Partida Rol por web

 El carruaje finalmente llegó al castillo, deteniéndose en la entrada donde todos empezarían a bajar.

 Azrael se hacía cargo de cargar con el cuerpo de Tamiel y sus espadas, asegurándose de no tocar directamente la angélical para evitarse molestias y cubriendo la mortal herida de la híbrida para que aquellos que estuviesen alrededor pensasen que simplemente estaba inconsciente. Daemon, aún habiéndose quitado la chaqueta al salir del coliseo y no habiéndo hecho nada más que sentarse en el carruaje, vería necesario estirarse nuevamente y bostezar al bajar. Belmont seria quién cargaría al inconsciente Nasai sobre su hombro como un saco de papas, uno que pasados unos segundos empezaría a abrir los ojos...

 -Vaya, ya despertaste -comentó el vampiro al percatarse de que el sirviente de Leviathan empezaba a recobrar la consciencia, aunque eso no significaba que fuese capaz de mover su cuerpo luego de la paliza que le dio Sutr, quién era llevado por Einar como mejor podía. -. No pensabas dormir mientras nosotros teníamos que ir a dar la noticia a Leviathan, ¿no?

 -Nasai, ¿qué sucedió? -le interrogó Azrael, más curioso que otra cosa.

 -No creo que consigamos nada interrogándolo a él... -aseguró por su parte el Incubo, aunque ya era decisión de cada quién si hacerle caso o presionar un poco al chico sobre el hombro del vampiro.

 -Realmente dudo que tu aspecto sea su principal molestia... -aseguró Schwi, que si bien intentaba no preocupar a O´lupent más de lo necesario tampoco iba a negar que, por lo que había escuchado, aquella mujer tenía motivos de mayor peso para querer muerto al batracio.

 Ver a Eli tan preocupada por disculparse despertó nuevamente el lado de Schwi que buscaba hacer que dejase sus viejos habitos, intentando calmarla asegurando que no era necesario seguir disculpándose así. No obstante, O´lupent se ganaría su atención al dar aquella petición de irse adelantando, ante lo cual la chica asentiría luego de varios segundos: sin embargo, apenas el batracio empezase a andar hacia su hermanastra, Shcwi haría un gesto a Eli para hacer silencio y llevarla con ella a cierta distancia detrá del batracio: no pensaba dejarle solo en aquello, aunque intentaría mantener la distancia para no preocuparle.

 Según O´lupent se iba acercando, podía sentir como la mirada de la mujer le penetraba más y más, hasta que finalmente estuvo delante de ella y pudo hablarle.

 -... -aquella chica no disimularía ni un poco su odio hacia el batracio, permaneciendo durante algunos segundos en silencio antes de responder. -. ¿Por qué me importaría en lo más mínimo como me puedes llamar? -no disimulaba ni un poco la molestia en sus palabras. -. Tantos planes para asesinarte que fallaron para acabar reunida aquí contigo, tsk... -claramente no estaba a gusto con aquello, pero bajo aquella capa de molestia y odio se asomaba una sincera decepción e impotencia, la de alguien que sentía que nada de lo que hacía le salia bien.

       Aunque puede ser verdad que gran parte de mi distracción natural seguía latente en esta forma, eso no quitaría que podria sentir la ligera presencia de mis compañeras acercarse aun cuando les pedía el no involucrarse...

       ... - seria mis únicas palabras que pudieran haber estado conectado con eso, pues en este tipo de situaciones en donde dos depredadores se están viendo las caras el primero que alejaba su vista, era quien mas chances tenia de recibir los primeros mordiscos.

   Por que independiente de todo el enmaraño de asuntos predestinados y  intentos de asesinatos, cierto evento nos ligan, señorita de nombre aun no escuchado - comentaba con neutralidad ciertamente tensa, consciente de que a esta le pudiera molestar el que fuera demasiado relajado quizás solo la molestara mas de la cuenta ... creo que la señorita Schwi le llamaba... conductas y etiqueta ?...  - aunque si debo elegir, creo que hasta no tener mayor información solo le llamare señorita "Cachorra de otra Camada"... hmmmm - haciendo el gesto de jugar con mi bigote, pero al estar en esta femenina forma... solo me quedaba el rascar ligeramente mi labio superior - demasiado largo.... hmmmm... ¿ que tal señorita Ca"d"o"Ca" ?, mas abreviado... y fácil de aprender para mi persona.

Seguía sin compartir aquellas horribles palabras que mencionaba de Tamiel... pero ya básicamente estaba viendo que ese ser de sombras no estaría en disposición de cambiar de opinión, por lo que no mencionaría más el tema pese a que la híbrida -E-ella no debió morir...- salvo esta última cosa que no pude evitar decir.

Luego de eso... rememoré aquella vez que Leviathan me compró, o por lo menos eso era lo que mi mente recordaba... aunque luego también ahora parecía tener imágenes confusas en mi cabeza que no comprendía... Ya después de todo esto, todo también lo que le he visto a Leviathan que es capaz que hacer... dudo ahora que ese recuerdo sea real, sobretodo teniendo en cuenta a la sombra que tenía delante mía.

