-Es un placer señor O'Connor- le respondió en tono neutro después del discurso de bienvenida de Lieners, en el que de seis frases dos habían terminado con la palabra culo. -Nos ocuparemos de que pueda realizar su trabajo y volver a casa. Estamos aquí para facilitarle el trabajo así que si hay algo que crea que debemos saber por favor, le escuchamos.
Dyson se había pasado el poco rato que tenían antes de reunirse todos ellos estudiando los casos abiertos en relación con los posibles sabotajes. Mirando a ver si había algún patrón en las averías, que técnicos que habían acudido a resolverlas, la hora de los ataques o incluso que miembros de seguridad habían estado trabajando en el momento de los incidentes. Se preguntaba si todos los posibles sabotajes parecían destinados a afectar algún sistema en concreto de la Torre.
Por supuesto no preguntó a ninguno de sus compañeros si habían hecho algo similar o a que conclusiones habían llegado porque conocía la respuesta desde el principio. Lieners estaba en modo de disparar primero y preguntar después y Jhon... Bueno, no le faltaba una invitación para sumarse a un buen caos de modo que temía que cualquier sospechoso estaría muerto antes de confesar.
Encima se había olvidado regar el Cactus.
Joder.
El desayuno sigue ahí, justo donde lo deje, como era de esperar. Después de todo, si los de la comuna son incapaces de limpiar su propia porquería, no se van ha preocupar por la de otro.
Me termino ese café aguado, ahora frío y el medio bocadillo. A continuación, saco el equipo de la taquillas. Queda tiempo de sobra, por lo que aprovecho para hacerles mantenimiento; limpio y engraso las armas y reviso los protectores, viendo si tienen o no desperfectos y que los cierres funcionen correctamente. En cuanto acabo, me visto y voy al punto de encuentro, llegando al sitio con unos cómodos minutos de antelación.
Desde siempre, había fantaseado con cómo sería vivir en los niveles superiores. Casas grandes y limpias, tranquilidad... Pero esos sueños no incluían una música de mierda en los ascensores. Lo peor es que tendrían que volver a escucharla durante la bajada. Con un poco de mala suerte, la misión acabaría antes de empezar, con un ascensor volando por los aires...
Salude con un gesto con la cabeza al técnico cuando el Sgto. Callahan me presenta. Me aparto a un lado, invitando a nuestro protegido a entrar en el ascensor.
Ethan miró confundido a Callahan en un principio, sin terminar de entender si el tipo había hecho un chiste o si le había hecho una advertencia, le estrechó la mano y prestó atención a los nombres y para cuando hubo terminado de escuchar se habia olvidado del asunto. Estaba a punto de responder la pregunta del pelilargo cuando intervino la capitana.
Si el Sargento Callahan le había parecido un tanto brusco la Capitana Lieners era directamente violenta en sus formas, y aparentemente no estaba al tanto de lo que implicaba la misión que les habían asignado. Si realmente querían descubrir que era lo que realmente estaba sucediendo con los ductos de ventilación tendían que pasar varios días abajo, o en su defecto organizarse para que los descensos fueran productivos.
Ante la recepción de la capitana su mano dejó de estar tendida y volvió a tomar el pad del morral, con lo que la cortesía con la que lo saludó el Sargento Dyson, y el respeto con el que lo trató lo encontraron a traspié y a duras penas si pudo responder con una sonrisa y un asentimiento, mismo gesto con el que saludó a Hansen mientras encendía el Pad.
Cuando respondió, lo hizo enfocandose en Dyson, el único del grupo que lo había reconocido como algo más que un molesto paquete que arrastrar a las profundiades. - Gracias, Sargento Dyson, para responder al Sargento Callahan, - dijo mirándolo - ésta es la primera vez que saldré del Distrito Dos y es el primer trabajo que hago fuera de la fábrica de electrónicos del Nivel Cuatro.
