Partida Rol por web

Esta vez, Kroner no dejaría que se duplicara como había hecho anteriormente. No, ahora no lo dejaría respirar... y sintió la magia correr por sus venas. No sólo esa, sino que además sentía una confianza en sus capacidades que sólo se podía explicar por otra magia, quizás más sutil, y era la de la fe.

Avanzó el corto tramo que lo separaba de la criatura, y murmuró aquellas palabras que le habían enseñado para marcar a una presa. El símbolo apareció en la frente de su enemigo, y lanzó un mandoble. Y otro. Y otro más, a una velocidad increíble para el tamaño del arma.

Mientras cortaba esa carne que parecía poder moldearse a la forma que quisiera, se fue moviendo para dejar el paso a los demás, y que tuviera que bajar la guardia ante tanto enemigo.

Dalla comenzó, como siempre, poniéndole las cosas difíciles a la criatura. Sospechaba que su mente sería poderosa, así que decidió atacar por su equilibrio, que, en el caso de los no muertos, solía ser bastante precario.

La maga sacó un puñadito de manteca, la estrujó, realizó unos pases mágicos y el suelo bajo la criatura se volvió resbaladizo.

Elden disparó sus flechas, apenas tuvo oportunidad. Tensinó su arco al máximo y apuntó a las zonas donde debería hacer mas daño, esperando que con el ataque combinado de todos, fuera suficiente para acabar con la amenazante criatura.

Por otro lado, el lobo se ubicó en posición de flaqueó para ayudar a Kronner en su siguiente arremetida.

Los héroes moviéndose a una velocidad increíble comenzaron a atacar a aquel servidor del mal. Dangmar bendijo a sus compañeros, Kroner moviéndose a una velocidad increíble golpeó hasta en tres ocasiones al ser, pero este impertérrito aguanto los mandobles. Dalla convocó un conjuro de grasa bajo los pies de la criatura y alrededor de esta, pero la criatura aguantó el equilibrio extraordinariamente. Elden atacó y vio cómo su espada cortaba su piel haciendole sangrar y aun así el maldito ser seguía manteniéndose en pie. Cerca de él su compañero animal se acercaba dispuesto a flanquear y hundir sus blancos colmillos en la carne del doppleganger. Gonkar y el paladín se lanzaron al ataque atravesando al ser el cual parecía indiferente a sus ataques, era como si no le importará morir. Con una pérfida sonrisa en sus labios su cuerpo cayo inerte sobre el resbaladizo suelo. Por un momento, el triunfo alegro el corazón de los héroes, haciéndoles sentirse victoriosos hasta que un hilillo de niebla comenzó a formarse alrededor del cuerpo caído. Al observar con más detalle el pedestal, Kroner y Elden descubrieron que el sello debía encajarse sobre éste para sellar el portal al Abismo.

El elfo saco el sello confiado por el viejo Sacerdote del dios del Alba, mientras que la misteriosa niebla comenzaba a rielar sobre los tobillos de los héroes más próximos al pilar, ascendiendo rápidamente. Kroner animaba a su compañero para que se diera prisa -ya que la niebla no le gustaba un pelo-, cuando del suelo emergieron cuatro figuras espectrales. Los gritos de Dalla y Dangmar no auguraban nada bueno. Gonkar sintió el gélido toque de una de aquellas criaturas haciendo que su rostro se pusiera pálido, cambiando el color oscuro de sus cabellos por blancos mechones – su toque parecía mortal-. Con un alarido, el pequeño bárbaro llamo a Kroner mientras caía sobre el frío suelo consumido por aquel ser que parecía alimentarse de su fuerza vital. Otra criatura se abalanzaba sobre el paladín Altón Buenbarril, el cual mostró el símbolo sagrado de Tempus intentando ahuyentar a aquellas criaturas sin mucho éxito. Alzando su espadón Kroner se dispuso a enfrentarse a uno de aquellos espectros hendiéndolo en dos, emitiendo la criatura un horrible sonido al ser destruida por Slayer. Elden buscaba la forma de encajar la pieza cuando Dangmar alzó su símbolo sagrado y musitando una plegaria a su Dios lanzó un haz de luz luminosa intentado ahuyentar a aquellas criaturas, consiguiendo que unas de ellas huyera a través de un muro. Al mismo tiempo, Dalla asía una estrella de su túnica y la lanzaba contra una de las criaturas, impactando varios proyectiles de energía mágica acabando con ella.

La última sombra se encontraba sobre el pálido paladín consumiendo sus energías. Justo en ese preciso instante, Kroner golpeaba al espectro y Elden encajaba correctamente el sello produciéndose un destello de luz que cegó momentáneamente a todos los presentes. Al recobrar su visión, descubrieron con horror que Elden y su lobo habían desaparecido al igual que la niebla que se había arremolinado alrededor del pedestal. El portal había sido cerrado llevándose con él al valiente elfo!

Abatidos, revisáis la estancia buscando un modo de encontrar a vuestro compañero, descubriendo que está más allá de vuestro poder. Sentís que el mal ya no anida en aquel antiguo templo y que habéis cumplido con éxito vuestra misión. Junto con los heridos y los aldeanos que yacían en las celdas regresáis pesarosos al exterior, ideando la manera de recobrar a Bofrund y averiguar el paradero de Elden. Un rayo de sol os recibe en el exterior, aliviando la pena en vuestros corazones, aguardareis allí y reconstruiréis la Villa! Es lo que hubiera deseado Elden!

Kroner sostuvo el pergamino apenas un momento y se lo pasó a Dalla. Habían estado durmiendo juntos y su unión estaba siendo cada vez mayor. No sabía muy bien cómo se lo explicaría a Grank, pero ya se estaba forjando un nombre adecuado para pedir la mano de la sobrina del caudillo. ¿Quién sabe? Nunca se hubiera imaginado caudillo del Clan, pero ahora era otro cantar.

De todas formas, su atención no estaba allí, sino en los símbolos que habían recibido de la Arpista, y el sueño que lo había dejado despierto mucho antes de que el sol tocara la nieve de Filo del Invierno. Se sentó nuevamente y miró a los demás.

-Tenemos que ir al ir a Argluna. Y sino al Valle de la Daga. Allí está nuestra próxima pista- negó con la cabeza apesadumbrado -Aquí no sé dónde más podemos buscar-

Le preocupaba su compañero, el elfo guardabosques y su querido lobo. Habían perdido a Bofrund, a Gonkar, a Garren y a Alton. Había sido una incursión mucho más difícil de lo que habría imaginado. Pero el elfo estaba vivo, y tenían que ayudarlo a regresar de donde estuviera.