Partida Rol por web

Salir de la habitación era lo ideal para... seguir jugando con un netbook y los accesorios de un futuro DJ.

Revolviendo cartas de forma ociosa en sus manos, con cierta flojera se atravezaba en la cabeza de Eiji, en que momento comenzarían las clases en el instituto. Sin embargo no llegó a pensarlo cuando un espacio de variadas piletas para disfrutar de dias soleados se mostraba frente a sus ojos. Pequeñas cascadas artificiales, palmeras y un enorme edificio haciendo una sombra justo en un lugar de descanso luego de abundante baño, era simplemente como una arquitectura perfecta para gozar de lo que ese lugar ofrecia cuando habian mas chicos y chicas.

Ahora mismo estaba bastante vacía de todos modos.

No lo pensó mas tiempo. Guardó la baraja, notebook, intefaz y micrófono de condensador conectado todo, y apuntando en dirección al agua. El sonido aislado daba la sensación de un cantaro derramando agua sobre más agua, o la del correr de un arroyo... ¿llegaría a servir de algo eso?

2 minutos de grabar el mismo sonido... y concluyó la actividad. Se sentó a la sombra de una palmera y se dedicó el joven a mirar... quizá llegaría alguien más.

Hina salió del edificio y ni siquiera se fijó a dónde iba...

De hecho...
Creía que...
Ahora estaba perdida...

No había esperado a su compañero...
Es más, ni siquiera había sentido qué le había respondido...

Ahora sólo estaban ella, Moix, Kuroneko y...

El sol...

Brillante sol...

-¡Kyaaaaaaaaaaaarghhhhh!-gritó tapándose los ojos con las manos... Pero no dejó de caminar, y se tropezó, dándose de morros contra el suelo...

Por suerte, Kuroneko, su gato, saltó a tiempo y no se hizo nada...
Pero Moix, el gato de peluche, se ensució, igual que ella...

Hina se levantó despacio, quedándose sentada en el suelo...

Miró a Moix y puso cara de tristeza...

-No te preocupes... Voy a... Voy a... ¡MALDECIR EL SOL! ¡MIOOOARRGHHH!-Alzó una puño, y miró directamente al sol... Pero... Otra vez éste le dio en la cara (como es normal), y se volvió a encoger en sí misma...

-Ihhh.... Sol... Malo...

Indignada fue caminando Tomoe hasta la zona de la piscina. Preferir dormir con su mascota...lo que su compañero la había dicho le cabreaba, sobretodo teniendo en cuenta que ella solo lo habia dicho por ser educada. Al poco llego a la piscina, se quedo alli un rato mirando las instalaciones donde pasaría la mayor parte del tiempo cuando derrepente vio que habia un chico bajo una palmera. Tomoe bajo la vista e hizo una reverencia a modo de saludo y despues se empezo a alejar un poco en direccion a los vestuarios.

Romeo Candoroberto Montesco sale de la habitación unos instantes y el estar afuera le hacia bien,una vez ahi,fue a buscar a su pegaso de nombre Ciero y lo llevo con el hasta las cercanias de la piscina,estaban en el punto justo.

No demasiado cerca ni demasiado lejos,lo suficiente para que Ciero pueda emprender una pequeña carrera y luego agitar sus alas tan alto como se lo permitan,de esta manera Romeo se elevaria por encima de los demas y observaria todo el instituto de esta manera.

Al ver llegar a Romeo Tomoe le saluda de manera educada y se queda unos segundos mirando al pegaso. Nunca habia visto un pegaso.

Kahoko no tarda en salir de su habitación, con sus aires macarras de siempre. Un aura maligna la rodea. Tanto su mirada como sus movimientos muestran lo agresiva que es.

El destino ha querido que llegase hasta la piscina, sitio que no le desagrada del todo, siempre y cuando no esté muy lleno. Así que se acerca para mirar.

