Partida Rol por web

Ha pasado poco más de un año desde que Alleriah se vio sumida en el caos tras el incidente de Mashane la Usurpadora.

Aquel suceso hizo que al principio los ciudadanos de las distintos puntos del mundo creyesen que todo esto había sido una advertencia sobre el uso abusivo de la magia y de los problemas que podía acarrear... hay algunos colectivos incluso que consideraron que sin magia no se estaba tan mal, pero evidentemente de quienes salían esas palabras era de aquellos a los que dicho don resultaba totalmente inalcanzable.

Solo los más sabios supieron aprender de los errores del pasado, entender que la magia era un arma de doble filo. En buenas manos podía ayudar a la sociedad a avanzar, pero en malas manos podría suponer una catástrofe de épicas proporciones.

Con el transcurso del tiempo el miedo se disipó y todo regresó a la normalidad. Los magos seguían practicando magia con naturalizad, aquellos que no poseían dicho don seguían anhelando alcanzar dicho poder.

¿Lo importante? seguían siendo buenos tiempos para Los Nunca Olvidados.

El boca a boca hizo efecto, y en casi todos los rincones del mundo se supo que el gremio tuvo un papel relevante a ponerle fin a Mashane, sin embargo ustedes sabíais a la perfección que la victoria fue gracias a que fuisteis utilizados como un cebo para que otros rematasen lo que con tanto esfuerzo habíais conseguido.

Decidisteis que, a pesar de todas las incógnitas que se quedaron atrás con respecto a La Usurpadora y la Torre, lo mejor era seguir adelante, fue así que hasta hablar del tema se convirtió casi en un "tabú", en un asunto turbio que ocurrió en el pasado, que se solucionó y cuyo paso lógico era pasar página y continuar adelante.

El aumento del prestigio por vuestros actos y la de vuestros compañeros provocó que cada vez nuevas incorporaciones se unieran a vuestras filas bajo el férreo liderazgo de Ratko. El registro de misiones exitosas era cada vez más amplio, al igual que la satisfacción de saber que habíais establecido unas bases sólidas.

Sí que era cierto, que vinieron recuerdos de tiempos pasados, cuando erais menos integrantes, cuando había mayor sentimiento de "familia". Tan solo los más veteranos o los que se habían ganado la confianza de estos han sido capaces de estrechar vínculos que van más allá del simple compañerismo.

Ahora casi os costaba recordar los nombres o las particularidades de cada uno de vuestros compañeros, sobre todo de las nuevas incorporaciones.

Hoy era una noche especial, Ratko, iba a dar un discurso de bienvenida a las nuevas incorporaciones al gremio. Los miembros de mayor confianza estaban a su lado, como Niella... al igual que una nueva incorporación de meses atrás que apareció tras la directa recomendación de Eärendil, la antigua líder de Los Nunca Olvidados...

Había llovido mucho desde la llegada de Políxena, recordando ese día como si hubiera sido ayer mismo. Lo contaba como relato de fantasía a los nuevos miembros o a los más jóvenes, sentándose sobre una de las banquetas con las piernas cruzadas mientras gesticulaba con las manos para añadir más epicidad.

Contaba la historia de una joven Umi que vagaba por tierras inhóspitas completamente desnuda, cubriendo su cuerpo con cientos de dibujos de runas y tribales que parecían tatuadas directamente en su piel. La única decoración que había estaba en sus claros cabellos, unos abalorios de piedras preciosas y plumas y pulseras de piel y hiedra tanto en sus muñecas como en los tobillos.

Andaba hablando sola aunque nunca se había sentido así. Junto a ella la acompañaban millones de entidades invisibles, todas y cada una de ellas con su propia historia, sus miedos e intereses, uniendo sus voces en un coro del que no podía seguir el hilo. Mandaba a callar a unas, respondía a otras con frases inconexas o se enfadaba con alguna conversación suelta, arrugando el entrecejo con las manos en las caderas haciendo resonar sus pulseras.

En una de estas charlas se encontró con una Alvene de agua, una chica solitaria de rostro melancólico que había emprendido un viaje para buscarse a sí misma. No entendía muy bien qué quería la una de la otra, pero las voces de los muertos por primera vez callaron para hacer caso a la chica acuática, quedando la chamana prendada por el poder que ejercía.

