Asiento con la cabeza ante la sugerencia de hablar con lady Katherine.
-Me parece una idea excelente, y una excusa perfecta para hacerla partícipe de nuestros planes, si, como ha dicho el príncipe, confiáis en ella. Os acompañaré hasta el jardín, y luego buscaré a Kurr para hablar con él. Necesito saber por qué la reina está tan interesada en conocer sus debilidades, y por qué robó el cuchillo de Enzo.
Avanzo hacia la puerta, pero antes de abrirla, me detengo unos instantes.
-Princesa... ¿de verdad os parece bien lo de mi unión con vuestro hermano? -Me muerdo el labio inferior, inquieta- Sabéis lo que dirán los miembros de la corte de nosotros, durante años. Incluso si tuviésemos hijos... El príncipe se cree en deuda conmigo, y lo último que quisiera yo sería arruinarle la vida...
Perfecto, pero lo que está sucediendo creo que lo hace en los aposentos del mismo capellán. Cuando fui a visitarle esta mañana, Alfred salía de allí con cara compungida. Después se incorporó y se puso en pie. Mi señora, le agradezco su ayuda, pero creo que a mi Lord Kurr no me hará caso, yo no soy quién para darle órdenes, aunque diga que vienen de la mismísima Reina.
La Reina muestra impaciencia.
- Kurr hará lo que se le ordene. Y tú también. Se lo dirás, y el mandará a un guardia a la habitación del Capellán: y no se hable más.
Endulza el tono, al darse cuenta de que está siendo muy dura con el chico.
- No te preocupes; vuestro problema se va a arreglar, lo prometo. Y ahora, vayamos al jardín.
La Reina se levanta y se dirige a la salida. En el último momento, se gira y añade:
- Sobra aclarar que no aceptaré que ni Kurr ni tú ignoréis mis mandatos.
La princesa disfrazada sonríe y coge de las manos a Ibb.
- Querida mía, no puedo imaginarme una mujer mejor para mi querido hermano, vos siempre que os hemos necesitado habéis acudido a nosotros, incluso ahora, con este absurdo plan aquí estáis prestándonos vuestra ayuda. Además lográis sacar lo mejor de él, y estoy muy feliz de que por fin se decida a sentar la cabeza. Asi que sí, tenéis mi bendición, y si yo llego a ser reina no tendréis que dejar la corte, no lo permitiré. ¿Vamos?
Voy a intentar escribir en tercera persona como hacía él xD
Entendido. Dijo Artai.
Artai sale.
Asiento, agradecida, con la cabeza, mientras aprieto las manos de la princesa.
-Vayamos a los jardines, pues. Vuestro padre se preguntará dónde está su hijo. Pero... dejad que salga yo primero.
Salgo en dirección a los jardines.
Me dirijo hacia el cuarto del convaleciente señor John Moore tras revisar sus heridas, convenientemente dispongo que necesito preparar una cataplasma con los productos que se encuentran en la torre del gran maestre que oportunamente esta con la reina en los jardines así que subo hacia allí para intentar hacerme con todo lo necesario para llevar a cabo mi objetivo.
entro
¿Master? ¿Entiendo que he conseguido entrar? mis venenos y mis historias ¿a que si?
Ah, al no postear en la torre del maestre, pensaba que aún no te habías movido. Si quieres entrar tienes que postear en la escena correspondiente
Entro a la habitación de John Moore y cierro la puerta tras mi espalda apoyándome en ella.
Suspiro, y entonces es cuando veo al pobre hombre que yace inconsciente en la cama. Pese a todo, no soy una mujer sin corazón, es una lástima ver a un hombre tan joven ante el abismo de la muerte y me genera compasión. De modo que procedo a intentar limpiar y desinfectar la herida. Más tarde volveré a las cocinas para continuar mi plan. A lo mejor hoy en la noche podré llevarlo a cabo.
entro