Partida Rol por web

Baeric se aclaró la garganta al escuchar a Glaius hablar. No tardó en hablar después de eso.-¿Por donde empezar?-Comentó meditativo.-Supongo que por el principio, su alteza requiere…más bien, exige que hables Glaius.-Comentó con la mano posada tranquilamente sobre el pomo de la espada que colgaba sobre su cinto.

Desde luego era raro ver al nigromante vestido así…viendo como avanzaban las cosas de los últimos días no le extrañaría que hubiera otra situación donde tuvieran que luchar contra el.

Terminó llegando primero, sentándose en el borde de una de las hojas que conformaban el lugar. Respiró profundamente, el paisaje era similar pero en todas las décadas que había estado fuera aquello había cambiado mucho. Sintió clara nostalgia y dolor en el pecho por ver aquel maravilloso lugar que... Tendrían que volver a abandonar rápidamente. Sabía que su hermana quería relajarse, verlo todo y disfrutar de cada momento pero para el... Para el todo se estaba marchitando, a sus ojos cada minuto que pasaba era una amenaza para aquel lugar al que llamaba hogar, ese paisaje hermoso lleno de hermanos y hermanas, verde lleno de vida... Desaparecería pronto si el reino se tomaba la muerte del rey y la condena hacia el mismo como un acto de guerra, no podían perder el tiempo por más que les doliera. -¿Tú qué harías...? Le terminó preguntando en voz alta, el ente sabía perfectamente de todas las preocupaciones del muchacho, estaba ahora en su cabeza. -Espero que al menos estés disfrutando de las sensaciones que te ofrece esta tierra. Suspiró un poco, pues el a pesar de amar el lugar no estaba disfrutando en absoluto. Hablaba en voz muy baja y dejó de hacerlo en cuanto el primer hada llegó, incorporándose para volver a su estatura humanoide y esperando a que todas llegasen al lugar. 

-Edén. Dijo sonriendo cuando su hermano mayor se reveló, alzó el vuelo y se abrazó a el con emoción, en absoluto tan desmedida como la de Faith pero sin duda era mucho más expresivo que cuando se marchó del lugar. " Agh... Antes no era así... ¡No es de familia! " Se apartó de su hermano y miró hacia el camino, por donde debería llegar Muramasa en poco tiempo. Dejó la respuesta hacia su hermana para el final, porque quería que disfrutara de aquel encuentro. -¿Como estáis tú y Adán? ¿Hay más hermanos aquí? Pensé que estarían en sus respectivos países de tratado. En cuanto Muramasa llegara, tomaría de las manos a su hermana.

-Quiero hacer valer mi premio. Mi petición es que no nos entretengamos y hagamos lo que hemos venido a hacer. Amo este lugar, demasiado como para verlo arder en llamas si el Rey Arthas decide que mi supuesta acción es un acto de traición y guerra... ¿Donde crees que vendrán primero querida hermana? Quiero tanto como tú relajarme en mi hogar pero no puedo. Hay que llevar a cabo todo lo más pronto posible. Le dolía decir aquello, era la primera vez que le decía que no a su hermana pero... Era su premio, era su... instinto diciéndole que no perdieran el tiempo más de lo necesario. 
-Edén, ¿Puedes llevarnos con madre? le miró con cierta seriedad y tristeza en sus ojos. 

Desde luego fue una sorpresa encontrar a la princesa vestida como una en vez de su clásica vestimenta de guerrera... aunque vamos, también los demás se sorprenderían de que volviera a tener los dos ojos en vez del parche que hasta ahora llevaba luego de mi combate contra Zedrom. Cuando la princesa dijo que había asuntos de los que hablar, di un leve paso adelante -Princesa, antes me gustaría... poder disculparme con usted por mi comportamiento la última vez, y las cosas que pude decirle en mi estado de cabreo. No eran las mejores palabras que podría haberles dicho en ese momento, lo siento- le dije a la princesa, esperando que aceptara mi disculpa.

Después de eso, tanto la princesa como el caballero Baeric empezaron a exigirle información a Glaius acusándole de guardar secretos a todos, y él no lo negó -Glaius, empieza por lo más gordo, o lo que me habías comentado de Muramasa... Pero mientras baja la mano de la espada Baeric- le terminé diciendo al nigromante algo más comprensiva que los otros, y le pedí al caballero que quitara la mano del pomo de su arma. Supongo que le daba el voto de confianza al nigromante por lo del ojo... pero sin duda eso no quitaba que sin duda guardaba muchos más secretos a todos.

 Algo en la mirada de Arthas te decía que ya esperaba que tomases la responsabilidad, así mismo como no parecía preocupado por el hecho de haber sido vistos de aquella forma, incluso cuando expusiste los problemas que podría traer…

 -Tranquila, Artanis. Que no te preocupe lo que diga el resto: nosotros sabemos realmente lo que sucede, ¿no? -con esa sonrisa optimista, intentaría despejar tus preocupaciones respecto al haber sido vistos dándose un abrazo antes de ponerse en marcha al lugar donde se reunirían con su hermana.

 Aunque estaba claro que las prioridades de la princesa en esos momentos se encontraban en poner en marcha la reunión, no pasaría por alto las palabras de Cytla antes de interrogar al nigromante, dirigiéndole una mirada al escuchar como se disculpaba.

 -No te preocupes por eso, solo intenta no repetirlo -concluyó regresando su mirada a Glaius. Aunque sus palabras eran tan firmes como debían ser en alguien como ella en esas situaciones, la mirada de la princesa no emitía odio ni molestia a la pelirroja; más bien había un sutil gesto de agradecimiento…

 Entonces finalmente se pondrían las cartas sobre la mesa con las exigencias de la princesa, y su propio caballero personal, contra el nigromante, quién mantendría aquella expresión neutra tan característica suya.

 -Muy bien… Diré todo lo que se -confesó el nigromante.

