Partida Rol por web

La situación había empeorado en un instante, el comportamiento del escorpión no solo entorpecía sus preguntas, sobretodo cuando planificaba averiguar mas de la hija de Agasha y luego ver como interrogar a Susurro antes de llegar a cualquier conclusión. Lo cierto es que Hiroshi reunía las características mencionadas por el Kami, pero luego de lo que pasó en aquel almacén, no quería que se sacrificara una posible vida inocente, menos que pudiera dejar al verdadero asesino impune.

Pero cuando la situación parecía empeorar mas, lo que no se esperaba era que al final el comerciante mismo pareciera seguro de atacarlos y por como se estaba desenvolviendo todo, ese hombre dejaba de parecerle inocente. Podía sentirse insultado ciertamente, pero nadie "inocente" estaría dispuesto a matar a un magistrado y a sus dos acompañantes de esa forma, algo que al final hacía que la repentina explosión de las palabras de Shosuro terminaran siendo verdad... No le gustaba admitirlo, pero era asi.

No era tiempo para pensar en las pruebas ni en pensar como eso significaba que el ronin asesinado era tambien parte de todo eso, estaban envueltos en un lucha, escuchaba como afuera la situación no parecía mejor que la que enfrentaban allí y mientras era testigo de como Shosuro lograba defenderse mientras se pònía ante ella para protegerla... Le pedía que se fuera, que buscara refuerzos y la verdad es que eso mismo era un problema, ella no quería abandonarlo herido y en una clara desventaja, si ella se iba podía morir y si no, podían morir todos y la justicia no caería sobre ese comerciante y la hija de Agasha... Porque su hija habría colaborado con todo ese complot contra su padre? No era momentos para preguntas.

Que el fuego de sus ancestros le inspiren Shosuro-san.

Eran sus susurros antes de sacar uno de sus pergaminos, ese día dependió mucho de los espíritus de fuego y en esos momentos, les estaba rezando una vez mas esperando que le brindaran nuevamente su ayuda, que le brindaran a Shosuro la fuerza de sus ancestros para que luchara con honor, que ante la adversidad supere a sus enemigos. Por lo que cuando terminaba de brindarle al escorpión la ayuda de los kami de fuego, tuvo que tomar una decisión difícil.

No tengo opción...

Usar el arco allí era difícil al estar en un espacio cerrado, afuera Shiro se enfrentaba a varios y a una sugenja, adentro Shosuro buscaba protegerla y darle una oportunidad de buscar refuerzos a pesar de sus heridas. Pero no le gustaba dejarlos solos y sin embargo, a pesar de ese sabor amargo que le dejaba en los labios, Aiko era consciente de que estaban en desventaja, necesitaba pedirle ayuda ala Guardia del Trueno... No había otra opción por lo que pronto buscaba salir a la cubierta dispuesta a abandonar la embarcación

Aiko sale para ver como los marineros de la nave se abalanzan de inmediato sobre Shiro, descargando una lluvia literalmente de palos contra el samurai. Pero por fortuna la armadura de este amortigua sin problemas esos débiles ataques, manteniéndolo a salvo mientras ataca a la muchacha que antes vieran en el muelle junto a Hiroshi...

Adentro, el mercader desenfunda un afilado tanto, poniéndose a la defensiva para no estorbar a sus hombres en la tarea, mientras la mirada de odio que dirige a Sichi se torna más cruel al ver el sacrificio que el magistrado se dispone a hacer…

-Mátenlo despacio… quiero verlo sufrir. +alienta a los suyos

El ronin que lanzara el shuriken sale de su escondite bajo cubierta y arroja otro al magistrado como toda respuesta. 

Este, quien cubre a la shugenja, no puede atender bien su propia defensa... La afilada y tosca arma, disparada don inhumana habilidad, se clava entre las lineas de su armadura nuevamente, atravesando hasta la carne.... Ahora si, el suelo reclama su peso, invitandolo a caer.

¡Condenada shugenja!, ¿por qué no me haría caso?

Pienso conforme me desplomo víctima de mis heridas. Si tan sólo la Kitsuki hubiera escapado cuando se lo dije podrían haber tenido una oportunidad, pero no, tenía que salir su Honor a relucir. Tenía ganas de escupirle por semejante estupidez pero no me quedaban fuerzas para ello, lo que me hizo regresar a mis propios remordimientos.

