Partida Rol por web

La silla parece normal, una silla de madera común. La habitación es de entorno agradable, madera en suelo, techo y paredes, la luz entra por una clarabolla que claramente no existe en aquel lugar, puesto que se ve el exterior del castillo en la pared que da hacia el aula que acabas de abandonar instantes antes.

siguió al profesor, caminando a pasitos cortos hasta llegar a la habitación en donde se encontraba la silla, la chica miró con atención aquella luz y el paisaje, sonriendo, tardando un poco en darse cuenta que era la pared de la sala por la cual habían salido. 

— profesor... con este aparato... ¿po-podría recuperar los recuerdos que voy perdiendo?— le pregunta sentándose en la silla, poniendo sus manos en los costados de la silla — es que yo... yo pierdo muchos recuerdos y quisiera ver... ver la forma de poder recuperarlos, me entristece mucho saber qué daño a otros... al olvidar cosas — pensó en Artemis y su cara de pena cuando le dijo que no podía recordar lo que dijo.

— ¡eh.. perdón!— se puso roja — me-mejor sigamos con... la experiencia, ¿qué debo hacer ? — preguntó sonriendo pero aún con las mejillas rojas.

A ok, por mi perfecto pero no te veas obligada, jugar una partida que no motiva postear no es agradable, esto es un pasatiempo no una obligación. :)

— profesor... con este aparato... ¿po-podría recuperar los recuerdos que voy perdiendo?— le pregunta sentándose en la silla, poniendo sus manos en los costados de la silla — es que yo... yo pierdo muchos recuerdos y quisiera ver... ver la forma de poder recuperarlos, me entristece mucho saber qué daño a otros... al olvidar cosas — 

No, este aparato no funciona así, pero... Luego después de clase, podemos hablar de ese problema con el profesor de pociones si usted lo desea. Quizás haya algo que pueda hacer el profesor Diggory.

Volviendo al tema de la clase, el holocrón funciona creando alrededor de tu mente un universo con las mismas leyes físicas que las nuestras, sólo que cambia ciertas cosas, los aurores la usan para entrenar a los candidatos en entornos adversos, aquí la usaremos para que comprueben lo dura que puede ser la vida de los muggle y puedan, si quieren, empatizar con ellos. ¿Estás preparada?

Cuando oyes las palabras del profesor ya no ves dónde se encuentra, la sala se encuentra vacía y la puerta por la que entraste se encuentra abierta, sin embargo, al otro lado, no ves el aula 405, parece un pasillo de madera blanca muy parecido al que hay en tu casa y aquella sala se parece enormemente al pequeño armario de debajo de las escaleras en donde te escondías de pequeña jugando al escondite.

Ray, voy a necesitar tu ayuda, tu me dices como interpretar a Ray-niño y yo lo posteo como si fuera narrativo para la escena ¿Ok? 

Es decir, siempre que salgas en la escena de Ginevra me dices como actuaría tu personaje y yo lo hago.

Entristeció enormemente saber que aquel artefacto no le ayudaría a recuperar sus recuerdos y emitió un profundo suspiro pues sabia que las pociones no le ayudarían, había probado demasiadas ya y nada mejoraba su condición y había visitado a demasiados medimagos como para recordarlos a todos, ninguno había logrado ayudarla. Incluso, su padre la había llevado con médicos muggles que le dijeron que ella tenía epilepsia pero que nada mejoraría su condición, que sólo quedaba resignarse. La niña miró hacia otro lado y pestañeó unas cuantas veces para espantar las lagrimitas que se habían alojado ahora en sus ojos.

— eh... ya profesor — recuperó los ánimos y giró su rostro hacia donde estaba el hombre, sin encontrar a nadie y eso la alarmó, pero supo que era por aquel artefacto — bueno profesor — asiente mientras todo desaparecía y volvía a lo que parecía ser su casa. Ginevra se agachó, y a gatas salió por el armario, era donde jugaba con su hermano cuando pequeña. Se arrastró hacia el pasillo saliendo por la puerta, todo lo reconocía sin problemas y eso hizo que se sintiera segura en ese lugar.

— es mi casa profesor.. y ahora ¿qué hago?— preguntó, asumiendo que el profesor estaba cerca observándolo todo. 

No hay respuesta, pero oyes las voces de tus padres y de Ray en la cocina.

- Oye Mamá, hoy es mi cumpleaños...bueno, también es el de Gin pero eso no importa...  ¿Iremos esta tarde, después de comer, de excursión al bosque de los hipogrifos y al lago de las sirenas, como prometistéis? Porfi, porfi, porfi ¡dijístes que iríamos! - Escuchaste a Ray hablando atropelladamente pero realmente feliz y jovial con una hermosísima joven de cabello plateado, sedoso y brillante como la luz de la luna, a la que uno tardaste en reconocer como a tu madre.

Mientras papá estaba sentado en el sillón leyendo un periódico distraido y mamá preparaba la mesa del comedor, de espaldas a la coccina, Ray se  había encaramado en una silla, sosteniendose en un precario equilibrio, con los pies sobre el respaldo, tratando de robar una porción de tarta de chocolate. Al verte cruzar el umbral, se puso todo el bocado en la boca y corrió con las manos llenas de chocolate a tu posición, para intentar taparte la boca, mientras te susurraba.

- Zi le dizezz algo a mamá ze vazz a enZerar... Su boca apenas podía mantener un bocado tan grande, y a cada palabra iban cayendo al cálido suelo de madera cachitos de la tarta, hasta que salga duras penas terminó de tragarlo y se limpiaba las manos en los pantalones. ¿Jugamos al (cof cof)...escondite?