 -Adelante: ¿Por qué no nos explicas por qué interrogaste a la nigromante en los calabozos y no dijiste nada? -preguntó Artanis con su mirada sobre Glaius. Aunque no fuese un tema que se hubiese tocado mucho, recordarían que en una misión reciente Baeric había capturado a una nigromante que parecía tener relación con el nigromante que atacó el castillo…

 -Ese interrogatorio fue a altas horas de la noche. No quise interrumpir el sueño de sus majestades luego de un día tan duro -se excusó el nigromante. -. Pero suponiendo que lograron sacarle la misma información que yo, sabrán que la prisionera es sirvienta de mi ex-alumno, Salazar, el responsable del ataque al castillo -guardaría unos segundos de silencio esperando la confirmación de la princesa, quién se la daría con un asentimiento de cabeza. -. Según lo que dijo, Salazar está intentando formar un ejército de Titanes formado por Dragones y Gigantes y dar un golpe de estado al reino del oeste para declarar la guerra al resto, aunque al parecer no es tan poderoso como para crear muchos en poco tiempo: el único y más reciente no-muerto confirmado fue el dragón que atacó la ciudad, el cual la bruja mencionó como Yurrax, el Dragón Oscuro. Si esa historia es cierta, dejamos escapar al que una vez fue uno de los dragones más poderosos de Danhir -concluyó recordando el reporte de Alanís donde explicó cómo un individuo salió de los restos del dragón y se enfrentó a ella antes de huir. -. Aunque tengo mis dudas al respecto: el dragón no parecía ser precisamente del elemento de oscuridad… Tal vez tuvo que mezclar sus restos con los de otro dragón para poder darle vida a costa de su poder, en cuyo caso no debería ser tan poderoso como lo fue en vida -añadió tras pensarlo un poco, pasando su mirada por los presentes por si alguien tenía algo que decir al respecto. -. Ya tengo en mente un plan para detenerle antes de que escale a más su plan, pero hablaré de eso luego de aclarar el resto…

 -No esperaba otra cosa -respondió la princesa respecto a que Glaius ya tuviese un plan en mente, recordando algo que Cytla había mencionado al nigromante al inicio de la reunión. -. ¿A que se refiere Cytla con lo de Muramasa? ¿Ahora que hizo?

 -... -Glaius guardó silencio durante algunos segundos, como si necesitase pensar bien las palabras que usaría para responder. -. Dado el problema con el nigromante, y la posible amenaza de otro ataque, decidí continuar con el plan de llevar a cabo una reunión con las hadas elementales para defender la ciudad. En la noche hice el comunicado al resto de reinos, y si todo va bien las primeras 8 hadas Edrielle se reunirán hoy en su reino -explicó sin haber logrado encontrar manera de decirlo sin provocar en la princesa una mirada de auténtica ira.

 -¿¡Las hadas!? ¿¡Acaso no te ha quedado claro lo que han causado!? -si antes la princesa ya sospechaba de él, aquellas declaraciones le daban motivos para ordenar su ejecución sin pensarlo…

 -No tenemos total seguridad de sí Faith y Fío fueron responsables, al menos no luego de que descubrí información antigua que abren la posibilidad de una segunda persona capaz de manejar la esencia del caos… Es solo una posibilidad, pero en todo caso utilicé mi autoridad como Diamante Rojo para enviar a Muramasa al reino del este a reunirse con Faith y Fío y vigilarlos mientras confirmó la información. Estará en constante contacto conmigo para informarnos, y en base a lo que descubra podremos determinar si las hadas realmente son una amenaza -concluyó antes de posar ambas manos sobre la mesa, entrelazando los dedos. -. Ya he estado en situaciones del estilo bajo el mandato de Aztora.

 -¿Y esperas que confiemos en tí…? -intervino Eldruin, mirando al nigromante con esos ojos de cazador característicos de alguien de su clase. -. Tenemos problemas con nigromantes y hadas, y tú pareces tener relación con ambos problemas…

 -Deberían saber que de las ocho personas aquí presentes, cinco tenemos algún tipo de maldición o relación con magia oscura -declaró el nigromante sin mucho corte, provocando que varios de los presentes mirase al resto esperando buscar algún gesto de alguien que pudiese delatar que sus palabras eran ciertas. -. Pueden desconfiar de mi, encerrarme, matarme… O escuchar mi plan, el cual diré solo ante ustedes porque ya he llevado a cabo mis métodos para confirmar que ninguno es un traidor...

 Parecía que el intercambio de palabras entre Ordinem y Faith seria suficiente para que ambos estuviesen satisfechos sabiendo lo que pensaba el otro, a diferencia de Fío que consultaría en voz alta a la entidad en su corazón esperando alguna ayuda de su parte…

 -No puedo responder a eso, no he estado en una situación similar antes… Aunque creo que me lo tomaría con calma. Digo, si existe la posibilidad de que me quieran matar por algo que no hice, preferiría vivir como quiero hasta que llegue el momento y no agobiándome por solucionarlo… De intentar hacer algo, lo haría, pero no me agobiaria... -concluyó Caos en la mente de Fío, soltando entonces una leve risa por su comentario. -. Dímelo tú: puedo sentir muchas cosas que no sentía antes, pero sigo sintiéndote a ti. ¿Tú lo estás disfrutando…? -con aquello seguramente el hada tendría claro que Caos en esos momentos se preocupaba más por cómo se encontraba Fío que otra cosa.

 Una vez todos en la meta, y con la aparición del hermano mayor de las hadas elementales, esté les recibiría con los brazos abiertos a la vez, dejándose llevar por Faith de modo que daría algunos vueltas en el aire antes de que Fío fuese el primero en separarse, momento para el cual Edén se encontraría dando algunas palmaditas en la cabeza a Faith.

 -¿Me lo dices tú? ¡Pero si están totalmente cambiados! -soltó entre una leve risa por el comentario de Faith, pasando su atención entonces a Fío. -. Adán y yo siempre hemos estado aquí. El resto debería llegar en unas horas…

 Justo entonces llegó Muramasa, a tiempo para escuchar como Fío deseaba canjear su su premio por la carrera provocando que Edén acabase mirando al samurai sobre el caballo.

