Se dibujó una sonrisa de satisfacción en mi rostro cuando conseguí abrir la puerta, no había estado muy convencido al principio, pero allí estaba, abriendo la puerta de la cámara de los secretos.
Me sentí algo nervioso cuando crucé esa puerta ¿cuántas personas habían estado en aquella sala? seguro que se podían contar con los dedos de las manos. Pero tenía que mantener la compostura, no podía dejar que se me viera emocionado.
Fue entonces cuando Kegan salió por ahí como un niño de 10 años, mirándolo y tocándolo todo. gryffindors....
de nuevo tenía mi Lumos en la varita e iba caminando por aquél pasillo observándolo todo. Me acerqué también la basilisco.
Si, si que lo era, era real.
- Bien hecho, Will.- Había controlado muy bien el hechizo, a saber que habría pasado si hubiera movido la puerta con demasiada fuerza. Pero eso ya daba igual. ¡La Cámara de los Secretos! Y a juzgar por el esqueleto de basilisco parecía que todos los rumores sobre las aventuras de Harry Potter eran ciertos.
La guarida del basilisco, el arma que había dejado Slytherin para aquellos que hablaran parsel. Pero que había sido usada por el odiado Voldemort que tanto daño había hecho a su familia. Esa sala y el fundador de su casa le causaban sentimientos encontrados pero igualmente en ese momento hubiera dado cualquier cosa por conocer el lenguaje de las serpientes. Y por alguna razón le molestaba que estuviera allí aquel Gryffindor. No era digno.
Anwen avanzó también hacia el esqueleto del basilisco, mirando la sala con atención. Ya que estaba ¿por qué no llevarse un colmillo? Si aún conservaban veneno...dicen que se podría destruir cualquier cosa con ellos...
Anwen pudo arrancar perfectamente un colmillo del basilisco. No estaba especialmente duro y tampoco era tan grande como para no poder llevarlo bien. Otro colmillo menos. Había cuatro huecos de colmillo en la mandíbula de la gigantesca serpiente.
Si algo tenía que reconocerle a Pullap era que era todo un caballero pues ni una vez desvió la vista hacia algún lugar inapropiado, siempre manteniéndose en su rol de profesor. Claro que, a decir verdad, tampoco era como si Eileen fuera consciente de que sus saltitos pudieran poner en un aprieto al hombre.
- Gracias - le sonrió levemente al profesor, esperando durante un par de segundo a ver si decidía darle puntos a ella también pero visto que no estaba por la labor cerró las cortinas que rodeaban la cama de Emily y se quitó la camisa y la falda, tiritando -. Jo, no veas qué frío estaba el lago, la leche...y tengo el sujetador chorreando - tras decir aquello empezó a secarse la ropa interior con la varita, sin quitársela, no fuera a ser que alguien decidiera que era el momento de entrar. Una vez hecho eso se puso la túnica a toda prisa, comprobando que, por desgracia, no estaba tan seca como hubiera querido -. ¿Qué tal te encuentras?
Que nooo, qué esperabais, ¿que iba a marranear ante el profesor? Si es que....
Mis mejillas estarían rojas de no ser por el frío.
- Se me ha ido la olla, sí. -Le digo tiritando a Eileen y riéndome mientras tiritaba junto a ella.- Pero ha sido sin querer, yo solo pretendía ser maja con ella. A veces no acierto con mis palabras... Pero a tenido gracia ¿No? -Le contesto con una sonrisa aún más radiante, aunque tiritante. Me encantaba que Eileen se riera gracias a mi, era genial.
- Muchas gracias, me estaba congelando. -Le digo a Tabatha mientras le doy un abrazo.
Dejo que Eileen conteste al porqué nos habíamos metido en el lago mientras lo observo, es tan maravilloso... Entonces es cuando me percato de que unas escobas vienen volando y en ellas nada mas y nada menos que ¡Max! Bueno, y Mia también... Con su naturalidad de mari-macho, pero sobretodo ¡Max! y lo más importante ¡Max!
- Ho-ho-hola. -Digo volviendo a tiritar, pero esta vez no del frío.
