Partida Rol por web

LA ESPOSA DE BARBA AZUL: AISHA

2. LOS PASOS DE LA MADRE (La Segunda Puerta)

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15/07/2019, 22:42
Momo
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isha alcanzó a Dorina en el mismo punto del pasillo, frente a la puerta, en que esta se había quedado. Casi parecía una hazaña de resistencia que una mujer de su edad pudiese permanecer allí, de pie, durante tanto tiempo. Quedaba claro que su entrega al deber era férrea, la más longeva y sumisa sirvienta de su señor.

El ama de llaves pareció preocuparse por la lividez que se había aferrado al rostro de su nueva ama en el jardín que acababa de abandonar.

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15/07/2019, 22:58
Momo
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- ¿Os encontráis bien, mi señora? Si algo os ha perturbado o necesitáis retiraros a vuestros aposentos antes de continuar conociendo vuestros dominios, estaré encantada de guiaros. Si precisáis alimento la cocina no se encuentra lejos y siempre hay un fogón encendido donde calentar las viandas que vuestro esposo hace traer a los mejores comerciantes desde tierras lejanas.

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17/07/2019, 17:01
Gewi
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Aisha salió de allí con el paso apresurado para toparse con Dorina. Aquella mujer tan recta parecía recordarme a cada momento que me falta experiencia y compostura. Si ella había pasado por allí sin inmutarse, debía tomar ejemplo. Una buena señora debe ser fuerte sin su esposo y manejar cualquier tipo de situación. 

-Estoy bien. Seguiré. - 

Tenía el manojo de llaves en la mano. Pesaba bastante. Pesaba tanto como la responsabilidad. En concreto pesaba una llave. Era grande. No la más grande, pero la más pesada. No reconocía el material. Negra y brillante de tacto suave y frío. Por el resto parecía una llave simple de candado sin adornos ni filigranas. Al cogerla parecía que algo de color rojo saliese del interior como un rayo atraído por la mano.

-Esta será la siguiente.

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17/07/2019, 21:26
Momo
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- Oh, esa llave no debería estar en el manojo... Bueno, si vuestro esposo os da libertad para visitar todas las habitaciones que así sea, pero en este caso se trata de una habitación de servicio que ha caído en desuso. Está en este mismo piso, ahora veréis a qué me refiero.

Corina comenzó a caminar con paso más vivo, quedaba claro que era de esas personas que normalmente se mueve con lentitud hasta el momento en que se da cuenta de cual es su objetivo, entonces se desliza por los pasillos con una destreza admirable para alguien tan menudo y mayor.

Mientras Aisha la seguía por los corredores no podía evitar fijarse en algunas de las llamativas puertas que se erigían a cada lado de los corredores por donde avanzaban: una era un espejo en el que sólo destacaba el agujero de la cerradura, el pomo parecía ser un reflejo en su interior, pero no tenía un equivalente tridimensional a este lado del reflejo. Otra parecía estar cubierta por una fina capa de agua que no paraba de caer desde el interior de su marco, peor sin extender aquel líquido por el suelo. Otra parecía una gruesa puerta de madera a medio lijar, cubierta de berbiquíes, puntas, clavos, remaches y herramientas, su pomo parecía ser una espita, como las de los toneles de vino. Un poco más allá había una cubierta de gres, formando el dibujo de un rostro femenino con sus cuadrados policromados, su cerradura parecía estar pensada para recibir un tubo cuadrado del mismo tamaño que los pequeños azulejos para poder ser abierta. Y en una que sólo pudo ver por el rabillo del ojo creyo intuir a una polilla y un escarabajo tornasolado, posados a la alatura de la vista, que parecían mantener una conversación imperceptible por el oído humano, una hilera de hormigas recorría un buen tramo de pasillo para entrar por su cerradura.

Pero la puerta ante la que se detuvo Dorina nada tenía que ver con aquellos umbrales exóticos. Estaban ante una puerta de madera parcialmente quemada, que parecía haber sido reparada empleando fragmentos de planchas de hierro herrumbroso, pero todo en su superficie era del mismo tono oscuro de la propia llave. Una ligera corriente caliente parecía salir por debajo de su pesada lámina, levantando ligeramente las puntillas de la parte inferior del vestido de la Esposa.