 -¿No les contaste? -preguntó, sin dar tiempo a responder al hombre antes de volver a mirar a Fío. -. ¡Vamos, hermanito, no seas así! Ayer en la noche un viejo nigromante llamó para explicar la situación del reino de Aztora. Llegamos a la conclusión de hacer una reunión de hadas, ¡y eso significa que el resto vendrá a vernos! -anunció mostrando una amplia sonrisa. -. Sé que siempre has sido el más atento a los asuntos importantes, pero debemos esperar a que llegue el resto para poder pensar sobre qué hacer. Hasta entonces deberías tomarte un respiro.

 Poco después de las palabras de Edén, unos pasos llegarían desde el interior del hogar de la reina hada, anunciando así la llegada de una pequeña elfa oscura de cabello rubio y ojos de distinto color. Su expresión era bastante seria, aunque demostró algo de curiosidad al verles allí afuera.

 -Ustedes deben ser los hermanos de Edén… -dedujo de inmediato al verles. -. Es un gusto, soy…

 -¡Es mi novia! -se lanzó de inmediato el hada albina sin alas, abrazando por detrás a la pequeña elfa. -. ¿A que es linda? ¡No solo es de las pocas enano-elfos existentes, sino que también es de piel oscura…! ¡Y es muy fuerte! -haciendo una muy breve pausa, el chico pasaría de dar un abrazo a la elfa a tomar descaradamente sus pechos, unos pequeños pero notables en comparación a los de Faith. -. Y es una diosa en la cama…

 -Siempre dices cosas como esas, pero nunca hemos hecho nada… -aclaró la elfa, quién no mostraba ningún gesto de incomodidad o verguenza por la manera en la que le trataba su pareja en público.

 -Buuh, aguafiestas… -inflando un poco los mofletes, Edén continuaría allí, sujetando a su pareja de manera descarada, mientras volvía su atención a ustedes. -. ¡Ya se! ¡Hagamos una fiesta! Habrá comida, bebidas… Tal vez incluso podríamos emborrachar a Fío para que Faith pueda... -soltó con una sonrisa de oreja a oreja. Sería uno de los hermanos más poderosos, pero también era de los más descarados, a diferencia de…

 Una serie de luces empezaría a crecer desde el interior del castillo, desde donde volaría un potente rayo en dirección a Edén y su pareja.

 -¡Freya, salvame! -suplicó de manera dramática Edén a su pareja… La elfa se lo quitó de encima. -. ¿Eh…?

 Aquel rayo impactaría de lleno contra el hada, provocando que quedase en el aire durante algunos segundos antes de desplomarse al suelo soltando algo de humo debido a que se había “tostado ligeramente”.

 -¿No puedes pasarte cinco minutos sin hacer un comentario subido de tono…? -le regañó aquel que había sido el causante del ataque, avanzando hacia el cuerpo del hada mientras el suyo propio iba absorbiendo una serie de rayos que él mismo había creado. Volando a centímetros del suelo con sus alas, hizo acto de presencia.

 Adán, segunda hada de la generación Edrielle, y hada del rayo.

 -L-Lo tendré en cuenta... -dijo Edén desde el suelo mientras su propia magia empezaba a curarlo: magia pura, capaz de hacer muchas cosas.

Alanis puso ambas manos sobre la mesa, de forma un tanto demasiado firme. A pesar de conservar su neutralidad, habían pequeños gestos aquí y allá que delataban que se encontraba, mínimamente, tensa, o al menos más hostil de lo habitual. De usando en cuando la comisura del labio temblaba levemente, o casualmente retorcía las manos, de las que había quitado los guanteletes para que no hicieran sonidos metálicos desagradables al aplicarles presión. Se cuando en cuando giraba el brazal de su muñeca con lentitud pero bastante fuerza aplicada.

-Glaius...algunas de las cosas que dices son lógicas. Pero, las hadas no solo huyeron, sino que además están faltando a sus deberes como caballeros. Una de ellas huyó, de hecho, con el enemigo, y no están dando señales de volver a "reparar un malentendido". La única forma de confiar es que la reina de las hadas las declare públicamente como fugitivas y ayuden activamente con su persecución y captura, en mi opinión. Quiera lo o no, la familia de cada uno carga con las responsabilidades y vergüenzas de sus familiares de forma directa o indirecta.

Guardo silencio un momento. A pesar de todo, sonaba tan neutral como siempre, y trataba de no mirar a nadie en particular fuera de a quien dirigía la palabra, Glaius en ese momento.

-Por supuesto, eso es decisión de sus majestades. Todos nosotros estamos aquí para darles el apoyo que necesite en su decisión final.

Carraspeó levemente.

-Sin embargo, he de añadir que yo misma señale en la última reunión estratégica...que efectivamente según los reportes que trajeron las hadas antes de su...desacato, sonaba como algún antiguo alumno de Glaius. Por lo demás...por el color de escamas sospechaba que la carcaza era de un dragón de hielo...

...

-El Oeste es mi reino de procedencia. Para lanzar un ataque desde ahí habría que pasar por encima de los gigantes y dragones, y ciertamente es el territorio más difícil de conquistar de forma forzada. Un plan así no tendría un pie para apoyarse en primer lugar. Pero, un dragón antiguo...podría tener posibilidades muy reales e mover a la gente de allí.

​​​​​​Y tras esto no dijo nada más, aunque por su mirada el diálogo continuaba dentro de su cabeza.

Alanís ya se sentía crispada por la presencia de Cytla, y su disculpa le pareció muy insuficiente, considerando que había estado a dos pasos de estamparla contra una pared en su momento y realmente no se había alejado demasiado de eso.

Si estás fueran las tierras del Oeste, te habrían ejecutado por ese espectáculo.

Y en un accidente glorioso aparentemente, la conversación menciono a su reino, y su mente comenzó a pensar en posibilidades.