¿Vendrás Niko a despedirme? ¿O esperarás que las Fortunas nos permitan reencontrarnos?

Quise saber, consciente de que ambas posibilidades eran en verdad remotas. De todas formas, tenía lo que me merecía, o por lo menos lo que todo el mundo quería que me pasara, así que mi último pensamiento resultaba bastante consolador.

Pueden estar contentos.

Mientras Sichi cae, el ronín que enfrentaran en el almacén se adelanta. Con los labios fruncidos en una leve sonrisa sardónica, invierte su hoja y la apunta hacia el magistrado.

-Sera con el próximo, Hiroshi-sama. Ahora debemos irnos deprisa. +responde al patrón con gesto desenvuelto, mientras adelanta el acero. La hoja penetra firmemente, atravesando al Shosuro y clavándose en la madera de la cubierta.

Ha sido un golpe de gracia perfecto. Los ojos llenos de rabia, pierden su luz rápidamente, mientras el Escorpión se libera de su carne para ascender al encuentro de sus ancestros.

Mientras esto sucede Aiko sale a una cubierta donde  todos se agolpan entre ella y el puente que conduce al muelle. No hay forma de pasar. Ademas, Shiro está peleando con 4 marineros, como así también con la joven que vieran al llegar, quien esgrime algo hecho de humo al parecer…

El bushi Dragón logra esquivar su golpe, y ella retrocede cubierta por los marineros. Intentar alcanzarla exige pasar sobre los infelices, pero es imperativo neutralizarla, por lo que el decide manchar su daisho con la sangre de uno de ellos, hiriéndolo con un brutal tajo que derrama su sangre en las maderas del barco!

Estando afuera, Aiko notaba que el panorama en la cubierta no era mucho mejor que en el interior, en donde el mercader contaba con la ayuda de dos ronin mientras que el Magistrado Escorpión estaba realmente malherido y aunque intentó darle una ayuda, ella sabía cuando la posibilidades de sobrevivir eran casi nulas... Allí, su Yoyimbo se estaba enfrentando a la joven que estaba con el mercader, aquella que parecía que era la hija de Agasha mientras que los otros hombres armados con palos, debían estar realmente seguros como para levantar esas armas improvisadas contra ellos.

En esos momentos ella era consciente que sus enemigos harían todo lo posible para silenciarlos y salirse con la suya, nadie en el muelle parecía dispuesto a darles una ayuda y eso solo lo empeoraba todo. Era una cuestión de vida o muerte y no había tiempo para encordar su arco, era imposible no sentir por primera vez esa rabia por no poder quedarse y ayudar a su guardián, tener que irse de allí para buscar ayuda siendo incapaz de ser útil en una lucha de vida o muerte... Pero aunque su orgullo pudiera motivarla a intentar ayudar a su compañero, quedarse alli y luchar contra esos criminales, la razón le dictaba que quedarse era morir y dejar que esos hombres escaparan de la justicia y eso era mucho mas importante... Debían pagar por lo que han hecho, por el asesinato de Agasha.

Debo ... Debo saltar.

Era una locura, solo las fortunas debían saber que clase de cosas habían en el río, pero entre ella y el muelle habían demasiados obstáculos y lo único que le quedaba sabiendo que atrás de ellas estaban los ronin, era solo una opción que solo pensarla, no mejoraba su situación y sin embargo, lo decidió hacer.

Aguanta Shiro-san!

Le espetaba a su Yoyimbo antes de correr hacia el lado contrario y sin dudarlo, saltaba al agua dispuesta a nadar, salir de allí con vida aunque se empapara y de esa forma, luego abrirse paso hacia donde se encontraran los Guardias del Trueno, pedirles ayuda para capturar a los criminales y rescatar a Shiro.

El agua de puerto es algo turbia, sucia y cenagosa. El kimono es sin duda una muy mala eleccion para nadar en ella. Pero no te queda de otra para llegar facilmente a la costa. 

-Puedo con ellos! No te preocupes!!! +responde el yojimbo entretanto.

Sus palabras confiadas no parecen exentas de cierto merito visto como lo esta haciendo, y los marineros que quedan de pie se interponen a la defensiva entre el y la chica que queda sobre cubierta...