Sólo uno una petición, ir al gremio que tanto le había dado para cuidar de los suyos en su ausencia, dándole su aclamada túnica con capucha que caracterizaba a Eärendil para que sirviera de salvoconducto y, de paso, tapar a la chamana de su desnudez.

Y así llegó a las puertas de “Los Nunca Olvidados” con una amplia sonrisa y pies cansados, vistiendo la túnica de la antigua líder antes de acoplarse en sus filas y siendo una más entre cientos.

Esa noche sabía que era especial, aunque no tenía claro el motivo.

Había preparado una de las mesas más alejadas y grandes para todos sus “acompañantes”, y no se refería precisamente a las nuevas incorporaciones, sino a aquellos que viajaban con ella al estar sus almas enlazadas en las runas de su piel. Había colocado platos y cubiertos para al menos veinte de ellos, distribuyendo los vasos por un lado a otro y llenándolos de agua.

Callaos ya, que va a empezar.- Dio un golpe a la mesa con el puño mientras miraba a un lateral, donde descansaba un plato vacío.- ¡Deja eso, nada de jugar con cuchillos! – Se estiró en el asiento para coger el cubierto que estaba colocado al otro lado, dejándolo sobre su plato.- Os he dicho que nada de peleas, no me dejéis en evidencia y.. ¡eh, te he visto! – Estas charlas consigo misma al principio habían resultado siniestras, incluso podrían dar miedo, pero llegó a un punto en que se acostumbraron a no hacerle caso y dejarla estar. Era lo mejor para todos.- Sentaos.- Buscó asiento en el centro de la mesa mirando a cada plato y asiento vacío, aunque en realidad ella viera siluetas.

Se llevó el índice a los labios antes de señalar a Ratko, esperando que sus voces callaran ante el discurso de bienvenida.

Aquel año había sido raro. Muy raro.

Para empezar, había pasado de ser un cero a la izquierda a acaparar algo de atención, algo que, a pesar de su carácter infantil, la dibumae detestaba. Al principio había sido difícil lidiar con ello, sobre todo porque las historias sobre su muerte y resurrección habían recorrido el gremio. Pero como todo rumor e historia, pronto no tardó en atenuarse y, para su tranquilidad muchos volvieron a tratarla como al principio... Y procuraba que los nuevosno supiesen quien era.

Además, Shany se había marchado, no sin antes hacerle prometer que cuidaría de Ratko. Y aunque la muchacha suponía que había obligado al diabal a hacer una promesa similar, se lo había tomado muy en serio. No era que tuviese que prometer que lo protegería, estaba claro que si era necesario lo haría, pero al decir aquello, se había comprometido en estar en el gremio hasta que ella volviera. Claro, que estaba claro que cuando Shany volviese ella se quedaría más tiempo, para estar con ella. Y eso implicaba algo que Niella no se había planteado desde que, años atrás, había dejado su hogar: establecerse. Aquel lazo había sido maravilloso, pero como todos los lazos, servían para atar. Y la dibumae no era amiga de las cadenas. Aunque fuesen de seda.

Gran parte del tiempo lo había pasando intentando animar a Ratko y, aunque en ocasiones, servía de oídos y apoyo, en otras los métodos para sacarle de sus cavilaciones no eran muy ortodoxos. No pocas fueron las ocasiones en los que, aprovechando su agilidad y maña para esconderse se había dedicado a gastar bromas al diabal. Para ello había llegado a usar en un par de ocasiones su forma de urraca. Hubo incluso una tarde memorable en la que se dedico a tirar bellotas desde un árbol al demonio, esperando siempre el tiempo justo para que pensase que "el estúpido pajarraco se había cansado" antes de tirar la siguiente y terminando aquel glorioso momento robándole una fruta que iba a comer. Por supuesto, todo aquello lo hacía procurando no ser descubierta, ni por el mago ni por ningún miembro del gremio. Con tanta gente nueva, no sería raro que hubiese gente con intereses poco limpios, y su forma aviar era una forma perfecta para darse cuenta de aquellas cosas. 