...si la mayor parte del oeste no ayudará tampoco serviría...¿un dragón antiguo tendría una influencias grande como para que toda la zona traicionara a Aztora?

...

...

​​​​​​¿Que haría...mi familia frente a esa pregunta?

Baeric ni se inmutó y siguió con la mano en el pomo de la espada. Pero cuando escuchó a Glaius no tardó en inclinarse hacia la princesa y susurrarle al oído. 

Baeric se inclinó hacia la princesa y no tardó en susurrar.-Majestad... La situación ya de por sí ya es complicada...no sabemos en quien podemos confiar.-Comenzó.

-Glaius oculta cosas, está claro, ¿su aprendiz nos declara la guerra?, ¿porque contra nosotros, porque no contra el?... Y encima no comenta sus planes con su Majestad, hablar a escondidas con la nigromante, luego las hadas, ¿que será lo siguiente? 

Baeric guardó silencio unos segundos. -Las hadas mataron al rey y huyeron, si hubieran sido inocentes no hubieran huido, eso está claro, hubieran esperado a un juicio justo. Pero no, huyeron y ahora el nigromante hace tratos con ellas... ¿No es extraño? -el caballero halcón volvió a callar.

-No os fieis... Puede ser una trampa, me apostaría mi otro brazo a que es así. El Reino está bajo vuestro mando y cuidado, no bajo el mando de nigromantes y hadas. Yo me opondría a su plan, esta alejando a la Guardia de vuestro lado. En cambio yo seguiré aquí, hasta el final Alteza. Pero estos...traman algo, está claro como el día.-Exclamó antes de apartarse de ella. 

Una vez fuera del abrazo le miré riendo un poco por lo bajo - B-bueno... han ocurrido cosas... Mucho que contar, ya sabes. Pero lo importante es que estamos aquí 3 hermanos... - 3... de siete... ya que Lily nunca vendrá... - pensé intentando evitar un gesto triste en mi rostro. Luego las preguntas de Fio llegaron haciendome percatar de ello y esperando pues la respuesta de Edén, la cual sería maravillosa - Entonces estamos cuatro aquí. Que bien que vengan el resto, tengo muchas ganas de ver a todos - ¿Pero como les diríamos la noticia?

Pero junto con la llegada de Muramasa al lugar la petición de Fio como ganador, a la par que seria, debería ser ejecutada, por lo cual rebajé un poco mis energías al ver lo rápido que quería ir - E-está... bien - No obstante fue Edén quien le pidió paciencia y no prisa a nuestro hermano común, siendo que contó aquella parte interesante - ¿Nigromante? ¿Gla-Glaius llamó ayer? ¿Qué os dijo? - Era el único nigromante que conociamos, al menos Fio y yo pero no era tan viejo en fisico como para que fuera, así que simplemente dejé la pregunta como tal antes de escuchar el resto y mirar a mi hermanito - B-bueno... i-igual eso n-no puedo cumplirlo si tenemos que esperar a nuestros hermanos... P-pero te puedo cumplir cualquier otra petición. A f-find e cuenta ganaste - Y no quería incumplir mi palabra

Acto seguido llegó una elfa cerca de nosotros la cual fue presentada como... - ¡¿TU NOVIA?! - me encontraba sorprendida ante la nueva noticia de Edén, pero de la sorpresa inicial pasé a un rostro complice y pillín para con nuestro hermano - Vaya con Edén. No sabía que eras tan ligón, y encima no nos lo cuentas en cartas - volviendo al tamaño natural por no incomodar me acerqué un poco para mirar a su cara desde abajo inclinandome para ello - Eres preciosa. Sin duda mi hermano eligió bien - Además de todo lo que dijo, yo agregué un poco más para atribuirle un tanto de merito - Me llamo Faith, un placer, y cuando quieras hablar de mi hermano, me tienes para lo que quieras - dije finalmente guiñandole un ojo, intentando hacerle ver que tiene una amiga aquí.

-Una fiesta me parece genial - Ante la propuesta solo pude alzar el puño - ¿Te parece bien hermanito? Mientras vienen nuestras hermanas al menos. - No obstante lo último que dijo Edén me hizo mirarlo con una sonrisa de medio lado - Ojalá, pero si eso pasase hermano, me gustaría que fuera con el sobrio y por su propia voluntad. - No obstante acto seguido la pequeña charla entre los que estabamos se vería cortada

-¡ADÁN! - Me dió pena de que Edén acabara tan mal, pero a Adán también lo echaba mucho de menos. Me lancé a por el, aunque deteniendome si lanzaba sus rayos de nuevo - Cuanto tiempo sin veros ¡¿PERO POR QUE NO ESCRIBIS?! Con lo fácil que es escribir una carta - finalmente acabé con los mofletes hinchados - ¿Edén necesitas ayudita? - arrodillandome pues a la altura de mi hermano de magia pura, esperé que me pidiera que lo ayudara o no para aumentar su curación con la mia.

Asentí con una reverencia a la princesa cuando aceptó mi disculpa -Gracias...- le agradecí mientras volvía a donde estaba antes, mirando a Gladius cuando dijo que diría todo lo que sabía, sin duda con curiosidad de saber que cosas ocultaría. Lo primero de lo que habló fue del interrogatorio de la nigromante de los calabozos, la cual era sirvienta de un ex-alumno de él, un tal Salazar... Con un malvado plan de invadir el mundo con un ejército de zombies... Zombies de Gigantes y Dragones, como el que nos atacó... Y joder, si uno ya dolió al reino... no me quiero imaginar un ejército, tragué saliva solo de pensarlo -Vamos, que creó un... ¿frankendragon?- pregunté cuando hablaba del dragón, que al parecer tuvimos suerte de que no fuera del todo poderoso. Cuando dijo lo del plan... no pude evitar mirarle mal -¿Tu solo ideaste el plan...? ¿Sin consultar antes con alguien de la realeza...?- le pregunté con seriedad... pues si empezábamos con eso de trazar planes completos en solitario... Mal empezamos para confiar entre nosotros, y sin duda la princesa lo hizo notar.

