No es mala persona. Pero sí alguien que perdió algo muy preciado y le consume no poder recuperarlo. No te puedo decir más porque no sé más. Bueno, sí, que su pérdida fue injusta y tiene un responsable.
Suspiro un instante.
Eli - Le llamó como solía hacerlo cuando algo le preocupaba. - No sé nada, pero me temo que la visión que tenemos desde dentro de la justicia de nuestro padre o de la sabiduría de nuestra madre no se ajuste exactamente con la realidad. Algo me dice que alguno de los dos tiene un pasado que tarde o temprano nos persiga a todos. Quizás los dos. Cuando seas reina tienes que procurar que todos comprendan tu justicia. Especialmente los que la padezcan.
- Entiendo... - me sorprendieron entonces las palabras que dedicó hacia nuestros padres, aunque seguramente tendrían razón, lo acontecido en el jardín con madre por ejemplo, era algo un tanto extraño -, sí, entiendo a lo que te refieres, sabes que siempre he admirado a madre por su saber estar, su manera de ver las cosas y su forma de actuar a la sombra de padre, sin embargo, nunca he entendido porqué nuestro querido padre cambió tanto su carácter con los años. Se ha vuelto muy duro con todo el mundo, hasta con nosotros, no me gustaría que el poder me volviese como él...
Suspiro y seguimos caminando hasta casi llegar a las cuadras.
Bueno... aun así siguen siendo nuestros padres.
Para Dionysos nunca habían sido especialmente buenos padres. Sus inquietudes les disgustaban. Padre directamente no parecía contento nunca con él y madre, parecía que lo único que valoraba era su música. Quizás por eso él se había refugiado en ella.
Llegan a los establos.
Supongo que tu plan inicial era que entrase contigo pero... en fin. Igual es mejor si te espero aquí. ¿No crees? Así de paso vigilo que no llegue nadie.
Si la cosa se te complica sílbame o grita y en un instante estaré dentro
Confiaba en que pese a todo, no le hiciese esperar demasiado tiempo. Por suerte, si se aburría, aún llevaba su violín.
Salimos y entramos a los establos (cambia de escena y yo me quedo en la puerta o cambianos a los dos si me dices que entre)
Le aprieto el brazo.
- Sí, pero quizás mejor entro yo sola, cualquier problema te avisaré no lo dudes, lo mismo va para ti, si ves algo extraño o a alguien acercarse no dudes en entrar. No tardaré hermanito, y de nuevo, gracias por acompañarme, no se que haría yo sin tí.
Entre en las cuadras apuradamente, buscando a Edmund, con suerte sabía donde podía encontrarlo.
Oki, en cuanto acabe te aviso ^^
Cuando salgo de las cuadras puedes ver que estoy un poco acalorada, te ofrezco mi brazo.
- ¿Nos vamos?, empieza a ser bastante tarde, y después de todo lo que ha ocurrido hoy me gustaría descansar un rato para mañana poder tener una conversación con padre sobre lo que hemos hablado... ¿harás el favor de acompañarme?.
Claro que te acompañaré, hermana - Digo reprimiendo una sonrisa por su acaloramiento. Compruebo con diversión si sus ropas siguen en su sitio.
Veo que finalmente no has "cortado este asunto de raíz", tal y como pretendías al comienzo.
Me gustaría pedirle a padre que premie merecidamente a Ibb, Kurr y Sir John Dilheen. Aunque a Ibb ya ha tenido oportunidad de premiarla y no parece haber querido hacer nada... Hermanita, ¿aprovecharás para plantearle nuestras inquietudes a madre? Si consiguiéramos que ella estuviera de nuestro lado sería mucho más fácil convencer a padre. - Se estaba refiriendo a la herencia - Hablando de lo cual, aún me tienes que decir de qué modo puedo ayudarte yo a hacer realidad tus deseos
Me sonrojo al notar lo que insinúa.
- ¿Qué? Oh, no, bueno puede que vuelva a verle en otra ocasión, pero con mucho cuidado, podría ser una desgracia si alguien se enterase...
Espero que no se note que quizás mi corsé no esté tan prieto como antes...
- Sí, intentaré hablar con madre durante el baile, si está de acuerdo, quizás pueda ella tener una charla con él y ayudarnos en todo esto. ¿Qué puedes hacer por mí?, no irte de mi lado nunca, sabes que eres una de mis grandes apoyos y sin ti estaría perdida, más aún si llego a ser lo que nos proponemos
Si no quieres que nadie se entere vas a tener que afinar tus métodos, hermanita.
Mira: - Le dice abarcando con un gesto las ventanas del castillo - Las paredes tienen ojos. Imita a madre. Desde lejos nadie te reconocerá, desde cerca, dentro de los establos, serás una criada descocada. Quien vaya allí no busca una princesa, tampoco busca una criada, buscan un mozo de cuadras. Si el mozo tiene compañía, la compañía no debe destacar por encima del decorado... ¡Ay! Hermanita. Si no fuesemos hermanos cuantas clases de subterfugio te podría dar. Ahora tendrás que conformarte con Edmund como maestro.
Y él es otro problema. Tendrás que asegurarte de que su lengua permanezca a buen resguardo en su boca. Bueno... o en la tuya. Donde la tengas controlada, al fin y al cabo. Creeme, los hombres no somos muy discretos, y tú eres la Reina de las conquistas. Esto... quizás la Princesa de las conquistas, tratándose de Edmund.
Le cojo del brazo y le doy palmaditas en el anverso de la mano mientras caminamos.
¿A donde me iría yo? Mi lugar esta aquí. Siempre que las cosas sigan como hasta ahora. Pero me cuesta creer que no tengas mayores aspiraciones. Seguro que en algo te puedo ser útil a día de hoy. Piénsalo. Mañana me dices.
- Tienes razón, la próxima vez le pediré algunas ropas de criada a Ibb o quizás... tú puedas ayudarme con eso, por tu cama pasan muchas mujeres, si se dejan algo olvidado, podrías dejar descuidadamente sus ropas en mis aposentos. Y no digas esas cosas, solo consigues ponerme nerviosa, bastante mal lo paso yo ya al no tener mucha experiencia en estos temas... Que difícil es todo esto hermano.
Suspiro y camino junto a él hasta que llegamos al Castillo.
- Yo me retiraré ya por hoy, tengo mucho en que pensar y necesito descansar...
Recuerda: A bailar se aprende bailando.
Suerte y buenas noches hermana.