Partida Rol por web

Por eso no quería ir al norte... además al ser tan tarde y haber un incendio podríamos alertar a los vecinos al pasar por ahí, sería... - Hace una breve pausa, pensativo. - sospechoso.

Luego añade. - Aunque podríamos tratar de ocupar una casa como refugio hasta que todo pase, después de todo no sabemos ni qué hora es, el amenecer podría estar cerca. Sea lo que sea daos prisa en decidiros, yo sigo proponiendo el sur.

El ruido de la sirena empieza a intranquilizarme. La presencia de más humanos husmeando por la zona no me agrada de ninguna manera, por lo que considero necesario tomar una decisión rápida. Sin más dilación comienzo a andar apresuradamente hacia la salida de la zona residencial. El crepitar del fuego a mis espaldas me hace acelerar el paso poco a poco, conforme soy consciente del peligro que supondría quedarnos encerrados en el parque entre los bomberos y el incendio.

Tras la pregunta de LLúcia sobre la hora me llevo la mano al bolsillo instintivamente. Ningún reloj aparece en él. Con una sonrisa irónica le contesto.

-Hace poco no podía contar los relojes que había a nuestro alrededor. Ahora no soy capaz de deciros la hora.- Camino unos pasos más antes de volverme para hablarles, mientras sigo andando marcha atrás hacia la salida -De todas formas no quiero estar en este parque en llamas un momento más. Opino como LLúcia. No pienso aventurarme más adentro del parque. La zona residencial parece la opción menos mala...

Llúcia mira sin decir nada a los dos otros vástagos que no se han pronunciado aún. Espera que su mirada, y la premura de la situación, sean suficientes razones para decir lo que opinan o accionar. Pero los segundos se suceden en un silencio tenso, sólo roto por el sonido de la sirena aún lejos, pero no tan lejos como le gustaría. Sus cejas empiezan a curvarse, y la comisura de sus ojos a arrugarse en tensión. No puede entender cómo no se apresuran a decir algo, cuando hay tanto en juego. Quizás están pensando, sí, pero les mira y cree no ver rastros de reflexión en sus miradas y sus gestos. O si las ve, en realidad las omite. Necesita una respuesta, un parecer. Pueden pensar mientras hablan: es una situación extrema.

- ¿Ninguno tiene nada que decir? - pregunta, mirando a Sam y a Edgar - No sabemos dónde estamos, ni qué ha pasado, pero algo es seguro: estamos en peligro. ¡Lo acabamos de experimentar! Mi propuesta es que permanezcamos juntos hasta llegar a un sitio que podamos reconocer, y allí discutir sobre esto, pero vamos, ¿a dónde? Digan algo. ¿Norte o sur?

Harto de esperar a la decisión de los demás sigue el ejemplo del malkavian y empieza a andar hacia la zona residencial sin decir palabra.

Total, a mi no me pueden ver, que ellos hagan lo que les de la gana, yo trataré de hacerme con una casa desde donde pueda operar sin molestias.

Luego de mi extraña charla con aquellos arboles, doy vuelta hacia mis compañeros que deciden si tomar hacia la zona residencial o quedarnos en esta zona mientras que las sirenas a lo lejos amenazan con llegar en cualquier momento.

Observo los arboles, el verde me es bastante tranquilizante

Amigos...yo creo que entre el bosque estariamos mas seguros, conozco formas de ocultarnos en medio de la espesura que nos podria ser util aunque sin saber la hora el sitio en que estamos.... Observo el roble con el que estaba hablando hace un rato No lo se.....andar juntos por la ciudad llamaria demasiado la atencion y ya el Principe de esta ciudad debe estar bastante enterado de lo que esta sucediendo...rompiendo la mascarada....

Después de ponerse todos medianamente de acuerdo siguen por el bosque, o el resto del parque alejándose de las sirenas, poco a poco  a medida que caminan se van dando cuenta que el parque se termina y comienza una especie de  barrio  un poco distinto al residencial que vieron antes, este parece ser de  comunidades no tan favorecidas, aunque las casas están bien construidas hay grafitis en las paredes. Al fondo se observa una especie de bar local,  hay dos personas  sentadas en la acera tomando cerveza, el resto parece silencioso.

