Partida Rol por web

Si, por favor. Vámos a la taberna, y descansemos un poco... Quiero probar un poco de esa maravillosa cerveza.
Diciendo esto espera a que alguno de sus compañeros comienze a subir las escaleras, para ir detrás de el.

El gnomo estaba cansado de la torre, cansado de escuchar los nombres Elzid y Zotzpox, cansado de pelear y cansado del polvo del frío piso. Él solo quería respirar aire fresco y beber cerveza para luego volver a dormir, en cualquier parte (excepto la torre).

No, pero de todos modos no creo que necesitemos... Tenemos esta daga que brilla al pronunciar lo que dice en el mango, la antorcha de Menzo y varios aqui sabemos conjuros de luz..-le responde al mago.

Menzo asintió con la cabeza -Estoy deacuerdo, volvamos cuanto antes al pueblo -Y salió a campo abierto respirando hondo y con un plácido -AAAAAAHHHH.

Poco a poco salieron a la luz, acompañando al mago que disfrutaba del cálido ardor del sol. Luego de un dia completo, en realidad algo más, bajo tierra todos se sintieron agradecidos de sentirlo en vuestros rostros.

Tras verificar que no hubiera peligros, bajaron de la colina donde se alzaba la torre de Elzid y se pusieron en marcha, rumbo a Casi-el-mar.

Una, dos, tres, cuatro horas y finalmente distinguieron al poblado. Tan pequeño como antes, tan tranquilo como cuando se fueron. La plaza central, la taberna, el callejón que llevaba a la tienda de Loren, la iglesia abandonada... o no tan abandonada? Algo había cambiado. De la chimenea de la casilla adosada al templo de Pelor surgía algo de humo y las enormes puertas de la iglesia estaban abiertas.

Al llegar, sin embargo, Noren no se preocupó de esos detalles. Después de haber permanecido callada durante todo el trayecto, al ver la taberna de sus padres se desmoronó y volvió a llorar. Era dificil entender si estaba preocupada por Elzid, por sus padres o por ella misma, sus sollozos resultaban inteligibles.

Noreen tus lágrimas no las entiendo. Tienes unos padres que te quieren...yo nunca pude conocerlos. Creo que eres una mujer afortunada pese a lo ocurrido con Elzid. Eres sólo una muchacha, tienes toda una vida por delante, estoy seguro que llegarás a conocer a otro hombre que te quiera tanto como lo hizo el mago. Tienes el amor de tus padres que seguro es inmenso. Sólo quieren lo mejor para tí.-Tras decir esto, miró hacia la capilla.-Deberíamos echar un vistazo, parece que hay un nuevo clérigo en la aldea.

Al escuchar las palabras de su bajito compañero, los ojos del gnomo se humedecen, mientras observaba los anillos que llevaba, al recordar las sangrientas muertes de su hermano y su padre. Luego recordó a su madre otra vez, y luego le vino a la mente la repugnante cara del chamán de la tribu goblin.

Empezaba a pensar que su madre no podría arreglárselas sola en el bosque.
Necesito rezar, necesito rezarle a... a ese que hace que Gliadel pueda curar a los demás.
Pero primero será mejor llevar a Noreen a sus padres y cobrar la recompensa de la serpiente...-esto último lo dijo intentando cambiar su expresión de tristeza.

¿Qué fueron los malditos sueños de la torre? mierda... Tengo malos presentimientos.

Mirando de reojo el humo que salía del edifició entendió que algunos de sus compañeros sintieran curiosidad, por mi parte, lo dioses no se encontraban en aquellas construciones, y normalmente no solían escuchar y aunque podría haberlos mandado a los siete infiernos, conocer a Gliadel había suavizado mi opinión acerca de estos.

Nuevamente al esuchar los llantos de Noreen me acerque a esta, algo cansado de sus quejas, afortunadamente en breve no tendría que seguir escuchando. - Tratad de tranquilizaos, ya estais en casa, tus padres estarán felices de volverte a ver tras tanto tiempo preocupados, pero qué pensaran si nos ven entrar contigo llorando.

Mirando hacia atrás continué mis pasos hacia la taberna donde librarnos de la joven.- Chicos yo llevaré a Noreen con sus padres, os espero en la taberna antes de ir a ver a Loren.

- Si, pero Elzid... y mis padres... y yo... - como era de esperarse las palabras de la doncella no aportaron ninguna pista respecto al motivo de su llanto, pero las palabras del bárbaro, finalmente, la hicieron controlarse.

Mientras el resto dudaban si dirigirse al Templo de Pelor, nuevamente abierto, a la posada ó en dirección al tendero que, con suerte les pagaría por la serpiente metálica y quizas por alguno de los otros objetos, Rakas acompañó a Noreen en dirección a la posada de sus padres.

Estaba claro que aquella muchacha se sentía como un pajarillo libre que lo llevan a su jaula. Menzo se había criado libre y rechazaba cualquier sensación de prisión. Tenía que darle una última oportunidad a aquella chica, sólo fue una chispa en el pensamiento de Menzo, un sexto sentido que le hizo abrir la boca una vez más -¡Un momento Rakas! Solo un momento...muchacha, habla ahora o calla para siempre, es tu última oportunidad...cuenta tus argumentos para no regresar con tus padres y si son lo suficientemente válidos...quizás te dejemos ir. Si son los argumentos de una muchacha caprichosa volverás con tus padres como me llamo Menzo Carabellota-Pensó el mediano.