No obstante, esta no se queda conforme, y comienza a invocar a los kami nuevamente. El viento se arremolina en torno a ella... y una potente corriente se desparrama sobre la cubierta, golpeando a todos en ella, tanto marineros como a Shiro!! Maderas y cuerdas vuelan por doquier.Los hombres apenas logran sostenerse, el fuerte impacto los sacude, principalmente al bushi que es el objetivo buscado por la joven. Igualmente todos logran mantenerse en pie... aunque algo vapuleados.

Apenas pasada la rafaga, el ronin que rematara a Sichi sale a cubierta, y sin vacilar carga contra Shiro por detras. Este logra volverse a tiempo para cubrir con su daisho un golpe que podria haber sido letal... pero ahora las cosas se han complicado.

-Bien, puede que necesite ayuda...+comenta, mientras se separa y aprovecha para descagar un tajo contra el marinero mas cercano, de modo de abrirse un camino ahora que lo vuelven a rodear. Este cae muerto sobre la barandilla...

Aiko confiaba en que su Yoyimbo podría cumplir con su palabra, por lo que vio estaba bien antes de que ella se lanzara por la borda de aquella embarcación pensando que su idea era la mejor y sin embargo, de la teoría al hecho había una enorme diferencia. Teniendo en cuenta que Aiko nunca se sumergió en un río o en un lago para nadar, aquello de pronto empezó a ser una mala idea...

De pronto, Aiko no solo se sentía torpe en el agua turbia de aquel río, sacudiendo sus brazos y moviendo sus piernas para mantenerse a flote mientras que por otro lado, en ese intento de nadar para salir de allí parecía mas un chapoteo insesante que algo diferente... En esos instantes, ella se percataba de lo difícil que estaba siendo, pero mientras se mantenía en la superficie sin muchos problemas, no planeaba dejar de intentarlo ya estando en esa situación...

Empeorando la situación, el segundo ronin sale, y dispara con mortal precisión uno de sus shuriken. Alcanza a Shiro en el brazo… Un golpe acertado, aunque mucho menos letal que los que pusieron fuera de combate a Sichi. Además, el dragón exhibe una resistencia inusual, por lo que aguanta estoico, pero la pelea ahora está claramente en su contra. El ronin espadachín aprovecha intentando atacar, más aun así la guardia del bushi sigue firme y logra detenerlo... Por ahora.

La joven de blanco sonríe al ver aparecer al segundo y se centra en Aiko. Pero parece dubitativa, como si no supiera bien que hacer para alcanzar a la shugenja que chapotea en el agua, intentando lo mejor de si para nadar hacia el muelle. Se muerde el labio y tras mirar en torno a si, toma un balde de la cubierta y lo arroja contra ella, sin duda exasperada o quizás sin conjuros o armas propias con los que afectar a la mujer… Su sorprendente intentona tiene éxito y atina con fuerza el costado de Aiko!... aunque sin lastimarla demasiado.

En tanto Shiro ve que sus chances disminuyen y comprende que lo mejor que puede hacer es tratar de limpiar un poco el camino para huir. Además desde esta posición no puede hacer nada para ayudar a Aiko ni a nadie. Lo mejor es al menos acabar con uno de los ronin y luego saltar como lo hiciera ella…

Descarga su katana en un tajo diagonal, pero no parece que sea tan bueno en la ofensiva como a la defensiva. El asesino no tiene problemas en esquivar su intentona…

Aiko estaba demasiado ocupada manteniéndose a flote en aquel río mientras intentaba salir de allí, por lo que pasaba en aquella embarcación ademas de los ruidos de la lucha era algo que ignoraba en su intento de lograr escapar para darle el aviso a la Guardia. Pero para cuando sus brazos seguían agitando y golpeando el agua sin mucho éxito, siente como algo la golpea con fuerza hundiéndola unos instantes...

Ahhh!... Vamos!

Se quejaba cuando su cabeza salía nuevamente a la superficie luchando por llenar sus pulmones nuevamente de aire, sin estar segura sobre que la golpeo y aunque no parecía estar herida, no estaba realmente segura mientras intentaba no perder su concentración... Aquello no solo estaba siendo problemático, sino que se estaba dando cuenta que no estaba saliendo nada bien y el tiempo seguía pasando sin que tuviera resultados.