Glaius me dijo que Muramasa esta fuera de viaje... y que tardaría en volver- le dije a la princesa con seriedad, antes de dejar al nigromante responder ante aquello. Y al parecer... lo que hizo Glaius sin avisar ni nada a nadie fue enviar a Muramasa al reino de las hadas a organizar reuniones con ellas, y hoy se reunirían las ocho primeras. Lo que dijo sobre las hadas así generalizando la princesa no lo apoyaba... y estaba más como Glaius; pero no lo apoyaba cuando empezó a decir que -Serás Diamante Rojo, pero ella es la princesa... tu autoridad ahora la rige ella... y ya cansa que uses a Muramasa para ser tu recadero de todo sin avisar a nadie. ¿Entonces sabes donde están los hermanos?- le dije a Glaius, un poco molesta con aquello, y le pregunté con seriedad eso último, antes de escuchar que estaría siempre en contacto con él -Contigo no, Muramasa debería estar en contacto con todos... Ya... Ya no estamos bajo el mandato de Aztora, ya no deberías actuar así- eso último no pude evitar decirlo con cierta tristeza, pero intenté continuar -Y si de verdad quieres que confiemos en ti... lo estas haciendo muy mal, a menos que te de realmente igual...- le dije con seriedad, puede que un poco como bronca... pero sobretodo como consejo. Yo después de su ayuda, quiero darle un voto de confianza... pero es como decía Eldruin... lo pone muy difícil. Escuché a Alanis hablar sobre el tema de hadas... -Alanis, yo también huiría si todos me acusan de algo que yo no he hecho... y peor si hay supuestas pruebas que me acusasen siendo inocente- le dije con seriedad a la caballera, defendiendo un poco a las hadas... y que lo haga yo cuando no me caen bien... -Si las declaran fugitivas ya le estamos quitando cualquier presunción de inocencia que puedan tener... Ya no serán tratadas como posibles víctimas sino como criminales. Y si, se le acusan de cosas terriblemente graves... Pero han estado con nosotras mucho tiempo, y aunque sea un poco, deberíamos darles a ellas el beneficio de la duda y un poco de tiempo mientras investigamos... aunque solo sea como pequeño acto de confianza por esos años que hemos trabajado juntos- le terminé diciendo... Pues si alguno de nosotros estuviera en esa situación, también agradecería que sus compañeros le dieran ese pequeño acto de fe en ellos.

Cuando dijo lo de que "de ocho personas presentes cinco tienen relación con magia oscura..." la verdad me quedé pensando... ¿yo era de las tres restantes que no... o desde que tengo ese ojo, ahora si estoy incluída? Porque la verdad... hasta ahora era de las pocas caballeras que no era algo grandilocuente, ni siquiera algo anormal... Solo era una caballera mercader tacaña y con mala leche...  Mala leche que emergía -Ains... disculpe si interrumpo al nigromante princesa...- me disculpé con ella, y al final terminé por darle una bofetada a Glaius... hastiada, pero no en plan energúmena como ayer... continué seria y hasta cierto punto serena -En serio Glaius... Para- le exigí con seriedad al nigromante, poniéndome frente a él y mirándole -Ya no hablas ante los mismos caballeros ni el mismo rey que te permitían tener esa actitud, esos privilegios y esa forma de actuar por miedo a llevarte la contraria o "confianza" sobre ti.. Todos los presente hemos cambiado por culpa de estas experiencias y estos días... y pese a eso estamos intentando confiar en ti. Ya no llevas máscara y no necesitas ocultarnos nada más a los presentes... Y si tu en lugar de agradecer ese esfuerzo correspondiendo te quieres quedar encallado en esa actitud que tenías antes... Quizás ninguno de los presentes quiera escucharte, ni trabajar contigo, ni siquiera estar contigo, y no porque seas traidor sino porque no te consideran un compañero ni un amigo... Y te quedes solo, que te aseguro que es algo mucho peor que morir- le dije con una seriedad absoluta, mirándolo con severidad -Ayer, para mi sorpresa, me demostraste que se puede confiar en ti, por lo que no quiero que acabes solo... Así que inténtalo otra vez. Pídenos que escuchemos tu plan... pero no lo digas como si nos hicieras un favor, como si te da igual que te escuchen o no cuando realmente quieres ayudar... Pídenos escucharte "por favor", como compañeros...- le terminé diciendo, esperando a ver que respondía él.

-Mi-Rey-esta-muerto, Cytla.  -dijo lentamente entrelazando las manos y aplicando presión casual sobre los dedos, sobre la mesa- Nuestro. Rey. No es una vasija rota, o un acontecimiento casual que tratar a la ligera. Estuvieron 150 años aquí. Saben mejor que nadie que serían tratadas justamente y tendrían un juicio justo y bien investigado. Que hayan escapado significa que luego de todo ese tiempo, no confían ni en el reino, ni en la justicia de Aztora. Que digas que harías lo mismo...me preocupa, profundamente. Un Caballero Diamante debe anteponer el reino y la familia real a su vida, y a todo lo demás.

Cerró los ojos un momento.

-No me malinterpretes...no me parece una mala postura, pero esta NO es la profesión para tenerla. Menos en estos tiempos. Especialmente...en estos tiempos. Estamos para ayudar y apoyar incondicionalmente, y si nosotros no somos firmes con eso, ¿quién va a serlo?

Volvió a abrir los ojos, mirando al frente.

-El beneficio de la duda ya paso largamente, tuvieron su tiempo, tienen magia y alas para acercarse. Pero no lo están haciendo. Por lo demás, honestamente creo que Glaius ha estado justificado. Tenemos traidores y no sabemos dónde, y está actuando bajo su autoridad de Caballero Diamante Rojo, que militarmente tiene el derecho de ordenar a otros diamantes hasta que su derecho sea revocado. Si no respetamos el sistema establecido, nunca recobraremos la estabilidad del reino.