Había otra razón por la que Niella quería alejar a Ratko de los pensamientos negativos y esa razón era Polixena. Había venido con la capa de la antigua líder y una extraña historia, que bien podía ser cierta o bien podía ser la excusa de una asesina. Niella no había conocido a la alvene, pero conocía lo suficiente a Ratko como para saber que aquello podía ponerle más nervioso. Y si eso ocurría ella estaría a su lado. Pero Polixena había resultado ser incluso más rara que su historia. Continuamente hablaba con voces silenciosas, lo que en su tierra se consideraba símbolo de locura. Aquello al principio asustó a la dibumae ¿realmente hablaría con espíritus? Luego se relajó pensando que simplemente se había dado algún golpe fuerte en la cabeza, pero más adelante, volvió a pensar que a lo mejor había algo de cierto y al cabo de un tiempo... Al cabo de un tiempo aquello dejó de importar. Niella había cogido la afición de seguirle la corriente y, de forma aleatoria, respondía a las voces de Polixena. No sabía si eso eran reales o no o como se tomaría la chamana (o incluso los espíritus) aquel juego, pero era entretenido. Y mientras estuviese entretenida, no pensaría demasiado en el futuro. Era suficiente.

Niella miró a su alrededor. Aquel parecía un momento fantástico para "hablar" con los amigos de la chamana.

—Te ha dicho que dejes el cuchillo.— susurró mirando al vacío, al lugar donde Polixena había mirado— Ya, ya sé que no has empezado tú, pero... mira, luego lo hablamos. Ahora relajate. Luego lo hablamos. 

Niella esbozó la más inocente de sus sonrisas a la chamana y dio un leve codazo a Ratko, animándolo a hablar.

—Venga, jefe... Será solo un rato...

Quizás aquellos tiempos estaban resultando especialmente producentes para el gremio, cuyas cuentas e ingresos se encontraban en pleno auge, pero para el diabal aquellos días fueron los más difíciles de su vida, puesto que no había nada que no le recordara a su dama de ébano... Su ausencia dolía, le rasgaba por dentro, le hacía sentir miserable y ridículo puesto que sentía que debía de estar con ella y más en aquellos momentos en los que iba a traer al mundo a su hijo... La orumita le había hecho prometer que permaneceria al mando del gremio, que el gremio lo necesitaba a él y que ella necesitaba estar en su tierra y prepararse, al menos había conseguido convercerla para que la escoltase a su hogar pero el tener que separarse fue tremendamente doloroso, sobretodo cuando lo único que deseaba era estar a su lado.

El Ratko que regresó al gremio fue un Ratko mucho más serio, triste y furtivo, era como si le hubieran quitado el alma y en cierta manera era así, por eso para tratar de seguir respirando se centró en su trabajo, que no hacía más que aumentar con las nuevas incorporaciones, la más sorprendente fue la enviada por Earendil, por un momento fantaseó con la idea de que la dama del agua reclamara su ligar, pero no... Lo que hizo fue mandarle a una chamán que hablaba con ella misma y que en sus tiempos había hecho lo que en el futuro llamarían top less.

Encima a los pájaros les había dado por tirarle cosas, de no ser por qué le gustaba cuadrar las cuentas habría terminado por decretar el tiro al plato y poner de menú sopa de urraca, pero ni siquiera estaba de humor para ponerse a desplumar aves y terminó por soportar los ataques plumíferos de la manera más estoica posible

Finalmente cuando la mayoría de los miembros de los olvidados se reunió el diabal tras recibir el codazo de Niella se animó a dar su discurso... Que sería mucho más corto de lo normal.

- Buenas noches damas y caballeros... No hace mucho tiempo tres personas que apenas se conocían de nada se reunieron entre estas paredes recordando viejas glorias e implorando una oportunidad para sobrevivir... La oportunidad se presentó en forma de misión y a partir de ahí fuimos creciendo, ahora somos muchos y el nombre del gremio es conocido a lo largo de estas tierras y todo por una razón, somos una familia, una familia que por mucho que crezca ha de estar unido porque en esa unión es donde reside nuestra fuerza. Hoy nos reunimos todos para dar la bienvenida a dos miembros más, sed más que bienvenidos a esta, vuestra casa y que la fuerza y la fortuna nos acompañe.

Todos los presentes escucharon las palabras de su líder con devoción. Todos ellos eran conscientes de que el progreso del gremio había sido producto de un cúmulo de buenas decisiones y de una lealtad inquebrantable con los valores del grupo.

