¡Rubí!
Gritó, todavía no muy consciente de lo que pasaba a su alrededor.
No. Dijo simplemente como respuesta a Adam, debía decir mucho más, dar explicaciones. En la cara del tipo podía leerse lo que pasaba por su cabeza. Pero mis amigos no son los malos aquí, y tampoco yo... ¿o sí? No llega a articular el pensamiento de su duda pero lo siente clavado.
No. Repitió, incapaz de añadir argumentos y también de ayudar en la pelea.
Pequeñas gotas de sangre caliente se mezclan con las gotas de sudor de los involucrados en la pelea. Las manos de Mark y Rubí suben y bajan con saña empuñando sus precarias armas contra el que consideran "el enemigo". Pronto el adversario deja de oponer resistencia permaneciendo inmóvil. Solo entonces acaba la paliza.
Alientos agitados, visión cegada, boca reseca. La resaca de adrenalina...
A partir de ahora te incluyo en la escena con el resto. No postees más aquí.