Mi atención estaba en Glaius... pero esas palabras de Alanis me hizo girarme a verla... Pues no me gustó el tono con el que dijo aquello -Lo dices como si no lo supiera, o no me importase- le dije con seriedad y el ceño algo fruncido, escuchando como hablaba de las hadas, diciendo como ella decía que "ellas no confiaban en el reino, ni en la justicia de Aztora" ni todo eso... diciendo luego que le preocupaba que yo hiciera lo mismo -Si... todo lo que dices suena muy bonito... ¿Pero es lo que de verdad pasa? Porque según tu esos 150 años... a ti no te hace confiar en ellos, ¿porque ellos entonces si deberían hacerlo en nosotros según tu lógica? Lo primero es que ellas, o por lo menos Fio... no decidió huir, le secuestraron en un principio y le amputaron una pierna... Y aunque pudieran volver al reino, a diferencia de ti, entiendo perfectamente que no lo hagan, no quieran hacerlo, ni se fíen. Porque ahora mismo... Estamos ocho personas en esta sala porque no confiamos en ninguna otra persona del castillo, no confiamos del todo en nadie más, algunos ni nos fiamos mutuamente entre nosotros... ¿Como ellos van a confiar en el reino y la justicia si ni siquiera nosotros podemos fiarnos de él y entre compañeros de hace años?- le pregunté con mucha seriedad. Alanis era idealista... y yo realista... Para ella sería muy bonito pensar que el reino seguía funcionando bien bajo el sistema, las normas y el protocolo que tenemos ahora... Cuando para mi, es evidente que estan tan rotos como los muros del castillo después del ataque del dragón.

Me criticó la postura que había adoptado, diciendo que siendo caballero diamante no podía tenerla... y sobretodo haciendo énfasis en que estos tiempos eran para seguir apoyando al reino -¿Justificas las acciones de Glaius, quien actúa sin siquiera avisar a la familia real... de que esta en contacto y ha concertado reuniones con esas hadas de las que tu no te fías? Te contradices a ti misma Alanis- le dije... Pues no tiene sentido que apoye los actos de reunirse y se comunique con esas hadas de las que no se fia y quiere perseguir... Sin duda fui acalorando mi respuesta hacia ella -El sistema establecido que dices que hay que respetar, que recobrará la estabilidad del reino... ¡Es el mismo sistema que apoya que un Caballero Diamante Rojo oculte información a la familia real y organice misiones secretas sin su consentimiento y conocimiento con total libertad, el mismo sistema que ha introducido traidores manipulados o por motu propio en el castillo y causó que no nos fiemos ni de nuestra sombra, el mismo sistema que ha puesto en peligro a la familia real...! ¡EL MISMO SISTEMA QUE HA MATADO AL REY! ¿ESE ES EL SISTEMA QUE TU QUIERES CONTINUAR APOYANDO ALANIS Y AL QUE QUIERES PERMANECER FIRME?- terminé diciendo con firmeza -¡Despierta ya Alanis, el concepto de "Caballero Diamante" es obsoleto y ya no sirve de nada, ahora solo somos seis caballeros y dos príncipes que quieren salvar su reino y a toda su gente cueste lo que nos cueste! ¡Eso es lo que realmente nos debe importar Alanis!- le terminé diciendo a ella, antes de mirar a todos los cuales, si pensaban como Alanis, también estaban incluidos en mis palabras -Las viejas posturas ya no son útiles, los viejos planes y las viejas conductas ya no sirven... Nuestras viejas versiones... murieron con el rey... Ahora no necesitamos nada de eso... no necesitamos repetir lo viejo que ya nos ha fallado...- dije casi con solemnidad, terminando por mirar a la princesa -Princesa Artanis... lo que necesitamos es algo nuevo... un nuevo Código de Caballeros...

Respiró profundamente, calmándose y entendiendo que Glaius lo habría arreglado todo para que de momento no hubiera peligro, o no al menos uno enorme. Caos podía sentir como en el interior, aquel nudo en el estómago y el nerviosismo desaparecían para dejar paso a una relativa calma que dejaría al ente disfrutar mucho mejor de todo lo que tenía a su alrededor. -Entonces... Mi petición es una visita guiada por los alrededores para Muramasa. Era perfecto porque así no solo paseaban, le enseñarían el lugar al caballero y por su parte a Caos. 

Cuando apareció la elfa rubia y morena de piel, no pareció sorprenderse de que se la presentara como la novia de Edén.
-Encantado de conocerla señorita. Hizo una pequeña pausa y miró a Faith. - Bueno, porque nosotros tampoco las escribimos. Sonrió entonces cuando Faith se presentó, tan dicharachera como siempre y obviando las obscenidades de su hermano. - Mi nombre es Fío, encantado de conocerte. Se mencionó entonces la fiesta y Fío comenzó a negar con la cabeza. -N-no creo que sea buena idea... Dio un paso atrás mientras podía notar la enorme carga eléctrica en el aire, sabiendo lo que se venía. Apartó rápidamente a Muramasa estirándole el brazo hacia atrás justo a tiempo para ver como los rayos tostaban a su hermano mayor. Una vez todo pasó y se pudo ver a Adán, se acercó con calma a el y lo abrazó. - Me alegra volver a verte Adán. Era el más sensato de los dos primeros nacidos en la línea real, le tenía mucho respeto, y no solo por su poder. -No necesita ayuda Faith, necesita un cubo de agua fría como siempre. Se echó a reir un poco y entonces miró a Muramasa.

-Bueno, creo que falta aún para que vengan los demás así que voy a presentar por ahora a quien nos acompaña. Al pobre lo habían hecho de menos en aquella reunión, y se sentía mal por el caballero quien tenía que sentirse incómodo cuanto menos. O eso creía el. - El es Muramasa, Caballero Diamante del reino de Aztora.

Baeric suspiró con un tono cansado al comenzar a escuchar aquella ridícula discusión entre Alanís y Cytla.

