Partida Rol por web

Los dos samuráis del clan cangrejo habían puesto al corriente de sus avances a sus superiores. Y aunque hacia horas que no tenían contacto con sus homólogos Unicornio, estaban convencidos de que sabían cuidarse solos.

Akira, tuvo una idea, algo que habían mencionado sus superiores, y que le había abierto otra vía de investigación. Mafias locales en Ryoko Owari, una ciudad boyante, que tenia de todo, y claro también tenía que tener gente ruin que intentara hacerse rica a costa de los demás.

Lo cierto era que no tenían contactos en la zona, eran nuevos en la ciudad. Pero durante la noche habían ganado un contacto, un aliado. Kaiu Gotan.

Con esa idea viajáis por los muelles hasta que os indican donde localizarlo. Está en una pequeña casa de los muelles.

Una vez frente a la puerta, poco podéis saber de lo que hay dentro, parece una residencia sencilla, de una sola planta, entre dos edificios más grandes. Puede que sea su casa, puede aquel lugar esconda algo mas….

Llevaban algún tiempo sin descansar, pero el cumplimiento del deber les impulsaba a otro sitio de nuevo. No habia duda en el rostro de Akira sobre que debian seguir adelante aun cuando podian tranquilizarse sabiendo que sus superiores ya habian puesto cartas en el asunto de evitar la venta de joyas en la ciudad.

Se iban a encontrar con alguien que le merecía respeto. Tal vez Gotan no fuese el samurai más refinado en su concepto, pero se veia que era alguien solvente y con recursos. El tipo de samurai que no inspira pero hace que las cosas se sostengan. Puesto que lo habian visto por la noche y ahora estaría durmiendo Akira le llevó un pequeño regalo para compensar de algun modo el que lo despertaran. Una botellita de Sochu hecha de un modo más refinado al que suele acostumbrar hacerse este licor recio. Una delicadeza extravagante para los entendidos en el beber como lo era Akira. La botella contaba incluso con un dibujo sobre la dualidad de la fuerza del producto y sus matices suaves.

Cuando llegaron se acercó a la puerta para hacer que les atendieran y llamó con suavidad para ir incrementando la energia en caso de no ser oidos.

Tardaron en abrir la puerta, aunque era evidente que había cierto movimiento dentro, y supusisteis que os habían oído.

Tras eso, una hombre joven, vestido como un campesino, os abrió, y os miro de arriba abajo. Luego se giro y dejando la puerta abierta, toco en el hombro a Gotan.

Este se giro para miraros en el dintel de la puerta, con el sol de la mañana de fondo.

Mis buenos amigos, aun despiertos, es que vuestra senda no conoce el descanso.

Aquella frase extraña parecía más una chanza que otra cosa, pero os hizo un gesto para que pasarais.

No veo a los hijos del Ki-rin, espero que se encuentren bien. No perdamos mas tiempo, porque me estáis buscando.

Claro y directo, sin formalidades típicas, era al mismo tiempo cómodo, y sin duda extraño poder hablar con aquella sencillez, sin dejar que cada palabra tuviera un pliegue o dos, o sin medir si las palabras eran adecuadas a los oídos de aquellos que las iban a escuchar.  

.-Os he traido un pequeño regalo para expresar nuestro agradecimiento por vuestra ayuda. No es más que un detalle asi que no espero que le concedais ningun protocolo-. Enseño la botella de sochu ante el y le indico la razón de su visita .-Vuestro tio nos indico que el motivo de nuestra investigación, podía estar relacionado con mafias locales. Habia pensado que por el gran conocimiento que teneis del puerto, y la gran cantidad de gente que os respeta os sería más sencillo tener información sobre por donde podriamos orientar la busqueda de estas mafias-.

Gotan no hizo gala de aquellas largas panoplias de protocolo y cogió la botella, la abrió y olio lo que tenia dentro.

Al mismo tiempo que buscaba algún recipiente donde servir la bebida medito lo que sus compatriotas le estaban preguntando.

Sin duda, esta ciudad no es únicamente de los políticos. Hay arteros en muchos rincones oscuros.

Hay un par de mafias, casi todas dentro de los limites de un solo distrito. Incluso algunos de los grupos para la extinción de incendios de los muelles del otro lado del rio, funcionan como una pequeña mafia.

Pero solo hay una que tenga capacidad, y arrojo suficiente para cometer un acto tan poco sensato como meterse con los Unicornios.

No os puedo dar un nombre, porque sinceramente no sabemos cómo se llaman. Pero sin duda tienen sus sucias manos metidas en más de una cosa.

Con un gesto pidió silencio y se giro para mostrar un agujero en la pared. Desde allí, podías imaginar que se podía ver el interior de otra casa.

