Partida Rol por web

Antes que tengan que decidir por donde seguir, ven un heimin arrodillado junto a la division, jugando con unos dados en actitud indolente. Al verlos venir, los guarda apresurado en su sucio kimono marron, y hace una profunda reverencia, tocando el polvo con la frente.. 

-¡Ohayou gozaimasu, samurai-sama! ¡Les estaba esperando! +proclama en voz alta y un curioso tono jocoso, a pesar que se oye raro hablar asi de cara al suelo+ Kazu-sama me ha pedido que les guie a casa del Agasha!

Al final daba la impresión de que no iba a ser necesario tanto protocolo si Kazu ya había organizado todo en nombre de la señora Osako. Eso agilizaba el asunto de sobremanera, eliminado la tediosa aunque necesaria burocracia.

- Entonces da comienzo a tu tarea. - respondo diplomático, solo para añadir de repente - Salvo que alguien prefiera otra cosa...

En clara a la discusión anterior, a pesar de que fuera dificil que les interesara otro asunto en éstos momentos.

Intercambié una mirada con Shiro antes de que se fuese. Me habría gustado disponer de la misma libertad, pero tenía que ser consciente de mis responsabilidades. Además, dudaba mucho que lo permitiesen y aún tenía que hablar con los kami. El eta que nos había interceptado tenía un comportamiento peculiar, que rozaba lo irrespetuoso. Claro que, tal vez y a la vista del tratamiento que nos había dado Bayushi Hitomi, era lo habitual en esta ciudad. 

- Agradecemos a vuestro señor Kazu su consideración. Estamos seguros que nos guiaréis bien. - respondí. Luego hice una pausa, ni tan siquiera merecía la pena responder a la pregunta del Shosuro, después de todo, era él quien tenía objeciones a la forma rápida. 

Sigamos pues.

A pesar de haber permanecida en silencio gran parte del camino, nada mermaba su entusiasmo. Las cosas eran como se las habían advertido, estaba bastante claro que los Escorpiones no los querían allí, pero Kasumi tenía claro su deber y sobre todo, que nada le impediría cumplirlo, no sin tener en cuenta que pisaban terreno pantanoso.

Las actitudes de sus nuevos compañeros, e incluso la del eta que los recibía le hacían pensar que había mucho más en este asunto de lo que se dejaba ver...

Mientras Shiro ahora debe decidir si continuar su plan de irse solo o seguir al resto, el heimin se incorpora con agilidad, saltando de arrodillado a erguido,  sin perder el gesto reverente.

-Hai, samurai-sama! Por aqui!+dice, dando media vuelta a continuacion y avanzando hacia el Este, al mismo centro de la peste. El grupo de samurai que le sigue puede asi dar un mayor vistazo a la barriada. Si, son de madera y barro y papel sucio. Si, los habitantes parecen de lo mismo, todos vestidos de marron, con las caras manchadas. Pero tambien hay una clase de dignidad... anormal, en los etas. No se ven reparaciones. Todo esta ordenado, no hay basura en la calle. Y no pocos etas tienen canteritos delante de sus hogares, donde florecen plantas sencillas. 

La actitud tambien es diferente a lo esperable. La mayoria de los etas se esconderian ante la presencia de magistrados (de cualquier samurai, realmente), o se tirarian al suelo en sus reverencias. Estos permanecen arrodillados, inclinados con seriedad, y solo mientras la comitiva pasa por delante. Otros prefieren simplemente tomar a sus hijos y entrar en las casas, sin prisas, cerrando tras de si. En unos pocos casos, se puede ver una sonrisa, similar a las del guia, justo debajo del formal respeto.