Entonces decidí irme... ante lo cual ese ser parecía reírse de mi... y quizás en muchísimas otras ocasiones me habría callado y aguantado esas risas como llevo haciendo toda mi vida -E-eres... tu e-el que no e-eres libre, a-atrapado en el cu-cuerpo de u-un i-inutil co-como yo... a-al que has sido i-incapaz de po-poseer dos veces... No habrá te-tercera ni pró-próxima vez... a-ahora que se que e-estás...- dije con voz temblorosa pero realmente seria. Después de haber perdido a Tamiel, ya siento que lo he perdido prácticamente todo menos el cuerpo... y no pienso perder nada más...

Ah...- desperté poco a poco... encontrándome con el cuerpo que sentía destrozado e incapaz de moverse ahora mismo... mirando al suelo mientras era cargado por Belmont. Al escuchar las palabras del vampiro, no pude evitar mirar hacia el lado y observar a Azrael cargando con el cadáver de la "noticia" a la que se refería él... sintiéndome de nuevo apesadumbrado y triste por ella... no merecía morir de aquella manera tan repentina e inesperada... -N-no...- dije con un hilo de voz negando con la cabeza a la pregunta del vampiro.

Estábamos volviendo al fin al castillo... por lo que comunicar a mi amo la noticia de la muerte de Tamiel era inevitable... teniendo en cuenta todas las consecuencias que tendría. También pude ver como Einar se encargaba de Sutr... -¿Co-como... le fre-frenasteis...?- pregunté por si alguno me respondía... aunque me imagino que tampoco estarían interesados en responderme a mi.

Escuché la pregunta de Azrael... que me preguntó sobre que sucedió... seguramente refiriéndose a cuando Sutr me dio el puñetazo sin saber porqué. Durante unos segundos me quedé callado pues tampoco sabía bien que responder, y Daemon dijo que interrogarme no serviría de nada -Yo... n-no lo se... má-más ta-tarde... te diré más co-cosas si qui-quieres...- terminé diciendo al final... indicando que si quería que le dijera lo poco que había entendido... ya cuando pudiera mantenerme de pie solo y a solas lo hablaríamos.

Bajé las orejitas al ver como Schwi seguía insistiendo en cambiarme con aquellos gestos de calma. Sin embargo yo sabía que aquella forma de ser sería muy difícil que desapareciera de mi interior. No obstante, intenté agradarla y corresponder a sus gestos.

Al contrario que cuando O'Lupent dijo que nos fueramos adelantando al paseo, pues donde fui obedientemente avanzando hacia la puerta, nuestra compañera angel tenía otros planes que me forzaron a ir con ella. Me escondí como pude mientras escuchabamos al batracio y su hermana, sin embargo pensaba que todo aquello estaba mal.

-No deberiamos estar escuchando ¿Verdad? - pregunté a mi voz interior mientras trataba de comprender que hacía Schwi con todo esto y al mismo tiempo escuchaba la conversación... Huelga decir que cuando oí el nombre dicho por O'Lupent en forma abreviada, me confundió y lo repetí internamente mientras aplaudía dando cuatro aplausos uno por Ca, otro por D, otro por O y otro por CA. ¿No eran muchas palmadas? Creía que debían ser menos de cuatro... Pero bueno... no me opondría a ello. Tampoco es como si lo pudiera discutir. Lo que si me sonrojaría si alguien me miraba aplaudir aunque fuera en volumen bajito apartando también la mirada

Las palabras del vampiro resultaron más que interesantes para el oído del sacerdote profano. Einar era alguien más que abierto a las posibilidades a la hora de evaluar a otras personas y entre que Belmont asegurarse ser capas de ser sutil, pese a sus recientes actos, no le resultaba tan poco creíble como lo referente a la reacción de Leviathan al enterarse de la muerte de Tamiel, siendo que el mismo Einar era el más frío al referirse a la muerte de la misma, se le hacía raro ver a alguien como la serpiente, afligido realmente. Pero el no era quien para juzgar realmente al mismo de esa forma

Ya de regreso al castillo tras ese incómodo viaje, siendo el principal responsable de cargar a Sutr camino al encuentro con quién habría orquestado todo, finalmente el joven Nasai abrió los ojos algo que trajo una sonrisa genuina en el enano.

-Espero que tuvieras un buen sueño joven Nasai ho ho Hooo.- ciertamente pese a sus berrinches en el coliseo, había despertado la curiosidad del enano.

-Creo que fue el desgaste de pelear contigo lo que lo noqueó, eres muy fuerte joven Nasai, deberías valorarte más a ti mismo.- ciertamente verlo le recordaba todas las veces que se comportaba temeroso y hasta autoflagelando su forma de verse así mismo, verlo mostrar carácter y poder cambiaba la imagen que tenía de el.