Edgar, que había permanecido silencioso desde el momento en que había proferido aquellas palabras llenas de furia y molesta hacia uno de sus compañeros, había seguido empecinado en su mutismo, tratando de comprender las cosas tan raras que estaban pasando. No es sino hasta llegar a destino que algo en él cambia: sus ojos empiezan a brillar con el brillo de quien ha comprendido algo.

Así que está es la razón de que el tipo del helicóptero nos haya venido a atacar. Estabamos pisando su barrio...

Se aclara la voz, y como quien da órdenes dice a sus compañeros:

No es necesario decirles que no estamos en un lugar seguro. Ya creo que de este lugar eran los hombres que nos atacaron. Estamos en terreno hostil y si la embarramos saldremos de aquí más muertos de lo que estamos.

En la voz del hombre se nota cierto conocimiento. Su existencia le había permitido conocer de fondo aquellos lugares.

Si no fuera porque no estoy en mi país, ya me consideraría en casa...

Asiento con la cabeza ante las palabras del tipo mientras que miro a mi alrededor lo degradada de esta ciudad, al parecer la ley se ha ido hace mucho de este sitio por lo que no me siento muy bien que digamos

Vaya que extraño correr en los bosques... Pienso mientras miro atras al parque donde hace un rato nos internamos.

Con evidente nostalgia observo a los tipos esos y les hablo con tranquilidad

Como estan amigos....Y sonrio Disculpe molestarlos pero podrian decirnos en que ciudad estamos?...necesitamos orientarnos

Un olor a marihuana  y alcohol los invade cuando se acercan a los sujetos

Un hombre joven mira a Daniel con una sonrisa mientras mira al compañero de manera complice. Hola compañeros Jaja parece como si los hubiera aducido un ovni jajajaja Yo me he pegado mejores viajes con ese con hierva... se rie... 

En eso notan que esta borracho, drogado, ó ambas

Oye Tony, no le contestaste la pregunta al hombre, que te pasa?... donde esta la hospitalidad entre consumidores, todos nos hemos pegado nuestros viajecitos, y alguien luego nos tiene que recordar que seguimos en la triste ciudad de Camberra... la ciudad de ciudades jaja

Evidente este está en igual condiciones que el otro...

Llúcia asiente hacia Edgar. Él puede ver que ella ha interpretado correctamente sus palabras, o al menos las ha tomado suficientemente en serio. A pesar de eso, no hay cambio significativo en su actitud, como si no le amedrentara la nueva información, o si hubiera visto ya suficientes cosas como para salir corriendo en dirección contraria. Permanece en un segundo plano mientras avanzan, y también lo hace cuando Daniel se pone a hablar con los dos hombres. Echa una mirada a sus alrededores, con atención, buscando percibir una amenaza que aún no encuentra pero que puede estar allí. Su silencio respalda las palabras de su compañero.

La única palabra que le interesa a Llúcia sale de los labios del segundo drogado. Camberra. Su atención se dirige directamente hacia el cielo, buscando los punteros y la cruz del sur. Ciertamente podían estar totalmente idos, pero si por casualidad habían dicho algo cierto, era tan fácil como chequearlo en la bóveda celeste. Había vivido en ambos hemisferios lo suficiente para reconocer que si la cruz del sur estaba a la vista, estaban en la parte inferior del globo y los muchachos podían estar en lo cierto. Los demás ven que se parece desentenderse de todo y plegar su atención hacia arriba, como si lo que está sucediendo allí abajo no fuera tan importante como para prestarle atención.

- ¿Camberra, en serio? - pregunta brevemente, para que los muchachos no pierdan el hilo de su conversación.

Seguurrooo Camberraaa... el lugar de lugares... capital de la maravillosaa Australia.

La percepción de la mujer  muestra que las estrellas estan al sur, aunque, extrañamente  localizadas de los sitios que ella no conoce...

En esas en el bosque  puede percibir que algo se mueve, es más todos lo ven, a este bichito alejandose y perdiendose en el bosque.

Las cejas de Llúcia se arquean. Baja la mirada y contempla al animal alejándose en dirección al bosque. Parece más sorprendida todavía, y mira a sus compañeros sin reprimir para nada su gesto. No sólo habían sido secuestrados y puestos en jaulas, testeados y luego transportados como si fuera un truco de ilusionismo, si no que además, estaban en el mismísimo fin del mundo. Y esta vez, no era Argentina. El animal había sido muy claro en cuanto a su pertenencia a qué tierra del planeta.