Al cabo de un par de cientos de metros el camino dobla, y se encuentran con un grupo reunido en la calle, mirando hacia una de las pocas casas de dos plantas del barrio, que ademas se ve mas limpia, pero por lo demas es igual a las otras. Los Escorpion reconocen al robusto Kazu guardando la puerta, junto a un par de doshin. El tambien los ve venir y hace un ligero gesto, ante el cual los doshin usan sus bastones para crear un camino entre los curiosos, si bien estos realmente no tienen que tocar a nadie, todos se apartan por inercia del camino de los samurai...

-Tal como me lo pediste, Kazu-sama! Necesitas algo mas?! +pregona con alegria al llegar.

-Solo dile a tu padre que me pasare luego. +contesta, despidiendolo. El eta hace una reverencia curiosa, casi una cabriola, para enseguida desaprecer mezclandose con los demas.

Kazu es un hombreton cercano a los treintas, de aspecto rudo y fisico marcado. El daisho samurai se ve complementado con un jitte, pero las sobrias ropas que viste no tienen mon alguno, lo que parece indicar un ronin. Hace una reverencia al grupo, pasando al tema de inmediato.

-Todo esta asegurado como especifico Yogo-sama.+dice, hablando directamente a los tres escorpiones+ Mis doshin han rodeado el lugar, y tenemos dentro a la sirvienta que lo encontro. Los eta que se ocuparan del cuerpo esperaran alli +indicando a los curiosos+ hasta que ustedes terminen, samas. ¿Hay algo mas que pueda hacer por vosotros?

Aunque no debe dejar de resultarle algo molesto tener que estar a las ordenes de unos crios de casi la mitad de su edad, si algo le incomoda no se trasluce en su voz.

Al fin y al cabo, no tuvimos que pedirle a un eta que nos lleve ni ir a Torre Carmesí, ya que tuvimos un eta que nos hiso guía.

Cuando llegamos con Kazu nos recibió amablemente, o al menos eso aparentaba, y nos dio unas indicaciones antes de preguntar si necesitabamos algo más.

-Gracias, Kazu-sama.- Le dije al samurai que nos había recibido con una reverencia. -Por mi parte me gustaría saber datos sobre la sirvienta. Nombre, lugar de residencia, edad. Todo lo que pueda aportarme.- Le dije a Kazu-sama. -También quería saber si puedo ver el cuerpo antes de proceder con el interrogatorio, y hecharle una mirada a la casa, si es posible. Para saber como contestar posibles respuestas de la testigo.- Dije observando la casa, mientras pensaba.

Para saber rapidamente si está mintiendo en algo.

 Hago una reverencia a Kazu-Sama, tanto por respeto como por agradecimiento de que todo estuviera preparado para la llegada del grupo. -Le agradezco, Kazu-Sama. Ahora, por órdenes de Yogo-Sama, debo acompañarlo para obtener información de los vecinos, espero no importunarlo y que lo que obtengamos ayude en la investigación-.

 *Bien, no lo arruines Chumoku, si logras hacer esto estarás mas cerca de volverse un yojimbo me digo para mis adentros. Si lograba realizar un buen trabajo ante los ojos de un superior, sería recompensado. Además, debía mostrarse sumamente respetuoso hacia Kazu-Sama, pues aunque no lo denotara, no veo muy placentera la idea de estar bajo la necesidades de inexpertos. Pero el no lo sería, no mientras cumpliera limpiamente el objetivo... *por los medios que sean necesarios...

La influencia de Hotei podía notarse en la barriada. Las casas de aspecto precario, frágil y sucio parecían cuidadas. Los etas sonreían cuando no mirábamos, podía notarse que estaban contentos con sus vidas. Tal vez, con el tiempo podías llegar a acostumbrarte a aquel olor. 

Presté atención al camino que seguíamos y a lo que nos rodeaba. Mis pasos eran ligeros y rápidos, procurando no perder de vista a nuestro guía. Pronto nos encontramos frente a su señor. Parecía un samurai experimentado, curtido. Había llegado mucho antes que nosotros y había tenido oportunidad de entrar si lo deseaba. Puede que hasta hubiése realizado ya algunas preguntas. 