La motivación se respiraba en el ambiente, aunque al haber tantas caras nuevas resultaba fácil apelar a la nostalgia, pero no por ello se dejó de disfrutar de la compañía de tan variopinto cúmulo de aventureros y aventureras de todo Alleriah.

Os llamó especial atención las dos nuevas incorporaciones, eran dos personas bastante abiertas en general, tanto con vosotros como con otros miembros de Los Nunca Olvidados.

En sus miradas podíais interpretar perfectamente esa ilusión por haber encontrado un hogar, un lugar donde ser aceptados y una excusa cálida para no tener que estar deambulando por todo el continente. Sería fácil sentirse reflejado por ese entusiasmo cuando ustedes mismos entrasteis por primera vez en la sede y echando la vista atrás os dabais cuenta de todo el camino que habíais recorrido (con sus dificultades y sus ventajas)

Casi al alba finalizó la fiesta de inauguración, los barriles de vino y cerveza yacían vacíos y había restos de comida por el suelo. Ahora a los novatos les tocaba limpiarlo todo, era parte de la "iniciación" desde que se empezaron a destilar este tipo de fiestas...

Todo parecía ir sobre ruedas...

.

..

...

No fue hasta que pasaron tres meses cuando os disteis cuenta de que algo fallaba.

No se trataba del número de encargos, tampoco del número de monedas que entraban en las arcas del gremio... era algo mucho más importante: faltaban efectivos.

¿Qué había pasado?

Quizás al haber tantas personas nuevas os costaba comprobar que había alguna ausencia, pero en las dos últimas semanas habíais notado que faltaban dos miembros del gremio: Perséfone y Heros.

Eran dos tipos normales, correctos, no había nada sospechoso en ellos... preguntasteis al resto de miembros si sabían algo al respecto, nadie os dio una respuesta convincente:

 - Apenas tenía trato con ellos - 

 - Yo fui de misión con Heros y... bueno, aunque era algo introvertido jamás actuó fuera de lugar -

 - Perséfone era buena chica, me trató como uno más cuando llegué... pero es verdad que últimamente no la veía... creía que estaba de misión -

 - ¿Pero no han desaparecido a la vez, verdad? Recuerdo haber visto a Heros días más tarde que a Perséfone... que extraño todo -

Estuvisteis varios días intentando averiguar el motivo: ¿competencia de otros gremios? ¿algún incidente interno? ¿algo que había visto en ustedes que no les gustó? rondaban en la cabeza cientos de posibilidades pero ninguna os convencía, de ninguna de ellas había pruebas.

Solo teníais dos cosas claras: era la primera vez en la historia del gremio que estando en su mejor momento había abandonos, y más raro aún: abandonos que no han sido informados a Ratko.

Poco más de una semana después de que los hechos se empezasen a investigar os visteis en la necesidad de hacer una reunión de emergencia. Era una noche donde la lluvia azotaba la estructura de la sede con fuerza, por fortuna teníais el calor del fuego de la lámpara de aceite para resguardaros del frío.

Estabais ahí los tres: Ratko, Niella y Políxena. Debatiendo en privado cuáles podrían ser las causas y qué podríais hacer al respecto. Sabíais que no manejar con soltura esta situación podría hacer tambalear el perfecto equilibrio de Los Nunca Olvidados...

La gente viene y va, no entiendo por qué tanto alboroto.

El problema de las desapariciones o era algo que atrajera la atención de la chamana en un primer momento. Todo ciclo de vida llevaba a su fin, y era justamente este fin el que su pueblo veneraba más incluso que la propia existencia viendo una serie de posibilidades que el cuerpo carnal no llegaría ni en sus mejores deseos. En cambio, si era un secuestro sólo debían esperar a que llegara un rescate, o si se habían marchado sus motivos tendrían, uno que no parecía ser importante al no haberlos comunicado.

Fue a la reunión movida por la curiosidad más que la preocupación, tambaleando su cuerpo al ritmo de un coro imaginario para aligerar la tensión mientras tarareaba una canción que no sabía dónde había escuchado, siquiera de un verso de la letra.