-Yo sí que estoy interesado, si tienes tiempo me gustaría hablar contigo luego de con Leviathan.-

 Si bien la chica no podía negar que, le gustase o no, estaban relacionados por aquel pacto maldito, lo que casi le hace intentar matar a O´lupent allí mismo con sus manos fue el terrible nombre que el batracio propuso, uno que no mejoraría con su abreviación.

 -De verdad no entiendo como diablos no he podido matarte aún... -dijo entre dientes, visiblemente irritada. -. Llámame Judith: nada de señorita, y mucho menos se te ocurra llamarme señora... -recalcó esto último como una advertencia de no jugar con su pequeña muestra de colaboración al decir una manera adecuada de referirse a ella.

 -Me preocupa más lo que le pueda pasar a O´lupent si hace enfurecer a la mujer y no están ustedes para apoyarle -opinó Vox en el interior de la cabeza de Elí, antes de que está hiciese la prueba de los aplausos llamando así la atención de Schwi, quién no tardaría en deducir lo que intentaba hacer, ante lo cual le susurraría. -. Tranquila, yo tampoco lo entiendo a veces...

 -Mira, no sé que parte de que te quiero matar no entiendes, así que me arriesgaré a preguntar: ¿por qué rayos insistes en hablarme? ¿No te basta conque tu existencia me cause un insufrible dolor por intentar reclamar un poder que me pertenece por derecho? -le encaró finalmente la mujer, esperando que O´lupent tuviese una buena respuesta que al menos pudiese calmar su irritación.

 -Claro, el desgaste... -a diferencia de otras veces, aquel comentario de la maldita sacerdotisa no iría acompañado por sarcasmo, curiosidad o una risa... Más bien, para aquellos más perceptivos, Lavinia fue incapaz de disimular cierta preocupación sobre los verdaderos motivos de que Sutr cayese noqueado, y en general todo lo relacionado con Nasai y lo sucedido en el coliseo... Pero como la fina y elaborada muñeca de máscaras que era, no tardaría en regresar aquella expresión de tranquilidad suya al buscar subirse nuevamente en la espalda de Gladius, quién no tardaría en ponerse "a cuatro patas" para hacer de montura para la diablesa, algo que ella recompensaría con un par de palmadas sobre la cabeza del arcángel.

 Con todos claramente sedientos de respuestas, el grupo marcharía al interior del castillo en busca de la serpiente. Durante el camino había algo que llamaría la atención de todo aquel que se topasen: primero era el hecho de que Lavinia usase a Gladius de montura, quién a pesar de todo permanecía inmutable sin verse avergonzado de ello, pero aunque esto podría haber sacado una carcajada a cualquier demonio que conociese de la identidad de aquel hombre, ver a Tamiel en brazos de Azrael era una imagen que provocaría terror incluso en los corazones más fuertes: todos sabían de Tamiel, todos la odiaban y despreciaban por su mitad angelical, pero nadie hubiera pensado en matarla sabiendo de quién era hija...

  Hablando del diablo, se encontrarían a Leviathan en uno de los pasillos del castillo, siendo que él venía de un camino que llevaba a la sala del trono.

 -Oh, ¿ya llegaron? Eso fue ráp... -pero si bien iba a recibirles con una agradable sonrisa y, en general, un carácter amigable, ver a Tamiel en brazos de Azrael hizo que su expresión rápidamente se ensombreciera. -. ¿Qué sucedió...? -preguntó, ignorando completamente la presencia de un pelirrojo inconsciente siendo cargado por Einar o Nasai como un saco de papas en el hombro de Belmont: su interés era claro, y lo demás aparentemente podía esperar.

         Hmmmmmmmm... Judith....- mirándola con cierta curiosidad normal de mi persona - ¿ significa algo ? ¿ o solo  que a quien te nombro le resultaba bonito ? - comentaba... no por que le estuviera buscando las aristas de mi hermanastra, si no mas bien por que sonaba bastante distinto al del resto de demonios con los que nos habíamos ido topando. 

   Lo dicho... me gustaría conocer un poco mejor a quien se supone que es mi único vinculo en cierta manera.... a veces se siente muy solo el saber que eres el único de algo.. - iba agregando con cierto tono apagado, pero que rápidamente recuperaba el enérgico repunte - Y aprovechando este tiempo de tregua... por que no arriesgarse Croak~ka~ka~ka....

    Pues... no es por quitarle peso a tus palabras Judith...- encogiendo un poco de hombros, relajando ligeramente mi hombros humanos, aunque mis almendrados y brillantes ojos no dejaban de intensificar su brillo cada que Judith mostraba una nueva reacción - pero con estos tres... cuatro días fuera de mi pantano creo que puedo contar con los dedos las veces que no nos han intentado atacar de manera letal... Y no digo que vuestro intento no pueda ser legítimamente el que lo logre.... pero... - bamboleando los brazos -como sea... creo que esto debería valer como un primer contacto... un placer Judith... -  para dar media vuelta y comenzar a volver junto a las mías, claro... podría preguntar por aquello de la maldición y por que fallo, pero.... no se si sea el momento idóneo para hacerlo ... hasta yo se donde marcar la franja en estas cosas.... 