Los dos ronin continuan atacando a Shiro, 

Acorralándolo, pero la fuerte defensa del bushi logra aguantar esta vez, mientras espera oportunidad de contraatacar… No obstante espadachín le fuerza a volverse de lado, de modo que no pueda ir a por la chica, mientras el otro se va colocando de lado. No tiene más que ceder, o perdería el flanco… Contra dos oponentes tan fuertes, eso sería fatal.

 En tanto, la muchacha ordena a los marineros.

-¡Usen sus cuerdas!¡Atrapen a la mujer!!+orden que se apresuran a ejecutar. Un par de lazos vuelan… y una logra atinar sobre Aiko, deslizandose entre su brazo y cabeza e intentando enredársele mientras esta chapotea a la costa.

Pero Shiro está lejos de hallarse acabado, y al ver que Aiko vuelve a correr peligro ensaya un golpe cruzado, alcanzando al espadachín en el vientre!

Aiko empezaba a darse c uenta que lo que estaba dificultando su avance, lo que limitaba el movimiento de sus piernas y sus brazos, no era la torpeza de sus movimientos que provocaban cada vez mas chapoteos, sino que era mas bien su kimono que al estar mojado parecía volverse mas pesado, mas restrictivo... Debía deshacerse de él, era la única solución y antes de poder hacer nada, sentía como un laso caía a su alrededor, como intentaban atraparla.

En ese momento era cuando ella recuperaba la calma y solo por unos instantes miraba hacia atrás, en el mismo instante en que desenvainaba su Wakizashi para así, con rapidez, no solo cortar la soga que la estaba apresando para liberarse, sino que también cortaba su propio kimono sin importarle quedar prácticamente desnuda para poder nadar mejor... Claro que su morral con los pergaminos lo conservaba al igual que su wakizashi, aunque el arco también fue algo de lo que tuvo que deshacerse para continuar con su camino con más facilidad.

Como lo había pensado en un momento inspirador, sin su kimono estorbando sus brazos y piernas, el avance por el río fue mucho más fácil, solo le quedaba esperar que Shiro aguantara el tiempo suficiente para que ella consiguiera regresar con la ayuda de los Guardias... Sichi-san sería vengado, Agasha-sama tendría su justicia y su hija iba a responder varias preguntas.

Las calles del distrito pescador han visto muchas mujeres en ropa interior, aunque en general ofreciendo sus servicios. No corriendo desaforadas con un cuchillo en mano, buscando a la Guardia del Trueno.

Heimin, etas y algún ronin se apartan asombrados, algunos riendo, otros algo asustados, pero la mayoría francamente sorprendidos… Aiko tarda bastante en dar con una patrulla, cuando ya varias calles han quedado a sus espaldas. No obstante, antes que se explique, las naginatas y jites de aquellos hombres le interrumpen. Ahí cae en que nadie la conoce y no tiene forma de probar sus declamaciones. Es sometida por la fuerza y arrestada como una prostituta demente…. Luego la conducen a la Torre Roja, donde es encerrada hasta que se verifique su identidad e investigue este asunto. Sus palabras caen en oídos sordos, mezcladas con risas burlonas…

Pasan las horas, pero antes de ser llamada,  Shiro llega y responde por ella. La trasladan a una habitación sencilla. El bushi lleva un gran vendaje en el vientre y va escoltado por otros dos samurái Dragón. Según cuenta, aguanto cuanto pudo, pero aquellos hombres le hirieron finalmente. Atrapado entre caer o retirarse, opto por saltar por la borda lo mismo que ella. Con la armadura y lesionado no fue nada fácil, pero las fortunas le sonrieron y logro nadar a la costa gracias a su entrenamiento. Luego busco una patrulla y fue conducido a la embajada Dragon, donde se encontró con que ella no había llegado. Tras una consulta a la Guardia descubrieron su paradero.

Ha traído un kimono para que se cambie. Mientras espera que lo haga tras un biombo, le informa escuetamente de su historia y de algo más.

-Los Embajadores quieren vernos al regresar, Aiko-san…. Y también la magistrada Osako...