Al acercaros a echar un ojo por turnos. Visteis un grupo de hombre que se armaban. Sin duda no eran verdaderos luchadores, y tampoco eran muchos, pero todo indicaba que preparaban un asalto.

Luego, Gotan volvió a poner un tablón con cuidado en la pared.

Llevamos días observando a este grupo. Es de esta misma mafia de la que hablamos. Parece ser que les ha llegado un aviso de que han detenido a uno de sus líderes, y pretender cobrarse con sangre esa ofensa.

El hombre pareció dudar un momento.

Tengo que organizar a mis hombres, creéis que podríais seguirlos para ver a donde van y con quien atentan. Sinceramente tengo la sensación de que tiene mucho que ver con vuestra investigación.  

Yo lo maté al parecer.-Confesó Yasutora con indiferencia después de un largo rato en silencio tras la sombra de Akira, que tenía mas trato que el mismo con el bien posicionado cangrejo.-en mi investigación acabé con la vida de un hombre que prometió una muerte rápida en menos de un día a mi persona...-Parpadeó un par de veces casi intentando no reirse.-Además de indicarme de que era un idiota por no saber donde me metía, fue gracioso hasta para morirse.-Tuvo que confesar nuevamente, era algo sucio pero no podía negar que sintió un gran alivio al matar a ese hombre.

Podremos seguirles sin problemas...e incluso enfrentarnos a ellos de ser necesario.

.-¿Su jefe fue el del mercado?-. Dijo Akira bastante confundido .-Me sorprende que esa mafia actue de forma tan caotica. No temen enfrentarse a samurai y se creen protegidos de algún modo frente a las consecuencias de sus actos a pesar de ser ampliamente desproporcionados. Un inferior en el orden que atenta contra un samurai tiene una esperanza de vida muy corta. Bien por ausencia de estupidez o de locura no suelen proliferar. ¿Que pasa con estos Kaiu-san?¿Que es lo que ha alimentado su arrogancia? y ¿Que los hace distintos de cualquier otra mafia de desgraciados que se desviven por pasar inadvertidos para que la fuerza del orden no los aplaste como los insectos que son?-.

Gotan iba camino de la puerta, pero había dejado la botella a buen recaudo y estaba apurando una taza improvisada del preciado liquido.

Asintió ante las palabras de Yasutora.

Si, esa gente es terca y fanática como pocas.

Y luego tras oír la reflexión de Akira, sacudió la cabeza y dijo en un tono lo más solemne posible.

Estamos casi seguros, yo  al menos, de que tras sus acciones hay algún samurái poderoso. No me preguntes quien, pero alguien importante.

No obstante, lo que si tienen es a muchos funcionarios comprados. Normalmente sus acciones quedan rápidamente olvidadas por otras cosas que pasan en la ciudad que siempre parecen más importantes, al tiempo que sus crímenes son castigados con menos severidad de la que haría falta.

Si habéis matado a unos cuantos, es más que probable que en unas horas intenten mandaros fuera de la ciudad.

Por un momento vuestro compatriota se mostro bastante iracundo.

Esta ciudad es una trampa mortal en muchos sentidos.

Tras aquella frase lapidaria Gotan salió a la soleada mañana de la ciudad. Estaba más que claro que aquel hombre era un samurái más que dotado, y dudabais de que estuviera trabajando en un puesto tan poco honroso como aquel solamente por su predisposición a no tener una etiqueta muy buena.

Quizás fuera el reflejo de vuestro futuro. Quizás esas lenguas de serpiente que se escondían en los salones hubieran convertido a un verdadero cangrejo en un reflejo malogrado de lo que debía de haber sido.

Con pasos presurosos llegáis hasta la siguiente calle, a tiempo de ver, desde detrás de un puesto de venta de anzuelos, como un grupo de siete hombres, salía y formaba en la calle, y empezar a andar con rapidez.

Aunque intentaban ocultarlo, iban armados, y cualquiera podía darse cuenta. Porque la gente se quitaba de su camino con premura, como si se tratara del mismísimo emperador, en vez de un pobre grupo de hombres sin honor. 

.-Resulta sorprendente que un samurai recurra a individuos como estos. Ya no solo por la verguenza del deshonor, sino tambien por la verguenza de que se le pueda relacionar con semejantes inutiles-. Le comentó a Yasutora al ver, que por torpes que eran cualquier viandante era capaz de distinguir que no tenian buenas intenciones. Con paso tranquilo mantenia la distancia. No llevaba su ono y eso era algo problematico, pero habiendo comprobado sus habilidades, tal vez no lo fuese tanto. Si la posición de su patrón era elevada solo habia una posibilidad para salvar el tipo. Descubrir la verdad. Tal vez Akira fuese un hombre compasivo, pero por su naturaleza obcecada y su sentido del deber estaba muy dispuesto a acabar con los miembros de esa banda sin ningun tipo de duda o titubeo.