- "Mi Señor, no están en venta. Su precio normal de alquiler son ciento cincuenta piezas de oro al mes, os los puedo dejar por cien al mes." -
- "Pero mil piezas de oro es una cuantiosa suma." -
- "Más de la que vos podéis pagar, sin duda." -
- "¡Maldita perra insolente!" -
- "Halla paz, ciudadanos. Continuad la transacción." -
- "Lo siento, mi Señor. El Gremio de Magos no me autoriza a vender objetos mágicos." -
- "Está bien, me quedo a este elfo flacucho de todas formas." -
- "Si esa es vuestra elección, mi Señor..." -
- "Me quedo a ese chaval tan horriblemente feo." -
El Legionario escupe.
- "Es un maldito asesino de Legionarios. Toda la Décimo Tercera está deseando ver sus tripas esparcidas por la arena." -
El Instructor Amarillo le abre la boca a un joven tiefling.
- "¡Menudos dientes! Me quedo con este." -
- "¿Qué es lo que queda? ¡Ya sólo quedan los peores! ¿Me engañan mis ojos o ese humano demacrado acaba de toser sangre? ¿Es que vendéis mercancía defectuosa?" -
- "Mi señor, ciertamente su salud parece frágil... ¡pero es un brujo poderoso! ¡Fijáos en sus grilletes antimagia! Fueron forjados en Kosuth, la Ciudad de la Magia, por Thabises, uno de los mejores alquimistas del Imperio." -
- "Vale, vale, me lo quedo también. ¡Parecéis un maldito vendedor de jamelgos deslomados!" -
- "Quiero a ese enano que no para de vomitar." -
- "¡Qué asco, si parece que vaya a ahogarse en su propio vómito!" -
El Maestro de Esclavos parece irritado.
- "Pero como dije antes, es un verdadero psicópata." -
- "¿Y esa mediana? ¿Qué tiene de especial? Parece fuera de lugar aquí..." -
- "No os dejéis engañar por las apariencias, mi Señor. Esa mediana de aspecto inocente ha sido condenada a morir en la Arena." -
- "De acuerdo, me la quedo, aunque no sé si vivirá lo suficiente para reportar alguna ganancia." -