Lo había logrado, a pesar de la situación, como estaban en desventaja, la sorpresa de que ese comerciante tan carismático fuera realmente culpable, incluso a pesar de que hubiese preferido sus métodos para no terminar en esa situación, Aiko había logrado salir del agua agitada y armada con su wakizashi al igual que llevando su bolso y mostrando mucha mas piel de lo que jamás mostró en toda su vida... Pero aquel no era momento para avergonzarse ni para el pudor, empapada como estaba y escuchando apenas los ruidos de la lucha de su yoyimbo, tenía que aprovechar esos instantes para conseguir ayuda.

Nadie se interponía en su camino, algunos la miraban de rforma burlona, otros asustados por verla armada con la única cosa que podría identificarla como samurai, incluso tenía su don para tratar con los kami de ser necesario, no le importaba como la vieran, solo debía encontrar a los Guardias. La urgencia no le hacía ver dos verdades importantes, la primera que sin su kimono ni el mon de su clan y familia, parecía mas una loca armada con algo que no debería mientras que por otro lado, allí los guardias no la conocían como para que creyeran sus palabras... Ambas cosas las terminó descubriendo no muy tarde, sintiendo como la alegría de encontrarlos se esfumaba y pasaba a ser frustación al ver como Shiro se quedaba solo, como el asesino escaparía...

Deben escucharme! El magistrado Shosuro ha muerto!

Ni esas palabras sirvieron para disuadir a los Guardias que, en vezz de escucharla, terminaron por reducirlo, golpearla y arrestándola, dejando que la desesperación en ella creciera mas en esos instantes en donde se veía despojada de todo lo que era suyo... Había fallado, le había fallado a los embajadores, había fallado la confianza de su Yoyimbo y había fallado en traerle justicia al alma de Agasha-sama...

Para cuando Shiro la sorprendía apareciendo ante ella en su celda, Aiko no estaba segura de cuanto tiempo estuvo alli semi desnuda, el sabor amargo de haber experimentado un fracaso tras otro, hacía que le costara mantener la calma en esa situación... Se había preguntado si esos ronin habría matado también a su Yoyimbo al igual que se preguntaba como haría para salir de allí... Debía informar lo que sabía, debía asegurarse de eso ya que no pudo hacer nada mas de lo que se pretendía de ella. Pero lo cierto es que había comprobado que esa ciudad escorpion, tan llena de secretos como de excesos, no era un lugar para ella.

Shiro-san...

Fueron sus primeras palabras al verlo, estaba vivo y era difícil ocultar una sonrisa de alegría, verlo alli significaba que pudo escapar o detenerlos, que no tendría que pasar mas tiempo alli, aunque por unos momentos tuvo que luchar nuevamente contra la vergüenza de estar mostrar demasiada piel... Por suerte, su Yoyimbo le consiguió un nuevo kimono, uno que no tardó en usar para vestirse antes de escuchar su historia, tenía claro que Shiro tampoco tuvo más opción que la de escapar y dudaba que aquel comerciante se hubiese quedado en el muelle mucho tiempo mas...

Les fallé... Ese comerciante debe estar muy lejos ahora... Si Shosuro no hubiese sido tan impulsivo, los habríamos podido atrapar sin exponernos a una emboscada... Lo siento Shiro-san.

No le gustaba esa sensación, la verdad es que no se esperó que con esas heridas, Shosuro hubiese actuado así, cuando hasta ella sabía que uno no iba a casar un oso en el interior de su cueva, estaban en desventaja, incluso si al principio ella se limitaba a juntar pistas e información mas que sospechar y acusar, estaba segura que al descubrirlo no habrían caido en algo como lo que les pasó... No le gustaba nada ese sabor en su boca, saber que pudo haberlos atrapado pero por culpa de los impulsos de otra persona, todo salió mal.

Vamos, deben desear saber que paso o al menos, mi versión de lo que pasó.

Eran las palabras de Aiko que sabía bien cual podría ser su final y no le temía, pero debía cumplir con su deber, informaría lo que descubrieron, informaría quien era el culpable y esperaría que la justicia cayera sobre ese Comerciante pronto... Aunque le gustaría saber que hubiese pasado para que la hija de Agasha-sama, hubiese decidido darle la espalda a su familia.