    Ohhhhh señoritas... ¿ se quedaron entonces ? -  mirando a mis compañera, las cuales podían notar un semblante un poco mas tranquilo en mi afeminado rostro.

-Pero... e-es una conversación privada ¿No? A-además, s-si el doctor lleva razón, O'lupent estará bien... E-espero. - Obviamente me preocupaba, pero que dijeran las cosas tan literal me hacía estar menos preocupada que Vox o Schwi. A esta última la miré cuando me respondió y sonreí levemente de un lado. Todo había que decirlo, estaba bastante comoda con ella y arropada.

Sin embargo cuando escuché el nombre del vinculo del batracio, me exalté un poco de emoción tirandole de la manga a Schwi para que viera como aplaudía dos veces, al mismo tiempo sonreía y le hacía un gesto por el cual era mejor que el anterior nombre propuesto por la rana de aspecto humana actualmente.

No obstante, el escondite tampoco se prolongaría mucho más, pues para cuando yo pensé que iban a ponerse a hablar bien y seriamente, O'Lupent no tardó en aparecer siendo que me ericé un poco por la sorpresa y me puse tras Schwi. Aunque realmente no fue idea mía escuchar temía que aquello pudiera acarrear malas consecuencias para mi a pesar de que no lo fuera hacer la elegante batracia.

Cuando escuché el comentario de Einar sobre si tuve un buen sueño, no pude evitar desviar la mirada de él, claramente pensando o mejor dicho recordando aquel "sueño", y por mi reacción y mi cara desde luego no fue algo demasiado bueno o agradable... sino más bien lo opuesto, o como mínimo uno que me dejó pensando muchas cosas en mi cabeza. Escuché sus palabras sobre que el hijo del rey divino cayó del esfuerzo y el desgaste... pero realmente tampoco estaba muy seguro de eso, y la sacerdotisa tampoco parecía pensar aquello.

De todas formas... tocaría adentrarnos en el castillo, a buscar a Leviathan para darle la horrible noticia... y reconozco que estaba aterrado, pues si ya para mi la reacción fue de entrar en rabia y cólera... no me quería imaginar como sería la reacción de él como su padre... aunque por otra parte, también conociéndole... sabía que su reacción podría ser completamente inesperada, o directamente no tener reacción y hacer como si nada, al menos públicamente.

Ante su pregunta... primero miré al vampiro que me sujetaba -Belmont... ba-bájame...- le dije, pues aunque sentía que aún no me podría poner bien de pie, y si lo hiciera estaría con las piernas temblorosas apenas sujetándome... siendo como muchos piensan equivocándose desde mi punto de vista su "mano derecha"... para explicarle aquello lo haría de pie frente a él, también al lado del cadáver de la híbrida -Tamiel... e-ella...- empezaba a tartamudear fuertemente, dudando... pero más que por miedo, por tener que reconocer aquello. Intenté centrarme para no alargar algo tan grave -Tamiel... se co-confió, subestimó al hi-hijo del rey divino, se lanzó a a-atacar a lo loco y con pre-prepotencia... y él...- señalé con la mirada a Sutr que era llevado por Einar -Le... glups... le... a-arrancó el... co-corazón... ma... matándola en el a-acto...- terminé de decir al final. No supe que más decir... no veía necesario ahora contar nada más sobre mi ataque de ira y que al parecer desgasté tanto al hijo del rey divino que cayó inconsciente... y tampoco estaba convencido de que una historia tan inverosímil se la fuera a creer pese a ser real.

No trataría de engañarse así mismo el sacerdote al pensar que podía mantenerse estoico ante la pregunta de la mano derecha del rey divino cuando hubo un cambio de humor en su rostro. Esa sensación de peligro que recorre la espina dorsal de cualquier creatura pequeña ante un ser de mayor tamaño y poder.

Tragando saliva, el sacerdote oscuro hizo acopio de valor, así como el joven Nasai lo habría hecho para reportar el deceso de la hija de su amo y mantener la mirada estable.

-Me temo que lo que dice el joven Nasai es cierto Leviathan, vuestra hija se confió tras un golpe exitoso que logro darle al joven Sutr, el hijo del rey, cuando este aun tenía su mente dormida pero su cuerpo activo, aquel asesinato parece que le devolvio la capacidad de controlar su propio cuerpo...Fue con ayuda de todos, principalmente gracias al aguante al castigo del joven Nasai, que fue posible lograr que Sutr se tranquilizase al punto de perder su conciencia.-

No sabía como reaccionaría ante ello, pero despues de haber visto el potencial del joven Nasai explotar ante sus ojos, se aseguraría de hablar bien de el.

