Todos seguían discutiendo, llevando la voz cantante el ser de huesos. Duwin lo miraba en silencio, sin perder palabra. Decidió darle un consejo, a pesar de que nadie se lo había pedido.
Su dracónica y violácea cabeza se irguió hacia el esqueleto con un gesto serio, pero no queriendo parecer enfadado, pues no lo estaba... aún:
-Bones, nadie te ha nombrado representante de nada. Has de aprender a escuchar y pensar antes de hablar. Quizás los presentes tengamos artefactos, como los llamas, pero de todo lo que aquí se ha dicho, que no fue poco, las palabras más sensatas han sido de Kerasi: los poderes que nos han sido otorgados serán útiles USÁNDOLOS, no presumiendo de ellos, y distinguiendo sabiamente las verdades de las mentiras. Refrena tus ansias de encontrar víctimas, esqueleto, que no es una tarea de "si no estás conmigo, estás contra mí". Calma. Ése es mi consejo.
Viendo que había una corriente ideológica contraria, de los cuales querían evitar y esconder cuantos artefactos había en el lugar, así como, el hecho de usar artefactos, quizás no encabezado por aquel insignificante dragón, pero sí apoyado y siendo él el ultimo representante de esa idea, Bones, volvió a hablar:
-No sabemos que tipo de poderes hay entre nosotros, pero supongamos que esos poderes pueden causar más desgracias a los que aún son leales a la Emperatriz y nuestro mundo, digamos que, tienen como poder atacar y hacer desaparecer de la faz de nuestro mundo a uno de los 18 seres. Este poder agresivo, si es usado como planteas... ¿que crees que pasará?.
Viendo que nadie seguía su juego, y no consideraban siquiera colaborar para saber más datos que podían ser usados por los leales, comenzó a sospechar de aquellos que, de forma clara, lo habían atacado y rechazado sus ideas, que según él, eran las mejores y la única forma de vencer a los traidores, Duwin, Bloop, Kshpir... ¿actúan así porque son traidores, porque su discurso es demasiado complejo para sus cortas mentes, o porque tienen otro plan?. Tanto le daba, a diferencia que hacia la Nayade, estos se habían alzado contra el de forma activa, y no defendiendose de un ataque previo. Eran, sin lugar a dudas, más que sospechosos.
-Si alguien usa un poder agresivo en estos momentos, ahora que somos 18... Si ese ser usa un poder agresivo contra uno de los otros 17 miembros, y sabiendo que los traidores son un grupo reducido; ¿que posibilidad hay de que se equivoque y ataque a uno de los leales?.
-Si por el contrario es un poder positivo, vease ser capaz de rescatar a alguien de La Nada o del Juicio, lo más correcto sería usarlo tan solo para los que a La Nada ya haya atacado. Ya que, a no ser que se ataquen entre sí y ese sea su plan; atacarán a los leales para poder sobrepasarnos en número.
-Si hay otros poderes, que no ataquen contra otros miembros de forma directa; como por ejemplo los agresivos o los que cambien el lugar de uno por otro. Entonces, estaría bien usarlos, y más aún si da la posibilidad de descubrir a los traidores.
Con eso concluyó, no sin antes calcular para sí en la probabilidad de acertar si se atacara con un poder agresivo a uno de los 17 miembros restantes, siendo este, en caso de ser 1 solo traidor 1/17 (5,88%), 2 traidores 2/17 (11,76%) y 3 traidores 3/17 (17,64%). Concluyendo que, solo se debería usar estos poderes una vez que el número de leales se equiparase un poco más al de traidores.
Yo he estado pensando... si mañana sigo existiendo, usaré mi poder. Los traidores sólo actúan de noche, mientras que nosotros podemos actuar de día y de noche así que cuanto más podamos hacer en el día antes de que los traidores actúen con subterfugio e impunidad, mejor. Además, ya siendo su objetivo, es cuestión de tiempo, cuanto antes use mi don, mejor para todos incluída yo, que dejaré de ser un objetivo a tener en cuenta. Aunque haya poderes que deban esperar su momento, hay otros que es mejor usar cuanto antes. El mío usado de manera temprana no es muy útil, pero ahora mismo es mi mejor opción de supervivencia. Y más vale que llegue a usarse antes de que se pierda la oportunidad. Todos sabréis cuál es mi poder al atardecer del día próximo. Será obvio para todos.
Kairim continuó escuchando la discusión, y por fin tuvo que darles la razón a los que, contra Bones, sostenían que revelar los artefactos y sus poderes a los demás no era buena idea. Como Bones en fin de cuentas lo admitió el mismo, era muy comprensible el temor que con esto sólo se pondría la diana en las que habían revelado que poseían un poder especial gracias al artefacto. ¿A quién los traidores iban a matar primero? Por supuesto, a los que poseían artefactos, y más aún si sabían que tenían un poder temible para los traidores.
“Duwin tiene razón en darle la razón a Kerasi”, intervino otra vez. “Los poderes que nos han sido otorgados serán útiles USÁNDOLOS, no presumiendo de ellos. Hablar de ellos es exponerse a sí mismo a los traidores. Poner la diana en sí mismo.”
Incluso ahora miró al esqueleto con un poco de sospecha. No era su palabrería para justificar su demanda que todos expusieran sus artefactos sólo un intento torpe de hacer olvidar que había metido la pata, que había revelado demasiado de su verdadera naturaleza de… traidor?
Quién sabe…, pensó suspirando, sacudiendo la cabeza.
Gwendi volvió de vuelta al salón y, después de que la última criatura volviese de visitar a la Hija de la Luna, Atreyu les transmitió un mensaje que ella misma le había dado. Justo después, un lobo de aspecto espeluznante se materializó y los amenazó. A la gnoma le dieron escalofríos, y evitó mirar hacia donde se encontraba ese ser.
El esqueleto, Bones, había comenzado un debate sobre si era buena idea desvelar los artefactos que les había otorgado la Emperatriz. Ella consideraba que era una mala idea, como la mayoría de sus compañeros
—Estoy de acuerdo con vosotros. Bones, creo que no tienes razón. Además, me niego a exponerme ante los traidores explicando el artefacto que me han otorgado. A todo esto, ¿quién sabe si alguien mentiría sobre la naturaleza de su poder?
Observó con atención y desconfianza a las criaturas que la rodeaban. Se preguntaba cómo terminaría todo, si serían capaces de salvar a la Emperatriz...
Fenrir salió de la habitación de la emperatriz acompañado de Atreyu y éste le guió hasta el que sería su habitación. Cuando el duende oyó como la puerta de Atreyu se cerraba salió a la sala común, salió sigiloso de su cuarto y cogiendo un papel y un carboncillo que habían en el suelo dibujó una cara de una caricatura y la pegó como medianamente pudo en la cara de una de las estatuas.
Tras esto, volvió a su habitación conteniendo una risa pícara.
Siento la tardanza, no pude escribir antes.