"¿Cómo decirle que gracias por defenderme frente a Anna? ¿Sería prudente contar que lo sé? Pero... él antes no ha tenido piedad de mi y me ha mandado a la enfermería... Es igual, es tan guaaaaaaapo." Mis pensamientos van pasando de uno en uno mientras Eileen responde por fin a la pregunta que le han formulado Tabatha y el gryffindor más guapo de todos.
- Sí, debemos buscar a Williams y Anwen, pobrecitos. -Digo antes de sorprenderme al ver que Eileen se marchaba corriendo. ¿Qué mosca le habrá picado? Podríamos haber ido juntos hacia el castillo. Me encojo de hombros.- ¿Vamos?
Miré del uno al otro mientras la situación se volvía algo... especial. Apreté los labios el uno contra el otro pare evitar reirme y bajé la mirada mientras pasaba los dedos por las arrugas de las sábanas, cómo si fuese lo más interesante del mundo y requiriese toda mi atención.
Sin embargo, mientras Eileen estaba tras las cortinas cambiándose, mi autocontrol no aguantó y empecé a reir disimulandolo con una tos falsa incluso peor que la anterior.
-Esta... cofcof... medicina...cofcof... qué irritante... cofcof.
Me iba a cabar metiéndo en un lío, a ese paso...
Sin embargo, pese a estar en una situación bastante cómica y peleándome por no reír, en el fondo estaba pensando en lo que Eileen había dicho.
"Myrtle vio a un chico en uniforme..."
Miré a Eileen cuándo salió tras las cortinas.
- Bien, bien, la medicina funciona... Iré a clase ahora. Y Vilma, dónde está? - repetùi por segunda vez, aunque ahora era más bien por centrar la atención en otro tema.
Era realmente difícil no reírse en la situación. Sean intentando disimular lo indisimulable, Eileen mojada y claramente creyendo que era la culpable... Y yo en la cama, con el sujetador desabrochado, intentando parecer decente y herida.
Cuándo Eileen desapareció tras las cortinas miré a Sean y en cuánto nuestras miradas se cruzaron no pude aguantar más. Intenté disimular la risa con tos, por Eileen, pero estaba claro para todos que me estaba riendo, sobretodo para Sean quién debá estar pasándolo realmente mal.
"A ver si se va a cabrear contigo...Por muy divertida que sea la situación." - me avisó La Voz (o me metía miedo?) mientras se reía a carcajadas.
Me sentí un poco mal por Sean, pero me aseguraría de que Eileen no se lo contase a nadie. NAdie tenía porque saber lo ocurrido. Aproveché para ponerme el sujetador bien de nuevo mientras escuchaba a Eileen cambiarse.
Despedí con un gesto de mi cabeza a Eileen y me giré para ver a las otras dos chicas. Al parecer algo había pasado y si que era serio así que miré hacia al castillo, como intentando discernir si había pasado algo más.
-Eso no explica que esteis empapadas. -aunque bueno, aquella era algo secundario. -Bueno... volvamos al castillo. A ver si nos enteramos de lo que está pasando.
Cuando mi mirada se cruzó con la de Vilma el sentimiento de culpa volvió a hacer mella en mi. Bajé la mirada durante un segundo, abochornado por lo que había hecho. -Oye Vilma... siento haberte mandado a la enfermería antes... no era mi intención.
Esa noche, tras mucho meditarlo, me decidí a escribir a mi padre. Sabía que se enteraría de lo ocurrido de todos modos pues Greenbell y él se conocían bien, y de todos modos siempre parecía enterarse de las cosas importantes. Y un posible atentado parecía importante, vaya.
Sin embargo, quería ser yo la que le contase lo ocurrido. No supe cómo empezar. Había bajado a los divanes de estudio de la sala común para no molestar al resto y la pluma daba vueltas en mis dedos mientras miraba a la carta en blanco. no quería parecer pedante, o pesada, o estar demasiado orgullosa de lo conseguguido. PEro por el otro lado tampoco quería pecar de demasiada humildad o no darle la importancia suficiente.
Finalmente me incliné sobre un escritorio y mojé la pluma en tinta.
Querido papá,
Tal vez cuándo mi carta te llegue ya sepas lo ocurrido, pues no sé cuándo volverás a tu oficina dónde voy a mandarlo, pero quería hacerte saber personalmente que estoy bien.