 -Era el nombre de mi madre... -explicó con aquella expresión de molestia en el rostro, siendo ciertamente una agonía que la mayor parte de la conversación que había tenido hasta ahora girase en torno a nombres...

 -No creo que vayan a hablar nada realmente privado en un lugar como este... -había opinado Vox ante la duda de la chica gato.

 Por su parte, Schwi sonreiría dulcemente al ver a Eli alegre por algo como un nombre más corto para la chica, ante lo cual asentiría y repetiría el gesto de dar dos aplausos: ver a la chica sonreír era algo que simplemente le alegraba.

 Aquellas últimas declaraciones por parte del hombre sacarían un chasquido de lengua por parte de la chica, quién lejos de intentar seguir teniendo la atención de O´lupent desviaría la mirada hacia otra parte tan pronto como la batracia se dispuso a apartarse, reuniéndose con sus compañeras en la misma sala.

 -No queríamos dejarte solo... sola... -explicó Schwi, aún sin saber exactamente como referirse a su compañero en su estado actual. -. Aunque realmente no parece una mala persona, ¿no crees? Solo está... sufriendo, si encontrásemos la manera de ayudarla, tal vez...

  Entonces, las palabras de Schwi se verían interrumpidas por un pesado cambio en el ambiente: las sombras empezaron a agrandarse, y poco a poco el lugar empezó a sumirse en una profunda oscuridad que consumía las antorchas y cualquier otra fuente de luz.

 -¿Q-Qué? -se sobresaltó la chica.

 -¡Doctor! ¿¡Qué diablos significa esto!? -le gritó Judith, levantándose rápidamente de su camilla.

 -Parece que pasará algo emocionante... -fueron las palabras del hombre encargado de la sala médica, antes de que la misma oscuridad que cubría la sala empezase a cubrirlos a ustedes, y entonces no verían nada más que sombras...

 Por su parte, Belmoth no negaría la petición de Nasai de bajarlo, dejando que se pusiese en el suelo antes de unirse al silencio de varios de los presentes, siendo que Azrael no parecía tener las fuerzas para decir nada, y Gladius simplemente permanecía callado e inmutable a la presencia amenazante del demonio. Lavinia, por otro lado, sabía que no podía permanecer callada en una situación como esa, aunque incluso para alguien como ella le era imposible disimular la sensación de terror que recorría su cuerpo, y es que realmente no podía decir nada dado que no estuvo en el momento de la muerte de la híbrida, y más que no decir nada le aterraba opinar sin haber estado y que eso solo intensificase la ira de la serpiente.

 -Entonces... la mató instantáneamente... -resumió Leviathan con ese tono frío, con su mirada clavada unos segundos sobre Nasai antes de pasar a Einar, que fueron los valientes que decidieron dar la noticia, para finalizar posándose sobre el cuerpo de Tamiel en brazos de Azrael. -. Tonta... Y pensar que acabarías como tu madre...

  En ese momento un helado silencio dominó la estancia, con el aura de Leviathan un poco menos amenazante, pero no por ello calmada. Sería luego de unos segundos que todo volvería a volverse pesado, con las sombras alzándose y las antorchas apagándose, tiñendo todo el pasillo de un profundo negro mientras la figura de Leviathan se fundía con esta profundidad oscuridad, que antes de que alguien pudiese hacer algo simplemente los engulliría, ante lo cual no podrían ver nada más que sombras...

 Cuando la oscuridad se disipó de sus ojos, todos cayeron rodando por el suelo de una nueva habitación, una que todos podrían reconocer como la sala del trono debido al hombre que descansaba al fondo de esta.

 Por un lado, se encontraba una mujer de cabello rosado y piel morena poseedora de un húmedo brillo natural, con un voluptuoso cuerpo que mostraba orgullosa con unos ropajes reveladores. Acompañando a esta dama se encontraba una niña albina de piel pálida y ojos de dos colores, con un vestido rosado que dejaba descubiertas sus piernas y brazos, así como una pequeña chica calamar con unos ropajes más bien tradicionales. Así mismo, también estaba una chica de cabello negro y un vestido rojizo pegado, con uno de sus ojos dorados cubiertos por el cabello, y por último el agradable doctor a quién todos querían, Aurelion.

 -¡Tsk...! -en lugar de levantarse directamente, como bien podían hacer todos, seria la mujer de ojos dorados quién soltaría un quejido mientras pasaba a sujetarse el brazo izquierdo, segundos antes de que el dolor invocase un par de sus corazones para dirigirlos a ella y de esta manera aliviar el dolor que tenía, fuese cual fuese...