Permanecí en un discreto segundo plano, dejando que Bayushi Hitomi tomase la iniciativa. Bayushi Chumoku también parecía deseoso de marcharse a investigar, al igual que había hecho Shiro. Finalmente di un paso hacia delante para responder a la pregunta del ronin. Hice una reverencia. 

- Sois muy amable Kazu-sama - respondí suavemente, sin alzar la voz - Agradecemos vuestra ayuda. Si fuese posible, nos gustaría también hablar con sus otros sirvientes en caso de haberlos e intentar identificar a la última persona que le haya visto con vida. - Miré por un segundo a Hitomi - Me gustaría estar presente cuando habléis con la sirvienta y examinéis la casa. 

Aunque, por supuesto, también tendría que examinar y buscar indicios. Además de hablar con los kami por si sabían algo más de lo sucedido. 

-A mi no me molestaría que estés presente, Kitsuki-san.- Le dije a la Dragón. -Si ninguno de mis compañeros Escorpión se opone, claro.- Miré a Chumoku y a Sichi, esperando respuesta de alguno de los dos.

Todavía no se que clase de samurai es Kitsuki. Reflexioné. No creo que sea una bushi, porque no lleva una katana. Eso solo deja cortesana o shugenja. Si es esto último, que es lo más probable, por lo que se, podría invocar a los kamis en su ayuda. Lo que podría o no ser beneficioso para nuestra investigación.

Un leve asentimiento fue el único indicio de que había escuchado las indicaciones de Kazu y de no ser por la verborrea de Hitomi ya me hubiera adentrado para presenciar el cadáver, pero eso había terminado por disparar la lengua curiosa de la Kitsuki. Aunque lo más llamativo de todo era el respeto con el que trataban a Kazu, cuando bien sabía que cualquier otro ronin no se hubiera llevado tantas formalidades. Ver para creer.

- Ningún problema.

Señalo, aunque eso claramente significaba que debía darme prisa en investigar el lugar de la muerte para que Aiko pudiera ir con Hitomi.

Odio estas prisas.

Pienso mientras entro preparado para contemplas las paredes manchadas con los trozos del Agasha esparcidos por el suelo o quizás simplemente desplomado camino al futón, poco me importaba ninguna de ellas.

El ronin parece sentir bastante sorpresa por los "sama" tan prodigamente otorgados, pero el no tiene una mascara que le ayude a ocultarlo. Sonrie, haciendo otra reverencia a las dos samurai-ko que le dirigieron la palabra con tanta cortesia.

-El cuerpo de Agasha-sama se encuentra en la parte posterior, en su laboratorio, tal como lo dejo la sirvienta. Al respecto de ella, se llama Eiko. Es de este distrito. Su familia no vive muy lejos, un par de bloques hacia el norte. En cuanto a los demas datos personales, no se los pregunte. Es una eta. +declara conciso, diciendo la ultima frase con un tono muy elocuente, como si se tratara de un insecto irrelevante, inmerecedor de mucha indagacion. Luego se dirije a Aiko+ Respecto a su consulta, Dragon-sama, era la unica sirvienta de Agasha-sama, por lo que es hasta el momento la ultima persona que le vio con vida.

Se vuelve a Chumoku luego. Tambien le hace una reverencia, aunque mas marcial que a las chicas.
-Desde luego, Bayushi-sama. La mayoria estan entre los curiosos, asi que cuando lo desee podemos empezar.

Diciendo esto, deja libre el paso al resto de los samurai a la casa, para que puedan entrar a inspeccionar... En todos los Escorpion pesa la carga de su primer trabajo en un caso real. En los jovenes Dragon, las dudas y temores no son menores, ya que poco o ningun entrenamiento han seguido para estas labores. Seran sus habilidades suficientes para descubrir lo que ha sucedido? O fallaran miserablemente, para su eterna verguenza?*