Partida Rol por web

Tarian se preguntó si el rodiano tendría más planes de contingencia... Desde luego que sí era un rodiano, fanático de las armas, paranoico y despreciable cazarecompensas. Por un momento lamentó no haber conseguido atraerlo a su lado instantes antes, pero alejando cualquier otro pensamiento se volcó en la fuerza, no le gustaba hacerlo pero era la opción más segura.
No consiguió ver a traves del torrente de la fuerza si el rodiano la dirigía a una trampa, así que alzó su mano y su concentración se centro en elevar al rodiano y traerlo de vuelta. La fuerza fluyó a traves de ella, una sensación que pocas veces experimentaba, pues pensaba que delataba su presencia y siempre le había gustado estar en las sombras, pero una sensación al fin y al cabo que la hacía sentir pletórica.

Paranoico y eficiente, como todo buen cazarrecompensas que se precie. Realmente era una lástima que las cosas hubiera terminado de esa forma, pero aquel alienígena estaba resultando caro, un loco de por si es peligroso, un loco resentido es aun peor, pero un loco resentido y armado es de los peores enemigos que se pueden tener.

La verdad es que había sido un trabajo eficiente, minas para desviar la atención, granadas de humo para privar de la visión y una posición elevada para disparar a placer. Incluso una polea para una improbable pero siempre presente fuga. Todo un profesional en el trabajo.

Tarian barajaba rapidamente la hipótesis de que no todo lo que movía al rodiano fuera resentimiento, si lo había metido en una trampa, pero el alienígena se arriesgaba demasiado. ¿Una maniobra Hutt? Quien sabe, aunque lo hubieran contratado habría sido por mediación de intermediarios, sería difícil adivinarlo.

En raras ocasiones Darth Viper se veía obligada a recurrir a la fuerza, carecía del dominio de otros maestros, sus habilidades naturales para el subterfugio y asesinato eran potenciadas, pero las demostraciones de poder como la telekinesia siempre le resultaban difíciles. Afortunadamente su propio odio era alimentado por la demencia del rodiano, su sed de venganza y el miedo que provocaba.

Con un pensamiento de rabía Tarian proyectó su deseo en un único movimiento, el rodiano fue catapultado de nuevo al interior del conducto, un crujido metálico acompasó su impacto contra el suelo, ¿un arma tal vez, la polea de sujeción? Quien sabe… pero mientras el aturdido alienígena se recuperaba la asesina tenía un tiempo de actuar. No podía correr el riesgo de que el cazarrecompensas reactivara su arsenal tras la descarga inónica.