-¿Podríais bajar la voz y dejar las discusiones?, estáis ante su majestad, no una princesa, su majestad y estáis dando un espectáculo…-El caballero se llevó una mano a la frente y negó claramente aburrido con aquello, al menos hasta que escuchó las últimas palabras de Cytla, entonces si que no pudo evitar cruzarse de brazos y miró de nuevo a la reina antes de susurrarle nuevamente al oído.

-¿Está diciendo que es hora de cambiar nuestro código?, eso es claramente una traición al código, a la familia real y a la memoria de vuestro padre…por ende una traición a la corona.-Contestó con voz calmada.-Majestad, estoy seguro de que Cytla no ha querido decir lo que ha soltado por esa boca suya…a fin de cuentas sabéis como es, pero claramente esto se está saliendo de madre…Cytla no es una buena “caballero diamante” y desde luego creo que es tenéis que fiar de ella tanto como de Glaius…incluso Alanís parece estar de parte del nigromante.

Baeric bajó más la voz.-Obviamente está habiendo una gran conspiración alteza, la traición se puede palpar en el ambiente.-Susurró.-Hay que hacer algo lo antes posible o las hadas y el aprendiz del nigromante destruirán todo lo que conocemos y el reino sufrirá por culpa de unos caballeros que no están mostrando ni honor, respeto o lealtad al reino y a vos.

El caballero sonrío levemente.-Merecen un castigo ejemplar...obviamente no os respetan ni lo harán, ¿como se atreven a gritar ante vos y a trataros de esta forma?, no son más que unos traidores alteza. 

 -Ese es el plan tras la reunión… -confesó Glaius respecto a uno de los puntos señalados por Alanís. -. Fío y Faith no lo sabrán hasta que se lo digan, pero el resto de hadas se reunirán para convencerles de entregarse de manera pacífica y colaborar con la protección de la ciudad, y posteriormente tener un juicio. Le entregué a Muramasa algunos sellos mágicos para que pueda traer a los gemelos de manera segura en caso de que acepten, así nadie deberá preocuparse de que intenten algo que los diamantes no puedan detener -nuevamente, el nigromante guardaría silencio mientras era prácticamente reprendido por Cytla, la cual solo recibiría una de las miradas frías y “muertas” del mago oscuro. -. Según el reporte de Alessandro, Faith huyó voluntariamente con el hada criminal, Fair. Usando los restos dejados por el portal que se llevó a Fío, y un poco de deducción, concluí que ambos están en el reino del este. Muramasa debería reportarse en unas horas… -continuó respondiendo mientras recibía todas y cada una de las palabras de la pelirroja, decidiendo no comentar nada más respecto a confiar o no en las hadas.

 Lo que si podría llegar a tomar por sorpresa a más de uno fue la repentina bofetada de Cytla al hombre de largo cabello negro, quién simplemente se dejaría golpear sin reaccionar en lo más mínimo.

 -¡Ey! -iba a reprender Eldruin a la caballero, pero un gesto de mano de la princesa hizo que el Jujin volviese a su asiento, chasqueando la lengua con disgusto. Artanis parecía interesada en ver a lo que la pelirroja quería llegar…

 -... -por su parte, Glaius continuaría en silencio mientras Cytla acababa de hablar, siendo que antes de poder responder Alanís intervendría.

 Aunque ciertamente todos estaban prestando atención a todo comentario y declaración, el resto de presentes aguardó en silencio viendo como unos se dejaban llevar más que otros por los asuntos que se tocaban. A la princesa no era de su agrado la manera en la que Cytla decía las cosas, agradeciendo que Baeric estuviese allí para poner orden mientras le iba comentando sus opiniones.

 -... -con una clara expresión de molestia, la princesa correspondería la mirada de Cytla, manteniéndola mientras escuchaba los últimos susurros de Baeric. -. Está bien… Escucharemos el plan de Glaius y la propuesta de Cytla: pero si sucede otro evento que sea mínimamente amenazante para el reino por vuestras ideas, ambos tendrán que pagar con ello... -declaró antes de observar al príncipe, quién entre tanto debate permanecía en su asiento un tanto preocupado. -. ¿Estás de acuerdo, Arthas?

 -Sí… -se limitó a responder el príncipe, claramente confiando el asunto a su hermana.

 -Muy bien, Glaius, adelante… -concluyó la princesa.

 Luego de la bofetada de Cytla el nigromante había quedado un tanto “perdido” en su mundo, como si las palabras de la pelirroja, o las de alguien más le hubiesen dado para pensar; era difícil decirlo cuando su expresión casi siempre era la misma. En todo caso, no le tomaría más de unos segundos de silencio luego del permiso de la princesa para empezar a hablar.

 -En estos momentos solos nos quedan dos cabezas en el reino: los príncipes. Son las piezas más importantes en el ajedrez que estamos jugando contra nuestros enemigos, y debemos centrarnos en protegerlos ante cualquier peligro. Por eso propongo alejarlos en lo posible de los individuos malditos presentes -con aquella propuesta, su mirada se fijaría primero en Baeric, momento en el que sobre su ojo derecho se empezaría a formar un círculo mágico. -. Tú brazo es gracias a los avances de los enanos, combinando tecnología y magia, pero puedo ver que desprende una extraña conexión con una magia antigua y oscura, misma que también recorre todo tu cuerpo, como si no solo afectase a tu brazo, sino también a tus nervios: no puedes sentir nada, ¿cierto…? -su siguiente mirada pasaría por el príncipe y acabaría en Alanís, sin siquiera dejar que Baeric respondiese a su pregunta. -. Por otro lado, Alanís lleva un tiempo portando una marca maldita en el brazo. El brazalete que tanto usa es para intentar contener sus efectos, pero según los sanadores del castillo al tanto de su estado la marca se ha fortalecido y amenaza con hacer que el brazalete ya no pueda con ella -tras aquellas revelaciones, el ojo de Glaius volvería a la normalidad a la vez que su mirada volvía a la princesa. Aquellos más avispados podrían haberse percatado de que, mientras el ojo derecho de Glaius mostraba el círculo mágico, el ojo izquierdo de Cytla hacía lo mismo. -. Yo tengo incontables relaciones con la magia oscura, y Cytla porta uno de mis ojos, por lo que también está maldita de cierta forma. Por esto mismo ninguno deberíamos actuar como protectores de los príncipes: en su lugar, Eldruin debería proteger a Arthas, y Alessandro a Artanis.

