Partida Rol por web

Mary sonrió un poco más reconfortada al ver que comenzaban a acercarse algunos. Con cuidado vertió un poco de te en una cuenquito (sacado de su bolso, por supuesto) y se lo puso al lado a Simba para que pudiera arreglárselas mejor. Al ver el gesto de Mérida cogió su taza y echó un poco más de azúcar y se lo tendió guiñándole un ojo:

_ Es té de frutos rojos... Sabe dulce y con un poco de azúcar mejor...

Ella misma dio un sorbo a su taza y cogiendo a Stitch lo sentó en su regazo revolviéndole el pelo con gesto maternal y poniendo ante él el plato. 

_ Elija usted pequeñín... chocolate o mantequilla? ¿O por qué no una de cada verdad?

Soltó una pequeña risita y luego miró a Kronk y a Alicia animándoles a acercarse:

_ Vamos chicos... no os preocupéis... Seguramente todo se arregle pronto... El Hada Madrina volverá... y seguramente podrá ayudar al señor peludo, a volver. Ella puede hacer muchísimas cosas...

Deseaba con todas sus fuerzas... que aquella vez sus palabras se hicieran realidad.

Se sentó en el suelo con las piernas cruzadas, obviando al resto, queriendo pasar desapercibida. No se sentía con ganas de nada. Incluso llegó a pensar que quería desaparecer, igual que aquel ser peludo. Si ya no contaba con la compañía y la confianza de Ralph, no tenía necesidad de seguir en aquel sitio, escuchando cómo unos y otros se inculpaban y demás.

Vio a la mujer haciendo su magia, pudo contemplar la tetera, las tazas y las pastas. Tuvo ganas de probar una al sentir el estómago rugir, pero luego se dio cuenta de que no estaban allí para hacer amigos, ni para comer pastas, sino para descubrir un culpable. Y ella no tenía ganas ni para lo uno ni para lo otro.

Y lo escuchó. Había ocultado su cara entre las rodillas, y envolvió sus piernas con los brazos, haciéndose un ovillo para pasar aún más desapercibida, pero escuchó cada palabra que le dijo. Y cerró los ojos con fuerza sintiéndose culpable por saber que él lo estaba pasando mal. Alzó la mirada y lo vio con los brazos extendidos. Sintió cómo le temblaba el labio y el tiempo se detenía.

Se levantó sin perder ni un instante y abrazó su pierna con fuerza, negando con la cabeza, diciendo sin palabras que no tenía que perdonar nada, que no había sido más que la tensión del momento, que era capaz de hacer que todo fallara y terminara por romperlo completamente.

Lo miró y sonrió de manera abierta. Escaló por su brazo y volvió a acomodarse en su hombro. Lo había echado de menos, aunque sólo hubieran sido unos minutos, había echado de menos no estar con él, no compartir miradas, no saber lo que piensa el otro. Pero, todo volvía a la normalidad.

Pasó su brazo alrededor de su cabeza y se agarró para no caerse, y contempló de nuevo la panorámica que tenía de todo ser que allí se encontraba.

Miró en ese momento a la gente que cogía galletas que ofrecía Mary Poppins, y torció la boca, desconfiada.

-No sé si lo mejor es comer de esas galletas….- murmuró, aunque lo dijo lo suficientemente alto como para que la oyeran-. No cuando sabemos que alguno de los aquí presentes es alguien capaz de hacerle eso a un Hada Madrina.

Stich hizo un gesto de sosiego y relajación ante las suaves caricias de la señorita del paraguas,como si fuera un pequeño perrito,y se emociono al oir el posible menu.

-Chocolate con mantequilla jaja-Levanto sus brazitos con gesto de deseo de tener ya la comida,pero miro a la pequeña Vanellope y giro la cabeza con gesto de duda ante las palabras de la pequeña.

-Alguien tan amable que me de chocolate no puede ser malo jaja.-Decía con energía la pequeña criatura.

Mary negó con la cabeza resignada... La paranoia se palpaba en el ambiente. Con tranquilidad escogió una galleta de cada para Stitch y le dio un mordisco a la de chocolate y otro a la de mantequilla...  Luego se las ofreció al pequeño ser azul con una sonrisa. 

_ Espero que ahora te fies... 

Y mirando a Vanellope añadió con dureza:

_ Ya he perdido la cuenta de cuantos años llevo cuidando niños a mi cargo... Y desde luego, ninguno ha sufrido daño alguno... No va a ser hoy el primer día...

Casi sonaba indignada.

Volvió a probar la bebida cuando Mary se la devolvió e hizo un gesto de asintiendo, no dejó pasar un instante antes de coger otra pasta...

Cuando la pequeña dijo aquello giró la cabeza y se encogió de hombros con la pasta en la boca, total, si tenían algún hechizo, veneno o cualquier cosa ya sería tarde para ella...

Sale corriendo hacia las migas que se le habían caido a Merida y se pone debajo de la mesa en busca de comida

¿Sois capaces de comer con todo lo que está pasando? - pregunté atónita. Si hacía recuento mental teníamos un hada madrina congelada y un animalito peludo borrado porque le creían cómplice de aquella brutalidad, y aún había gente con hambre....

-Bien Nala, veo que tú también me entiendes.-Susurra Alicia, aún con el nudo en el estómago.-En lugar de comer, deberíamos buscar una solución para que Walt Disney no los elimine a todos... ya seamos inocentes o culpables.

Al escuchar a Nala comprendo que tiene razón y dejo de comer.

-Lo siento - digo - es que tenía muy buena pinta...