El ama de llaves hizo los honores esta vez, explicando por qué se tomaba tal libertad. - Este es un cuarto de servicio en que vuestro esposo depositó una caldera de encendido eléctrico con la que un comerciante trató de ganarse su favor, pero su sistema de ignición no duró más de dos meses y desde entonces lo único que hace es ocupar un espacio precioso, reconvertido en trastero anexo a las calderas que nunca han dejado de funcionar: las prendidas con el carbón depositado con manos que casi han perdido los dedos y músculos cuya única función es ser formas de vida para las palas y los fuelles.

El cuarto oscuro, de grandes dimensiones era iluminado por vivaces franjas de calor rojo que penetraban en él a través  de las gruesas rejas que iban a dar a otra de las calderas. En su interior reposaba una mole oscura que parecía absorber la luz para ocultar su auténtica esencia.

- No negaré que durante su corta vida si que sirvió para algo, daba calor directamente al cuarto de...- En aquel punto se cortó en seco, como si recordase que le habían prohibido hablar de ello. - ¿Seguro que queréis revisar una estancia tan sucia y dejada?- Preguntó a Aisha, esperando no haber sido cogida en un renuncio.

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18/07/2019, 08:06
Gewi
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Aisha miraba curiosa. A la hermana Madre poco le gustaba esa forma de comportarse. Sumado a las palabras de aquella mujer, le hacía sentir una simple invitada. Para que a la Esposa la considerasen una auténtica señora y la tomasen en serio en aquella nueva casa debía guardar la compostura en todo momento. Aisha estiró su espalda, llevó los hombros hacia atrás y juntó sus manos. Se giró para mirar cara a cara a Dorina.

-No me esperaba esto de ti, Dorina. No es correcto empezar una frase que no terminarás. Una caldera tan cara y moderna debe estar dedicada a una estancia importante. Enséñamela y yo decidiré si mi esposo querrá que esté arreglada a su vuelta, si esperamos a su vuelta o si damos otro uso a este cuarto.

La hermana Madre estaba orgullosa de mantenerse firme. Aquella mujer con aspecto altanero debía saber quién mandaba. El echo de no haber sido la única esposa de Barba Azul no significaba nada con respecto a la servidumbre que debía mostrar hacia Aisha.

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18/07/2019, 15:23
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Luego de la experiencia en el paraíso, Animus sintió una gran contradicción en todos los sentidos. No es fácil ir más allá de lo previsto cuando la mirada del otro se posa sobre ti, y ésta voz luego de aquel episodio se mostraba negada a lo que Barba Azul pueda ofrecer en cada cuarto. Posiblemente aquello atente contra todas las reglas y la someta a un pasado que tiene momentos confusos, más aún cuando el carácter de su esposo se hacía notar. 

Pero Animus es fuerte, justa y correcta en sus acciones siendo aquel aspecto de la esposa lo que permite exigir cierto orden en las acciones de Aysha. Aunque jamás son suficientes, menos cuando el instinto y la misma realidad que delante de sus ojos se manifiesta, la termina por inducir a un camino en penumbras, donde todo lo que creía ser puede no ser cierto. 

Y gracias a ello, permanece en silencio, quizás poniendo los ojos en blanco ante la elección de la llave debido a su simpleza y rusticidad. — ¿Una caldera quieres ver? Ains Madre, vas perdiendo criterio. — protesta Animus. Sólo que la intención está clara, el calor es importante y ésta voz se ha quedado pensando en la puerta que emana agua. — ¿Qué significa? — pregunta curiosa, quizás y sólo quizás, cuando le toque a ella tener el poderío se atreva a ello. 

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18/07/2019, 16:08
King-In-Crimson
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La Bruja aún se encontraba algo afectada por la experiencia en el jardín. Confiaba, como su hermana Fatale, en que su esposo había obrado con verdad. Una verdad terrible y extrema, pero una verdad. -Hemos visto el fruto del Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal, nos preguntamos si en algún otro lugar de la casa encontraremos el Árbol de la Vida -dijo medio en serio, medio en broma. Así pues, cuando les fue revelada aquella estancia cochambrosa, no pudo evitar sentirse algo decepcionada.

-¿Una caldera eléctrica? ¿Por qué deberíamos perder el tiempo con una cosa tan vulgar en este palacio repleto de maravillas? -preguntó, pensando en todas esas otras puertas prodigiosas ante las que pasaron sin detenerse. Bien, si la Madre se mantenía firme en su propósito, que así fuese. En los rincones más oscuros y abandonados era donde muchas veces se encontraban los mejores tesoros. Eso bien lo sabía la Bruja.

