Había escapado de una muerte espacial para dar con sus huesos en una cárcel hipertecnificada. Cada día que pasaba entre los pasillos de esa nave la angustia aumentaba.
No podía saberlo, pero sin duda era vigilada, ya se lo habían dicho con anterioridad, supuestamente el "Primarca" conocía perfectamente en donde estaba cada tripulante de la nave.
¿Pero realmente necesitaba semejante navío cualquier tipo de tripulación?. En las escasas ocasiones que había visitado el puente de mando no había visto a Zhoriam operar ninguno de los dispositivos, la nave se desplazaba con un curso prefijado por su propia voluntad.
Los dispositivos que había tenido que revisar aunque fascinantes no hacían más que aumentar la paranoia de que algo se le estaba escapando de su atención. En las escasas ocasiones en que el Primarca hablaba, la propia nave le había revelado que se trataba de tecnología alienígena, desconocía como había llegado a entenderla con tanta facilidad, es como si la hubiera visto antes.
Tenía que hacer unas preguntas, cuestionar si realmente el viaje y el trabajo le valía la pena. El momento estaba cada vez más cerca, desde el puente de mando el curioso instrumental repartido mostraba los datos de su llegada a Dathomir. La nave abandonaría el hiperespacio a una distancia muy considerable de la órbita, pero era sencillamente salvable a velocidad sublumínica.
Xsycissae pareció perder el hilo de sus pensamientos durante una fracción de segundo, como si oyera algo que solo ella podía oir o sentir.
- Estamos a punto de llegar a nuestro destino, y parece ser que la Fuerza nos ha sido favorable. La Descendiente nos espera. - Las palabras de la Hechicera dejaron perplejos a sus interlocutores. - Cereo que nuestra charla sobre su colgante tendrá que esperar a un momento más propicio. Es más importante que observen uds mismos la Profecía.
Como invocado por las palabras de su maestra, Alcabros entro en la estancia portando una pesada lámina mineral que proyectaba una inmensa sensación de dolor, ira y miedo. Su superficie estaba marcada por innumerables marcas de sable de luz así como por fragmentos de distintas escrituras. Las emociones impresas en ella dejaron momentaneamente sin aliento tanto a la jedi como al Caballero Gris.
El joven aprendiz Sith posó de forma reverencial la tabla sobre la mesa de reuniones exponiendola a la vista de los visitantes.
Caballero narrador: le informo que la twilek tambien esta trabajando 12 horas diarias hasta el juves, por lo que también se volvera irregular su posteo.
La tabla era una roca tallada de forma rectangular, de color gris oscuro casi negro que pesaba fácilmente 50 kilos de peso.
La superficie, tapizada por runas y caracteres que parecían sin sentido alguno, tenía parte escrita con sangre, otra parte estaba impresa con el sable laser, y algunos pocos una mezcla de ambos.
Por desgracia Jarik no conocía el lenguaje utilizado.
No es por nada pero el idioma, o más bien idiomas utilizados en la tabla no me suenan.
También podía ser porque Jarik no había encontrado el patrón para poder leerlo, pero a simple vista no podía traducirlo; y la sensación de maldad que tenía la tabla le instaba a no utilizar la Fuerza con ella.
"Cuando los verdaderos Sith vuelvan a guerrear la luz y la oscuridad juntos deberán pelear.
La oscuridad al León y la Bruja enviará, Sanador e Inquisidor la luz escogerá.
Pero muy lejos no llegarán, la ayuda de la Sombra ellos necesitarán.
Sith y Ancestros volverán a pelear, la última descendiente su destino cumplirá" - La vozz de Xsycissae había adoptado el tono de la profecía, hablaba de dolor, de guerra, de destrucción, del peso del destino. hablaba con la voz de la Fuerza. - Ese es el significado lo escrito en la tableta, las palabras que le fueron comunicadas a un alma agonizante por la Fuerza misma.
El significado de las palabras estaba, inexplicablemente, cargado de veracidad para el Caballero y la Jedi. Sabían que la eptil no les estaba engañando. Aún si el futuro había sido mutado, la Profecía había sido verdadera en el momento de su pronunciación. Y había que reconocer que los hechos parecían darle la razón.
La tensión de la tripulación de una nave a punto de salir del hiperespacio empezó a extenderse paulatinamente por el Supresor mientras la Sith hablaba. ZSeguramente en breves instantes percibirían la exuberante vida de Dathomir y se encontrarían con una nave que era una leyenda en si misma y con una de las piezas del rompecabezas.