Partida Rol por web

Normoh fijó la mirada en la llanura, y sus ojos saltaban de no-muerto en no-muerto. Aunque no se movía demasiado, parecía evidentemente espantado. Echó un vistazo al interior de la pequeña fortaleza, y luego otra a sus compañeros, claramente interrogante: el cazador parecía dudar de la resistencia de aquel lugar frente a las oleadas de carne putrefacta que parecían cernirse sobre él.

-Quizás no sea la primera vez que estos hombres se ven en una situación pareja; y sobre todo espero que no sea la última.

O aquellos caballeros contaban con una salida oculta o algún arma secreta, o el futuro se le antojaba negro a Normoh. Parecían hombres duros, de acción, pero no compasivos; del género que Normoh temía y admiraba a partes iguales. En principio, se sentía más seguro de lo que lo estaría en Forbrag en las mismas circunstancias, pero... Además, estaba pendiente el motivo por el que les habían dejado entrar. Suspiró, haciéndose un poco más pequeño. Casi con total certeza, sus voluntariosos colegas de camino se ofrecerían enseguida para ayudar en la defensa de la plaza. Mejor sería buscar una escapatoria de esta ratonera...

Tan pronto como llegan a la parte superior de la muralla y desde aquella posición privilegiada distingue el alcance de la amenaza, las dimensiones de la horda de siervos del Nigromante que se abalanzan sobre este enclave, el guardia de Forbrab reacciona tal como haría en su propia aldea fortificada: aprieta los dientes, se encomienda al Sol y el Agua, y se dispone a defender este muro de piedra a cualquier precio. No pueden permitirse ninguna debilidad y es evidente que toda ayuda será bienvenida.

- Dadme una lanza de suficiente longitud y os ayudaré a defender la muralla -le dice al soldado acorazado que tiene más próximo- Así empezaremos a pagar la deuda que hemos contraído con vosotros al acogernos...

Tiene experiencia en esto, lo esencial es no perder los nervios, no dejarse impresionar por el número de los atacantes. Son muchos, pero ellos están abajo y nosotros arriba, eso es lo único que importa por ahora.

Y ante todo, hay que encargarse de que siga así.

Iunus llegó justo después que Jace a la parte de arriba. Su mirada, un poco nublada aún por el esfuerzo realizado todo el día, intentó abarcar todo el panorama. No era para nada alentador, pero no había nada que hacer: era luchar o morir. Estaba cansado, sediento, con hambre y desmoralizado.

-Necesito algo de agua para reponerme... ¿puede ser?- pidió el joven con la garganta seca -Y luego puedo ayudar con una lanza o con mi propia hacha- agregó para que no pensaran que se quedaría descansando mientras los demás combatían a muerte con los Siervos.

Apenas unos segundos de descanso tal vez le alcanzarían para retomar el aliento... y en especial el alma que parecía que se quería retirar del cuerpo al ver semejante situación ante sus narices. Luego se acercó al grupo y les dijo:

-Quédense lo más juntos posibles... no nos separemos-

Que el Sol y el Agua nos ayuden...

Los empujones eran el toque justo para devolvernos a la realidad a todos tras el momento de euforia por la salvación, y la realidad no era para nada alentadora...

"Es el fin..."

¿Podrían estas cosas tomar por asalto un lugar como este? Evidentemente estas cosas tenían una motivación muy fuerte en el deseo del Nigromante de ver muertos a todos, ¿pero sería eso suficiente para que escalaran los parapetos y nos mataran a todos?

-Descansemos lo que podamos y preparémonos.- Mire al cielo y un par de gotas me golpearon en los ojos, forzándome a entrecerrarlos. Abrí la boca esperando que algo del líquido calmara mi garganta y mi alma.

"¿Que nos mandarán a hacer nuestros salvadores ahora para pagar por su "amabilidad"?"

El caballero los estaba empujando con prisa hacia la escalera, sin darles apenas tiempo para preguntarle o hablar entre ellos. Cuando Iunus pidió agua, el caballero pareció confundido un momento y luego se limitó, sin por ello detenerles en su camino hacia las escaleras, a señalar al cielo y decir - eso, o luego.

Sin esperar su respuesta les dejó, ascendiendo por las escaleras y se encaminó hacia Bill para llevarlo a la cuadra.