En el pad apareció un plano de la planta deonde estaba la avería, y tambien podían verse otros puntos que, aquellos que hubieran estudiado el caso, reconocerían como otras fallas resueltas en la misma planta. Los puntos estaban numerados en orden cronológico, pero se saltaban algunos números hasta que con un gesto el plano se convirtió en una representación tridimensional donde se veían más averías del mismo tipo pero en las plantas anexas a la de la falla. Ethan señaló el punto más reciente - Ésta es la avería actual, y la prioridad es repararla, si sólo tuvieramos que hacer ésto Capitana Leniers, - dijo mirando a Victoria - estaríamos en nuestras respectivas camas en un par de horas y no tendría que soportarme. Pero... - señaló el resto de las averías - la misión es determinar si las fallas son intencionales o no, y de ser así, si las mismas fueron provocadas por mero vandalismo o si hay un plan detrás de todo ésto. - miró a Victoria y le mantuvo la mirada intentando no perder el tipo, lo cierto era que estaba asustado, era la primera vez que tenía que enfrentarse a un conflicto de tipo personal desde el instituto... y en esa época siempre terminaba mal.
- El General me ha dado una misión y pienso cumplirla a conciencia, he estado leyendo los reportes de las reparaciones y es mi intención revisar una buena cantidad de las mismas para determinar si ha habido negligencia, o incluso engaño, de parte de los técnicos anteriores, así como tambien determinar si las fallas fueron accidentales o no. Son cinco años de averías, dudo que sea un trabajo rápido y estaremos la mayor parte del tiempo juntos, por lo que sugeriría que al menos nos acostumbremos a nuestras respectivas presencias. - se encogió de hombros y le sonrió. - No tiene que ser mi amiga, nisiquiera tiene que hablarme si no quiere, pero mantengamos las cosas en el plano profesional, yo le haré caso a todo lo que me digan en cuanto a seguridad y vosotros me llevais a donde necesite ir para investigar.
Tendió la mano nuevamente, esperando que la Capitana aceptara que no era un paquete sino un miembro más del equipo, no quería comenzar el viaje enemistado con la persona de la que dependía su seguridad. De no ser así aguantaría, y si la mujer se ponía realmente pesada con él al punto de interferir con la misión podía reportarla al General, aunque preferiría no empezar de esa manera.
Aclaro por si quedan dudas, cuando Ethan se refiere al Nivel 4, es el Nivel 4 del Distrito 2, no el Distrito 4.
En cuanto el técnico comenzó a soltar un montón de palabras, intentando explicarle la situación y lo complicado de solucionar las averías, así como realizar la investigación apropiada, en corto tiempo, la capitana no pudo evitar poner los ojos en blanco, teniendo que reprimir una fuerte necesidad de propinarle un puñetazo a la mandíbula desde abajo. ¿Acaso pensaba que era idiota? Bueno, tal vez lo era, un poco, aunque no tanto como para no saber que aquella operación requería de cierto tiempo, por lo que, obviamente, no sería cuestión de descender y volver con rapidez al primer distrito. Era obvio que llevaría un buen tiempo, algo que ella había imaginado que consistiría de dos días o tres como mucho. No estaba segura, no cuando no sabía cuántas eran las averías en el sistema de calefacción. Aún así, no era completamente ignorante al asunto. Cuando había dicho que deseaba regresar cuanto antes, se refería a que no quería perder tiempo con tonterías, en especial cuando el tiempo extra en los subniveles no dejaba de ser ciertamente peligroso para todos. No obstante, a pesar de que habría deseado golpear al nerd que se había atrevido a tratarla como una niña, tras darle aquella explicación, tan sólo suspiró, a la vez que contaba hasta diez para reprimir aquel fuerte deseo en su ser. - Me ves cara de idiota, ¿verdad? - Preguntó con cierta frialdad, en el momento en el que volvía a girarse en sus pasos para mantenerle la mirada al técnico, el cual había decidido hacer lo mismo con ella, lo que ciertamente no hizo otra cosa más que cabrearla aún más. Odiaba que la miraran de esa manera a menos que pudieran garantizarle una buena pelea con sus puños.