-¿Un pegaso?- dijo en voz alta Eiji, aunque claramente no parecía estar sorprendido, aunque si emocionado... -No tenia idea de que existían- Parecio reflexionar en un instante. Ya tenia un nuevo objetivo para grabar, mientras que paseaba gente en el momento en que el terminó... la gente filtraría ruido a sus micrófonos...

-¡Oh bueno! que mas da, no todos los días vez un pegaso-. Y nuevamente conectó su micrófono de condensador, para apuntar directamente sobre el pegaso que ganaba altura de miras

Después de haberse pegado en la cara y recobrarse del sol, Hina suspiró y miró a su alrededor...

Parecía que había gente...
Y cada vez más...

Eso la hizo...

Sentirse extraña...

Así que... Recogió sus cosas, limpió a Moix, y le dijo a Kuroneko que se metiese en el bolso, y se encaminó otra vez a la habitación...

Allí no iba a poder dibujar...

Luego de unos instantes, en los que claramente ya la altura del pegaso alcanzó para no poder percibirla el micrófono, eiji centró la atención sobre la chica de aspecto oscuro, pareció decir algo, pero no se percibió muy bien. Eiji pareció sonreir por un momento, las voces femeninas dan para temas mayormente electrónicos.

-¡Hey, tu!- Gritó y trotó con micrófono en mano, en dirección a la muchacha. No alcanzó a legar muy cerca cuando soltó lo que debía decirle... -¿Podrías ayudarme un momento? ¡solo 29 segundos!- Mencionó, con una actitud mas relajada mientras se acercaba.

Romeo Candoroberto Montesco saluda con la mano a Tomoe y luego de subir con Ciero y alejar sus penas del corazon,vuelva al sitio exacto de donde habia partido con el para dejarlo pastando mientras el se acercaba a Tomoe y le diría:

-¿Te gustaria dar una vuelta sobre Ciero?

Le preguntaba esto con total normalidad a Tomoe y esperaba la respuesta de esta.

Hina estaba ya encaminándose a su habitación, de hecho, estaba intentando adivinar por dónde había llegado, porque no se acordaba, y además...

Además el sol la estaba molestando... Muchísimo...

Pero entonces, alguien parece llamarla, y...
Con un gran esfuerzo, se gira, dispuesta a maldecir...

Mas, quien la había llamado, estaba a la sombra...

-¡Soombra!

Así que, sin más, corrió hacia él, con su gato y su peluche.
Una vez allí, le miró fijamente y señaló:

-A la habitación 1, por favor. Hace... Sol...-Su gesto era una mezcla de desesperación, enfado y súplica... La mezcla resultaba bastante graciosa.

Tomoe sorprendida ante la propuesta de su compañero de cuarto se sonrroja y se da media vuelta se queda unos isntantes callada y despues sin dejar de mirar al suelo le contesta un "vale..." con una voz muy suave. Sin atreverse a decir nada mas empezo a caminar en direccion a Romeo casi sin apartar la vista del suelo.

Como no llegaba su compañero de habitación y se aburría, Miku decidió ir a la piscina. 

Iba caminando distraído, como siempre, cuando se choca con una chica, con el pelo negro (Hina). Se cae al suelo, y delante de él una carta, de la baraja que lleva en la mano. La coge y se queda mirándola un momento, y luego mira a la chica contra la que se ha chocado.

-Curioso... - susurra mientras vuelve a guardar la carta con las demás. Después se levanta, sonríe, y le ofrece la mano a la chica. - ¡Hola! Soy Miku. Encantado.

Hina, estaba pidiéndole al chico de la sombra que la llevase a "casa", cuando, de repente, se chocan con ella.

La joven trastabilla, y mira a un lado, y a otro, desorientada.

Luego se da cuenta de que se había caído un chico, y de que ella, curiosamente, no...
Éste le ofrece la mano...
Y ella...

Ella le mira, ladeando la cabeza...

