Partida Rol por web

Con la serena escolta de Shiro, algo más calmado y débil tras su batalla, como así también los otros bushi, regresan a la embajada. En poco tiempo están allí, cuando las luces de la ciudad ya se han encendido y la noche desciende.

En el jardincito les esperan sentados, juntos como un tribunal, cuatro figuras. Del lado juzgante están, como cabría esperase, Mirumoto y Kitsuki-sama, los embajadores, y también la roja, seria, figura de Osako-sama.

Frente a ellos y aguardándolos se encuentra Kasumi-san! La bushi-ko luce sana y salva, aunque su rostro también refleja cierta tristeza por lo que sea que haya sucedido. No hay rastro de los otros dos magistrados, los Bayushi.

Tras que ustedes toman asiento a su lado, ellos comienzan a hablar.

-Bienvenida, Aiko-chan… +saluda con cortes aplomo, mientras sus manos desaparecen dentro de las mangas del amplio kimono.+ Me alegro que puedas reunírtenos. Es lamentable como se han dado las cosas, y en otra circunstancia ten por seguro que te daríamos tu espacio para recobrarte, reflexionar lo ocurrido, pero este incidente involucra a dos clanes. Por lo tanto debe resolverse cuanto antes.

-Sabemos que estas herida y no vamos a prolongar esto más de lo debido. Osako-sama necesita escuchar de tus labios lo sucedido en el muelle.

La embajadora suspira, dirigiendo una mirada a la citada mujer, quien le vuelve el gesto con sequedad.

-De más está decirlo, pero todos nosotros lamentamos muchísimo vuestras pérdidas, Osako-dono.

-Prefiero respuestas a condolencias, Kitsuki-dono. +responde en tono brusco.+ Tres de mis magistrados novicios ahora yacen esperando sus ritos fúnebres en el distrito del Templo. Y no tengo nada para decir a sus familias más que sospechas vagas, como así también que los Dragón que les acompañaban gozan de salud.

Bajo el tenue velo sus ojos se entrecierran con dureza.

-Así que no solo espero, sino que exijo las explicaciones que tengan para darme. +acota, dandoles pie a responder.

Durante todo el camino a la embajada Dragón, Aiko se mantuvo en silencio siguiendo los pasos de su yoyimbo que, a pesar de estar herido y aún cansado, parecía mostrarse tan firme como una montaña ante sus pasos mientras que ella, realmente podría apreciar unas horas de descanso en un sitio que no sea una celda... Pero el deber mandaba y solo le quedaba esperar la oportunidad de redimir su fracaso, traer justicia a la memoria de Agasha-sama y a la muerte de Shosuro Sichi. Puede que fuera un Magistrado impulsivo, sin modales ni respeto por la etiqueta, pero al final demostró que deseaba encontrar la verdad y hacer justicia, nada parecido a las impresiones que llegó a darle al principio.

De todas formas, cuando llegaba ante los embajadores, sus superiores que habían esperado que tanto ella como sus compañeros asistieran a la resolución de aquel asesinato, apenas pudo ocultar la sorpresa que le produjo saber sobre que los magistrados escorpiones habían fallecido... Seguramente los compañeros de Shoshuro murieron cumpliendo su deber, pero no podía evitar sentir tristeza por Bayushi Hitomi. No pudieron  compartir muchas palabras, pero de los escorpiones, ella era con la que se sentía mas a gusto, sin mencionar que compartían otro objetivo ademas de ese misterio.

Comprendo la gravedad de este asunto y se que no hay palabras que pueda decir para hacer menos dolorosa esas pérdidas... Espero que mi relato sobre lo que pasó y hemos descubierto, pueda servir para traerles justicia a sus espíritus como al de Agasha-sama...

 No se esperaba que hubiesen muerto y por la tensión en la voz de Osako-sama, Aiko era consciente que tenía ante ella una posible guerra entre el Clan Dragón y el Clan Escorpión... De aquella investigación solo los escorpiones han perdido sus vidas y ante los ojos de esa mujer de mirada severa, seguramente debía pensar que ellos podrían haber ayudado en que eso pasara... Debía hablar con la verdad y cuidar sus palabras para que viera que al menos, la muerte de Shosuro Sichi no fue culpa de ellos.