- No seré un "cerebrito" como tú pero sé muy bien que no será una tarea fácil, mucho menos mover el trasero por los subniveles, no con la clase de mierda que hay allí. Sé muy bien que nos llevará algo de tiempo, posiblemente unos dos días, si no sucede algo malo en el camino. - Se explicó con rapidez, como si no deseara perder más tiempo en aquel tema, manteniendo un tono simple, frío, carente de emoción, mientras fijaba su mirada afilada en el iluso que había pensado que era una buena idea devolverle la palabra, a pesar de no estar a la misma altura que ella. Ese era el principal problema que tenían los de los distritos superiores: pensaban que eran mejor que los de los distritos inferiores, a pesar de que alguien como ella pudiera patearles el culo con cierta facilidad, o incluso algo peor. Demasiado mimamos con su estilo de vida más cómodo en comparación al resto. - Estoy manteniendo las cosas en el "plano profesional", de lo contrario ya te habría hecho tragar los dientes por responderme o mantenerme la mirada. No te equivoques, cabroncete. - Continuó con aquel tono, que no parecía denotar cabreo alguno en su voz, sino más bien como si estuviera dejando en claro algo que era una realidad para ella. - Como dije, nosotros te cuidaremos el culo mientras tú haces eso por lo que te pagan. No hay necesidad de ser amiguitos, ni tampoco me interesa serlo con alguien que podría morir en cualquier momento, incluso con nosotros cuidándote. Allí abajo hay mucha mierda. Mierda que haría que te cagaras en los pantalones al estar un momento a solas con ellos. Tú preocúpate por lo tuyo, que nosotros nos preocupamos por el resto. - Se expresó antes de extender la mano, con la intención de "hacer las paces" con el técnico, a pesar de que en ningún momento había deseado enemistarse con él. - La próxima vez que me trates como una niña te haré una cirugía plástica a la nariz con mis puños, ¿comprendido? - Advirtió con frialdad, a medida que apretaba la mano del técnico con una fuerza considerable, ciertamente deseando provocar algo de dolor en él, antes de soltarle y darse la vuelta.
La bronca que se está llevan Ethan es cuanto menos monumental. Tras el semblante frío e inexpresivo, no puedo evitar sentir cierta pena por él. Seguramente hizo el comentario sin malas intenciones, buscando tan solo informarnos de sus deberes, con la mala suerte de toparse con la capitana más irascible en un momento delicado para nosotros.
-Con el debido respeto, Capitana Lieners- Acabaría arrepentido de abrir la boca, pero me sabía mal ver al técnico recibir tanta caña. -Los cuatro sabemos que las cosas están jodidas allí abajo, y que la misión es una soberana mierda- Trato de hablar con un tono neutro y semblante inexpresivo. -Pero no vamos a sacar nada quedándonos aquí dando gritos. Además de que él no tiene la culpa de que sus colegas la cagaran en su trabajo-
Probablemente me ganaría el sermón de mi vida, unos meses haciendo papeleo y atendiendo majaras... Pero no estaba bien que se desquitara con el primer desafortunado que se cruzara con ella.
Ethan sintió que la sangre se le helaba cuando la capitana le preguntó si le veía cara de idiota. Se puso pálido, había soportado su dosis de abusones en el instituto y sabía que se encontraba frente a una de esas, y que para colmo de males era la responsable de su salud. La palabra "cerebrito", masticada y escupida, le confirmó lo que se temía, la mujer no sólo hacía un culto de lo físico sino que disfrutaba haciendo sufrir a tipos como él, y encima creía que la había tratado de idiota.
Sus siguientes palabras lo hicieron arder de furia y temblar de terror a un tiempo, la mujer se creía con el derecho de golpearlo sólo por no ser como ella, y no solo lo amenazaba con ello sino que aparte lo insultaba. Y el apretón de manos fue la gota que rebalsó el vaso, apretó fuerte, para hacer daño, y lo consiguió. Un gemido de dolor escapó de los labios del técnico y cuando ella lo soltó se agarró la mano mientras se ponía de cuclillas, comprobando que no hubiera huesos rotos ni tendones fuera de lugar.
Por un momento pensó en mandar todo a la mierda, la torre se caería a pedazos antes de que aceptara trabajar con esa loca que creía que por ser más fuerte podía ir por ahí aplastando a los demás. Estuvo a punto de llamar al General para decirle que se buscara a otro idiota cuando intervino Hansen. Sus palabras le recordaron que había más personas en el grupo, que no todos parecían matones y algunos demostraban tener un poco más de respeto por los demás que Lieners. Le tomó un momento recomponerse, recuperar la respiración y asegurarse de que la mano se movía. Cuando lo hizo se paró, guardó la pantalla en el morral y se lo puso al hombro, y tras tomar su caja de herramientas del suelo se dirigió al ascensor.