 El otro grupo estaba conformado por un par de enanos: un hombre que, como el resto, habría rodado por el suelo un par de metros antes de detenerse, y una chica que contaría con la fortuna de tener cerca a un hombre alto de cabello plateado que nada más tocó el suelo fue capaz de incorporarse y atrapar a la maldita sacerdotisa. Otros que no tendrían tanta suerte serian un chico alto de cabello rosado, cuya expresión decía que estaba mal desde antes de rodar por el suelo. Unidos a la destreza del hombre de cabello plateado, un chico sin camisa y un hombre de cuernos rojos y galantes ropas también sabrían aterrizar nada más aparecer en aquel lugar, no como el albino pálido que también rodaría un poco con los demás. Con estos también se encontraría tendido en el suelo un pelirrojo de tez morena inconsciente en el suelo.

 También estarían ahora presentes una chica de cabello blanco y ropajes reveladores, así como un hombre joven de ropajes extravagantes.

 -Vaya, de nuevo aquí... -comentó el chico.

 -¡Daemon! -por otro lado, la chica corrió directamente hacia donde estaba el demonio sin camisa.

 Y por último, parado delante de todos estos, estaba aquel que los había traído a la fuerza...

  Aquel hombre albino que recientemente había rejuvenecido, pero que no por ello había pedido sus cientos de títulos que le hacían reconocido en todo el territorio, e incluso en más allá de este: Leviathan, con un semblante implacable mientras cargaba en brazos el cuerpo de una chica de cabello púrpura, con cuernos de un blanco demasiado puro y alas de un negro demasiado corrupto: si bien lo que destacó en su momento de esta chica era sus obvios rasgos de híbrida angel-demonio, ahora lo que más lo hacía era el agujero que le atravesaba el cuerpo justo en el lugar donde debería estar su corazón.

 Así mismo, cabía mencionar que el hombre cargaba en su espalda un par de espadas totalmente opuestas en naturaleza, pues mientras una desprendía un desagradable aura divino para los demonios, la otra solo emanaba caos y oscuridad.

 -Aurelion -le dedicó la palabra directamente al doctor, quién con un asentimiento se acercaría para recibir en sus brazos el cuerpo de la chica. -. Hazte cargo de ella.

 -De inmediato -y tan pronto como recibió las ordenes, el doctor abandonó la sala del trono con el cuerpo de la híbrida.

 -En un momento estaré con ustedes -indicó al primer grupo, centrándose ahora en el segundo. -. Fueron incapaces de proteger a mi hija, pero por lo que veo al menos fueron capaces de cumplir el trabajo -comentó, dando un vistazo al pelirrojo inconsciente en el suelo antes de fijarse en los demás. -. Los entiendo, enfrentarse a un semi-dios no debió ser fácil... Sin embargo, aun así...

 En un instante, la sombra del hombre se giraría hacia el grupo, y volaría velozmente hacia ellos a la vez que se separaba de suelo, tomando forma de numerosas espinas que atravesarían limpiamente el pecho del demonio descamisado y el de los cuernos.

 -¡Argh...! -caerían ambos arrodillados tan pronto la sombra regresó a Leviathan, dejando un agujero a cada uno en el pecho.

 -Qué dos de mis mejores comandantes no fuesen capaces de cumplir el trabajo deja mucho que desear... -declaró el albino.

 En ese momento, la chica con alas vería aterrorizada a su hermano, intentando ayudarlo a que no perdiese mucha sangre, inútilmente. Por su parte, Belmoth vería como su sangre empezaba a manchar el suelo, posando su mano sobre el charco para absorberlo nuevamente, pero tan pronto como lo hacía la sangre volvía a salir, siendo que en cuestión de segundos caería completamente al suelo, convulsionante.

 -Ahora ustedes... ¿Qué motivos me darán para dejarlos con vida, aparte de los que ya tengo...? -preguntó, con su mirada fría clavada sobre el grupo, siendo que de momento ignoraba completamente a los demás.

    ¿ También lo a notado señorita...? - seria mi respuesta a la frase de Schwi - Pero para eso.... nuestro viaje por conocimiento deb- y para cuando estaba apunto de terminar mi frase, "eso" ocurrió.... dándonos casi escasos segundos solo para intentar cubrir a mis dos compañeras  con mis finos brazos lo cual fue inútil al notar como aquella espesa presencia nos engullía a la misma velocidad.

    Coff...coffff... aghhhhh...-  me quejaría con cierta evidencia una vez me notara a mi misma/o consciente, pues por alguna razón aquel hedor ya conocido habia vuelto a manifestarse  ... no sera que la seño.... - ¿Que tal se encuentran ? -  les musitaría sin perder ese ligero semblante de disgustos, solo para ver como también el doctor y mi hermanastra habían llegado al lugar, siendo esta ultima victima de su estado ... a de ser una sensación horrible por su semblante...

     El otro grupo que también se encontraba allí era casi tan colorido como el nuestro, solo que eran mucho mas numerosos y con cuernos ... a de ser la moda eso de ir mostrando el pecho..., Y aunque mis intenciones eran el de incordiar un poco a mis compañeras como preguntas como siempre... el Hedor y algo mas en el ambiente me gritaban con todas sus fuerzas de que me comportara de momento ... es como si entrar en estos dominios te volviera de inmediato en la presa...

