Partida Rol por web

Las voces del orco hacen que salga de mi ensimismamiento y lo que va gritando a los cuatro vientos me parece increible....¿Los juegos van a ser prohibidos? No puede ser verdad...¿se van a terminar los combates y las muertes en la Arena?

Siento como las lagrimas empiezan a resbalarme por el rostro mientras miro incredula al pequeño y peludo orco que trae los periodicos. Estoy a punto de pedirle uno cuando a mis espaldas escucho una voz profunda y a la vez conocida. Me vuelvo para ver mas incredula si cabe, que es Tapón, mi antiguo rival en la Arena...al que venci...

Temblorosa y sin limpiarme las lagrimas, doy un paso hacia la puerta del Templo en la que se encuentra -¿Tapon?

Hastegaard se acerca al orco de voz aguda y aún a riesgo de indisponerse con monjes y dioses, le pide un periódico. Vaya, parece que es cierto. A menos que Detritus desee contrariar al emperador. Sin apenas recato, una risa jocosa escapa de sus labios ante la sola imagen de mil legiones a las puertas de la ciudad.

TEMPLO DE LOS MIL DIOSES:

- "Sí, Bella, en otra vida fui conocido como Tapón. Te doy la bienvenida al Templo de los Mil Dioses, incluso en estas aciagas circunstancias. Espero que muy pronto seas libre y ocupes el lugar que te corresponde entre estos muros.

Yo soy Acólito de Pelor, Señor del Sol, aunque también me ocupo de la recepción de visitantes y de la seguridad y paz en estas salas.

Por favor, acompañadme, os conduciré a una de las Cámaras Mortuorias. A una apropiada para héroes caídos." -

TEMPLO DE LOS MIL DIOSES:

- "¿Qué es lo que te hace tanta gracia, mentecato?" - Dice Demoses mirando con desdén a Hastegaar mientras lleva la mano a su gladius. - "¿Es que no ves que estamos de duelo? ¡Vete a leer tu periódico a otra parte!" -

Hastegaard observa al llamado Demoses de arriba a abajo sin borrar de su faz la sonrisa, que bien podria decirse empezaba a ser pertinaz. "Y es precisamente por respeto a vuestro duelo, que aún conservas la cabeza sobre los hombros" Sin dar mayor importancia a sus palabras vuelve su espalda al hombre y continua leyendo el periódico

- "¡Grrr! ¡Te retaría ahora mismo a un duelo a muerte si no fuera porque es ilegal! ¡Ojalá que ambos fuéramos gladiadores y pudiéramos enfrentarnos en la Arena a muerte!" -

- "Por favor, señores. Este es un recinto sagrado. Les ruego que no levanten la voz." -

Y que tendrá la arena que todo aquel que la pisa se torna en mero bravucón. Hastegaard observa al monje a las puertas del templo y sin variar un ápice el tono pausado de su voz, le habla Descuidad noble siervo de los dioses, conozco bien el lugar que ahora piso. Luego, enrollando el periódico en su mano diestra se vuelve hacía Demoses, vuelve a observarle de arriba a abajo sin que la sonrisa le abandone el rostro y finalmente sus labios se hacen eco de sus pensamientos.

¿Sabeis? Es una forma estúpida de perder la vida... y una pena que necesitéis la arena para mostrar valor. Volviéndole nuevamente la espalda al gladiador hastegaard se aleja lentamente y cuando apenas anda unos metros, se detiene, lanza el rollo de periódico al aire y su voz suena ahora más alto Aunque, si es por contrariar al Emperador, ¿Quien sabe? quizás os conceda ese placer...

Con sorpresa escucho a Tapon y me alegro por el. Despues de todo tuvo suerte.

-Gracias, ¿seria posible que estuviera aqui unos dias? se que podreis conservarlo bien, un amigo nuestro creo que no tardara en llegar y para el sera muy importante no faltar a su despedida. -le contesto a sus palabras asintiendo con la cabeza. Me vuelvo hacia los porteadores que llevan a Varian y con estupefaccion escucho la discusion verbal de Demoses y el otro hombre. Con gestos, animo a que metan en el Templo a Varian, antes de que esa discusion vaya a mas alli mismo, delante de las puertas del Templo.