Mis amigos lanzan varias teorías.- Detuvo su acompasado movimiento para darles la espalda, moviendo con los brazos y ampliando el espacio para mover al personal de su cabeza.- Un 60% creen que se han marchado por voluntad propia, posiblemente recibiendo mejor pago.- Señaló justo enfrente de ella.- Un 20% dice que ha sido por miedo. Ataques y todo eso, ya sabéis.- Se encogió de hombros mientras se giraba a otra dirección.- Un 10% creen que es una escapada de enamorados. Ya sabes, algunos son unos verdaderos sentimentales.- Se acercó a Niella, susurrándole la última frase en voz baja mientras se tapaba parte del rostro para disimular un poco. Dio una vuelta sobre sí misma, haciendo que la capa volara con sus movimientos y dejara ver parte de su desnudez y los tatuajes de su cuerpo.- El resto hablan de secuestro como advertencia…- Miró a un lado guardando silencio antes de poner los ojos en blanco. Se tapó los oídos con ambas manos, pisoteando fuerte como si fuera una pataleta.- Sí, vale, ¡cállate ya! Éste cree que los han matado y ahora forman parte de algún puré de carne. ¿Contento? – Se encaró a una de las paredes, donde colgaba la cabeza de algún animal disecado.- Y deja ya de berrear, me das dolor de cabeza.

—¿Te refieres a...?— Niella señaló con la cabeza a un lugar donde intuía estaba aquella cosa de la que hablaba Polixena y cuando esta se tapó los oídos por las macabras palabras de uno de los seres que solo ella veía y oía trató de animarla.— Ya le conoces. Es un agorero... Siempre tiene que ver el lado negativo. Según él no voy a vivir mucho. O eso es lo que dijo... Ni caso "Lix". Ni caso.

Parecía que la dibumae no era capaz de tomarse nada en serio e incluso era capaz de bromear con su vida, aunque nunca había oído nada de aquella sombra ni a Polixena mencionar nada como aquello. Parecía. Durante aquellos tres meses la muchacha no había perdido de vista a Ratko en ningún momento, hasta el punto de que ni siquiera ella se había enterado de nada de lo que había ocurrido con los desaparecidos. Y enterarse de todos los rumores era su especialidad. La vida podía ser una broma, pero se tomaba muy en serio todo lo relacionado con el diabal y no permitiría que nada le dañase más de lo que estaba y estaba en un punto bastante crítico. Ni siquiera le echaba la bronca cuando se pasaba de lista. 

—Oye, Ratko...¿Necesitas...?— comenzó la muchacha agarrándo con suavidad el brazo. De pronto miró hacia una de las ventanas como si hubiese oído algo además de la tormenta. Estaba cerrada a cal y canto, pero no podía arriesgarse. Al fin y al cabo, aquella reunión era a puerta cerrada por algo.— Esperad un momento. Vuelvo en un minuto.

Antes de que el diabal pudiese impedirlo o Polixena pusiese de acuerdo a sus voces sobre si era o no una buena idea, la chica abrió con cuidado la ventana para que no chirriase y saltó con cuidado al otro lado, para asegurarse de que no hubiese oídos indiscretos por los alrededores. Cuando volvió, con los pelos empapados y completamente revueltos negó con la cabeza y cerró con cuidado la ventana.

—Todo bien...— La chica miró inquisitiva al diabal, dudando entre decir o no algo. Finalmente volvió a apretarle el brazo antes de continuar— Si queréis puedo acercarme a la ciudad, a ver si saben algo por allí. Habría que ver cual fue su última misión, tanto separados como conjunta. 

Ratko había estado tan sumido en sus propios asuntos que no se había percatado de la desaparición de Perséfone y Heros hasta que no se hizo corrillo entre los del gremio... aquello no hubiera pasado de conocer a todos los miembros y llevar mejor control de las salidas y las entradas, pensó con irritación... a decir verdad el humor del diabal había pasado por tiempos mejores.

- Puede ser marcha voluntaria...- respondió a Políxema- aunque no descarto cualquier otra opción, por imposible que sea...- añadió visiblemente molesto, los galimatías ya no le hacían la misma gracia de antes... y menos aún cuando lo que deseaba era que el tiempo pasara y partir en pos de Shany- Si sigues tocando orbes raros porque sí, efectivamente no vivirás mucho, Niella... y tampoco lo harás con tus tejes manejes... pero tienes razón en es de acercarte a la ciudad, tal vez los hayan visto, aunque prefiere que no vayas sola- miró de reojo a la loca los peines (Políxema) por si algunos de sus "amigos" tenía alguna visión o se ofrecía a ir con Niella y él mismo, porque no pensaba dejar sola a pequeña torbenillo.