 -¿De qué diablos hablas…? -intervino el lobo, quién no parecía precisamente entusiasmado de un ascenso como ese, al menos no en esa situación.

 -Ambos están limpios, no pueden tener relación con el nigromante, o al menos no una directa como la podríamos tener cualquiera de los mencionados. Solo tú y Alessandro son los más confiables para proteger a los herederos. Hay que proteger a nuestros líderes antes de pensar en derrocar a los enemigos -respondió el nigromante.

 Por su parte, Alessandro no parecía ni disgustado ni emocionado por la propuesta, casi como si estuviera en un punto neutro donde haría lo que decidiese el resto. De parte de la princesa, está miraba claramente sorprendida, y un tanto molesta, a su caballero personal, Baeric; claramente no estaba al tanto de la relación del caballero grifo con la magia oscura. Así mismo, Arthas solo miraba a Alanís, preocupado por lo que pudiese responder la dragona.

 -Ninguno abandonará su puesto de caballero, por lo que el reino no perderá fuerzas, y los príncipes podrán contar con nosotros cada vez que los necesiten. Solamente es una manera de asegurarnos de que los herederos no estén en contacto con artes oscuras -concluyó el nigromante. -. Después de todo, fue una maldición lo que bloqueó los recuerdos de Arthas...

 -Oh, no mucho. El tal Glaius nos contó que están teniendo problemas con otro nigromante, y que el poder de las hadas podría servir al reino de Aztora para proteger la capital. Por eso pidió que nos reunieramos para considerarlo: es una magia que no ha salido del reino de las hadas, después de todo -explicó Adán a Faith sobre lo que les había comunicado el nigromante.

 Escuchar entonces como Fío cambiaba su petición luego de calmarse seria algo que provocase un ligero enarcamiento de ceja en el hada albina, quién sonriendo con cierta picardía miraría a Muramasa, siendo que conocían bastante bien a su hermano para saber que por su mente pasaban muchos pensamientos.

 Por su parte, la elfa oscura correspondería sus saludos con la misma formalidad.

 -No te preocupes. Cuando no habla de su hombría, habla sobre todo lo demás de él -explicó la elfa a Faith, con esa expresión neutra de que no le importaba, o que estaba muy acostumbrada.

 Aunque no diría nada, Muramasa no pondría resistencia al agarre de Fío para apartarle un poco del objetivo de los rayos. En aquellos momentos el samurai parecía tan dócil que casi no parecía el mismo, pero era entendible teniendo en cuenta el deber que tenía allí: aguantarse a las hadas mientras averigua todo lo que pueda.

 Con Faith volando hacia él, Adán volvería a liberar rayos por todo su cuerpo evitando que la chica pudiese acercarse a abrazarlo.

 -Fío tiene un buen punto… -fue lo que respondió respecto a las cartas, asintiendo a las palabras de Fío como algún tipo de respuesta a sus palabras, un gesto que, para él, se podía tomar como un “yo también me alegro de verlos”.

 Con Edén tirado en el suelo, la elfa oscura conjuraría un pequeño hechizo con el que crearía en una de sus manos un bastón, con el cual empezaría a tocar al hada de magia pura mientras continuaba en el suelo, similar a cuando alguien quería comprobar si un animal seguía vivo, aunque era obvio que Edén ya se estaba recuperando.

 Entonces llegaría el momento de las presentaciones por parte de Fío, momento en el que Muramasa decidiría intervenir finalmente.

 -Ellos ya me conocen, Fío. Han pasado solo diez años desde que estuve aquí… -le explicó el samurai. -. Además, no me uses como excusa para explorar el lugar. Si quieres ponerte cómodo y disfrutar de tu hogar, adelante… -añadió, teniendo en cuenta que Fío había pedido una visita guiada para él. Muramasa se escuchaba, y veía, particularmente decaído desde que se habían acercado al palacio.

 -Vamos, no seas duro con él... -le reprochó Edén, quien luego de su rápida recuperación había vuelto a “enrollarse” detrás de la elfa con un abrazo. -. ¿Qué tal si nos ponemos en marcha con esa visita guiada? La ciudad ha tenido remodelaciones desde la última vez que estuvieron aquí -añadió con esa sonrisa en el rostro, dispuesto a comenzar con la petición de Fío si no tenían nada más que decir o preguntar en ese momento.

 En el momento en el que el ojo derecho de Glaius mostró aquel círculo mágico, sentiste como tu ojo izquierdo ardía ligeramente. En ese momento, y mientras el círculo permanecía en el ojo de Glaius, la mitad de tu visión se encontraba distorsionada considerablemente. Las personas presentes se veían como una especie de fantasmas trasparentes, a través de los cuales podías ver el interior de sus almas, o algo así...

 Tal como decía Glaius, Alanís poseía una especie de aura oscura bajo el brazalete, aura que tomaba la forma de una marca en su brazo que amenazaba con desbordarse si se quitaba su protección. Por su parte, Baeric poseía todo el brazo derecho recubierto por un extraño aura imposible de describir, mismo que recorría su cuerpo como finas venas por sus nervios. El príncipe, a pesar de verse tan "normal" como el resto de "no malditos", poseía dentro de su cabeza una formación de energía que parecía encerrar el lugar donde debería estar su cerebro; energía que era un tanto similar a la que desprendía Baeric de su brazo... Por supuesto, el nigromante estaba completamente hecho de esencia oscura, a excepción de su ojo izquierdo el cual simplemente no parecía tener alma, como si realmente no fuese parte de él.

 Finalmente, tanto la princesa como Eldruin y Alessandro parecían completamente limpios de magia oscura o "corrupciones".