Partida Rol por web

Veo una lluvia de disparos golpeando al bicho que está cerca del Cabo. Bien, espero que eso le detenga un poco.

El Cabo Evans por fin logra subir a lo alto de la muralla. Pronto añadirá su fuego conta el enemigo, por lo que es probable que podamos detener esta primera oleada de atacantes.

Y que Evans no subía. No subía, no subía y no subía. Ya tenía dos bichos a su lado, a los que sólo les faltaba ponerse el babero y sacar los cubiertos para comenzar con su desayuno. Si no se le ayudaba, el cabo estaba muy, pero que muy muerto.

Era ahora o nunca.

Afianzando el rifle, Sonia se asomó para disparar con saña al bicho que tenía más cerca. Pero para nada iba a usar el Morita. No, la situación exigía algo mucho más contundente.

¿Os he dicho ya lo mucho que esta chica adora las escopetas para los encuentros cercanos y personales?

Y mientras disparaba, se la podía oír gritar:

- ¡Carajo, cabo, suba de una puta vez!

No llego del todo a mi posición, mientras sigo la situación de fondo por el canal de comunicación, pero lo cierto es que he llegado lo suficientemente cerca como para no seguir avanzando más. Así pues, ya rifle en mano, me acerco a la baranda* y viendo que todo el mundo se dirije a cubrir al Cabo y los esfuerzos de éste por subir, abro fuego a los bichos más lejanos para impedirles que sigan avanzando y puedan reunirse con sus dos compañeros junto al muro, confiando que el fuego acumulado de tanta gente pueda acabar con ellos sin necesidad de mis balas.

-Que os creeis que vais a llegar a tocar el Fuerte, condenados bichos. -Murmuro para mí mismo mientras abro fuego.

Con mi primera ráfaga había conseguido abatir a tres bichos y en general habíamos conseguido parar el avance, pero algunos comenzaban a acercarse peligrosamente al cabo que todavía no había conseguido subir.

Maldita sea, van a alcanzarlo.

Casi sin terminar el pensamiento mis compañeros habían conseguido abatirlos dejando al cabo una oportunidad de subir junto a nosotros, pero otros bichos seguían aproximándose peligrosamente, había que intentar frenarlos antes que se acercaran mucho más. Vuelvo a apretar el gatillo esperando acertar como la primera vez.

Evans cayó pesadamente al otro lado del muro, a los pies de Sonia, mientras esta disparaba su bien amada escopeta y unas cuantas palabrotas.-Estoy bien, estoy...dijo palpándose las piernas para comprobar que las tenía.-Bien. 

La sensación de alivio se mitigó al instante, había que hacer algo y rápido. El cabo comenzó a buscar sus granadas.- Maldita sea, ¡BOOKMAN!.-Gritó el cabo.-¿Si disparamos a la munición de ese cacharro tuyo que no funciona explotaría?.

Desde luego la actuación de nuestro Cabo en la misión está siendo auténticamente "estelar". Ahora quiere destruir el arma que necesitaremos para enfrentarnos a las próximas oleadas de enemigos...

Justo cuando nuestra situación parece controlada.

Los gritos de mi cabo me dejan perplejos. Realmente aún no considero que la situación esté tan descontrolada como para tener que utilizar el arma sin garantías. Con la adrenalina a flor de piel tras haber hacertado al bicho que estaba más cerca del muro contesto de forma acelerada y sin pensar al cabo.

- Señor yo solo creo que no deberíamos utilizarla hasta que un técnico le de el visto bueno y ahora mismo no creo que sea el momento de arreglar nada hasta que desaparezcan los bichos que tenemos enfrente. Mas nos convendría que disparara su arma antes de pensar en fuegos artificiales!!

Más calmado tras haber soltado las frases al Cabo, consideré sus palabras.  Espero que pueda serenarse y vea la situación tal y como es.

Al escuchar las palabras del Cabo, me río un poco para luego contestarle:

 - "Tranquilo Evans. ¿Un par de bichos le respiran en la espalda y ya quiere bombardear el planeta? Recupere su aliento y dispóngase a disparar, que la situación ya está controlada. Acaben con esos pocos bichos y sitúense en las posiciones designadas. Son cadáveres vivientes, así que usen su munición como mejor estimen. Eso no incluye dejar de disparar."

Mantengo la vista en los bichos que quedan, que están aun muy lejos. La situación está calmada, pues esos pocos bichos serían coladores antes de llegar al muro con todos nosotros disparando. Lo mejor es que nos ordenemos para así no cometer errores.

El sargento Mayor Hammer había pasado prácticamente todo el combate brindando fuego supresivo al escuadrón Fox, pero ahora ante la clara victoria apunto su rifle en dirección a los pocos bichos sobrevivientes y dejo ir una ráfaga de su Morita.

Me sorprendo al ver caer a dos bichos. No parece que los haya tumbado ninguno de los nuestros...

Cuando el sargento Mayor disparó y eliminó bastantes de los bichos supervivientes, me sorprendí al verle en nuestro muro. No recordaba haberle visto en todo el combate ni durante las salvas de fuego supresivo. Pero sin duda era agradable estar en su bando, ya que el condenado tenía buena puntería. Con la mirada intento ver si hay algún bicho vivo con ganas de acercarse al muro.

-No joder, no me refería a eso.-Evans se llevó una mano a la cabezacon claro sentimiento de impotencia.-Te lo diré de otro modo. ¿Podríamos utilizar la munición de ese arma inútil como si fueran cartuchos de dinamita?. Eso es, lanzarlos y dispararles para que exploten cuando los bichos estén encima de ellos.-

Arrugo el ceño ligeramente, sin saber muy bien qué hacer. Ya había incumplido las órdenes del Sargento Focker con anterioridad y, en el fondo, no quería volver a la línea a disparar. Pero ya había mandado a Bockman a disparar y se suponía que yo debería estar ayudándolo. 

Bueno, pienso para mi, mis últimas órdenes fueron que arreglara este dispositivo. Así pues, eso haré. 

El combate había sido algo mas "complicado" de lo habitual. Dereck solo esperaba que esto no se repitiese con la horda que vendría mas adelante.

Chicos, comprobad munición. ¿Que tal vais de la misma?

FRECUENCIA 1 DE LA ESCUADRA:

- "Tres cargadores y cuatro balas." -

Mkoll, al oir la pregunta de Mackeyn dijo por la frecuencia de escuadra:

-Dos balas del cargador actual, otros dos cargadores del Hawkeye, y dos de reserva de la TW 102-s.

Sonia respiró un momento hondo después del "subidón" de terminar de destrozar al bicho que estaba abajo, cuando le llegó por radio la pregunta de Dereck. Pensó un momento y revisó el arma, diciendo luego por radio:

- Diez balas en el Morita y 9 cartuchos en mi escopeta. Luego tengo 4 cargadores más del rifle y otras tres rondas completas de munición para la otra.