Hoy ha habido una explosión en el colegio. No ha sido un accidente, sino algo premeditado. Alguien robó una gran cantidad de un fluído explosivo realmente peligroso y lo dejó en uno de los baños femeninos. Por casualidad entré en ese baño, y al reconocer la poción la contuve con un par de hechizos protectores. La poción explotó de todos modos y la onda expansiva ha dejado inutilizados los baños. Los profesores están preocupados por la situación e investigando lo ocurrido. La directora me concedió puntos y una medalla por contener la explosión. Todos creen que habrán podido haber heridos si no la hubiese encontrado. Yo sólo me alegro que todo el mundo esté bien y haber podido ayudar.
También quería volver a pedirte si sabías algo más sobre los padres de Eileen. Ya sé que no es tu trabajo, y las cosas no son tan fáciles... Pero Eileen y su hermanito están destrozados, y los señores Morgan son buenas personas. Ya sabes que cuándo les visito me tratan cómo si fuese familia sin pedir nada a cambio. Haz todo lo que puedas, porfi, papá.
Las clases han empezado bastante fuertes este año. Estudiaré mucho, prometo sacar buenas notas en mis EXTASIS.
Un abrazo.
Te quiere,
Emily
Releí la carta un par de veces. Sí, aprecía haber conseguido mi objetivo. No sonaba demasiado humilde ni demassiado orgullosa. O así me sonaba a mí.
Era tarde para bajar a la lechucería, así que la enviaría mañana a primera hora antes de ir a desayunar.
Me fui a la cama, nerviosa, sin poder dormir. Todo lo ocurrido... TODO. Bueno, malo, raro... Y además me preguntaba si mi padre estaría orgulloso de lo que había hecho. Al final, no sé en que momento, conseguí quedarme dormida y pasar una noche sin sueños, o pesadillas.
Estaba más o menos cómoda, enfundada en su túnica de nuevo, cuando vio la extraña expresión de inocencia en el rostro de Emily que solía ocultar mucho peor de lo que ella pensaba una sonrisa divertida. Le lanzó una mirada extrañada, enarcando una ceja.
- ¿Y tú de qué te ríes ahora? - se pasó las manos por el pelo con disimulo. Quizás tenía algo del lago ahí y teniendo en cuenta las palabras de Myrtle le horrorizaba pensar en qué podía ser. Sin embargo, un minucioso examen le indicó que, por suerte, su pelo estaba libre de deshechos orgánicos indeseados -. A Vilma la he mandado a avisar a los demás para que no la siguiera liando...menuda cruz ir con ella, en serio, casi espanta a Myrtle como tres veces.
Noto como vuelvo a temblar ¡Que fastidio ser yo!
- No pasa nada, Max. Es normal que hayas ido así de rápido ¡Sabías que corrías peligro ante mi! -Me atrevo a decir, mientras le sonrió, pero bajo la mirada en seguida y miro al suelo. ¿Qué me pasaba hoy?- Además, ni me he dado cuenta, he aparecido en la enfermería de golpe. Eres muy... Bueno. -Digo esto ultimo entrecortada y me comienza a dar hipo de nuevo.- Quiero decir que te perdono, aunque no hacían falta las disculpas, te hubiera perdonado igualmente jajajaj -Me río torpemente y me resbalo con algo del suelo, pero consigo mantener el equilibrio.
Negué con la cabeza sonriendo al ver cómo resbalaba. Esta mujer nunca cambiará, mira que es patosa. Pero pese a eso era muy maja, me caía bien.
-Pude haber usado un Expelliarmus y no lo hice. Y eso si que es mi culpa. -se me veía afectado, realmente lo lamentaba. No como otras veces que fingía estar arrepentido ante un profesor para evitar un castigo.
Cuando dijo que era muy bueno negué la cabeza con un deje de enfado. -Si lo fuera no hubiera acabado boca abajo... pero bueno, es lo que hay.
Ya habría tiempo para vengarme.
Miré de reojo al profesor y bufé.
- Yo ¿reírme? Qué cosas dices Eileen... Es tos. Genuína tos.*
*
Sólo contesto para poder poner el gif jajajajaj sigamos en el futuro!