El explorador había sido el último en entrar en la fortaleza y el último en subir por las escaleras. A su espalda el peso de su cada vez más ligera mochila se tambaleaba de un lado a otro. Pobre tonto Ursu ¿por qué se empeñaba en llevar siempre encima todas sus posesiones? Caña de pescar, cepos, saco de dormir, manta, comida de reserva...

-¡Ursu maldito tonto! le habría dicho su hermano ¡Aún tenía algo de agua y comida en la mochila!

Y así, en ese momento, subiendo por las escaleras de una fortaleza desconocida, rodeado de extraños, mojado, sucio, enfermo y hambriento, Ursu recordó que en el fondo de su mochila había algo de carne seca y de agua, que no había puesto en el carro y que no se había arruinado con la de los demás.

Las peticiones de armamento de Jace y de Iunus habían sido, al igual que las de agua, ignoradas. En lo alto de la muralla, a sus pies tan sólo había piedras, de distintos tamaños amontonadas de forma irregular. Si querían combatir desde la muralla, tendrían que limitarse a sus propias armas de asta, a sus proyectiles o a aquellas piedras. Siempre y cuando los Siervos no alcanzaran lo alto de la muralla, en ese caso tendrían la ocasión de usar hasta el más triste de sus cuchillos de madera.

Los primeros Siervos alcanzarían aquel lado de la muralla en unos instantes y eran legión.

En el lado contrario de la muralla, sobre la puerta, los caballeros quizás contarán con mejor armamento, quizás no, bajo la lluvia, en la distancia, era difícil ver con claridad su movimiento. En el patio, los otros dos se afanaban en las cuadras.

El volutarioso guardia de la muralla ocupa su puesto en la defensa justo ante la puerta, pues la experiencia le indica que será por allí donde se agolparán en mayor número los asaltantes. Los siervos del Nigromante no se caracterizan por desarrollar tácticas nada complejas, pero sí saben reconocer el punto más débil de una estructura, donde su número abrumador podría llegar a hacerla caer a base de pura y simple fuerza bruta. En pocos minutos, se habrá formado un enorme tumulto ahí delante...

- Sería mucho más efectivo con una lanza más larga, un arma de verdad -se queja amargamente a los compañeros (a los caballeros acorazados) que tiene más próximos- Pero no os quepa duda que cumpliré con mi parte, aunque sea con un palo de madera afilado.

Y eso es literalmente lo que tiene ahora mismo en las manos, su última jabalina. Pero tan pronto como tenga un blanco al alcance intentará alancear su cabeza desde arriba, una y otra vez, hasta derribarlo. Sólo para proceder así con el siguiente, mientras las fuerzas le permitan seguir luchando...

Por un momento Iunus se detuvo. ¿Es que era tan difícil decir dónde podía encontrar agua que no fuera de a gotas? Pero estaba tan cansado que ni el enojo vino.

Hasta que estén cerca me tendrá que bastar con la lluvia...

Vel parecía estar haciendo lo mismo, por lo que cuando encontrara un lugar "adecuado" para defender esta plaza fuerte imitaría al aprendiz de curandero. El joven Wits se acercó a Jace y miró las rocas que tendría que lanzar una vez estuvieran los Siervos cerca de la muralla. Nunca se imaginó que estaría en una situación así. Ni hablar de tener que luchar contra tantos enemigos, y todos Siervos del Nigromante, ni tener que dar todo y más de sí para salvar su vida y la de sus compañeros en lo alto de una muralla. Pero era así: la vida lo había traído hasta ese momento. ¿Sería ese el final?

No podía serlo, tenían que lograr sortearlo o evitarlo. Abrió la boca con la ansiedad de un perdido en el desierto y casi lloró cuando las gotas de agua comenzaron a ingresar a su cuerpo y llenar de frescura su garganta. Mientras eso sucedía, su mente no paraba ni por un segundo, por lo que tuvo que cerrar los ojos por un momento para tranquilizar la ansiedad y el temor.

No podemos morir ahora... no puede ser éste el final... por el Sol y el Agua que este no es nuestro final...

Puntualización. Explicación de la mini-modificación hecha al post de Jace/Vadelino.

Quizás no lo he descrito correctamente. Quizás sea cosa de no haber puesto aún un mapa. Mea culpa.

