recapacitar, puesto que estuvo ausente la noche anterior.

-¡AH! Esto es para mi captor: Agradezco que me liberara, como ya dijera Rosalind antes, no lo considere un secuestro, mas bien un interrogatorio y si alguno mas es enviado allí, le sugiero que sea sincero con las respuestas.

—Parece que mis sutilezas no fueron lo suficientemente claras —dijo el asombroso Christoph mientras por décimo tercera vez en el día se acomodaba las gafas—. Créanme, a pesar de que mis métodos sean demasiado complejos para sus pequeños cerebros, he sido yo quien realmente ha estado detrás de toda la confusión nazi, habiendo planeado el planificado plan para que la víctima fuese Noether, una potencial nazi. Si decía la verdad obtendríamos una hora de tregua y a mis ojos una inocente casi confirmada. Si mentía... Bueno, una nazi menos. Por cierto, señor Wattson, ¿puedo preguntarle por qué Sócrates y no Servet? Me da curiosidad.

¿Cómo no? Querido señor Helmchen... tan solo muestro... mmm... preferencia, si... preferencia por el señor Sócrates tan solo por mantener a quien se eligió con anterioridad. Realmente en dicha votación voté por el señor Servet, ambos me parecen igualmente válidos para representar a la gente honrada... que seguimos siendo mayoría, señor Helmchen... no lo olvide, tan solo que perdemos demasiado tiempo en no fiarnos de nosotros mismos...

Yo tampoco me fiaría de la señora Noether, un ataque a ella no necesariamente significa que está de nuestro lado podría ser como dice el señor Christoph una desviación del ataque o más intrigante aún... un tercer bando

Sócrates agrego más apuntes en su libreta - Votaré por mi porque el señor Servet es un poco menos comunicativo que yo, no me gustaría que su calma nos haga cometer errores. Y recuerden decir por quién piensan votar para que podamos descubrir quién miente

     Hmmmm...- sentado.. con una mirada totalmente concentrada... casi como si nadie pudiera sacarme de mi burbuja, miraba hacia el pasillo al que iba a la cocina ... quizás... si marchara por unos minutos nadie me notaria... y esas eran mis intenciones... hasta que una ida total de luces y cuchillos volando igual me decían que tendría que esperar un poco mas.

    Quizás... y solo Quizás.. le estén dando demasiadas vueltas señorres... - mientras me levantaba de mi asiento y comenzaba a caminar por la sala buscando alguna de las mesas por donde no hubiera estado ante - Se que han pasado muchas cosas en este corrto espacio de tiempo, algunas mas rarras... otras incomprensibles... y uno que otro accidente - cogiendo alguna bandeja con canape que aun estuviera intacta - pero... peroo... Pero... Cuando vemos cosas tan claras como un ataque totalmente evitado gracias a las capacidades de la señorita Noetherr, creo que esta muy feo solo hacer la vista gorrda... - mientras buscaba nuevamente mi asiento y comenzaba a catar desde afuera hacia adentro - ¿ Aun queda algo de aderezo por allí ?

Schrödinger paseaba por la sala con evidente desasosiego.

- Sinceramente, no termino de comprender lo que está pasando aquí y eso me desconcierta. No acostumbro a trabajar sin certezas: las cosas son, o no son. En mi opinión la señorita Noether parece inmune a los ataques y a pesar de ello ustedes postulan un liderazgo de Sócrates o de Servet casi en exclusiva. El señor Servet por muy científico que sea, se está prodigando poco en este foro, y eso me preocupa, no me gustaría tener un líder silencio o que pudiera evadirse de sus obligaciones - aseveró el físico.

Miraba detenidamente a los presentes intentando descubrir una esvástica tatuada o un ejemplar del Mein Kapf entre los apuntes de alguno, pero sin éxito.

- Honestamente, los que más me preocupan son los que no parecen interesados por resolver este enigma... y en este punto está Servet, pero no sólamente, pues también están algo "ausentes" la señora Godall o mesié Pasteur, entre otros. ¿No creen?