Partida Rol por web

Hina mira extrañada a Miku, e insta a Kurogane que no se vaya muy lejos, porque eso de los ojos negros le daba un poco de...
Bueno...

Eso...

Cofcofmicofecofdocof...

Escucha atentamente todo lo que dice, y su expresión se torna un poco sombría, de repente...

¿Amor? ¿Qué leñes era eso? Venga ya, si eso sólo salía en las películas...

Mira al suelo... Ella sabía que tenía cierto poder... Pero... Tanto como para volverse un monstruo...
Quizás sí que lo fuera en el fondo...

Se tapó la cara con la sombrilla de Kurogane, mientras no sabía qué decir al respecto. Tras algunos segundos, aparta la sombrilla a un lado, mira a Miku, que está tumbado, se le acerca, y le toca la punta de la nariz:

-¡Geniaaal!-señala en tono "animado". Luego arrastra a Kurogane más cerca de Miku y señala:-¡Ahora él! ¿No? ¿O no quieres? ¡Estaría bien si pudiésemos saber si habrá otra cama o no! ¡Igual traen dos más si se equivocan otra vez! ¡Hasta podríamos invitar a Miku a dormir y a que le dé atún a Kuroneko! ¡Y así las cucarachas no vendrán!-lanza una especie de carcajada, pero es más nerviosa que otra cosa.

De repente se calla y se queda a un segundo plano.
De todas las reacciones que había tenido, ésta era sin duda la más rara y... Hasta forzada (o eso parecía), que había tenido la chica...

Miku ve la reacción de Hina, y no puede evitar ponerse rojo cuando ella le toca la nariz.

La ve mirar al suelo. Aún recordaba más o menos las cartas que habían salido. Quizás había sido cruel... Aunque aquellas cartas... No sabía lo que le había dicho, pero no parecía nada bueno.

El caballero de espadas inverso no puede indicar nada bueno. Seguramente le había salido algo malo...

-Me encantaría pero... -dice perdiendo un poco la sonrisa, aunque no del todo. - No puedo... Bueno, por poder puedo. Pero me cansa mucho. Y cosas así de concretas son difíciles...

Mira al suelo un momento, aún estaban sus cartas ahí, amontonadas torpemente. Las mete en su funda y se las mete en el bolsillo.

Le sonríe a Hina.

-Además, la vida es interesante cuando no sabes lo que va a pasar. - sonríe. - Todo el mundo es mejor cuando no sabes qué va a pasar. Cuando todo se estropeará.

Levanta la cabeza para que le den un par de rayos de sol en ella. En el fondo todos sus pronósticos eran negativos. Y no merecía la pena vivir sólo para las cosas malas. 

Hina estaba mirando hacia el suelo, cuando Miku habló...

Pero entonces alzó la mirada y le dijo:

-Bueno... Entonces otra vez, supongo...-Señala levemente.-Oh... No pasa nada... Es... Igual... Supongo que "es así" y punto...-Añade, despacio...

Ha notado cómo intenta animarla, y cómo parece que... no recordase muy bien qué había dicho cuando ha pronosticado el futuro...

Mira a Kurogane:

-K-kun... Está muy callado... ¿No?

Pero no parece demasiado animada, aún...
Así que se tumba en la hierba, entre los dos chicos, y mira al cielo:

-Es tan azul... Que hace daño...

Onizuka se habia quedado pensativo mientras aquel joven hechaba las cartas a Hina-chan. Desde luego habia algo raro, seguramente el tambien tendria ciertas habilidades especiales, pero al contrario que él, Onizuka trataba de esconderlas. La gente se asusta cuando ve algo que no comprende, y eso hace que la gente te rechace e incluso te haga daño, por eso no comprendia por que aquel joven dejaba ver algo tan peligroso.

Al ver que Hina queria mas juegos que adivinasen el futuro, tuvo una idea, arriesgada al fin y al cabo, pero una idea.

-Esperadme un momento, voy a por una cosilla para entretenernos.

Volvio a irse, y luego apareció de nuevo con un libro rojo en las manos, no tenia nada epecial, salvo que antes, habia utilizado parte de su poder para que el libro reaccionase a lo que se le preguntaba.

-Este es el juego del libro rojo, haced una pregunta, luego cerrais los ojos y abris por una página al azar y poneis el dedo en una linea cualquiera. Despues de eso, leeis esa linea completa de punto a punto. Si no sale, siempre nos podemos divertir con las respuestas.

Onizuka puso el libro delante suya y cerró los ojos.

-Ummm, Dime gran libro rojo, ¿Tendremos una cama para esta noche?

"- Y entonces, el y ella, compartieron el lecho de recien casados para satisfacer el ansia de amor que profesaban"

-... Mejor lo dejamos, parece ser que a los espiritus les duele un poco la cabeza...