- Antes no la traté como una niña, Capitana, intentaba asegurarme de que supiera que estoy al tanto de lo que tengo que hacer, y no serán un par de días, puede llevar una semana, aunque no necesitamos estar todo el tiempo en los sótanos. Y agradezca que no me rompió la mano, de otro modo tendría que explicarle al General que perdió a un técnico antes de comenzar la misión porque no demostré el miedo adecuado. No soy su esclavo, no tiene derecho a tratarme así. - habló sin girarse, no sabía si la loca intentaría matarlo sólo por hablar
Recién cuando llegó al ascensor se dio vuelta, el miedo era patente en su rostro y era evidente por la forma en la que tenía la caja de herramientas que su mano aún le dolía. Sin embargo su voz sonó firme cuando la miró y le dijo - Por cierto, no quiero que se acerque a mi más de lo absolutamente necesario y yo no volveré a mirarla a los ojos ni a hablarle ya que no soporta a los "cerebritos", pero la próxima vez que me ponga una mano encima asegúrese de matarme porque tengo ordenes de General de reportar cualquier mierda como la que acaba de hacerme. No quiero hacerlo pero lo haré si es la única forma que tengo de completar mi misión. - Entró al ascensor y los miró a los cuatro - Y ahora vayamos a reparar el desperfecto, cuando termine veré con que seguimos.
*Adios Ethan, fuiste un buen personaje*
John sintió una fuerte necesidad de sentarse sobre la caja de herramientas y comer palomitas pero se trago la sonrisa torcida que empezaba a asomarse por la comisura de su labio y pulso el botón para bajar donde debían en cuanto todos estuvieron dentro.
Miro al técnico y se encogió de hombros.- Los subniveles no están tan mal, yo nací allí y viví en ellos hasta los catorce años.- explico queriendo relajar el ambiente o al menos desviarlo del rumbo que estaba tomando la situación.- También hay gente buena allí abajo pero no se confíe, no se separe de nosotros y todo ira bien. No se preocupe, cuando termine la jornada nos vamos todos a por unas cervezas frías ¿Que me decís?- pregunto a sus compañeros, en especial a la capitana.- Conozco el sitio perfecto para encontrar gente de la central norte.....- dejo caer. Callahan compartía la insana afición de la capitana de ir a buscar bronca después de un día duro.
En el momento en el que el oficial le dirigió la palabra, la capitana se detuvo de repente, sin darse la vuelta para mirarle, escuchando con atención lo que el oficial Hansen tenía para decirle. Si detestaba que le respondieran, no había duda de que el hecho de que un oficial le dijera cómo debía de comportarse... no haría más que cabrearla aún más, si bien de la boca de la aguerrida mujer tan sólo salió una sonora carcajada, antes de girarse para fijar su mirada en el sujeto que había considerado que era una buena idea criticar su comportamiento. - ¿Yo le eché la culpa de que sus compañeros la hayan cagado? Además, si no has escuchado al General, lo más probable es que se trate de sabotajes, por lo que sus compañeros no tienen nada que ver en las averías. - Se explicó con paciencia, sin denotar cabreo alguno en su expresión o su tono de voz, incluso si su mirada parecía decir que estaba a punto de matar a alguien con sus manos desnudas. - Sin embargo... viendo que pareces llevarte muy bien con el "cerebrito", oficial, supongo que te complacerá ayudarle en todo lo que pueda necesitar. Incluso limpiarle el culo cuando se cague en los pantalones tras el primer pandillero de mierda con el que nos encontremos. - Se expresó con aquel tono neutral, el cual dejaba en claro que no estaba bromeando. Lo que menos necesitaba era otro listillo dispuesto a criticarla de esa forma, en especial cuando no había pedido su opinión. Dicho eso, le dedicó una mirada a Callahan, el cual parecía estar disfrutando de toda aquella situación, algo de lo que no podía culparle, ya que ella también se habría reído bastante, si no fuera ella la que se encontraba en toda esa mierda.