Lo primero que hemos hecho fue ir hasta la casa de Agasha-sama para ver su interior y buscar pistas, incluso interrogar a la mujer que le servía y buscar la ayuda de los kami... Las pistas que hemos descubierto nos llevaron hasta un comerciante llamado Susurro y aunque no pudimos hablar con él como me hubiese gustado, los Magistrados encontraron motivos para sospechar de él y decidieron revisar unos almacenes para intentar encontrar mas pistas como pruebas...

Empezaba narrando Aiko buscando cuidar su tono y mostrarse respetuosa en todo momento, quería ir al grano como Osako-sama parecía desear. Pero Aiko quería relatar todo lo sucedido, como de a poco ellos terminaron siguiendo las pistas que los llevaron a la verdad. Claro que en el momento en que relataba como registraron esos almacenes, Aiko no dudo en mencionar como encontraron cajas con frascos de mao, incluso con cuidado, ella sacaba el frasco que había tomado en su momento, algo que hacía con mucho cuidado para exponer la prueba de sus palabras... También menciono como encontraron una gran cantidad de armaduras y armas cangrejo para luego, mencionando que se separaron, relatar el incidente en el almacén que poseía alimentos... Y en ese momento Aiko llegaba a un punto delicado, muy delicado por lo que pasó, las palabras que debía usar no iban a ser agradables, pero no iba a mentir.

Cuando los Roinin nos permitieron revisar el almacén, el Magistrado Shosuro intento algo... El quiso dejar uno de los frascos que hemos encontrado y al ser descubierto por uno de los ronin, terminamos por vernos envueltos en una escaramuza... Uno de ellos murió mientras el otro logró escapar y el Magistrado, por desgracia, también resulto muy mal herido por sus acciones... Desconosco realmente el porqué él intentó hacer algo así, pero de no haber provocado aquello, posiblemente se encontrara con nosotros en estos momentos...

Ella estuvo furiosa cuando eso pasó, perdió su calma, porque en aquel momento pensó que se derramó sangre inocente por el orgullo e impulso de ese Magistrado... Sin mencionar que a pesar de todo, cuando intento tratar sus heridas, convencerlo que se retirara a descansar y los dejara seguir a ellos con la investigación, solo pudo mostrar una terquedad digna de los Samurai Cangrejo al rechazar su ayuda... Fue ese orgullo el que lo condenó, eso y no saber como controlar sus impulsos violentos.

Lo siguiente que relató Aiko, fue la conversación que tuvieron con la unicornio, como buscaron saber mas de Agasha-sama, con quienes trataba y elñ descubrimiento de la repentina desaparición de su hija e incluso, ella mencionaba sus sospechas de que posiblemente, hubiese sido secuestrada ante los cambios repentinos a una rutina que se mantuvo por mucho tiempo... Partir a visitar la familia en esa época, no buscar un caballo para ofrecer como regalo y el cambio en el comportamiento de Agasha, detalles que no se les escaparon a Aiko. Fue gracias a esa mujer que dieron con el nombre del otro comerciante llamado Hiroshi.

Cuando lo encontramos y aceptó recibirnos, Hiroshi se encontraba con una joven que no pude reconocer, sus prendas parecían ser aquella que los siervos de los grulla usaban. Pero centré mi atención en el comerciante... Ese hombre es astuto y sabe ocultar muy bien sus reacciones, sus prendas y sus características coincidían con las descriptas por el Kami de fuego y por eso, intenté interrogarlo buscando alguna brecha en sus palabras...

Las siguientes palabras de Aiko relataban sobre sus preguntas, como Hiroshi se mostraba reacio a decirles que regalos le ha brindado a Agasha, como también mostraba poco interés en su hija cuando parecía saber mas de lo que aparentaba. Fue en ese momento, cuando ella quería indagar mas sobre la hija de Agasha-sama, cuando Shosuro rompió el silencio exigiendo respuestas, lanzando acusaciones e incluso, soltando que aquella joven que Aiko menciono, era en realidad la hija del hombre asesinado.