Shinku le cogió la mano a Roy con una sonrisa. Y juntos empezaron a caminar.

- Creo que no me gusta este colegio. Es la primera vez que voy interna a algún sitio y no soporto este encierro... Además que los profesores están todos locos. - Comentó lo joven lanzando alguna que otra mirada de reojo a Roy. No era solo el estar encerrada... Mas bien el horario de clases, es lo que no soportaba Shinku. La joven, acostumbrada a deambular por bosques y aldeas, sentirse así, entre cuatro paredes y regida por unos horarios, la deprimían bastante.

Sus pasos les llevaron a la zona de la piscina, que a esta hora estaba tranquila. El sol iluminaba el agua con unos destellos que hicieron sonreir a Shinku.

Soltándose de la mano de Roy, se acercó al borde de la piscina y quitándose los zapatos y calcetines, metió sus pies ahora libres en el agua fría...

- Ohh!! Está deliciosa... - Susurró cerrando los ojos y echando la cabeza hacia atrás, dejando que el sol bañara su rostro.

Shinku condujo a Roy hasta la piscina donde el aire estaba mucho menos cargado y podría descansar un poco y quitarse el mareo. Cuando llegaron al recinto donde estaba la piscina, Roy pudo ver algunos compañeros más que parecían estar saltandose las clases, sin embargo, el joven americano tan solo estaba pendiente de su compañera.

Cuando se acercaron a la piscina, Shinku introdujo los pies en el agua cristalina y su rostro tomó una expresión de alegría que hasta ahora Roy no había tenido el placer de contemplar en su hermosa compañera, el joven americano sintió que su mareo y malestar desaparecían al instante al ver aquellos enormes ojos azules como el cielo irradiando felicidad. Mientras se quitaba la chaqueta, Roy decidió sentarse junto a Shinku y disfrutar del día con ella:

-Oh....really good.....- ,exclamó Roy al remangarse los vaqueros y meter las piernas en el agua, -Gracias por acompañarme Shinku, a mi tampoco me convence lo de estar "preso" en un instituto, pero estos momentos lo compensan....- ,exclamó Roy con voz dulce mientras observaba el rostro de su compañera.

Shinku al ver que Roy la imitaba y también introducía sus piernas en el agua, sonrió y se dejó caer hacia atrás extendiendo los brazos en forma de cruz.

- Estírate y cierra los ojos, verás que bien se está. - Le propuso con una sonrisa. Después de eso, se quedó en silencio. No había hecho ningún comentario ante lo último que había dicho Roy, ya que el sentimiento era mutuo, pero el escuchar esas palabras de labios de su compañero le habían hecho sonrojar.

Un suspiro profundo salió de sus labios, la calidez de los rayos de sol le hacían adormecerse... Los recuerdos empezaron a poblar la mente de Shinku. Eso mismo que estaba haciendo con Roy, lo había hecho infinidad de veces con su hermano Yakumi. Llegar a un lago y juntos estirarse en la orilla mientras el agua bañaba sus pies desnudos... Una expresión triste se dibujó en el rostro de la joven...

Tomoe en el recreo se va la piscina. Nada mas llegar se descalza y mete los pies en el agua y se queda alli mirando el cielo azul.

Hina, tras haberse escapado de clase, sale corriendo, sin rumbo fijo, para acabar...

Otra vez...

En la soleada piscina...

Menos mal que...
Bueno que ahora tenía la sombrilla que le había dado K-kun, de lo contrario ya estaría... Arrastrándose en el suelo...

No conocía mucho...
Es más, no conocía nada...

Y ahora estaba otra vez perdida...

Se preguntaba si Miku o K-Kun la encontrarían, o, en su defecto, cuidarían de Kuroneko...

-Ojalá le den atún de importación...-iba murmurando, mientras llegaba al predio...

Suspiró, miró a su alrededor, y, sin reparar en la chica que estaba allí, buscó un sitio a la sombra y...
Se puso a seguir dibujando...

No pensaba volver a esa clase...
Ese hombre le daba asco...

Matar animales porque sí..

-Que le peten...-Señaló, para luego recordar palabras de su madre o de su mayordomo "esas no son palabras propias de una señorita"...-Hmpf... Me da igual...

Haciendo caso a Shinku, Roy estiró ambos brazos y se tumbó junto a ella. El cálido sol de la mañana bañaba sus rostros haciendo sentir al joven americano una sensación de tranquilidad que no había sentido hasta ahora. Tras un instante, Roy giró la cabeza y miró a su compañera observando en su rostro un tinte melancólico que sorprendió al joven. Roy, hizo un gesto con su mano izquierda y atusó el pelo de su compañera para que esta lo mirara, al hacerlo exclamó con voz suave y dulce:

-Tell me....Señorita Shinku.....- ,exclamó mientras la miraba con sus ojos verdes, -What.....¿Qué te sucede? Tu rostro no puede esconder la tristeza que llevas en tu corazón y no debes pensar que estás alone......que estás sola.......además,- ,exclamó mientras se recostaba de nuevo, -Siempre existe una salida.......trust me.....confía en mi...-

Tras decir esto, Roy pasó su mano por su pecho y su siempre alegre rostro pareció contagiarse de la trsteza de Shinku, aunque no parecía por esa razón, sin duda el joven americano también tenía un pasado que ocultaba tras su jovialidad.