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18/07/2019, 16:49
AyshaSayah
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Después de todo lo que ha visto Virgen va con la cabeza gacha y pensando en todo lo que ha sucedido. Son deseos que no comprende y que hacen que sus mejillas se ruboricen, así que apenas se percata de que la Esposa sigue andando por los corredores, buscando una nueva puerta que abrir y otras habitaciones que investigar. En el fondo comprende lo que su esposo tuvo que hacer con la mujer infiel y el joven...aunque ella no los habría castigado tan severamente es perfectamente entendible que un hombre no admita esas...esas...actitudes fuera del tálamo nupcial.
Lo que dice Dorina acerca de la nueva habitación que su hermana quiere ver provoca que sus ojos casi se llenen de lágrimas, arrobada ante el intenso amor que debe sentir alguien para instalar semejante maravilla con el único fin de caldear las habitaciones de alguien. Pero...¿de quién?. Si fue la alcoba de una de sus esposas no haría más que aumentar el afecto que Virgen ya siente hacia su amado esposo, ya que eso indica que es una persona generosa y atenta.
Asiente con energía a lo que opina Madre, ya que ella está de acuerdo.
-Sin duda le daríamos una grata sorpresa si empezamos a cuidar de nuestro nuevo hogar...-comenta con voz dulce y tono aniñado, como una muchacha que disfruta jugando a las casitas.- No está bien que semejante maravilla no se utilice...

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18/07/2019, 20:47
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Tras la experiencia vivida Fatale estaba completamente confusa. No dejaba de pensar en Eva, en la serpiente y el muchacho preguntándose si había hecho lo correcto mientras acariciaba con cierta dulzura la superficie rugosa del palo roto. Avanzaba por tanto en silencio, sumergida en sus propios pensamientos mientras las hermanas debatían sobre la siguiente puerta sin saber exactamente a qué debían de atenerse.

Sin embargo llamó la atención la llave escogida por madre, una que sin duda hubiera pasado desapercibido a ojos de Fatale. Es más, cuando tuvo ella el manojo de llaves ni recordaba haberla visto.

Tampoco se esperaba la explicación de su puerta, ¿una habitación oculta para una caldera?

- ¿Por qué nuestro esposo querría ocultarnos esta habitación? – Tras lo vivido dudaba seriamente de que tras aquella puerta hubiera una simple habitación sucia. Lo había comprobado tras el paraíso de la primera puerta.- Todo secreto lleva un motivo, y es nuestro deber como buena esposa de saber sus más oscuros deseos. Creo que deberíamos entrar y saber qué esconde Barbazul.

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18/07/2019, 22:37
Momo
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Dorina, molesta por el reproche de Aisha durante medio segundo, la dejó pasar al interior, levantando el candelabro para que pudiese mirar dónde pisaba en caso de que fuese necesario.

- Mis disculpas, madama. No era mi intención hacerla de menos o desprestigiar a nuestro amado señor.

La habitación te llama. La puerta se cierra.

La palpitante luz de los fogones proyectada desde la habitación colindante permitía entrever los aparejos que allí se habían ido apilando pero sólo la vela portada por Dorina parecía arrancar algunos destellos de la mugrienta mole de hierro, aparentemente estaba grabada con florituras y dibujos esquemáticos, aparte de tener unos bloques tipográficos incrustados en los que se incluía el nombre de su fabricante ZAMPANÒ. 

A un lado de su sobredimensionada portezuela, que llegaba a Aisha a la altura del cuello y permanecía cerrada, estaba el hueco vacío en que alguna vez estuvo el mecanismo de encendido de la caldera, quedaba claro que sin el mismo aquella bestia de humo y brasa no volvería a respirar. 

Si en le jardín la Esposa habia notado el olor de un fuego exterior apagado recientemente, aquí podía oler los mil bosques quemados que mantenían la templada temperatura de su nueva morada. Al acercarse a la pared que comunicaba con las otras calderas, Aisha notó el calor infernal de las salamandras en su nuca y el fogoso aliento de las máquinas amenazando con quemar sus ropas si se acercaba más por descuido. 

Frente a la caldera había un voluminoso soporte en el que descansaban, colgadas, herramientas propias de aquel lugar: un atizador, un fuelle y una peculiar varilla metálica que parecía tener una placa en su extremo inferior, apuntando al suelo.

