Partida Rol por web

-¡Así que era tuyo! -dije, sorprendida, y miré a Troy-. Misterio resuelto. A saber a dónde se habrá ido Artemis, jajaja.. Propongo que aprovechemos este rato fuera para ir a algún lugar, en vez de regresar a la sala común. ¿Te apetece explorar algún sitio? -visto que Pynn no estaba por la labor de darnos nuevas chinches, algo teníamos que hacer. No me apetecía volver a Gryffindor tan pronto.

La proposición de Marty le hizo sacar una nueva sonrisa a Troy. Le encantaba que Marty compartiera sus ganas de pasear por el castillo, investigando y viendo nuevas aventuras.

- ¡Claro! Demos una vuelta.- se irguió de nuevo, pues se había agachado un poco para hablar con Pynn.- ¡Buenas noches, Pynn! Nos vemos otro día.

Le hizo una señal a Marty para que se moviera junto a él.

- ¿Quieres ir a algún sitio en particular?

-Pueeees... estoy dudando entre ser buena y regresar a hablar con Artemis para compartir los resultados de la investigación y la "fuga" entre los tres.. O ir a buscar a Maren, o a Lavinia.. O a alguien por ahí, jajaja.. ¿Qué te parece? ¿Seremos tan malvados que aprovecharemos el tiempo que nos dejan estar fuera de la sala común para hacer algo provechoso? -le guiño un ojo, sonriente. Ya sabía que diría que sí-. ¿Dónde crees que puede estar Maren? La útima vez que la ví, venía con nosotros a Gryffindor después de la inundación, pero no llegó a la sala.. ¿quizás en la enfermería? ¿Qué se te ocurre?

- Maren había quedado para hablar con Adrien y Marcus.- le explicó.- no sé a dónde habrán ido. ¡Pero nosotros podemos investigar mientras! Tu prima estará en su sala común, no creo que podamos ir a verla.- estaba pensando qué podían hacer para divertirse.- ¡Oh! Ya sé, podemos pasearnos y si vemos a alguien le asustamos sin que nos vea.- dijo emocionado.- Seguro que alguien más está por el castillo. 

-¡Claro! Venga vamos.. A ver si encontramos a alguien. Sabemos que al menos nuestro compañero de casa anda por ahí, jaja.. Y tenía ganas de cervezas de mantequilla. 

No pensaba hacer nada grave, pero la noche se ponía divertida. Depende a quién encontrásemos, podríamos hacer una cosa u otra.

Nos pusimos a caminar, esperando oir voces o ruidos, y evitando hacerlas nosotros para no ser descubiertos. ¡Esto de tener permiso del prefecto era una pasada!