En la nada me preguntan si puedo oir lo hablado en la ciudadela: puedo. Es suficiente prueba de veracidad. Puede que desvelara mis cartas pero no desvelaré las de aquellos que están en el exilio por si alguien decide traerlos de vuelta.
Cuando las paredes de la torre comenzaron a perder brillo en los colores y el color marfil volvía a asomar, Atreyu se acercó una vez más a la botella, y la agitó.
Ésta tardó más de lo normal en cambiar de color, y cuando lo hizo, quedó con dos colores mezclados. Ambos colores salieron por la abertura, y dos nubes de humo se repartieron por la estancia, envolviendo simultáneamente a Fenrir y a Kerasi.
Pero sólo Fenrir desapareció. Sin embargo, su asiento no quedó vacío, pues otro Fantasio ocupó su lugar: Kshpir había vuelto.