El sonido de la madera crepitando por efecto de las llamas rebotaba por toda la estancia, como si de un coro infernal se tratase.

En un lateral de la caldera reposaba un carro de hierro cuyas ruedas parecían haber reposado sobre raíles cuando se le daba uso, debía de ser empleado para cargar leña o carbón, pero no a esta habitación en concreto.

Partículas de ceniza penetraban sin se percibidas en las fosas nasales de Aisha, quien era capaz de reconocer sus efectos al notar cómo se acumulaban sobre su paladar, causando un amargo trago que no pudo más que tragar. Aún así había otro olor, que relacionaba más con el alimento, flotando en el aire.

Casi en el techo, tras la caldera, había un ventanuco enrejado que debía de comunicar con alguna habitación del piso superior. Un murmullo parecía salir de ella pero puede que sólo fuese el efecto de una corriente de aire al correr entre conductos ocultos. 

- Como podéis apreciar el mero hecho de tratar de encender esta caldera por otros métodos que no fuesen su mecanismo llevaría días para tratar de templar sus tuberías, lo que consumiría una cantidad de recursos y tiempo que nos serían muy preciados. Su esposo nunca se molestó en indagar sobre la posible existencia de repuestos que pudiesen ser traídos desde la fábrica donde se construyó este engendro.

Cuando Dorina terminó de hablar, las tuberías que había mentado sonaron con el sonido seco pero vibrante del hierro al entrechocar otro hierro, como si se quejase de las malas palabras del ama de llaves.

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20/07/2019, 08:06
Gewi
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A la hermana Madre empezaba a desesperarla aquella mujer tan esquiva. Aisha se recogió ligeramente el vestido para evitar que se le ensuciara. Aquello era similar a estar dentro de una chimenea. Se negaba a acabar llena de hollín. Las hermanas tenían razón. Aquella habitación no era digna de ella y se avergonzaba de su existencia. 

-Dorina, esto es horrible. Si no se usa debería haberse limpiado. Incluso las habitaciones de las calderas que se usen deben limpiarse de vez en cuando. Cuando terminemos manda a alguien aquí. Además falta el mecanismo. Deben encontrarlo y retornarlo a su lugar. Si lo guardan en otro sitio, se acabará perdiendo. Y por último, cuál es esa habitación de la que hablabas? 

Esa habitación si era interesante. Una de la que su esposo se preocupó. Él quiso que quien allí estuviese agusto.

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20/07/2019, 22:06
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Aquel lugar apesta en todos los sentidos y Animus se muestra visiblemente ofuscada por ello, así que en aquel rincón de la mente de Aisha, se mantiene estoica en su parecer mientras le permite a su némesis ideológico, continuar con este proceder escabroso que de momento no le encuentra ni un atisbo de lógica. 

— Al menos, es razonable que envíes a las criadas a ordenar esto. Da asco. — comenta un tanto indignada, aunque no puede negar que las llamas en su danza natural le atraen. Es que indefectiblemente de alguna manera esta voz intenta encontrar algo de interés cuando la precariedad de esos gustos que ostenta Madre, lo superan todo. Argh, odiaba ese tipo de situaciones, tan poco cuidadas. 

— Esto es genial, nos llenaremos de bonitos aromas y nuestro esposo se pondrá feliz. Genial Madre, te luces. — termina por decir, asqueada por los aromas entremezclados y el humo que se pegará a las telas, además del cabello. ¡Qué horror! 

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21/07/2019, 23:30
Gewi
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-Hollín, barro. Cómo puede estar todo tan sucio? Bueno, no todo va a ser diversión.

La hermana Madre intentaba buscar apoyo en sus hermanas y precisamente el no recibirlo la hizo pensar que debía seguir por ese camino. Las demás no sabrían ver la faceta de Barba Azul que ella buscaba. Tenía más o menos claro para que servía toda aquella parafernalia.

El ventanuco llamó su atención. Se puso de puntillas desde lejos. No llegaba a ver nada. Sólo se le ocurría acercar el carro para que le sirviese de apoyo y mirar. Nada más tocarlo notó que aquellas partículas que inundaban todo resecaron sus manos. Sabía que estarían manchadas sin necesidad de verlas. Hizo toda la fuerza que pudo y apenas se movió. Las paredes abrasaban. Con mucho cuidado se aupó entre la caldera y el carro para asomarse.