    Por suerte o desgracia mis instintos afloraron ante aquella escena de los demonios empalados, y aunque era cierto que el Hedor seguía siendo muy fuerte en la punta de mi humanizada nariz ... viene de aquella espada... no pude evitar dejar escapar una ligera hebra de baba al notar como poco a poco las señales de vida de aquellos demonoides se iban extinguiendo poco a poco. 

    De donde provengo el final de una vida siempre son recursos que el resto del ciclo de la vida puede aprovechar... - pasando de manera coqueta mi pulgar por la comisura de mis labios para cortar aquel hilo de baba - por lo que la siguiente pregunta nunca queda mal a las puertas de lo inevitable - mirando con una sonrisa picara a los demonios con evidente signos de magulladuras - ¿ Cual será el sabor que inmortalizara vuestro deceso ?

 El cambio de locación no era algo que me resultase esperado en lo absoluto. De hecho que la negrura se materializara de aquella forma solo me hizo creer que mi vida había llegado a su fin, aunque no habría pensado en ello hasta encontrarme dando tumbos en el suelo, o mas bien, cuando deje de darlos y pude comenzar a incorporarme.

 Observaría todo y a todos a mi alrededor, limpiandome restos de polvo de mis ropas con mis propias palmas en lo que era testigo del despliegue de fuerza de la mano derecha del rey divino, cuyo acto daría fin a la vida de sus supuestos generales, aquellos que hace unos momentos habrían hecho gala de su inmenso poder. Lastima por ellos, ni todo el poder que tenían eran rival para Leviathan.

 No mentiré, sentí el temor de encontrar realmente mi muerte cuando el mismo pidio los motivos a cada uno de los "implicados" en el deceso de su hija, para no acabar con nuestras vidas de forma tan implacable. De no ser por mi fascinación por el poder en bruto como el habría mostrado, podría haberme visto completamente sobrecogido por el temor como para hablar, en cierta forma, Leviathan me ayudo a tomar el coraje de ser el primero en dar un paso al frente y elevar mi tono, tras las palabras de aquella creatura, para ser escuchado por todos los presentes. No serían mi primer audiencia, y trataría de que no fueran los únicos en escuchar el como aprovechaba la sala para hacer resonar mi voz con el juego adecuado de mis cuerdas vocales. 

 -Me temo Leviathan, que yo si cumpli con lo acordado, y mi querida Lavinia fue la responsable de la muerte del campeon del coliseo, el golpe a los esclavistas fue dado con exito y seguro que las ratas que llevan y traen información ya habran hecho circular aquello...los que quedan que no hubiesen estado en el lugar, seguro aprendieron que no deben confiarse, que solo los fuertes pueden someter y que aquellos que creían ser debiles, ahora saben que pueden aspirar a mas y nuestros nombres estan implicados en ello....Si nos eliminas, que no te supondría una molestia eso es seguro, si atraeras atención que no es apropiada para lo que estamos haciendo.- 

 Tomaría un momento para respirar apropiadamente y corroborar con un rapido vistazo a todos los presentes y volver a centrarme en el anfitrion de la reunion.

 -Aquellos que vinieron conmigo y saben lo que ocurrio en el coliseo, se amotinarían y eso solo terminaría en el desperdicio de poder, sin mencionar, una posible brecha que los aliados del coloso podrían querer aprovechar para orquestar otro ataque, por lo que tendríamos que empezar de cero o buscar otra alternativa para la guerra.-

  Aunque no podía hacer desaparecer a nadie del sitio con un chasquido de dedos, algo que el anfitrión si era capas de hacer fácilmente, podía lograr otro tipo de hazañas.

 -Ademas, he de hablar también en favor del joven Nasai, si, se que el estaba ahí cuando ocurrio lo de Tamiel, pero el muchacho guarda un prometedor poder que si logra dominar, podría ser una potente fuerza contra el coloso...Mas haya de exponer aquello, no tengo nada mas que agregar, por ahora.-

Sin duda los silencios de Leviathan causaban una total intranquilidad... aunque al final, parecía que de momento no iba a pasar nada... Aunque sabía de sobra conociéndole que aquello no sería así por mucho tiempo. No me pilló de nuevas que nos envolviera en oscuridad y luego aparecer cayendo al suelo en un lugar diferente, en este caso la habitación del trono... lo que si me sorprendió fue encontrar a ese grupo tan peculiar de gente allí junto a nosotros además de Aurelion... Me sonaban haberles visto a la mayoría de ellos entrar en el castillo antes de salir a nuestra misión... ¿pero que hacían aún allí? También estaba Lilith que no tardó en ir hacia su hermano... y un chico que creo también estaba en ese grupo... ver a tanta gente nueva en parte me preocupaba, pues a lo mejor significaba algo gordo.