Ante las acusaciones del Magistrado,que se mostraba dispuesto a usar su arma, temí por un momento que la investigación se viera arruinada como pasó cuando intentamos hablar con Susurro o terminara en otro derramamiento de sangre innecesario... Pero Shosuro-san tenia razón en sus palabras y pronto lo descubrí... El ronin que había escapado en aquel almacén de alimentos, aparecía junto con otro más, fue cuando me i cuenta que Hiroshi era realmente el asesino de agasha-san y que esa joven que se encontraba en la cubierta, era su hija... Lo que pasó luego, fue algo que no pudimos evitar...

Allí Aiko hacía una nueva pausa, ella sabía que habría llegado a la verdad de otra forma mas sutil, sin que terminaran en medio de una trampa mortal y con la posibilidad de realizar un arresto sin mayores incidentes. Pero pronto contaba como el Magistrado contuvo a Hiroshi y a los ronin para que ella pudiera salir de alli, como afuera vio a su yoyimbo luchando contra varios eta y la hija de Agasha... Fue entonces cuando ella tuvo que decidir saltar por la borda, deshacerse de su kimono para nadar mejor y luego buscar ayuda.

Por desgracia, los Guardias no creyeron mis palabras cuando les pedí asistencia, ignoraron mi voz cuando les dije que el Magistrado había muerto y que Shiro-san estaba en peligro... Me sometieron y me encerraron ignorando que llevaba una wakizashi y que entre mis pertenencias, estaban mis pergaminos de conjuros.

Al terminar su relato, Aiko guardó un silencio respetuoso esperando que sus palabras sobre el comportamiento de Shosuro Sichi no la hubiesen ofendido e incluso, viera como estuvieron cerca de atrapar al culpable de todo aquello... Pero lo cierto es que desconocía que paso con el resto, suponía que eso iba a ser una tarea de Mirumoto Kasumi.

Luego de esto, es el turno de hablar de Kazumi. La joven no tiene mucho que añadir.

-Mientras esto sucedía nosotros fuimos al otro almacén. Este se encontraba vigilado también por un ronin, el que entregara a la Guardia. Nos detuvo durante varios momentos con sus insultos y finalmente tuvimos que combatir con él, donde lo derrote. Pero en se tiempo, alguien que estaba dentro escapo por la puerta trasera. El lugar se encontraba saqueado, o mejor dicho limpiado de todo lo que contuviese. Kazumi y Chumoku-san corrieron por la calle posterior intentando alcanzar a quienes fueran y yo me quede detrás guardando el prisionero. Finalmente, al ver que tardaban, lo lleve con una patrulla y fui en su búsqueda con algunos de los hombres. Di con ellos a unas cuantas calles del lugar…

Aprieta los labios.

-No tengo mucho que decir sobre eso. Los hombres de la Guardia se hicieron cargo de todo y al no tener nada más, volví a la Embajada a esperar que los demás regresaran sanos y salvos.

-Por mi parte nada tengo que añadir al relato de Aiko-san. +habla finalmente.+ Estuve vigilando en todo momento y puedo confirmar cada punto. Ciertamente no estuve dentro cuando se reunieron con Hiroshi, pero escuche sus exclamaciones y las del magistrado Sichi. Finalmente cuando todo se desato, intente abrir camino para retirarnos, pero aquella joven shugenja vestida como una grulla y los marineros me lo impidieron. Así que cubrí a Aiko-san mientras saltaba al agua y se alejaba nadando. Cuando ya no pude más seguí sus pasos. Lamento no haber sido de otra ayuda.

Las declaraciones parecen haber terminado y se produce el silencio en la sala mientras las tres severas figuras meditan. Al cabo de unos momentos, los dos embajadores Dragon se miran y es Kitsuki-san la que habla primero.

-Creo que está claro el asunto. La impulsividad de los jóvenes Escorpión y su ansia por descubrir a los culpables les hizo ser descuidados. Un error por el cual pagaron un precio demasiado alto, Osako-san, pero estará de acuerdo que está dentro de los riesgos de ser un magistrado. Incluso llegaron a la verdad y a descubrir cosas extrañas sin duda, como las armas y estos… terribles frascos. Solo una combinación de arrojo desmedido con mala fortuna hace que hoy no estén aquí para ser alabados.

