Partida Rol por web

El hechicero parecia como ausente, entre el cansancio, las peleas y el ver a Menzo corretear con su cabra estaba muy cansado y al entrar en la taberna lo primero que hizo fue sentarse en una mesa.

Algo de comida me vendría genial, y luego una siestecita pa recuperarnos vale.

La cara de Dramir delataba su cansancio, casi parecia que se pondria a dormir sobre la mesa

Menzo no pudo evitar mirar en la dirección donde se encontrara Noreen y sus padres. Quería conocer la reacción de todos. Notó algo de envidia de la muchacha que regresaba la calor del hogar con unos padres deseosos de ese encuentro. Él nunca llagará a saber lo que se siente y quizás por eso, su curiosidad se incrementó aún más. Necesitaba ver esa emoción para imaginarse a él mismo siendo abrazado por sus propios padres. Por mucho que lo intetara, estaba claro que ese sentimiento sólo pertenecía al amor de los padres de Noreen y de la muchacha misma. Era algo maravilloso de contemplar, pero al mismo tiempo Menzo se sentía fustrado. Una sombra de desolación cruzó su rostro, luego miró su cuenco de comida y desvió su antención al clérigo que regresaba de la capilla.

Lo haré. - Reafirma sus palabras con un enérgico asentimiento de cabeza. Se queda contemplando a su antiguo maestro y después de dudar unos instantes se lanza a darle un fuerte abrazo.- Siempre serás mi maestro. – Dice sin saber porqué. Una lágrima recorre sus mejillas. Luego, sin decir nada, da media vuelta y avanza hacia la salida de la capilla.

El clérigo sale de la capilla y se queda un instante delante de la puerta cerrada, cabizbajo. Desde lejos parece que se rasca un ojo. Luego levanta la vista en busca de sus compañeros y con paso firme se acerca a ellos.

Tras el reencuentro con su hija y aun emocionado por este, el posadero comenzó a llenar varias jarras de cerveza mientras su mujer entraba en la cocina y se escuchaba el sonido de ollas. Noreen cogió las jarras y las dejó en nuestra mesa con una sonrisa un tanto melancólica y los ojos rojos por las lágrimas. Sin duda era feliz de haber vuelto, pero la sombra de la muerte de Elzid seguía presente en su rostro y mente.

Con un gesto rápido agarrél mi jarra mientras me levantaba y retenía para brinda a Noreen. - ¡Venga señores brindemos por nuestro éxito y por el rescate de tan bella dama!-El ánimo alegre del bárbaro contagió a la chica que sonrió ampliamente al grupo mientras cogía también una jarra.

- Señores unanse también a nuestro brindis.- Dijo Rakas al posadero.

Arza se encontraba aparte; estaba bien que quisieran celebrar lo que se había logrado, pero consideraba que el negocio no había acabado.
¿No deberíamos ir a ver al tendero antes?
Se notaba que no le apetecía la fiesta de momento; ni siquiera se había molestado en descargar la ballesta que aún tenía en las manos.

Ecthelion cogió su jarra y se unió al brindis de Rakas -Vamos Arza, el tendero no se va a marchar de ahí, relajemonos un poco, y celebremos que hemos vueltos todos vivos, y sobre todo que Menzo ya puede montar a la señora Restos-, se acerca a la Sra Retos que por supuesto Menzo había vuelto a meter en la posada y le dice alegremente -Tranquila que no te va a doler-, tras lo cual se bebe un sorbo de su cerveza con una gran sonrisa en la cara.

Menzo replicó la broma de Ecthelion con la boca llena de pan -pfff Si lo dice él es porque ya ha tenido su experiencia jjajajajajja -y acarició el morrito de su cabra.

La cara del mago se puso un poco mas seria -mis experiencias con los animales no han sido tan placenteras-dijo mientras se tocaba ostensiblemente la herida que le había producido la serpiente.

Menzo pegó un largo y sonoro trago mirando con los ojos al techo

Poco a poco el lugar se fue animando, los brindis y las chanzas se sucedieron unos a otras e incluso algunos lugareños se aproximaron al lugar al enterarse que la bella Noreen había sido rescatada "de las mismas garras de unos demonios", por un "valiente grupo de de mercenarios"

Incluso un viejo bardo se presentó en el lugar solicitando los datos para componer una canción en honor a los valientes. El alcohol y la alegría poco a poco los fueron embargando. Sabían que podrían dormir en la misma posada y los dueños, aparentemente, tenían intención de organizaros el hagasajo que os mereciais, cuando vieron entrar al clerigo por la puerta.

Su rostro era una mezcla de alegría y desconcierto. Tras mirar asombrado al elfo intentándo darle de beber a la cabra del mediano y a los parroquianos intentando escuchar una historia que, trago tras trago, aumentaba en enemigos, peligrosidad y tamaño de los mismos se dirigió a ellos con ánimo de comunicarles algo.