- Sólo si invitas tú, Callahan. - Comentó de buen humor ante el comentario del sargento, no pudiendo resistirse a la idea de darse de golpes con uno de esos capullos de la central NORTE. No obstante, el humor de la capitana no tardó en cambiar en cuanto el técnico volvió a dirigirle la palabra. Parecía que al "cerebrito" le había dolido en demasía lo que le había hecho a su mano, a pesar de que Victoria estaba segura de que no le había apretado con tanta fuerza. Por un instante, se miró su propia mano, preguntándose si estaba perdiendo el control de su propia fuerza. Sí, había querido que le doliera, aunque no al punto de destruirle la mano de un apretón. - Joder... ¿tengo super poderes? Nah... - Negó con la cabeza, dudando mucho aquella posibilidad. - A mí me pareció que me tratabas como una niña, cabroncete. La próxima deberías aprender a comunicarte como es debido. - Aclaró con tranquilidad, sin perder la calma, en especial cuando podría haberle estampado la cabeza contra alguna pared en ese preciso momento. - No te apreté tan fuerte, llorica. ¿Crees que quiero generar más problemas para la misión? No soy tan idiota. - Aseguró, antes de poner los ojos en blanco ante el dramatismo que el técnico demostraba en ese momento. Tan sólo le había dedicado una demostración de fuerza para que no la fuera de listillo con ella. No le daría una golpiza, al menos no durante la misión. Luego... era otro tema.
- Deberías dedicarte a la actuación. Dramatizas demasiado. - Afirmó para luego suspirar frustrada, preguntándose por qué debía de tolerar semejante mierda de debilucho. Ni siquiera estaba tan enojada. Si lo estuviera, habría reaccionado de otra forma. La actitud que le había dedicado, era la usual que le dedicaba a la mayoría de los idiotas, con excepción de un bonito traserito. Sin embargo, en el momento en el que el técnico le dijo que la reportaría si volvía a tocarle, una amplia sonrisa se dibujó en el rostro de la capitana, una sonrisa que parecía pedir sangre. No tardó mucho en entrar al ascensor, para luego extender su mano hacia el técnico, si bien, en vez de intentar golpearle, tan sólo presionó su dedo índice contra su frente. - Te toqué. ¿Vas a reportarme con "mami", hombretón? - Preguntó divertida, si bien se apartó al instante, como si no le diera demasiada importancia a aquel tema. - Parece que pensaras que voy a abusar de ti, "cerebrito". Me parece bien. Tú no me mires, ni vuelvas a tratarme como una niña, y no te saco los dientes cuando regresemos. Por cierto, te trato como trato a la mayoría. No eres especial. - Finalizó de manera simple, no tardando mucho en silenciarse a sí misma, como si no pensara continuar con toda esa mierda. Ya podría desquitarse aplastándole la cabeza a golpes al primer pandillero que pensara que era una buena idea meterse con ella. Por otro lado, si el técnico quería pensar que estaba en su "lista negra", le daba igual. Ese era el problema cuando lidiaba con gente que apenas conocía: llegaban a pensar que se habían ganado su ira, a pesar de que ella era así de dura con la mayoría de las personas, exceptuando aquellos que habían entrado en su pequeño círculo de amistad... o a quienes quería llevarse a la cama.
Las palabras de Callahan lograron abstraerlo del maltrato injustificado al que lo había sometido la Capitana, incluso consigueron que sonriera ante la perspectiva de unas cervezas frías... y entonces volvió la burla, primero porque el apretón le había dolido más de lo que la señora esperaba, pero no era su culpa por haber apretado de más, no, según ella él hacía teatro. Hasta ahi bien, podía aguantarlo, pero entonces le tocó la frente y con eso cruzó una línea. Había hecho una advertencia y ella probaba los límites como si tuviera cinco años.
Ethan sintió como la sangre le hervía, volvía a tener quince años y los matones de la escuela lo corrían por los pasillos para golpearlo. Miró con franco odio a la Capitana, y su boca pudo más que su juicio, sabía que iba directo al matadero pero no iba a aguantar una semana en esa situación - Si no quiere que la traten como una niña deje de comportarse como tal ¿Acaso cree que voy a respetarla sólo porque es más fuerte? Vine aquí porque me llamaron, y vine dispuesto a hacer mi trabajo sin importar nada más, pero no estoy dispuesto a aguantar que me empujen y me intimiden porque tengo más cerebro que músculos. - sacó del morral un comunicador - Estaba dispuesto a respetarla por el sólo hecho de que es una persona, de la misma manera que respeto a sus compañeros y honestamente esperaba lo mismo. Intenté disculparme por el malentendido pero no alcanza ¿verdad? tiene que humillarme y asentar su superioridad por la fuerza. No es más que una matona con placa, y decidí dejar de aguantar a los matones cuando tenía quince años. - buscó el contacto de la oficina del General en la lista - Asi es que sí, en efecto llamaré al General, y le dejaré en claro que no puedo trabajar con alguien que no sólo no es capaz de tratarme como persona sino que además amenaza con desfigurarme por un malentendido y recurre al dolor para dejar en claro su postura. Él decidirá si voy con otra escolta o si consigue otro técnico. Por cierto, Capitana, si trata de esa forma al resto y se lo aceptan es cosa de ellos, yo no estoy dispuesto a aguantarlo. - Dicho esto seleccionó el contacto y presionó el botón de llamado, sólo esperaba que el hueco del ascensor permitiera la comunicación.