Vuelve la mirada, hacia Shiro y Aiko.

-No obstante, algo me inquieta. Dijisteis que esa joven con Hiroshi era la hija de Agasha-san, una shugenja, con ropas de sirvienta grulla. Conozco a la niña, y recuerdo que Sichi-kun pregunto por sus rasgos. Lo unico que tenia de Grulla era su afectacion a usar el pelo con hebras teñidas de blanco... y sus modales cortesanos. De hecho estudiaba en la escuela Kitsuki. Esto era porque no tenia ninguna aptitud para hablar con los Kami, ni para las armas. ¿Estáis seguros de que era ella?

Aiko mantuvo el silencio respetuoso mientras escuchaba a sus compañeros, parecía que Kasumi ni siquiera pudo ver como murieron los otros dos Magistrados y era posible que hubiese sido por algo relacionado con Hiroshi u otra cosa completamente diferente. Sin olvidarse que aun estaba explicar porque había un almacén lleno de armas y mao, no le encontraba tampoco relación con Hiroshi, pero pronto escuchaba a Kitsuki sama que empezaba a darle otra visión sobre la hija de Agasha... Ahí había algo que no estaba bien.

Ahora que se mas sobre la hija de Agasha-sama, me temo que no puedo estar segura que haya sido ella... Solo el Magistrado Shosuro aseguró que se trataba de ella, pero si no era capaz de comunicarse con los Kami, dudo mucho que haya sido ella...

Sichi se equivocó y eso traía mas problemas, si no era ella aun debían comprobar que estuviera con sus familiares y si no era así, como Aiko estaba segura que eso sería así, aún debían encontrarla y rescatarla. Eso hace que aunque supieran quien fue el culpable, no solo debían capturar a ese comerciante, sino que también debían encontrar a la hija de Agasha.

Como he mencionado, nos han dicho que la hija de Agasha-sama partió antes a visitar a sus familiares, creo que deberíamos enviar un mensaje para confirmar eso o de lo contrario, me temo que su vida aún puede estar en peligro.

Alguien que no puede comunicarse con los kamis no puede hacerlo mas tarde, ella no estaba segura y confió en el escorpión, pero ahora que sabía eso tenía sus dudas... Pero ellos los vieron escapar, dudaba que se hubiesen quedado en aquella ciudad y dudaba que fueran a regresar...

-Quizás. Pero eso ya no es asunto vuestro, Aiko-chan.

Osako interviene sin ninguna diplomacia, juntando las manos. Su rostro serio se ve reforzado por la forma en que aprieta los labios, hablando con los gestos mínimos y precisos.

-Le retiro al clan Dragón potestad para intervenir o siquiera acercarse a los sospechosos en este asunto. A partir de ahora, es un asunto exclusivamente de los Escorpión, tal como debió ser desde un principio. La investigacion seguira, pero en manos de mis mejores hombres. Tambien nos encargaremos de los heimin involucrados y del tal Hiroshi, aunque será difícil alcanzar su barco… Más no imposible. La justicia Escorpión siempre alcanza a los culpables al final. Siempre.

Vuelve la vista a los Embajadores, y luego la regresa a vosotros tres, lentamente..

-La única excepción es esa heimin que se acogió bajo vuestra protección, la sirvienta de Agasha Iesada. Ella y su familia ahora son vasallos Dragón. No obstante, ya no son bienvenidos y deberán marcharse de la ciudad. Lo mismo que sugiero hagan estos jóvenes… Aunque no exista ninguna sospecha formal de que hicieran algo indebido, no hay que descartar que algún familiar o amigo de los magistrados caídos, pueda tomar represalias individuales por las pérdidas sufridas. Bajo mi autoridad, no puedo tomar responsabilidad si tienen algún otro percance al permanecer en Ryoko Owari. ¿He sido clara?.