¿Una salida? Qué sabrá él... Shinku se moría de ganas por explicarle qué le sucedía. Pero sabía que no la creería, así que optaba por callar. Al decir aquello Roy, la joven había abierto los ojos y girado la cabeza para mirarlo nuevamente...

Lo que no le pasó desapercibido, fue, el gesto del joven. Se veía que él también tenía algún secreto que le pesaba en el corazón. Cuanto me gustaría poder confiar en él... Se dijo la joven cerrando nuevamente los ojos. - Hablando de tristezas... El tuyo tampoco puede camuflar la tuya eternamente... - Susurró sin ni si quiera mirarle, en ese momento se sentía a gusto, acunada por la suave brisa.

De repente se dio cuenta de que ya no estaban solos. Se incorporó y vio a Tomoe al otro lado de la piscina con los pies sumergidos y a Hina dibujando en un rincón.

Al darse cuenta de que las dos jóvenes ni se habían percatado de su presencia, se sonrojó como si tuviera algo que esconder...

- ¡Hola! - Dijo al cruzarse su mirada con la de Tomoe...

Cuando Shinku dijo aquello, Roy la miró y no hizo más que sonreir de nuevo pues sabía que quizá había bajado la guardia lo bastante como para que ella se diera cuenta. Sin embargo, la joven compañera de Roy saludó a otra joven que estaba sentada en el otro borde de la piscina, a lo cual Roy se sumó al saludo:

-HI!...- ,exclamó haciendo una señal con su mano derecha.

Después se incorporó y se puso bien los pantalones tras secarse un poco. Luego terminó de calzarse y se agachó para habalr con Shinku mientras sonreía de nuevo:

-Well....i'm much bett......Estoy mucho mejor, señorita Shinku, ¿qué tal si nos divertimos un poco?- ,exclamó mientras se atusaba la melena rubia, -¿No decías que no te gustaban los sitios como este y estar encerrada?-

Al decir esto, Roy tendió una vez más su mano a Shinku mientras sonreía para hacer que la joven confiara más en él.

Shinku al ver como Roy empezaba a secarse los pies hizo lo propio. Llevaban bastante rato con ellos en remojo y la piel ya estaba suficientemente arrugada.

- ¿A dónde quieres ir? - Le preguntó tendiendo a su vez la mano y dejando que el joven la ayudara a levantarse. En sus labios ahora se podía ver dibujada una preciosa sonrisa. El sol se reflejaba en sus grandes ojos azules, haciéndoles brillar de una forma especial. La melancolía de hacía tan solo unos minutos, parecía haberse borrado de su rostro.

Al ver como Shinku sonreía, el joven americano le devolvió la sonrisa y se acercó más para decirle su plan:

-Bueno, ¿qué tal si me dejas que te invite a comer algo decente? Eso sí, debes decirme antes si confías en mí....-

Al decir esto, Roy pareció tomar posición mientras aguardaba la respuesta de su compañera, parecía que en el momento en que Shinku dijera algo, Roy saldría corriendo.

Shinku sonrió, ya hacía unas cuantas horas desde que se había comido el trocito de tarta de chocolate, y la verdad, ahora que Roy hablaba de comida se daba cuenta de que tenía hambre.

Pero tanto como confiar en él... El temor a que la tomara por loca le hacía guardarse todos sus secretos. Ya hacía tiempo que había desistido en encontrar un camino hacia su mundo. Estaba encerrada en este e intentaba adaptarse lo mejor que podía.

El doctor Kasawa nunca la había creído, todavía podía ver la mirada triste en sus oscuros ojos. Aunque la joven había hecho un gran esfuerzo para hacerle creer que ya estaba "curada", que sabía que ese mundo de fantasía nunca había existido. Ella, en el fondo, sabía que era real... Y estaba totalmente segura de que si le hablaba a alguien de Kroanthus, automáticamente esa persona se apartaría de ella. La tomaría por loca, y no quería correr ese riesgo...

- No te enfades, pero tengo cosas que no puedo contarle a nadie... - Finalmente le respondió, en estas décimas de segundo que había tardado en contestar, la mirada de la joven se había tornado seria. Se podía ver impreso en sus ojos, un brillo de sabiduría, de haber vivido más de lo que una joven de su edad debería haberlo hecho...