*morirá, pero morirá gritando Libertad :P, no esta dispuesto a dejar que lo aplasten gratuitamente y tiene una aversión natural a las conductas abusivas*
Edito: hice una edición para agregar el primer párrafo.
Ante las primeras palabras por parte del técnico, la capitana tan sólo volvió a encogerse de hombros, sin darle mucha importancia a lo que decía. - No. Pensaba que me respetarías por el hecho de que puedo darte una golpiza en cualquier momento pero... me da igual. Sólo no vuelvas a tratarme como una niña y estaremos "bien". - Aclaró con total tranquilidad, no tardando en poner los ojos en blanco en el instante en el que el sujeto continuó con su discurso exagerado. Si había tenido alguna duda con anterioridad, ahora estaba claro que el técnico era un llorica de esos, o al menos eso era lo que ella pensaba de él. No paraba de llorar por una pequeña broma y un ligero apretón de mano. Vaya mimado. No estaba segura de que alguien así pudiera salir en buen estado de los subniveles, ni evitar traumarse por lo que pudiera ver allí abajo. Como había dicho uno de sus compañeros, había personas buenas allí pero... también había mucha mierda. - Si quisiera intimidarte, lo habría hecho de otra manera, "cerebrito". No sabes lo que es que te intimide. Lo del dedo sólo fue una broma. - Volvió a encogerse de hombros, sintiendo que comenzaba a tener una jaqueca por las protestas del sujeto en cuestión. No pudo evitar llevarse la mano derecha al rostro, teniendo que hacer un gran esfuerzo por ignorar aquella situación. Ella tan sólo quería terminar con la puta misión, regresar, posiblemente con el técnico aún vivo, incluso si le faltaban algunas extremidades en el regreso, y beber unas buenas cervezas frías, tal vez también con una chica bonita que calentara su cama. ¿Era tanto pedir? Tal vez sí, quién sabe. Lo que estaba claro, era que comenzaba a cabrearse, y debía de hacer uso de su fuerza de voluntad para no propinarle un buen golpe en la cara al técnico que no paraba de hacer una escena.
- Acabo de decir que aceptaba tu "trato". Por eso dije "me parece bien". No iba a hablarte ni a hacerte mal como has pedido pero eres tú el que sigue llorando sobre eso. Al final, no soy yo la niña. - Comentó divertida, no pudiendo imaginar que alguien así pudiera sobrevivir el colegio. Posiblemente, habría sido el alimento recurrente de todo abusón, lo que ciertamente provocó en ella la necesidad de reír, si bien no tardó mucho en reprimir ese fuerte deseo en ella, sabiendo que no haría otra cosa más que empeorar la escena que el sujeto se estaba montando. - Pues a mí no me pareció una buena disculpa, la verdad. Ni siquiera reconociste que me trataste como una niña. - Se encogió de hombros tras decir aquello, mostrándose aún tranquila, a pesar de que comenzaba a molestarse un poco con los lloriqueos que debía de soportar en ese momento. No obstante, al ver que el técnico se disponía a llamar al General como había prometido, la capitana suspiró, como si se tratara simplemente de un mero inconveniente, en el instante en el que movía su mano con rapidez, intentando arrebatarle el comunicador de las manos. - Dame eso. - Dijo con tranquilidad, dispuesta a cancelar la llamada. - Escucha, cabroncete. Ya dije que no volvería a dedicarte la palabra, que haría como si no existieras mientras cumples con tu trabajo. El que sigue con ésta mierda eres tú. Parece que tuvieras un gusto por armar escenas. No me agradas, no eres más que un llorica, pero aún así pienso protegerte el culo porque sé que hay algo más en juego que lo que a mí puede o no gustarme. ¡La puta torre está en juego! Junto con la vida de todos, si es que realmente se trata de un sabotaje. Deja de llorar y pensar en ti mismo. Puedes estar seguro que no pienso hacerte daño, excepto por lo de antes de la mano, que sigo pensando que fue una exageración. No pensaba que eras taaaan delicado. - Puso los ojos en blanco, ya cansada de tener que lidiar con esa mierda. - Luego puedes llorarle al General lo que quieras. Ahora, si me disculpas, voy a dejar de hablarte, que ya me cansé de ti. Lo único que tengo que hacer es dispararle o aplastarle la cabeza al próximo idiota que intente tocarte un pelo, y para eso no tengo que conversar contigo. - Aclaró de manera simple, dispuesta a ignorarle por completo.
