Partida Rol por web

Por el ventanal que daba al hall oroe pudieron ver cómo la viuda de Zúñiga y Ricardo Bolívar salían del comedor e iban juntos hacia las habitaciones.

Ella iba riendo estridentemente, hablándole al joven y guiandolo del brazo por las escaleras.

- Si ustedes quieren jugar... no tengo inconveniente. El póker no lo controlo muy bien, pero... ¿un siete y medio con la baraja española?

Ofreció el juego por su simplicidad. Con él también se podría ver algún que otro rasgo de las personas... si arriesgan más, si son más precavidas...

Se acercó a los asientos llevándole la copa a la señorita Clara.

- Tenga... como me lo pidió. Simplemente wisky. Disfrútelo, es raro encontrarse una botella de esta clase en cualquier sitio. Pues es uno de los mejores del mundo.

Meneó un poco su vaso de tubo haciendo un poco de ruido con los hielos y después dio un sorbo. Entrecerró los ojos, tenía un sabor bastante más fuerte del que él esperaba. "Menos mal que eché un par de piedras de hielo" pensó.

- Gracias, Andrés- digo tomando la copa y dando un sorbo. 

- Me encantarían las 7 y media. Recuerdo jugar con mi abuelo y mis hermanos cuando era pequeña, aunque hace tiempo que no juego 

- Vamos a ello entonces. ¿Quién más se anima?

Andrés se levantó a por las cartas de la baraja española. Regresó a su asiento e inclinándose sobre la mesa, desprecintó la baraja. El olor a cartas nuevas le vino al olfato, y respiró profundamente.

- Que bien huelen... me recuerdan al olor de los libros nuevos. - dijo mientras comenzó a barajar. Dio dos cortes a la misma y se dispuso a sacar carta.

¡Plás! Tiro un As de bastos. Miró al resto y cogió otra carta sin pensárselo. "Que no sea un 7" pensó mientras la tiraba sobre la mesa. Era un Rey de copas. "Uff menos mal" seguía con sus pensamientos mientras le empezaba a caer una gota de sudor por la frente.

Parecía que le iba la vida en ello, pero tiró otra carta. Esta vez era un 3 de copas.

- Bueno... llevo cuatro y media... quizá me podría arriesgar a sacar otra...

Las medias en su cabeza le decían que sí que era posible, mientras que su precaución le decía internamente que no sacase más. Un trago de wisky decidió rápido por él.

- ¡Una carta más! - dijo mientras la cogía de forma que solo la viese él. La tiró en la mesa. Otro rey, esta vez de bastos. - Vaya... ya tengo cinco. Creo que me planto. ¿Quién va? - dijo mientras recogía las cartas. Extendió a mano ofreciéndolas haber quién las quería coger.

Se aproximó a la mesa y pidió permiso para coger cartas.

—Un siete. Eso es difícil de superar, ¿Verdad? He tenido suerte.

- Bueno, bueno...vamos allá...

Según van apareciendo un montón de cartas bajas, comento:

- Como ven, me gusta dar emoción al juego, jajajaja.

Hago una jugada arriesgada y me paso.

- Bueno... en el juego y en la vida hay que arriesgar. Si no ¿ dónde está la diversión?- río y tomo un sorbo de mi copa.

- Hay veces que se gana, y veces que se pierde. En mi forma de verlo al final todo se traduce a probabilidades y suerte.

Andrés se pegó un buen trago que casi se acaba lo que le quedaba en su vaso de tubo.

- Aaargghh que buen wisky. Creo que no lo tomaré igual en otro lado. - agitó el vaso prácticamente vacío haciendo ruido con los hielos. - Creo que aquí se acaba mi noche, mi viaje fue un poco movido.

Se levantó del sillón esperando alguna despedida.

- Que tengan buena noche, y recuerden. No se emborrachen mucho, aunque el camino hasta la habitación sea fácil, antes... hay que realizarlo.

Se giró sonriendo y comenzó a caminar hacia la salida de la sala de juegos.

- Parece un juego ligero. Vamos a probar suerte.

Primera carta, un siete. Sonrió por lo bajo.

- Quien no arriesga, no gana.

Y con la segunda me paso.

- Quizás en otra ocasión. Creo que gana la dama.

Terminada la ronda Andrés salió de la sala, se lo notaba cansado.

- Buena jugada, señora Fangio- sonrío, tomando un sorbo de mi copa- ¿ No se suma al juego, señor Duchamps?

- Bueno, señoras y señores. Mañana tengo una importante reunión. Será mejor que me retire a descansar. Un verdadero placer conocerles.

Y me retiro a mi habitación.

Uno a uno se fueron retirando de la sala, se ve que el siete y medio no es un juego tan entretenido si no hay apuestas fuertes en medio.

Andrés se acercó a servirse una copa de vino y se sentó en una de las butacas a relajarse un poco.

"¡Están hablando de mi mamá!" Fue lo único que llegaste a entender de los gritos de Clara en la planta baja. Algunos huéspedes ya estaban sentados en los sillones como si no les importara lo que está pasando.