La forma en que la regente de aquella ciudad la llamaba Aiko-chan, hizo que ella sintiera como si fuera tratada como un infante que no sabe de la vida, que su desempeño fue lamentable y que nada tenía que aportar allí... Era en cierta forma humillante ser tratada de esa forma, mas al ver que el asunto de Agasha.sama, la persecución de sus asesinos y la posible desaparición de su hija iba a ser algo lejos de sus manos. Ella no disfrutaba en dejar sin terminar sus labores, dedicaba todo su esfuerzo y habilidades a realizar siempre sus tareas lo mejor posible y por eso, tuvo que morderse la lengua para no romper la etiqueta y pedir que la dejara ayudar...

Ella estaba enojada y aunque parecía que no iba a hacer nada contra su Clan, también dejaba claro pronto que si algun familiar buscara erróneamente justicia al intentar enfrentarlos, no haría nada para detenerlos. Parecía que eran culpables por haber sobrevivido, pero por su parte fue culpa de ese escorpión y su falta de control y calma lo que terminó por acabar con su vida... No tenía porque irse como si fuera una asesina escapando, aunque le gustaría dejar esa ciudad, no estaba dispuesta a irse sin terminar con sus asuntos.

Comprendo lo que dice Yogo-sama, comprendo que quiera resolver este asunto a su modo y al menos puedo agradecer que se me permitiera ayudar encontrar a los culpables del asesinato... Pero aun no puedo irme de esta ciudad, tengo un asunto pendiente...

Pendiente era saber que paso con la hija de Agasha, era algo que no iba a dejarla tranquila del todo y sabia que seria peligroso investigar por su lado, sobretodo luego de que Yogo les quitara el derecho de colaborar con ese caso. Pero no era solamente eso lo que Aiko tenía pendiente, aun tenía que cumplir con lo que ha pactado con Bayushi Hitomi, encontrar a los ladrones que le quitaron su wakizashi y sus pergaminos.

Durante la investigación tuvimos otro incidente... a Bayushi-san y a mi nos han sustraído algo importante para nosotras, unos ladrones y hemos pactado recuperarlos juntas. Quisiera presentar mis respetos a su familia encontrando y devolviendo lo que le han robado.

Realmente fue la única escorpión que realmente le agradó, al menos no era como Shosuro ni su otro compañero, sin mencionar que se ofreciera ayudarla con sus pergaminos robados había sido algo de apreciar... Como irse si no podía cumplir con una promesa, puede que le quitaran la posibilidad de saber que pasó con la hija de agasha, pero no quería que le quitaran eso también... Aiko no planeaba dejar que esa ciudad le ganara. 

Una leve mueca de burla aparece en sus labios. No es nueva esa información. Tras escrutar el resto de los semblantes, hace un leve gesto de asentimiento, como haciéndose cargo de las palabras de Aiko.

-Por supuesto. Es entendible que queráis recuperar objetos de esa índole. Pero me temo que lo denegare. Los datos al respecto serán comisionados a la Guardia del Trueno, para que estén atentos, y si surgen durante las pesquisas se os enviaran. No veo motivo para que esto se vuelva una venganza personal. De hecho me resultaría molesto. Además, lo último que necesito ahora es a niños revolviendo en la basura y causando más problemas de los que ya se han metido.

El tono suave en que empezara desaparece por completo.

- Por ello os estará vedada la salida del distrito Noble, a menos que sea para abandonar la ciudad por la muralla externa. De persistir, me veré forzada a tomar medidas más drásticas... +hace una pausa, y vuelve a bajar el tono+ Sugiero que, en lugar de bregar por imposibles, regresarais a las tierras Dragón, antes que el conocimiento de estos fallos les llegue a vuestros maestros por bocas ajenas. Sería lo más provechoso…

La amenaza queda pendiente, y los embajadores fruncen el ceño, pero no dicen nada, solo mirando a Osako, quien les devuelve la vista impasible. Así son las cosas y ella es quien controla a los magistrados, asi como el cumplimiento de las leyes en Ryoko... No hay cortesía que valga en ese punto.

--Creo que con esto, queda todo dicho. +remacha la adusta mujer, dando la conversación por terminada. 