Mientras debatíais sobre cómo proceder, alguien aporreó vuestra puerta con un claro indicio de nerviosismo o urgencia.

Abristeis con curiosidad para saber de qué se trataba, y lo que encontrasteis fue a Darius, extremadamente alterado. En el poco tiempo que lo conocíais jamás le habíais visto así.

 - ¡Jefe! - gritó mientras se acercó de forma abrupta hasta Ratko.

Por un momento llegasteis a pensar que podría tratarse de un ataque por parte de vuestro compañero, se acercó de una manera tan violenta al líder que os dejó algo confundidos.

- No está. ¡No la encuentro! - aclaró mientras jadeaba.

- Ella jamás ha faltado a nuestro ritual, todos los días a la misma hora nos tomamos un sorbo de licor de hierbas... una larga historia... ¡pero hoy no ha acudido! ¡Por primera vez en dos años desde que la conozco! - intentaba agarrar a Ratko para que le mirase directamente a los ojos. Darius parecía desesperado.

- Ella NUNCA me abandonaría, jamás se iría sin decirme nada... ella es la más protocolaria de los dos... decidme que no le ha pasado nada... - casi gimoteó mientras se arrodillaba ante ustedes. Aquel proclamado cazador de monstruos parecía que tenía un punto débil: Justine.

- Sé que no está de misión... de hecho estaba contenta porque tenía por fin tres días libres... hasta habíamos decidido ir a entrenar juntos... decidme que soy un paranoico y que no ha desaparecido como el resto... - De llevar razón, sería la tercera desaparición sin explicación aparente...

Al ver como se lanzaban contra Ratko, Niella se levantó como un resorte y le bloqueó, interponiéndose e intentando bloquearlo. Seguía siendo igual de delgada que el año anterior, pero eso no le impedía que fuese capaz de proteger al diabal. En cuanto Darius comenzó a hablar y se hizo patente su histeria, la chica retrocedió casi a la par que  el hombre caía al suelo arrodillado. Tras unos instantes de confusión, la dibumae se agachó junto a Darius

— Estooo...Ratko...he tenido una idea. No te gustará, pero es la mejor. 

Ratko fue asimilando lo que le contó Darius conservando la calma, lo primero era tratar de dar a entender que el "jefe" tenía todo bajo control... ¡Aunque no lo fuese! mientras estaba en ello se acordó de Earendil, que "agustico" tenía que estar por ahí en sus charcas... haciendo natillas para besugos, sin tener que llevar responsabilidades ninguna... "Calma Ratko, en peores te las has visto..."

- No eres un paranoico Darius... pero has de mantener la calma, voy a ocuparme personalmente del asunto, mientras tanto debéis seguir con vuestros asuntos e informadme de cualquier eventualidad...- entonces Niella se acercó a él para proponerle una idea, el diabal se hizo a un lado con ella y le dio paso para que hablase.

—Oh, nada Ratko... He trabajado mucho estos días ¿Sabes? —dijo estirándose perezosamente y mirándose las uñas, como si tuviese algo en ellas.

—Mucho entrenar, muchas horas con esos libros que me castigaste a leer por leer tu manual de hechizos, muchos recados, mucho mirar mapas del Oeste— el Oeste, donde estaba en teoría la orumita, ¿qué sería de ella? Niella se sentía algo abandonada por su "hermanita", pero le había prometido que cuidaría de Ratko.— Y poner todas esas trampas para pájaros en las que no cae ninguno.

Aquella petición de las trampas le había hecho especial gracia, pero la dibumae no las había colocado correctamente, de ahí que no cayese ni la paloma más estúpida del lugar.

—Merezco unas vacaciones. Unos días libres. ¿No crees?

Estaba claro que ante tal cúmulo de incidencias había que tomar algún tipo de medida que supusiera averiguar detalles relevantes que diesen una explicación lógica a lo que sucedía... a fin de cuentas lo que siempre se buscaba era la verdad.

Pasaron ante ratko un sin fin de ideas, algunas planteadas por el mismo y otras planteadas por el resto de sus compañeros e integrantes de Los Nunca Olvidados... el resultado fue cuanto menos... desesperante.

Se revisaron los registros de entradas y salidas de los últimos tres meses: no hubo nada fuera de lo común.