Ethan sonrió con tristeza, había pensado que haría la misión protegido por un grupo de guardias profesionales y ahora recorrería los subniveles cuidándose de uno de ellos, o al menos debería hacerlo cuando regresaran. Le quedaba claro el tipo de persona que era la capitana, la fuerza física y la intimidación eran sus únicas formas de comunicación y haría de su viaje un infierno aunque no le hablara, porque seguramente algún comentario suyo sería aprovechado como excusa para vapulearlo.
- Funcionamos de manera diferente Capitana. - dijo tranquilamente mientras tendía la mano para que le devolviera el comunicador - Saber que puede convertirme en pulpa no hace que la respete, hace que la tema, y eso es muy diferente para mí. Le seré sincero, no me siento seguro a su lado, puedo aguantar los insultos pero usted me ha demostrado que está dispuesta a ir mas allá sólo porque puede hacerlo. Soy frágil físicamente comparado con usted, mis manos están entrenadas para manipular objetos delicados con precisión no para golpear, me preocupa que algo que diga o algo que suceda la saque de sus casillas y se desquite conmigo. - respiró profundamente y la miró a los ojos
- Le pido disculpas sinceramente si sintió que la trataba como una niña, no era mi intención. No volveré a hablarle a menos que sea absolutamente necesario, y me conformaré con su promesa de que no me hará daño mientras dure la misión. - lo más irónico era que ambos se habían sentido amenazados, ella por sentir que un debilucho osaba mirarla a los ojos y decirle cosas que ya sabía, él porque sentía que su integridad física estaba en peligro de parte de la persona que debería haberlo hecho sentir seguro. Él estaba dispuesto a reconocerlo y pedir disculpas, pero estaba seguro de que ella anotaría eso como una victoria sobe el nerd.
Y eso marcó el inicio de la misión para Ethan, había pasado de sentirse como James Bond al servicio de la reina cuando hablaba con el general, a plantar los pies sobre la tierra cuando aceptó que sólo sería Él trabajando conla Central SUR, a sentirse como si hubiera vuelto a la secundaria pero con peligro real de morir a manos de una matona con placa.
La capitana suspiró frustrada, agotada ante las palabras que el técnico había decidido dedicarle. Nunca había tenido tanto dolor de cabeza cuando había actuado de la manera que actuaba. Estaba claro que aquel sujeto tenía un cierto amor por el dramatismo, porque no había duda de que no paraba de llorar por algo que ni siquiera había hecho hasta ahora. ¿Le había golpeado? No, estaba segura que no. Tan sólo le había apretado la mano con un poco más de fuerza de lo usual, principalmente para transmitir un mensaje: no me toques los ovarios. Sin embargo, estaba claro que aquel debilucho no había hecho otra cosa más que exagerar algo que para ella había sido bastante simple. Ya ni siquiera tenía ganas de hacerle tragar los dientes cuando regresara, era demasiado patético como para desear hacerlo, y ella prefería pelear con sujetos que al menos tuvieran algo allí abajo. Por esa razón, no dudó en llevarse la palma de la mano a la cara, intentando tranquilizarse, para luego considerar que sería mejor que se expresara y aclarara un poco la confusión, o de lo contrario el nerd estaría actuando durante toda la misión como un maldito paranoico. - Para que estés más tranquilo, y dejes de montar tanta escena... No pienso tocarte incluso cuando regresemos de la misión. Sería una pérdida de energía y tiempo para mí. No vales mis puños. Prefiero darme de golpes con algún idiota de la central NORTE. ¿Contento? - Se expresó e manera neutral, esperando que aquello sirviera un poco para tranquilizar al técnico, que parecía pensar que ella tenía planeado matarle cuando terminara con las reparaciones necesarias.