La mirada de Noreen expresaba más que cualquier palabra que pudiera decir. - No regresar? - preguntó confundida - Porque? Si ellos me aman... bueno no tanto como Elzid, está claro, es distinto, pero... porque no iba a querer volver con ellos? -

La doncella, confundida comenzó a caminar hacia la taberma, meneando la cabeza sin entender a que se podía haber referido el mediano.

Menzo alzo los hombros y metió el cuello y sacó el labio inferior por encima del superior; puso su dedo en la sien y lo movió circularmente como si atornillara algo en su cabeza. -La pobrecita esta chinada perdida, chinada, chinada. La explosión le debió dejar trastornada. Pobre muchacha. En fin que los dioses se apiaden de ella. -Dijo para sí mientras miraba como se alejaba hacia la taberna en compañía del bárbaro. -Echemos un vistazo a esa capilla.

Parecía que el grupo se separaría, por un lado, Menzo, sin entender la postura de Noreen se encaminó hacia la aparentemente ahora habitada capilla, en tanto el barbaro, junto con la doncella se dirigieron hacia la taberna.

El resto del grupo los miró curioso y poco a poco fueron tomando sus decisiones.

No Rakas. Di mi palabra a los posaderos de llevarles a Noreen. Será mejor que también vaya. Debo ir, aunque…- se pasa el dedo por debajo de la nariz mientras piensa. - Vale. Esperarnos en el templo mientras Rakas y yo acompañamos a Noreen. ¿De acuerdo? - Dice al resto del grupo. - Quiero saludar al capellán. Estaba seguro de que mi orden no dejaría a estos aldeanos sin su guía. ¡Vamos Noreen! - Cambiando de tercio. - Que tienes muy preocupados a tus padres No sabes lo afortunada que eres de tenerlos.

El clerigo y el bárbaro acompañaron a Noreen hacia la taberna. La niña, ansiosa, los adelantó cuando intentaban abrir la puerta y cuando consiguieron entrar la vieron abrazada con sus padres. La vieja y amargada tendera, sonreía de oreja a oreja mientras su marido intentaba evitar las lágrimas que asomaban en sus ojos.

Los rescatadores se mantuvieron en la puerta, de alguna manera enternecidos por la escena hasta que la mujer los distinguió inmóviles y sin saber que decir - Gracias, gracias, que Pelor os de su bendición - les dijo, olvidándose de sus malos modos anteriores

- Donde estan vuestros compañeros? - preguntó sorprendida al ver a solo dos de Uds. - Llamenlos y vengan todos que debemos festejar que nuestra niña haya aparecido. Solo dennos un rato y comerán como nunca lo han hecho en sus vidas.

Parecía que la única recompensa que obtendrian de los tenderos, además de sus buenos deseos sería, como de costumbre una buena comida.

Sin embargo, la comida, aparentemente tardaría en llegar, ninguno de ambos se separaba de Noreen más que para alejarse unos centímetros y mirarla nuevamente. - Noreen, hija - murmuraban una y otra vez - Papa, Mama - era la respuesta de la hija, tan poco imaginativa como la de sus padres. Incluso parecía que ya se habían olvidado de uds. Los padres de la doncella estaban demasiado felices como para ser educados con los salvadores de su hija.

Mientras el clerigo y el bárbaro se adentraban en la taberna, el resto se dirigió hacia el templo. Las puertas estaban abiertas de par en par y en su lateral, una pequeña construcción parecía ser la vivienda del nuevo "habitante" del lugar.

Mientras dudaban a cual de las dos habitaciones se dirigían, el explorador, como ya había intentado varias veces antes, saltó sobre su cabra e intentó dirigirla con sus talones. Cual sería su sorpresa al darse cuenta que esta vez el animal le hacía caso, tantos días intentando enseñarle habían dado resultado, la Sra restos, docilmente se dirigió a izquierda y derecha tal como los talones del mediano le indicaban.

La felicidad de la familia, la bendición de la tabernera, caen en el corazón del clérigo como un chorro de agua fresca en una esponja que llevaba fuera del agua demasiado tiempo. Agacha la cabeza en señal de respeto y, con el pecho henchido de puro amor, guarda la sensación que le produce este momento en cada uno de poros.- Gracias. - Es la única palabra que consigue articular. Pese a todo, las señales brillan con fuerza mi camino. - Estoy seguro de que mis compañeros aceptarán muy agradecidos vuestra oferta de comida. El viaje ha sido cansado y los peligros no han sido pocos. Pero Pelor nos ha acompañado en todo momento.- añade. - Y tenéis una hija extremadamente fuerte. - Extrae de uno de los bolsillos del morral el diario de Elzid y se lo entrega a Noreen. - Parece que después de todo Elzid no era tan malo como pensaba, pero su pasado no pudo perdonarlo. Por favor - dirigiéndose ahora a los taberneros. - No la culpen por lo que paso, ya ha sufrido bastante. Los dioses a veces nos ponen a prueba y su hija a luchado su destino como una verdadera heroína. Sería una buena clériga de Pelor. Por cierto. He visto que han vuelto a abrir la capilla...- deja caer distraído - Quizás allí puedan agradecer a Pelor todo lo que ha hecho por nosotros en estos días.