Escuchas a Ray hablando atropelladamente pero realmente feliz y jovial con una hermosísima joven de cabello plateado, sedoso y brillante como la luz de la luna, a la que no tardaste en reconocer.

- Oye Mamá, hoy es mi cumpleaños... Bueno, también es el de Gin pero eso no importa...  ¿Iremos esta tarde de excursión al bosque de los hipogrifos y al lago de las sirenas, como prometistéis? Porfi, porfi, porfi ¡Dijístes que iríamos! - 

Tu padre se encontraba sentado en el sillón leyendo un periódico distraído mientras tu madre se encuentra de espaldas a la cocina hablando con él, Ray mientras, se había encaramado en una silla, sosteniéndose en un precario equilibrio, con los pies sobre el respaldo, tratando de robar una porción de tarta de chocolate. Al verte cruzar el umbral, se puso todo el bocado en la boca y corrió con las manos llenas de chocolate a tu posición, para intentar taparte la boca, mientras te susurraba.

- Zi le dizezz algo a mamá te vazz a enZerar... Su boca apenas podía mantener un bocado tan grande, y a cada palabra iban cayendo cachitos de la tarta al cálido suelo de madera, a duras penas terminó de tragarlo y se limpió las manos en los pantalones. ¿Jugamos al (cof cof)...escondite?

No entendía en qué la ayudaría aquello, el ver su casa le estaba trayendo muchos recuerdos, pero la mayoría teñidos de mucha tristeza. Sigue caminando por el pasillo y deslizó sus dedos por la pared, podía recordarla a la perfección, podía saber como eran sus formas y recorre esa casa a ciegas, pero luego de la muerte de su madre, se habían mudado porque esa casa sólo empeoraba su estado. ¿Por qué la había llevado aquel aparato a ese lugar?.

Y ahí vino lo más terrible para la pequeña, escuchar la voz de su madre, apenas pudo balbucear algo mientras la llamaba, era su mamá y apuró el paso cuanto más pudo, casi tropezándose en la carrera.

— mamá…— corrió más rápido — ¡MAMÁ! — llegó hasta la cocina en donde los había oído y una vez ahí, vio la escena, no la recordaba, habían muchas cosas que había olvidado y con los ojos llenos de lágrimas, ignoró la invitación de su hermano para ir donde su mamá y abrazarla por la espalda, ocultando su cara entre sus ropas — mamita… no te vayas...— gimoteaba mientras abrazaba a su madre, y aunque podría imaginar que era una ilusión, para ella era demasiado real.

Tu madre se gira hacia ti extrañada. 

¿Qué pasa cielo? ¿No te apetece la excursión? Te pone la mano en la frente.

No parece que tengas fiebre... Cielo, ¿Qué ocurre? ¿Ray te ha vuelto a gastar una broma?

Resoplo mientras dejo el periódico encima de la mesita, me levanto mirando a Ginevra de forma preocupada

¡¿Ray qué has hecho?! Más vale que no la hayas liado otra vez, no me gustaría tener que castigarte hoy...

Seguía aferrada a su madre, temblando y con lágrimas rodado por sus mejillas. Sus papás se preocupan y es como si el tiempo no hubiera pasado nada. Ginevra se separa sólo un poco de su mamá sólo para comprobar que sigue siendo ella. No se había esfumado y era ta como la recordaba. 

— no... mi hermano no me hizo nada... nada mamá... sólo había soñado que te perdía y... y me dolía mucho...— gimotea mientras las contaba lo que pasaba o en parte, pues, lo que le gustaría decir es aquello porque eso significaba que todo había sido un mal sueño y nunca habría perdido a su madre siendo tan pequeña — ¿qué... qué excursión hay? — preguntó, limpiándose las lágrimas, pero volviendo a abrazar a su mamá, no quería separarse de ella.  

¿Seguro que te encuentras bien cielo?

Quizás sea mejor dejar la excursión para otro día.

Ray había logrado retirarse las migajas de la tarta justo a tiempo, antes de que sus padres se metiesen con él por culpa de Gin. ¿Puede que al final no fuesen a la excursión? ¿Por qué últimamente su hermana estaba tan delicada, sensible y a punto de llorar? Chicas, siempre igual. A mamá a veces también le pasaba. Y papá solo decía que había que intentar comprenderlas, cuidarlas siempre y protegerlas de cualquier peligro. ¿Por qué? Vaya asco.

Ante la negativa de su hermana de jugar al escondite, y viendo que quizá no iban a ir a la excursión si Gin se encontraba mal, Ray apretó los puños conteniendo sus impulsos de gritar, y cuando ya no pudo más y su cara se había vuelto roja del enfado, corrió hacia la tarta, se llevó una porción enorme a la boca, y salió corriendo fuera de casa dando un portazo, no sin antes decir.

- ¡Me da igual el cumple! ¡Me da igual la excursión! ¡Me da igual no comer! Y ya cuando la puerta se cerró, se pudo escuchar desde muy lejos, corriendo por el jardín, un grito apagado por la lejanía de... ¡Me da igual todo!

—¿ podemos... quedarnos en casa?— pregunta con su cara pegada a las ropas de su mamá — Mamita... ¿me lleva a la cama?— seguía sollozando.

De repente recuerdas ese momento perfectamente... Ahora Ray se enfadará muchísimo, robará otro trozo de tarta y se largará corriendo de casa hasta perderse por el campo y no saber cómo regresar a casa...