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22/07/2019, 20:00
Momo
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Aysha consiguió encaramarse, haciendo furza con las piernas separadas, entre la rugosa y fría carcasa de la caldera y el ceniciento carro, casi inamovible, alcanzando así a ver en mayor detalle el ventanuco enrejado sobre la caldera. Algo llamó vivamente su atención, si veía lo que creía estar viendo, atendiendo a la distribución de esta habitación, la caldera y el pasillo, alguien había instalado un sistema de espejos que permitía ver una habitación que tenía que estar mucho más lejos como si estuviese justo al lado de este cuarto.

En aquel reflejo vio un dormitorio en penumbra, reconociendo un ligero tono azul, a pesar del gris reinante causado por las sombras. Las paredes estaban cubiertas de ladrillo y en su centro destacaba una cama mediana, coronada por una mosquitera que tenía sus cortinajes abiertos. No era capaz de precisar si había alguien allí tumbado o el lecho estaba vacío, pero los murmullos que había oiso desde lejos se hacían ahora más nítidos, gracias a una pantalla cónica de latón que sobresalía tras el enrejado, debía de ser algún tipo de sistema de amplificación de sonido o invento para comunicarse, la esposa nunca había visto nada similar.

Una voz trémula se arrastraba sobre un sonido similar al del viento, o al de una estancia muy amplia y cavernosa, con un eco fino, moribundo.

- Madre. Madre ¿Sois vos? ¿Habéis ido a la caldera como me prometisteis?- Parecía una voz masculina pero infantil, con un tono enfermizo. La novia recordó una desagradable fiere que casi se había llevado a su hermano cuando este tenía 10 años. No le dejaban visitarlo y se comunicaban a través de la puerta de su cuarto, ya que su cama había sido desplazada contra la pared en que se encontraba la entrada. - Avivad el fuego, por favor, llevo un hielo dentro.- Lloriqueaba.

Aisha pudo apreciar un movimiento bajo el cobertor del lecho, esta debía de ser la persona a la que se refería Dorina cuando interrumpió su frase. La esposa notó cómo el pie que apoyaba en el carro comenzaba a resbalar, pudiendo echar mano del enrejado para recuperar el equilibrio o yendo a parar la suelo, con total seguridad.

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23/07/2019, 10:16
King-In-Crimson
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No era exactamente un tesoro, pero sí que era toda una sorpresa. Con aquel delicado juego de espejos, se les revelaba otro nuevo habitante de aquella casa, un niño a juzgar por aquella débil vocecita. ¿Quién sería? ¿El hijo de algún sirviente? No, aquella habitación parecía demasiado importante como para dejar que alguien así se alojase en ella. Aún así, aquel tono enfermizo que tan vivos recuerdos despertó en Aisha hizo que la Bruja se apiadase de aquel chiquillo.

-No entendemos muy bien como funciona el mecanismo de este cacharro, pero prometemos hacer lo que podamos -dijo a través del conducto, sin saber del todo si su voz llegaría al niño igual que la de él a Aisha. Con igual delicadeza a como se subió al carro, se bajó y con un par de firmes y determinados pasos se plantó ante la caldera para examinarla más detenidamente. Tenía que haber algún modo de volver a hacerla funcionar.

Notas de juego

Investigo la Caldera

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23/07/2019, 15:52
Cargando pj

Se mostró ajena en una primer instancia cuando aquel lugar apesta en aromas que le generan repulsa, pero ante la curiosidad que muestran las demás, Animus finalmente cede para mantener el control de todo lo que va surgiendo. No le agrada el libre albedrío, ni tampoco permitiría que algo suceda por ella estar negada a hacerlo. Detesta cargar con las culpas, es demasiado justa a veces y otras jodidamente cruel. 

Y mientras el lugar parece cambiar en cariz de interés visual, al mirar por el ventanuco y mientras espera a que la esposa termine de revisar, algo en la voz termina por paralizarla. Quizás la presencia de aquel niño, su aspecto enfermizo y esa necesidad de protegerlo, no como Madre que para esas sensibilidades está ella, pero sí que está preocupada por él. — ¿Quién será? — se pregunta entre silencios, para sí misma. Al menos ya no está quieta, se mantiene expectante y quiere saber. 

 ¿Quién eres niño? — pregunta Aisha. — Puedes hablar conmigo... No te haré daño. 