-¿Tú sabes dónde está la habitación 1? Porque yo no... Y él está mudo...-Señala al joven DJ...-Hace sol. Mucho sol. No me gusta.-frunce la nariz.-Miku...-Repite despacio...-Kuroda Hina...-Añade, como si se acordase entonces de las normas de cortesía enseñada por sus padres... Y a las que tanto odiaba... Le ofrece una leve reverencia, para luego acariciar al gato que lleva en el bolso, y el que acaba de sacar la cabeza...

Luego mira a los dos chicos con cierta expresión de no saber qué hace ahí...
Ella sólo quería dibujar...

Y se acabó perdiendo..

Se queda mirándola mientras habla, sin enterarse mucho de lo que dice. Con que la Templanza... ¿Será solo una curiosidad? La mira de arriba a abajo. No le pega nada.

Tras su lapsus momentáneo, vuelve a su cara la sonrisa, y apartala mano al ver como ella le hace una reverencia.

-Señorita Kuroda... que nombre tan bonito. -dice mientras devuelve la reverencia a la chica. Parecían dos viejos saludándose de manera formal. -Así que la señorita quiere ir a su habitación... Pues de hecho no tengo ni idea de hacia dónde puede estar... ¡Pero podemos quedarnos al sol y hablar! -sube el tono de voz, y lo dice muy ilusionado. - ¡Con el buen día que hace!

La verdad es que estaba muy feliz. Todos los de allí parecían muy interesantes.

Quizás incluso, no se aburriese ese año.

Le mira con espanto...

Acababa de decirle que el sol no le gustaba y él le decía lo contrario.

-El... El sol... El sol me hace daño a los ojos...-Señala muy seria e inocente. Su tono era suave, tirando a bajito, pero no en ese plan de "chica adorable", sino más bien de una que parece que no puede o no quiere transmitir emoción alguna*.-Si no sabes dónde... Creo que me quedaré en la sombra... Aunque... Bueno... Si te quedas a treinta centímetros exactos... Podrás estar al sol... Y verme mientras estoy en la sombra... ¿No crees?

De repente se sienta, dándose por vencida de momento...

-Ahora nunca podré volver...-Mira a su gato, Kuroneko, al cual deposita en el suelo, a su lado.-Deberemos vivir aquí para siempre.-señala convencida.

Alza la mirada, hacia Miku, y añade:

-No te preocupes, Miku-san... Te prometo que no te comeré, aunque seas lo último que haya en este yermo desolado... Pero eso sí... Prométeme que cuidarás de Kuroneko y le darás atún de importación y agua...-le inclina la cabeza, como si fuera otra reverencia.

Hina le miraba entre seria, y divertida, con una leve sonrisa surcando sus labios...
Aunque igual la combinación de expresiones no era la adecuada para hacer amistades...

Con todo lo que le dice la chica, Miku sigue mirándola con cara distraída, sonriendo, una mezcla de como si no le importase o si lo que le estaban diciendo fuese algo agradable.

-¡Yupi! Nos quedamos fuera. No es como estar al sol... pero por lo menos convencí a la señorita a no irse a su habitación. - Escucha todo el monólogo de la chica, bastante exagerado. No había más que buscar un plano del campus... o preguntar a alguien para saber dónde estaba tu habitación. - Mm... ¿Sabe? En el peor de los casos... se puede ir a mi habitación. Mi compañero no llegó, y si alguien se tiene que quedar al raso, no va a ser la señorita. Además, como tenga que darle todos los días de comer a ese gato, en un mes me arruino.

Camina hacia donde estaba ella, silbando una canción. y se sienta a la sombra también.

-Y, ya que le molesta tanto el sol, ¿Nunca pensó en comprarse unas gafas? Son bastante útiles... - dice mientras mira al frente. Entonces lo piensa. Saca su baraja y se la enseña, aún sonriendo, pero sin cara inocente. - ¿Baraja? Así podré leerle el futuro. Aunque no mucha gente se lo cree, la verdad. Pero es entretenido.