Pasearon un rato bajo la nieve. Clara iba alternando historias de la familia y su infancia con información sobre variedades de uvas y en qué vinos se aplicaban.
Si quieres evitar redactar el diálogo explícito, puedes relatar qué temas tocas o hacia dónde orientas la conversación.
Una vez allí a solas con aquella jovencita, pensó que era un buen momento para hablar con ella.
—Cuéntame como te sientes—preguntó María Elena y agregó—. Sé que es un momento difícil para ti, pero necesario para sanar y hacer el duelo.
No me molesta redactar el diálogo, es más es lo que esperaba. Importante, obtener alguna información útil del encuentro.
—Un pooco agobiada, así me siento. Mamá no me dice mucho, pero sé que la finca tiene problemas económicos, creo que los tenía desde antes de la muerte de papá, pero luego se han agudizado. Y que se terminen la idas y vueltas con el juicio sería importante. Aunque suene horrible decirlo, el seguro de vida de papá podría resolver la situación.
»Ah! Mira, aquellas vides de allí son malbec. ¿Sabías que en Francia son consideradas una cepa de segunda y aquí se desarrollaron como la estrella de la provincia?
—Lo entiendo querida, la situación es delicada pero el seguro puede ser efectivamente una solución a ello—comentó un tanto pensativa—. ¿Qué problemas tenía tu padre antes de todo esto? Es tan triste saber que de repente decidió quitarse la vida...
Quizás indagando un poco, soltaría más. Después cuando le enseñó las vides, asintió y se dirigió hacia ellas junto a la joven.
—Una belleza, parece que estás al tanto del negocio. Eso es muy bueno, quizás sea un camino para salir adelante. ¿No crees?
—Pero, pero... mi padre no ha hecho eso que usted dice. Fue un accidente. Eso del suicidio es un invento de la prensa con los del seguro. ¿Sabía usted que tienen una cláusula por la que si hay sospechas de suicidio no pagan? Por eso el artículo del otro día en "La Nación" de que alguien pediría la reapertura del caso les permitirá dilatar aún más el pago. ¿Cuánto le habrán pagado al periodista por esa nota?
—La comprendo señorita, su padre... ¿Bebía? ¿Lo notó raro en los días anteriores a su muerte?
Necesitaba algunas respuestas, el argumento de la muchacha se repetía como disco rayado.
—Claro que bebía, si no cómo sabría la calidad de los vinos que vendemos. Pero no andaba siempre borracho si eso es lo que pretende saber. Y sí, creo que andaba algo preocupado, por temas económicos, las ventas venían bien, pero los costos aumentan más rápido, y el gobierno que nos obliga a dar aumentos de sueldo todos los años...
—Le pregunto porque tal vez un descuido, o quizás una situación difícil lo llevó a esto... —comentó y agregó—. ¿Cómo era la relación con su padre?
—Pues no era un padre de los más cercanos, supongo, quizá porque él era ya grande cuando yo nací. En general venía con mi madre y conmigo a desayunar cuando salía de su habitación por la mañana, y normalmente no lo volvíamos a ver hasta la cena. Sin contar cuando él o nosotras viajábamos a Buenos Aires.
Está oscureciendo, y el clima está bastante frío, quizá sea hora de ir a la cena.
Salieron luego de buscar algo de abrigo en sus habitaciones, el clima está bastante fresco, pero nada insoportable. La oscuridad sólo la rompen las luces que salen por las ventanas del edificio, pueden recorrer los jardines del frente sin dificultad, pero no parece aconsejable alejarse más allá pues la visibilidad es muy poca.
La noche está fría y María Elena parece no haber cogido suficiente abrigo, así que le pongo el mío sobre los hombros. La psicóloga tiene una conversación muy agradable. Habla de su trabajo con una naturalidad que hace que uno quiera estudiar para ser como ella.
La luna parece no llegar a iluminar los viñedos que están casi cubiertos de nieve. No ha sido una nevada ligera. Me cuesta encontrar la fila de viñas adecuada: -13, 14 y 15. aquí está.
En la viña de la fila 15 hay una "R" tallada, como los enamorados graban sus iniciales en los árboles.
- Cuando era pequeño pasé por aquí y grabé esta letra en la viña. La reprimenda todavía me hace temblar las piernas.
- Parece que se está quedando helada, querida. Volvamos dentro y tomemos algo que nos haga entrar en calor.
—¿Usted conocía la finca desde pequeño? — preguntó sorprendida — Podría entonces hacer de guía cuando haya sol.
Se esforzó un poco por reconocer el lugar donde estaban, pero sus ojos no acababan de acostumbrarse a la oscuridad.
—Si, tiene razón, volvamos.
—Es un bello lugar este. Será una lástima que tengan que cerrarlo.