- Además después de la nevada de anoche estaría cubierta de nieve si fuese del día del fallecimiento. Por mi podemos seguir con el paseo sin problema. Que dirección le apetece tomar.
Ricardo parece que se está tomando muy en serio el papel de detective. Al final nos acabará estropeando las vacaciones y Dios no lo quiera, los negocios.
- Tiene toda la razón. Bien... ¿ hacia el puente que nombró el jardinero? Según dijo estaba sólo a un kilómetro río abajo.
- Me parece perfecto. Un paseo agradable hará que se abra al apetito. ¿Nos acompaña, señor Sagastizábal?
Encamino hacia el puente, pausadamente, disfrutando del paisaje y de la compañía.
- ¿Qué le ha traído a esta parte del mundo, señora Figueroa?, un poco lejos de casa.
En los puntos en los que el camino está un poco difícil por la nieve, le ofrezco la mano para ayudarla.
- Perfecto, iré con vosotros a dar una vuelta… al menos será más interesante que jugar al CSI. - dijo respondiendo a Rodolfo.
- Si, a mí me gustaría ir hacia allá- se agregó a la propuesta de Claudia.
- Bueno...- dijo dejándose ayudar por Rodolfo- un cambio de vida. Llega un momento en la vida en que necesitas un cambio de aires y de vida. Reencontrarse.
Y entre las dos opciones eligieron la tercera XD
El compañero que conduce a Eliott está de baja temporaria por salud y dejó dicho que sigue a donde vaya la mayoría, tendrá problemas para ponerse al día cuando vuelva.
Falta definir si Ricardo vuelve solo al hotel, si sigue al resto llevando la chaqueta colgada o si la abandona allí o alguna otra cosa sorprendente. Cuando esté eso hago avanzar la escena.
Yo vuelvo al hotel con la chaqueta
Ricardo Bolívar se fue con la chaqueta siguiendo al jardinero. El resto siguió el camino río abajo.
Los primeros metros seguían una huella de autos y luego un camino de asfalto al que le faltaba mantenimiento. A lo largo de todo el camino, unos diez o quince minutos bajando por una pendiente apenas perceptible, tenían a su izquierda una vista del amplio valle con vegetación baja y a su derecha árboles raquíticos y arbustos que de tanto en tanto ocultaban la vista del río. En la otra orilla la ladera del cerro sembrada de vides y otros frutales, un verdor que contrastaba con la aridez de las zonas sin riego.
El camino terminaba empalmado con una ruta mucho mejor mantenida y un puente de hierro que cruzaba hacia el otro lado.
EDIT: Eliott también volvió con Ricardo a la casa, así que sólo son tres en el puente.
He ido leyendo y sí, mucha información xD
De momento vuelvo al hotel siguiendo al jardinero xD
Llegamos al puente y todo parece igual que en mis recuerdos y sin embargo es tan distinto. Mis ojos van buscando las pequeñas diferencias, como en un juego de pasatiempos de los periódicos: El puente está igual, pero pintado de otro color. Las vides no llegaban tan cerca del camino y la nueva senda no era más que un camino de cabras mal cuidado.
Me acerco al puente y me pongo en el extremo más cercano al manzano, que ahora está muerto. Cinco pasos al frente, veinte a la izquierda y treinta más al frente. No puede ser. - Claro eran pasos de niño - y rehago el camino con pasos más cortos. La piedra está ahí. Quito la nieve que casi la cubre y le doy la vuelta.
- El tesoro de un niño - levantando una pequeña lata que en su día fue de galletas; ahora está herrumbrosa y sucia. Dentro un tirachinas con las gomas podridas por el tiempo y la humedad, que también ha afectado a los cromos, aunque todavía pueden manejarse. La peonza parece estar en mejor estado. Al fondo de todo, en una bolsita de plástico que se empieza a cuartear hay una fotos que ojeo y guardo en el bolsillo interior de mi chaqueta.
- De niño viví aqui, hasta que mi familia se machó y dejó todo esto atrás. Parece que fue la vida de otro.
- ¡Oh! ¡ Qué enternecedor! No sabía que había vivido aquí, Rodolfo. ¿ Con qué edad marchó?
- Dios mío, parece que fue hace una eternidad. No sé si tenía siete u ocho años. Mi familia trabajaba para el señor Zúñiga, pero prefirieron emprender un negocio de licores en Valparaíso. Ahora me han enviado a reclamar ciertos derechos sobre parte de los viñedos...negocios, tediosos y aburridos negocios. Pero era el único varón disponible en ese momento para viajar, así que aquí me tiene de nuevo, en la tierra que me vio nacer y a la que juré que no volvería.
Mientras hablo voy encaminando de nuevo hacia el embarcadero. Con el bastón muevo alguna piedra que asoma de la capa de nieve. "Por aquí parece que ha nevado menos".
-¿Regresamos?
Andrés admiro un poco el paisaje, y el comentario de Rodolfo le había llamado la atención.
- Entonces… esto lo conocerá mejor que nosotros. ¿Por aquí hay algún lugar más que sea interesante de ver? Bueno… que sea admirable a la vista también me vale. - dijo a Rodolfo.
Le siguió por el camino y se dirigió a Claudia.
- Habrá que volver con el resto. Además se nos acerca el medio día y en un rato habrá que estar presentables en la comida. Yo, volveré más tarde haber si descubro alguna vista más… por si te apuntas.
- Oh, tienes razón. Se me ha pasado el tiempo volando con ustedes. Volvamos para el almuerzo. Será un placer acompañarte más tarde, Andrés.
- Lo mismo digo. Al final será un placer volver a recorrer estos parajes. Aunque me temo que no seré un buen guía. Hace tiempo que marché de aquí y solo quedan vagos recuerdos; además las cosas han cambiado mucho.
¿Tú te quedas atrás e irás un poco más tarde al almuerzo? ¿Entendí bien?
Comento que después de almorzar o de comer intentaré volver, y le ofrecía a Claudia que viniera conmigo más tarde si quisiera.
Es decir, vuelvo con todos y ya después volveré. Quiero ver que pasa con la chaqueta.