... acabado con las doce arañas gigantes, nos encontramos con un demonio, aun desprendía el calor de los nueve infiernos mientras con su aterradora voz nos instaba a enfrentarnos a él. Cualquiera habría salido huyendo ante su sola presencia, pero allí permanecimos, era nuestro deber librar al mundo de semejante aberración. Nuestras armas apenas le hacían daño, mientras que sus golpes resultaban devastadores...- Rakas movía los brazos como si portara su mandoble mientras escenificaba el combate, dando golpes a diestro y siniestro, parando unicamente para dar algún largo trago de cerveza. - Los dioses debían estar de nuestro lado pues aunque lentamente, conseguimos dañar a nuestro enemigo, pero la lucha que parecía de nuestro lado volvió a dar un giro inesperado, el Barbazu convocó a las legiones demoniacas, al menos veinte seres infectos aparecieron para ayudar a su señor, sin embargo fueron insuficientes ante nuestra fuerza y habilidad, fueron cayendo con facilidad. Me habrí paso nuevamente hasta el demonio y esquivando sus ataques descargué con todas mis fuerzas el mandoble sobre su hombro, el Barbazu emitió un grito antinatural que hería nuestros oidos mientras su sangre ignea nos salpicaba, instantes depués el cuerpo de nuestro enemigo caía al suelo y desaparecía, dejando esta mágnifica Guja.

El joven mostró el arma a los asombrados parroquianos mientras una gran sonrisa recorría su rostro....

El clérigo llega a la taberna y busca con la mirada a sus colegas. Entre tanta multitud alborozada no es fácil encontrar a nadie, pero el vozarrón animado del bárbaro perdido en una parte del centro de la taberna le guía hacia donde tiene que ir. Se escurre entre las gentes, como si esta fiesta le fuera algo ajeno, y se planta frente a la mesa donde festejaban los chicos. - Tenemos que ir a la capilla. - dice tajantemente. Luego observa uno a uno a sus compañeros como pensando Siento ser el aguafiestas chicos pero… - Es importante. -

Menzo con la barbilla apoyada en sus manos escuchaba atento la historia del bárbaro. Escucharla así era un deleite. No necesitó mucho el mediano para contagiarse de las palabras de Rakas y se alzó en el taburete con el dedo levantado Teneis suerte de que estemos aquí pues el mal pretendía propagarse hasta esta aldea. Gracias a nosotros eso NO sucederá. Y todo lo hemos hecho por salvar a esa muchacha...¡lo hemos hecho sin dudar en ningún momento! De manera totalmente altruista...porque señores y señoras ¡Sólo los verdaderos héroes actuan aquesta forma! ¡Y a partir de este día, este grupo de valerosos héroes será llamado LOS ALTRUISTAS -gritó Menzo lleno de orgullo inconsciente de las consecuencias futuras que pudiera traer ese nombre -Y debereis contar lo que aquí aconteció; como pago sólo pido eso.

El hechicero parecia recuperarse con los comentarios de sus compañeros, no podia aparentar flaqueza ante el "publico".

Gliadel ¿Que sucede? venga chicos vamos a ver que pasa

Al comienzo el joven guerrero apenas se percato de lo que su amigo le decía y continuó unos segundos bromeando y bebiendo, hasta que se fijó en el rostro de Gliadely le sorprendió la seriedad.- ¿Qué ocurre?, ¿qué es tan urgente para demorar nuestra celebración?. Por esa cara parecería que hubieras visto un fantasma.

Pese a las preguntas rakas recogió sus cosas y comenzó a caminar hacia el exterior, pero antes de salir recordó al posadero su invitación.- ¡ Volveremos para cuando esté la comida!

Menzo se quedó mirando al poco público que en estos momentos le daba la espalda. Se dió cuenta de que Gliadel les llamaba y aún con la última palabra en la boca, salto del taburete y se encaminó a la puerta tras el bárbaro. -¿Que sucede, que sucede eh eh?

Levanta la vista que tenía dirigida al suelo y con aire cortante responde al mediano. - El clérigo del pueblo, un antiguo “conocido” mío. Sir Galezas van Hoxley, requiere nuestra presencia urgente. Parece ser que nos quiere decir algo sobre unos extraños sucesos que han tenido lugar últimamente. - Dicho esto, y viendo que el bárbaro ya estaba preparado para salir para poder continuar con la fiesta cuanto antes, se vuelve hacia él y le acompaña hacia la puerta. – Mi antiguo mentor, creo que le conocistes en el monasterio. - podéis oírle dice mientras camina.

Rakas hizo memoria, recordaba al mentor de Gliadel, cuando había llegado al monasterio malherido conoció a varios de sus compañeros, pero una vez se fueron no creía que él fuera a volver a verlos. - Si lo recuerdo, pero por tu voz no parece haber sido un encuentro demasiado feliz, ¿qué ha ocurrido?

El talante alegre del bárbaro había desaparecido de un plumazo, sus pasos desenfadados se habían tornado firmes y la sonrisa había desaparecido de su rostro, ver a su amigo así no auguraba nada bueno y eso le preocupaba.

- Perded cuidado, en un rato estará listo el banquete y veréis como Casi-el-Mar festeja a sus heroes - contestó la tabernera mientras ella, su marido y su hija se afanaban en llevar algunas provisiones hacia la cocina

- Cuando volvais disfrutareis la hospitalidad de un pueblo hacia sus héroes -