No había duda de que Ethan estaba exagerando demasiado. Sin dudarlo, le devolvió el comunicador, esperando que dejara de comportarse como un llorica, esperando que dejara de comportarse como un niño de cincos años que le lloraba a su madre. - Si sucede algo, me desquitaré con el responsable. Como mucho le daré una golpiza y le arrestaré como es debido. No voy a golpearte a ti sólo porque estoy de mal humor, o de lo contrario ya lo habría hecho hace un buen tiempo. - Volvió a suspirar, no pudiendo creer que el técnico pensara que se desquitaría con él por cualquier cosa, incluso por algo que él no hubiera hecho. Era una cabrona de mierda pero eso no quería decir que no supiera lo que era la justicia y a quién debía de castigar en el caso de que fuera necesario. Por un instante, se dedicó a masajearse el ceño. Genial, ya tenía una jaqueca por algo tan estúpido. - Disculpas aceptadas. Y no, no te haré daño mientras dure la misión, así como luego. Prefiero golpear a alguien que sepa dar una buena pelea, la verdad. Si hubiera querido lastimarte, ya lo habría hecho. - Afirmó con total confianza en sus palabras, sabiendo que no habría sido muy difícil para ella, si bien no tenía intención de hacerlo. Había perdido las ganas, teniendo en cuenta lo mucho que aquel sujeto lloraba. Realmente esperaba que fuera tan bueno con sus manos como aseguraba, o de lo contrario estarían jodidos cuando tuvieran que realizar las reparaciones necesarias. - Dicho eso, voy a dejar de hablar. Necesito una puta cerveza y ni siquiera han pasado más que unos minutos. Joder... - Estaba segura que necesitaría algo más que una cerveza para cuando regresara. Un masaje no estaría mal tampoco, y alguna forma de liberar la tensión que había acumulado en tan poco tiempo. Que día de mierda.
Y dejo de postear que el resto debe de estar mareándose con tantos posts seguidos xP
No podía creer lo que estaba viendo.
Anonadado se quedó petrificado escuchando como el oficial al mando actuaba como los jodidos matones que se suponía que día si y otro también traían problemas a la Torre. Si se había mostrado aprensivo por la misión desde un principio ahora tenía claro de que estaba condenada al fracaso más absoluto.
Se apretó el puente de la nariz fruto de una poderosa migraña. Las preguntas de como Lieners había llegado a tener aquel rango era algo que escapaba a su imaginación y que mejor dejaba aparte. No importaba, si actuaba como debía tenía que callar o obedecer a su oficial al mando. Actuar como quería debería cometer un acto de insubordinación y eso era algo que no estaba en su ADN, de modo que se hizo a un lado mirando a la nada preguntándose que quería realmente el General al asignarles aquella misión.
Por el bien de la Torre solo pudo desear que ellos fueran un señuelo y los verdaderos profesinales pudieran hacer el trabajo. Porque si no... Y empleando la palabra preferida de su oficial... Iban a ir de culo.
John se cruzo de brazos y se retiro al fondo del ascensor. Si empezaban las ostias no quería ser el primero en recibir por estar en medio. Vio que el otro sargento también se mantenía al margen, con cara de "no me creo lo que estoy viendo".
- Dyson, que te apuestas a que estos dos terminan follando. Esto es tensión sexual no resuelta, si no al tiempo.-murmuro a su compañero.- Te invito a una ronda de la mejor cerveza del Distrito si el técnico no le arregla el cuerpo a la capitana.- dijo tendiendo la mano para ver si aceptaba la apuesta.
Enarcó una ceja. Solo Jhon era capaz de hacer una apuesta como aquella en un momento como aquel. Bueno, sin duda Lieners era su tipo, músculos, impulsiva, mal hablada y con un gran espacio para decorar entre las orejas. Probablemente sería él quien quisiera meterse entre las piernas de la Capitana.... Eso sería divertido... ¿Era GodZilla contra Gamera? Apenas recordaba aquella cinta pero no pudo evitar sonreír.
-Hecho- dijo sin cambiar la expresión.
Dijo en silencio y le estrechó la mano a Jhon. Total... Iban a acabar muertos o en prisión...