- Es cierto - dice, encogiéndose de hombros - Las estrellas son del hemisferio sur. Y el canguro es más que elocuente.

Con más relajación de la que tenía al salir del parque, se acerca un poco más al que le respondió.

- ¿Estamos muy lejos del centro de la ciudad, tienen idea? Hemos también tenido un viaje muy loco y no estamos muy ubicados. Necesitaríamos llegar al centro - Llúcia habla con naturalidad; su voz invita a la charla, sin invadir de más el espacio de los dos hombres - Y también, la verdad, la hora. Mis colegas y yo hemos perdido la noción del tiempo, y todos nuestros relojes. A saber dónde los hemos dejado tirados.

Contengo un suspiro de pesar al escuchar nuestra localización. - Genial, tenía la esperanza de que al menos estuviésemos en Europa, pero ni siquiera eso. Y encima tenemos a todos los habitantes cainistas persiguiéndonos y a los bomberos cerca y a nuestro amigo el moreno no se le ocurre otra cosa que ponerse a hablar con unos yonkis. Podríamos escribir en el suelo flechas para que supieran mas claramente hacia donde nos dirigimos.

Los sorprendentes acontecimientos se suceden uno tras otro. El rapto del que ninguno fue consciente hasta despertar en las celdas, la extraña forma de salir de ellas, el cambio sufrido por todos, y ahora la aparición en los confines del mundo. La sensación de no poder controlar lo que me ocurre, de gran impotencia ante lo que estamos viviendo, me invade. Con resignación me alejo un poco del grupo y miro hacia el parque de nuevo.

-¿Y ahora qué?- Comento en voz alta, a nadie en perticular -Lejos de casa, con nada más que lo puesto, pasando por situaciones realmente extrañas... Todavía no me explico cómo hemos logrado salir de ahí

Señalo hacia la oscuridad del parque. La gran distancia caminada a través de este hace que ninguna imagen ni sonido procedente del lugar del incidente llegue hasta nosotros. Tan solo el canto de algunos grillos rompe el silencio de la noche.

-¿Tenemos... un... Don?- La incredulidad se hace patente en mis palabras. Esta teoría pasa por mi mente mientras vuelvo a analizar todo lo ocurrido. -Esas luces, esa voz profética... ¿Es posible que todos esos relojes aparecieran por un deseo de mi subconsciente?

Miro entonces mi mano, tratando de hacer aparecer un nuevo reloj que ratifique esta teoría.

Samuel observa la conversación con interés desde una cierta distancia. La situación de peligro anterior le había sumido en un mutismo que todavía le dura. Su habitual sarcasmo ha dado paso a una preocupación al irse enterando de la información poco a poco. Sin embargo se le puede reconocer un aspecto bastante pensativo y analizador. Doy media vuelta alejándome del grupo y le comento mis preocupaciones, esperando que sea capaz de responder a mis dudas.

-Simplemente suerte... y algo que todavía no sois capaces de controlar por completo.- Samuel habla con bastante seguridad; tratando de convencerme de su teoría -Es muy probable que todos esos sucesos extraños los causaran el resto de tus compañeros. De hecho parece que los únicos que no os dais cuenta del don que se os ha concedido sois Daniel y tu.

Samuel se aleja un pocode mí, observando la zona en la que nos encontramos, mientras me deja tiempo para que medite en sus palabras.

-Bastante probable que se trate de eso. Pero no soy yo el que lo puede comprobar...

El barrio es un lugar de casas pegadas unas al lado de otras de aspecto poco cuidado pues en sus paredes hay grafitis y manchas, en realidad a pesar de ser un sitio de estrato bajo no parece un lugar muy peligroso, no se observa movimiento y solo están los dos borrachos alrededor. Al ser de noche hay algunos callejones oscuros, y algunas tapas de alcantarillado de aquellas laterales que dificultan la entrada.

Hay un bar cerrado al frente de los borrachos y lateral casas residenciales, algunas parecen tener especie de bodegas, pero no hay seguridad de ello.

No parece que nadie los este siguiendo y el ruido de las sirenas no se escuchan.

Pues el centro siempre está un poco apartado de acá, hay que ir en autobús, pero ... quien quiere ir por allá... jaja, además los buses salen en dos horas, apenas son las 4 a.m dice en tono jocoso...