-Demoses...dejalo...ven -le digo tirandole un poco de la manga de su traje.

Con la ayuda de varios criados de la Escuela Amarilla y de algunos monjes del Templo de los Mil Dioses, el cuerpo de Babosa es conducido a una Sala Mortuoria adecuada y colocado encima de un altar funerario.

- "Aquí reposará bien mientras se prepara el funeral. Siendo un siervo de Moradín, el enterramiento bajo tierra será lo más apropiado. Iré a avisar a mi maestro para que ejecute el rito de preservación." -

Tapón sale de la cámara en busca de su superior.

- "Si es que... ¿habrase visto tal provocación? Y ahora habla de contrariar al Emperador. Ese hombre está loco, Bella, un loco peligroso sin duda." -

-Dejalo Demoses, no creo que pueda hacer nada.

Miro la habitacion a la han llevado el cuerpo de Varian -Aunque sea aqui, te van a tratar como te mereces... -susurro mirando fijamente al que, hasta hace poco bullia de vida y pasion por salir de aqui -...y ahora nos dicen que se van a terminar los combates....¿porque ahora y no en el anterior dia de la sangre? ahora no estariamos aqui.

Me vuelvo hacia todos los de la Escuela Amarilla que nos acompañaban -Podeis salir, aqui no creo que hagais falta. Igual tu Demoses, si quieres volver a la Escuela, puedes hacerlo. Gracias por acompañarnos.

- "De acuerdo, espero que estés segura aquí. Ni se te ocurra recorrer las calles de la ciudad sola. Esto... te doy mis condolencias. Será un buen funeral." -

Demoses hace una última inclinación de cabeza hacia Bella y se retira.

PASADO EL MEDIODIA.

TEMPLO DE LOS MIL DIOSES:

El Hermano Bannor regresa a la Cámara Mortuoria seguido de un anciano sacerdote al que flanquea el paso con obvio respeto.

TEMPLO DE LOS MIL DIOSES: CAMARA MORTUORIA:

- "Saludos. Soy el Padre Solar Abraxas, sacerdote de Pelor, Señor de la Luz.

Me ocuparé de preservar el cuerpo del caído, para retrasar su descomposición en al menos tres días. Tras ese tiempo recomiendo llevar a cabo la ceremonia funeraria y el entierro.

Tengo entendido que vos sois sacerdotisa de Moradín, deidad a la que el difunto adoraba. Creo que lo mejor sería que vos oficiarais la ceremonia." -

Tapón vuelve a la camara en la que estamos Varian y yo, acompañado por alguien que supongo de mayor grado que el, al ver como lo trata.

Con una pequeña inclinacion de cabeza, saludo a ambos y rezo a Moradin porque no se produzca ningún contratiempo. El nuevo sacerdote se dirije a mi, presentandose, y mi cara se ilumina al escuchar sus palabras.

-Tres dias creo que seran suficientes. Me dijeron que aquel a quien esperamos, no tardaria mucho en regresar a Detritus. Y si, soy sacerdotisa de Moradin, aunque mis ropas -le digo señalandome y bajando la vista para mirarlas -no hablen en mi favor y no sean las mas adecuadas para estar en un Templo. Para mi seria todo un honor poder oficiar la ceremonia...no sabe cuanto le agradezco todo esto...¿puedo ayudarle en algo en la preservacion del cuerpo?

- "Los Monjes que cuidan el templo os facilitarán una sala de descanso donde podéis asearos y también ropas adecuadas para una sacerdotisa de Moradín.

Tened, este símbolo sagrado perteneció a un sacerdote de vuestra deidad que residió en este Templo muchos años." -

El Padre Solar le entrega un medallón de bronce bruñido con el martillo de Moradin inscrito.

Mis ojos se abren como platos cuando el sacerdote me entrega el medallón de bronce. Solo tengo ojos para el. Mis dedos lo recorren lentamente, siguiendo el dibujo del Martillo de Moradin tallado en el.

-Gracias...yo...no se como...no se como agradecerle esto....

- "No hay nada que agradecer, un sacerdote debería de llevar siempre su símbolo sagrado." -