Notas de juego

Uso:

Preocúpate por Alguien 

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24/07/2019, 00:31
Gewi
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Al notar como se resbalaba Aisha intentó volver al suelo con el mayor tino posible. Madre pensó en la mala impresión que daría ante todo el mundo si se hiciera daño trepando cual mono en una sala de caldera.

Una vez su integridad no corría peligro escuchó atentamente lo que el niño tenía que decir ante las preguntas. Es posible que Barba Azul tuviese un hijo de v un matrimonio anterior? No. Él hubiese arreglado la caldera de ser de un misma sangre. Y si llegó a poner un aparato tan moderno por un hijo que no tenía su Dafne. Qué haría por un suyo. Pero que había pasado con su madre? Pobre muchacho le habían abandonado?

Ante el interés compartido por sus hermanas hacia esa habitación, Madre se sintió orgullosa al haber sabido guiarlas.

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24/07/2019, 12:21
King-In-Crimson
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Mientras aguardaba las respuestas del niño ante la pregunta de su hermana Animus, la Bruja seguía perpleja ante aquel mecanismo. Con todas las maravillas que había presenciado o que intuido que había en aquella mansión, ¿por qué conservar aquella máquina sucia que, además, parecía perfectamente inútil, rota, inservible...?

Notas de juego

Ya que Madre parece no oponerse a ello, elijo estas preguntas:

- ¿Qué recuerdos contiene este objeto?
- ¿Qué tiene este objeto de extraño o maravilloso?

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24/07/2019, 22:40
Momo
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- Tú... Tú no eres madre... ¿Eres Dorina? ¿Eres Nadja? ¿O Philomena?- El niño parecía desgranar todos los nombres que conocía tanteando a la desconocida que le prometió tratar de dar más calor a su cuarto. - Madre prometió encenderla como fuera, darme calor como fuera, su abrazo no era suficiente...

Tras descender al suelo Aisha revisó el hueco del mecanismo de la caldera pero allí faltaban piezas, aún así la gran puerta de la caldera estaba entreabierta y algo parecía brillar con un tono mortecino, anaranjado en su interior, como un eco de las llamas del cuarto de al lado. 

- Soy Zadin.- Respondió a la pregunta que la extraña le había hecho.

La espsosa se aproximó a la caldera y le reclamó, sin separar los labios, conocer sus secretos.

Esta mole conserva los recuerdos de un infante, Zadin, y su madre. Esta maravillosa caldera da calor a un niño enfermizo que la necesita como si de un corazón artificial se tratase, por maravilloso que parezca parece contener brasas en su interior. Tal vez hubiese alguna posibilidad de reiniciar aquella caldera aprovechando aquellos restos. Puede que un sirviente tratase de reiniciarla manualmente o la utilizasen para deshacerse de algo que podía poner en peligro la intensidad de las otras estufas.

Alguien abrió la puerta de la sala contigua. Un sirviente ataviado con una mascarilla oscura y anteojos empujaba un gran carro cargado de leños de gran tamaño en el interior de la sala de calderas activa. Pareció no fijarse en que había alguien en la sala de al lado mientras procedía a cargar los corazones en llamas de las máquinas que daban calor a la mansión. La temperatura en ambos cuartos subió considerablemente cuando aquella figura abrió las portezuelas de las máquinas a su cargo.

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26/07/2019, 19:17
Cargando pj

De alguna manera una sensación recorre en la esposa, cuando Animus padece la fiel sospecha de que aquel niño fue metido allí. No está segura de ello, sería una absoluta crueldad que ni siquiera se lo imagina como una idea de su esposo, Barba azul tenía muchos defectos pero... ¿Un asesino de niños? No, no lo cree. 

Y mientras se mantiene allí un tanto confusa por esa idea que ronda y ronda, se permite un poco de paz al buscar el control que tan bien le sienta cuando el niño responde a sus preguntas. De alguna manera, quizás sacando un poco de información pueda sopesar la teoría fatídica que está entre pensamientos. 

— Zadin, soy Aisha. ¿Vives aquí por el frío? —pregunta inquietante, cuando nota la presencia de aquel sujeto con la máscara puesta. — Sumemos más a mi perturbadora teoría. — piensa al poner los ojos en blanco, es que siendo alguien tan observadora, Animus no puede perderse detalle de la escena y el buscar respuesta de ello, es la clave. — ¿Quién es tu madre? — pregunta sutil, atenta a ello. 

Notas de juego

Sigo con la misma acción que en mi interior intervención.