Cuando Kshpir dijo que le honraba, Hyrr le sonrió y le dijo con una pintoresca reverencia.
- El honor es mío - entonces, escuchó con atención todo lo acontecido.
Si bien era sospechoso el cambio de acontecimientos y las circunstancias, había cierta lógica en ello.
- Yo encuentro algo de lógica. Cuando hablé sobre esto, la reacción que tuvo Bones fue decir que votaran por mí. ¿Qué podría ganar él de que votaran por mí si él cree que me han vinculado a él? Por esa parte, puede tener sentido. Además, Bones atacaba a todo el que interviniera y ahora, solo se centra en Shantee. ¿Puede ser simplemente casualidad? Creo que es demasiado incluso para él - rió.
- Yo no estoy convencida de todo esto, - dijo mientras creaba esa escalera de fuego otra vez para flotar por los aires, - pero sé que es mejor comprobarlo que juzgarlo. Sencillo, Shantee nos dice con quién usará su poder y lo sabremos después de la votación. Por mi parte, votaré por alguien que mantuvo su silencio solo hasta el momento en que todos atacaban a Bones por cambiar la historia. ¿A quién más que a los traidores les conviene mantener la enemistad hacia Bones? Por ello, es muy probable que sea uno de esos que avivó el fuego sin escuchar quien sea un verdadero traidor. ¿Verdad? - sonrió una última vez.
- Por mi parte, tendrán una única oportunidad - rió mientras seguía flotando.
Shantee ya no dijo nada más, era imposible tratar de razonar. Se volvió hacia la mesa, al llegar tapó el frasquito y lo volvió a guardar donde había estado.
-Será mejor que busques otro asiento Fenrir, no quisiera que te pasase algo si salgo elegida.
Y cuando el duende se fue se sentó de nuevo, no es que le hiciese falta, es que habían puesto las sillas para eso.
Kshpir había observado en silencio las últimas conversaciones del grupo. Había algo que rondaba su mente desde las últimas revelaciones del esqueleto. Revelaciones que aún no se habían podido comprobar como ciertas o falsas... pero que desde luego le habían dado que pensar a la luz de algo. Algo que sólo él sabía, o al menos eso creía. Sin embargo, se encogió de hombros sin más.
—Bien, yo he tomado mi decisión —anunció—. La suerte está echada, y ahora seguramente podamos comprobar ciertas cosas que se han dicho... y hecho.
El sol se escondió por el horizonte de Fantasía, y Atreyu se acercó a la botella. La cogió con una mano y la agitó, y el color cambió.
Cuando volvió a apoyarla en la mesa, de ella salieron finas filigranas de humo que envolvieron a Bones y cuando se disolvieron, el esqueleto ya no estaba allí.
Pero no fue el único. Una de esas filigranas se escapó, y desde el cuerpo de Bones voló hasta Kshpir, que desapareció también.
ESCENA CERRADA. DA PASO A LA NOCHE 1.