Aiko realmente esperaba que esa mujer poderosa comprendiera lo importante que era para ella cumplir al menos con esa promesa, no solo por recuperar sus pergaminos, los cuales solo perderlos de esa forma era una vergüenza difícil de ignorar, sino que era importante al menos devolverle el wakizashi de Hitomi a su familia, una forma de darle un descanso merecido sin asuntos pendientes... Pero no fue así, ya desde la primera palabra de esa mujer, el tono delataba la negativa y aún así, buscó permanecer tranquila.

Pero ante la amenaza implícita y poco sutil que ella le dedicaba, Aiko tuvo que limitarse a apretar sus labios sabiendo que no era una amenaza en vano y que allí Yogo mandaba y controlaba tanto a los magistrados como la Ley... Estaba claro que era una escorpión capaz de usar trucos sucios sin dudarlos. Pero no comprendía que podía tener de malo lo que ella quería, incluso asumía que no iba a poder participar mas en el caso de Agasha y la desaparición de su hija...

Supongo que tiene razón, seguramente también querrán saber sobre las cajas llenas de Mao además de lo que ha sucedido con Agasha...

No lo pudo evitar, Aiko realmente estaba dispuesta a comportarse y aceptar que iba a tener que dejar esa ciudad con asuntos pendientes, pero tampoco quería mostrarse sumisa ante un trato que consideraba injusto. Pero dudaba que sus palabras pudieran conseguir algún cambio, era mas como una pataleta de una niña y eso era más vergonzoso, aunque ya era tarde para arrepentirse.

-Sin duda que sí. Un Agasha mezclando su saber con maho, es un grave asunto… Algo para replantear la confianza depositada en esa familia. En toda ella. +responde con una sonrisa, dejando claro quien cargara las culpas de las pócimas.

Con esto, el telón cae sobre la embajada Dragón.

La noche en Ryoko Owari se siente más fría, a pesar que el invierno ha terminado. Y el deseo de volver a las montañas, a la honestidad callada de las tierras que reclamara Togashi hace mil años, se hace presente en los corazones de los jóvenes.

Un par de días después, se celebra el funeral de los tres jóvenes magistrados, presidido por Yogo Osako, cuyo gesto adusto acompaña perfectamente la sobriedad de la ceremonia. Allí, bajo la luz del templo de Daikoku, los tres son entregados a las llamas para que encuentren el descanso final, juntos. Sus cenizas son entregadas a la magistrada, quien las guarda cuidadosamente, hasta que los familiares vengan a por ellas. Es un final triste, austero. No hubo tiempo para que cosecharan glorias ni famas, sus vidas fueron demasiado cortas.

Quizás en la próxima, tengan una mejor oportunidad de honrar a sus ancestros.

Por su parte, los Dragón ven retirada su hospitalidad poco después. No ha habido suerte en las pesquisas, no de la buena. El wakizashi de Hitomi se encontró en poder de un grupo de maleantes portuarios. Estos admitieron que vendieron los pergaminos de Aiko a un comerciante muy interesado en esas cosas.

Hiroshi.

Del mismo no se sabe nada. Su barco partió poco después de la pelea, hacia el norte. A las tierras Unicornio. Para cuando las naves Escorpión fueron informadas, ya les llevaba una buena ventaja, que no pudo ser recobrada. Tras la frontera, el hombre, la joven shugenja que le acompañaba y sus ronin desaparecieron. Aunque el Escorpión nunca olvidara los crímenes cometidos y de seguro, solo esperara que regresen a mostrarse para cobrar justicia, de momento los cielos se niegan a dejar caer su voluntad en aquel.

Así que para los bushi del clan verde y dorado, solo queda un regreso a casa cargado de pesar y amargura. Han sobrevivido y se han hecho más fuertes, pero a costa de vidas y derrotas. Tan solo queda la esperanza de que al final, de todo esto, una lección surja, algo que los inspire a crecer en todos los aspectos que les faltaron. Elevarse como las hojas del cerezo en la brisa, inspirando los corazones de quienes los rodean.

O a seguir los pasos de aquellos que cayeron.