No estaís junto a los caballeros. No. Vosotros ocupaís el extremo oeste de la muralla. Mientras que los enemigos se acercan a la fortaleza desde el noroeste, oeste y sureste. Los cuatro caballeros que habíais visto al llegar al edificio siguen en sus puestos, es decir, en la parte este de la muralla, donde está la puerta y por donde habeís entrado y donde están/deben estar, los no muertos que os seguían desde la carreta y con los que no llegasteís a acabar (matasteis a uno y dejasteis a otro muy malherido).

Por tanto, salvo que rodeeís por la muralla (que discurre por toda la periferia) no os encontrareís junto a los caballeros, al menos no de momento. Hablar con ellos es imposible salvo que sea a gritos para salvar la distancia y el ruido de la lluvia.

Como ya dije hay otros dos caballeros en el patio, uno con Bill, otro con su propio caballo.

Ursu tragó saliva al ver la turba de siervos que se agolpaba en el exterior. Al mismo tiempo, dio gracias de hallarse en aquel inesperado refugio. Si no tenían otra que pelear hasta el último aliento, podían contar con él. Un pensamiento fugaz le llenó de valentía y se vio por un momento capaz de combatir a esos cadáveres andantes a puñetazo limpio. Es lo que tenía estar encaramado en un muro, claro. 

Cuando escuchó a Iunus pedir agua, algún destello de lucidez iluminó su cerebro torpe. Se acercó al joven Witts, el grandullón rebuscó en su mochila y extrajo un pellejo de agua.

—Toma, amigo Iunus, y deja un poco para el compañero Velocatus, por favor —Ursu le tendió el recipiente—. El gran tonto de Ursu se acaba de acordar de que tenía un poco de agua y algo de carne. 

Nota del máster. En efecto Ursu tiene una ración de alimentos (tasajo) y una de agua. Que forman parte de sus enseres personales y que por tanto sobrevivieron a la destrucción ocurrida en la lucha con las ratas.

Hasta dos jugadores pueden compartir el agua y/o la comida y con ello perderán sus malus por sed y/o hambre respectivamente. No obstante, esto de consumir media ración, no es tan efectivo como una racción completa y los efectos (evitar el malus) sólo aplacarán "el gusanillo" y por tanto sólo durarán unas horas.

Lógicamente un único jugador puede comerse toda la comida sin apenas masticar antes de que empiece el combate, perdiendo los malus y conservando esta situación de "alimentado" hasta el día siguiente. Idem para el agua ¿Se entiende?

Iunus miró a Ursu sorprendido... esa ración y ese poco de agua les venían de maravillas. Aunque fuera un poco. Masticó un poco y bebió algunos tragos para pasar dicha ración, y luego le pasó el resto al siguiente que necesitara recobrar algunas fuerzas.

-Gracias Ursu, muy buen hallazgo- dijo palmeando la espalda del gigantón con una sonrisa producto de la satisfacción de sentir satisfechas sus necesidades primarias aunque fuera por un rato.

El hambre volvería, y la sed también, pero al menos por ahora se sentiría mejor. Volvió a tomar un poco del agua de lluvia como para compensar y luego se colocó junto a su padre. Miró hacia donde venían todos los siervos y su corazón se estrujó por un momento.

-Saldremos de ésta... ¿verdad?- afirmó, preguntó, dudó mirando a su padre sintiéndose como un niño indefenso por un momento -Haremos todo lo posible por salir sanos y salvos- agregó juntando el poco valor que le quedaba para no mostrarse débil frente a su Gran Padre.

Aclaración del máster.

Respecto a la sed y el hambre. Tras haber comido el cervatillo que cazó Normoh, ninguno de los PJs tiene malus por hambre. La sed, por otro lado afecta a todos los PJs excepto a Jace que bebió antes de salir del edificio en ruinas donde habeís pasado la segunda noche.

Por tanto, la ración de agua y comida propiedad de Ursu y que éste ha cedido al grupo cubrirán las necesidades temporales de agua de dos PJs: Iunus (que ya ha expresado su deseo y su acción de comer) y alguien más.

Engullir el agua no ocupará acción alguna porque entiendo que es algo que se hará rápidamente, justo antes de comenzar el combate.

Con este post cierro el hilo IIIa y empezaremos a postear en el IIIb. Podeís postear ahí desde ya. Consideraos oficialmente en combate.