Leviathan no tardó en dar la orden a Aurelion de llevarse el cuerpo de Tamiel... aquello realmente me hizo preguntarme cosas... ¿sería solo para que se encargase de... preparar el cuerpo; o realmente podría... devolverla al mundo? Obviamente aquello me sorprendió, y realmente quería saber que pasaría... Pero Leviathan reclamó nuestra atención... echándonos en cara que no pudimos proteger a su hija, lo cual me sentó como una patada en el corazón que me hizo bajar la mirada... Y entonces, fue cuando decidió desatar parte de su ira en los dos comandantes, Daemon y Belmont... atravesándoles el pecho básicamente como le pasó a Tamiel dejándoles un hueco... si no hacíamos nada se morirían... cosa que parecía agradarle a esa mujer con chistera de actitud algo desagradable que veía con gula a los heridos... como si se los fuera a almorzar...

Cuando preguntó que motivos daríamos el resto para seguir vivos... Einar siguió con sus palabras que realmente después de escucharle muchas veces, siempre parecían centrarse en una cosa: Poder. Ya sea por aprovecharlo, evitar malgastarlo o desaprovecharlo... Pero mientras tanto, cuando él también por algún motivo estaba diciendo cosas buenas de mi... levanté el brazo en dirección a Lilith y los comandantes... haciendo los movimientos para abrir un portal justo en su cara, para que pudieran ver que les llevaba a la enfermería de Aurelion -Lilith... si qui-quieres que vi-vivan, llé-llévales a-ahora co-con Aurelion...- le dije a la comandante súcubo, que seguro que no quería que su hermano muriera y esperaba que ayudase también a Belmont... pero eso ya seguramente era mucho pedir, quizás era capaz de entrar él antes de entrar en shock.

De normal nunca habría hecho eso... porque podría verse como que estoy cuestionando una decisión de Leviathan... Pero después de haber perdido a Tamiel, sabiendo alguna cosa más... ya realmente no me importaba si eso causaba que mi amo quisiera matarme o no -Maese Leviathan... a-ahora... no no-nos co-conviene pe-perder co-comandantes y te-tener más ba-bajas... ya ha mu-muerto de-demasiados a-aliados...- le terminaría diciendo, tratando de reunir valor para dar un paso adelante colocándome delante suya y para levantar la cara y la vista del suelo y mirarle a él -A-aunque me du-duela te-tener que a-admitirlo... la ú-única re-responsable de la mu-muerte de Tamiel... snif... fue e-ella mi-misma... Y si... qui-quiere ma-matar a a-alguien... Ma-máteme a mí- le dije, claramente con dolor en mis palabras, sin ni siquiera buscar una razón para que me mantuviera con vida... pero al igual que en el coliseo, como una de las  primeras veces en mi vida, con algo de decisión en mis palabras -Me da i-igual lo que ha di-dicho Einar... No pu-pude sa-sacrificarme po-por ella, so-soy un i-inutil y mi mu-muerte no a-afectaría e-en na-nada... snif... he fa-fallado la mi-misión que me dio, y a-ahora la he pe-perdido... la he-hemos pe-perdido... a-así que... a-aunque se-sepa que se-sería mu-mucho pe-pedir... ma-máteme... y si a mi no me va a-a ma-matar po-por tal fa-fallo que no me vo-voy a pe-perdonar nu-nunca... no ma-mate más po-por fa-favor... e-eso so-solo nos de-debilitaría po-por si vu-vuelven a a-atacar...- le terminaría diciendo. Obviamente por dentro estaba más que destrozado... y en parte una parte de mi sabía que, por desgracia... él no me iba a matar; y aunque me matase... mejor yo que comandantes más capacitados.

No estaba segura de que había pasado... En un abrir y cerrar de ojos pasamos de estar en aquella enfermería esperando a O'Lupent a... estar en este lugar ¿Donde estabamos? ¿Cuando había sucedido esto?

Las preguntas se empezaban a juntar en mi cabeza y cuando el miedo me gobernó apenas en unos segundos, quise ir hacia Schwi, para esconderme detrás de ella, buscar un sitio donde poder sentirme protegida y fue entonces cuando vi como Leviathan actuaba. Mi vello por completo se erizó, también de mi cola y orejas que gachas estaban. Estaba aterrorizada por la escena que acababa de presenciar y sin embargo ningún sonido salía de mi.

Mis piernas fallaron y me dejé caer al suelo vencida por el estres que poco a poco inundó todo mi cuerpo. Volvía a sentir aquella sensación, mi cuerpo comenzaba a fallar por si solo. Las lagrimas escapaban de mis ojos, mi cuerpo por completo temblaba sin que yo pudiera controlarlo, mi mirada se heló en lo que ocurría en el grupo frente al nuestro y mi mente se desconectó de la realidad por segundos que parecían horas. 

Solo dos personas de toda aquella habitación sabía lo que me pasaba, una era yo, obviamente y la otra solo podía escucharla yo... Tan solo deseaba que aquello fuera todo. No quería revivir la misma sensación que aquella vez... No quería volver a arrepentirme de existir de nuevo.