Se interrogó a cada miembro, buscando algún cabo sin atacar: nadie tenía nada que decir. Alguno se sintieron amenazados, como creyendo que se les acusaba de algún tipo de conspiración.

Se investigaron otros gremios de los alrededores: nadie describió nada fuera de lo común. También han perdido algunos miembros pero no le han dado importancia ya que era algo frecuente. Cabe destacar que algunos llegaron a irse para formar parte de Los Nunca Olvidados... el rencor estaba en el aire.

Se propueso a Niella como "cebo", dándole días libres a conciencia para ver si ocurría algo: aunque pudo disfrutar agradablemente de ese "tiempo libre", nunca llegó a pasarle nada. Quizás que se le acumulasen otras tareas pero...

Se establecieron guardias permanentes, tanto dentro de la sede como en el perímetro en búsqueda de alguna actitud sospechosa... y nadie pudo averiguar nada...

o eso eso es lo que parecía a primera instancia.

Justo una semana después de la desaparición de Justine, la guardia de se encargaba en esa misma noche de controlar el perímetro exterior alertó que había algo inusual.

 - ¡Señor! - gritó la compañera que apresuradamente buscó a Ratko, quien casualmente se encontraba junto a Niella y Políxena debatiendo de nuevo cómo resolver esta cuestión.

- ¡En las afueras! Está Darius hablando con un encapuchado, Tectonic estaba conmigo de guardia y se percató gracias a que es muy bueno viendo en la oscuridad. Me pidió que te informase inmediatamente sobre cómo proceder - Zirei era una integrante leal. Llevaba allí bastante tiempo con ustedes y jamás se saltó una norma.

Alertados, salisteis al exterior de la sede, la noche era cerrada y la luna apenas alumbraba como debería, pero la escena descrita por la compañera cuadraba con lo explicado.

Tectonic, el Geotónido que había identificado la "posible" amenaza, señaló al lugar donde Darius se encontraba ¿dialogando? a escasa distancia de un ser encapuchado.

Habría unos 150 metros entre vuestra posición y la del extraño, ¿qué sería lo más adecuado?

—Si Darius está intentando hacer un trato, levantaré la mano una vez. Si hay peligro y hay que actuar, la levantaré dos veces. Si solo está buscando información sobre Justine, hablaremos después con él, a no ser que digas otra cosa, jefe.

Niella hizo una señal al resto indicando que ella se acercaría. Era físicamente la más pequeña, y su pasado de ratera le había enseñado a moverse en silencio y con cuidado. Aunque no tenía la visión de Tectonic, la noche la beneficiaba en todos los sentidos, tanto para esconderse como para escuchar lo que aquellos dos estuviesen hablando.

Poli podía ser muchas cosas, ¿estrecha de miras? ¿Cabezona? ¿Inconsciente? ¿Loca de remate? ¿Bruta con sus palabras y actos? ¿Misteriosa? Todo eso formaba parte de la lista de adjetivos que decoraban la personalidad de la chamana, pero una de las que nunca estarían era “precavida”.

Así que ahí iba tan tranquila, dando pequeños trotes que hacían sonar los abalorios que llevaba encima para acercarse a la posición del encapuchado sin escuchar demasiado al plan de sigilo que había mostrado el resto. La muerte es eterna, ¡pero la vida no! – No le gustaba perder el tiempo, así que levantó los brazos para llamar la atención del encapuchado y Darius, haciendo que su cuerpo se viera a través de la capa.

¡Hola! ¿Seríais tan amables de responder a una pregunta? – Gritó a viva voz con una amplia sonrisa en los labios sin ser consciente de que, posiblemente, la hubiera cagado.

Ratko se apresuró a ir junto a los demás para ver al encapuchado y a Darius, aquello solo podían ser dos cosas, uno que el encapuchado le estuviese dando información o viceversa o que Darius estuviese siendo atacado de alguna manera, aún así debían ser prudentes e intentar obtener información por eso comenzó a decir...

- Hay que actuar con... Mierda...- quería haber dicho que debían observar... Pero Niella y Polixena se apresuraron a interceptar al encapuchado por lo que al diabal no le quedó más remedio que tirar para adelante para no quedar mal... O por que también tenía curiosidad, aún así le dijo a Justine- permaneced atentos, al menor