Partida Rol por web

Había estado cansado hace bastante rato durante el día, la comida le había sentado bastante bien y el sueño le hacía dormir placidamente aunque algo no le hizo sentir del todo bien y desperto casi de golpe aunque ya tenía una mano en la boca que le hacía guardar silencio, era la chica pequeña que actuaba de navegante para la tripulación, se hizo la pregunta del porque estaba despierta y también porque una caja colgaba sobre Kroo, tampoco es que le importara demasiado, simplemente se levantó con lentitud y camino hacia donde la chica, quizás las respuestas no demoraran en llegar si simplemente le seguía. 

Tras salir a cubierta me giré hacia el carpintero con una medio cara de confusión sin saber como empezar a decirle lo que tenía en mente. No era una confesión, pero por supuesto era algo igual de profundo, un sentimiento de camaradería, de orgullo y respeto lo que sentía ante él... y solo por una frase. Todo se volvía más difícil a cada paso que daba, pero estaba muy segura que de todos los de ese barco, los únicos que no actuabamos como piratas, eramos él y yo, por lo tanto... a lo mejor podría conseguir un compañero en quien aferrarme en los malos momentos.

-¿Cual es tu arma predilecta? Es decir... con que sueles combatir. - Dije en voz baja siendo poco torpe preguntando por su comodidad. Tras mirar su cara frente a la mia de confusión no pude evitar desviar la mirada - ¿Quieres ser más fuerte no? Pues bien, quiero ayudarte - La razón era tan simple como un decir hola, pero en ese momento no salía de mi boca, no entendía que me pasaba. - Puede que solo me veas como a una niña, pero dejame ayudarte, se mucho más de lo que piensas. - Y precisamente la insistencia sin razón es lo que dejaba tan raro esta proposición

Al abrirlo, varias paginas se pasaron solas, quedando en la pagina numero 6. Las letras estaban en movimiento y en total desorden. Tenías que hacer uso de tus recuerdos como historiadora para poder reconstruir la pagina del libro.

[D20+Historiadora]

[Dificultad: 6]

Estando en cubierta el muchacho se llevo la mano derecha hasta los cabellos blanquecinos, estaban algo alborotados debido a que estaba durmiendo hace un par de minutos atrás, no tenía sueño ya que los malos recuerdos no le hacían tener un sueño placido, aunque aquella situación era algo interesante no hacía que fuese más comodo, quizás estaba realizando un motín o algo por el estilo que hacía que llamase su atención de por sí. Cuando escucho la primera pregunta el moreno dio un leve giro a su rostro con sorpresa. -¿Eh? Ehm..Utilizo unas espadas cortas gemelas. -Hizo un ademán con las manos de tomar dos cosas por la empuñadura. -Aunque no las traigo conmigo, salí sin muchas cosas. -Pronuncio llevando su mano izquierda hasta su nuca mientras bajaba la mirada algo molesto, volvió a elevarla para observar a la chica. -¿Ayudarme? Es bastante amable. Para alguien que buscaba pelear contra todos... -Pensó mientras notaba como la chica parecía realmente tener esa intención, tenía pensado luego de despertarse en la noche salir a entrenar mientras los demás dormían pero la chica parecía tener la misma idea, a veces hacerlo acompañado era mucho mejor. 

-Tienes razón, te ves como una niña. -Pronuncio tajante y sincero, aunque no finalizo la frase con aquello. -Pero también eres buena navegante, se puede decir que tienes buenos trucos bajo la manga. Acepto tu propuesta. -Esbozo una leve sonrisa con aquella mirada penetrante que tenía el peliblanco, por primera vez en todo el viaje Kaito sonreía. -¿Que tienes pensado? -Si era combate libre entonces aprenderían con rapidez, aunque quizás tenía algo mas en la mente.

Lo primero que me sorprendió del comienzo de la conversación que tuvimos el carpintero y yo, era que no me preguntara mis motivos. No tener que darle cuentas a nadie era algo raro, normalmente siempre me hubieran preguntado "Para que necesitas esto" o "que haces con aquello"... Pero en este caso no. Supuse que el hecho de que fuera la única en el barco dispuesta a ayudarle y que además fuera la única en trazar algún lazo con el, había hecho efecto de alguna manera. Pero cuando dijo que tenía razón al parecer una niña, me desmonoré un poco, aunque para mi sorpresa me elogió de una forma bastante agradable - Y no solo soy una buena navegante, cuando lleguemos a Dragon Town verás más de mis dones - Le dije con una sonrisa para que estuviera preparado.

Pero quitando todo aquello de en medio, era hora de llevar a cabo mi plan. Miré en toda la cubierta buscando los dos primeros palos que viera... salté el del timón mirandolo con cierto grado de desaprobación - Solo es una solución temporal... pero ojala tuviera una forma real de bloquear el timón... - Una vez hubiera pasado de dicho palo y encontrara dos más o menos del mismo tamaño, los agarré y los agité en el aire - Supongo que bastará - Les di la vuelta para darselo al carpintero por "los mangos" - Primero, si tienen ansias de vengarte de alguien, no vayas a mano desnuda cuando las espadas son tu arma principal. Aprendí eso a las malas, creeme - Me toqué inconscientemente el costado al recordar una escena en la que acabé en el suelo recibiendo patadas - Lo segundo, tus ataques deben ser con decisión - mientras decía eso saqué mi bo plegandolo - Aunque supongo que esto ya lo sabrás, pero tus puñetazos eran un tanto... torpes. -

Me puse el Bo debajo del hombro izquierdo - He visto a muchos hombres pegar a puños, y sus puñetazos eran directos y firmes y los tuyos, - dije mientras mostraba un ejemplo de lo mismo - supongo que estaban llevados por la ira... cosa que comprendo - Agaché la mirada al recordar que yo también lo hice en su día - No soy una experta en las espadas, pero... mi intención es que tanto tu como yo entrenemos cuando y cuanto podamos, yo con mi Bo y tu con tus espadas. Si quieres ser fuerte hay que pulir fallos desde ya, y creeme, yo tampoco soy perfecta. Cometo fallos cuando menos me lo espero pero... - Me llevé el Bo cerca mia como queriendo protegerme... pero protegerme de lo que iba a decir parecía más una tontería - con un compañero de armas en quien confiar sé que esos fallos que cometa los tendría cubiertos - No quise mirarle a los ojos, me estaba poniendo roja de vergüenza por lo que estaba diciendo porque nunca me había mostrado tan debil... pero realmente lo necesitaba.

Suspiré finalmente y de nuevo pensé en mi primer pensamiento tras el comienzo de la conversación, pero en lugar de esperar a que me lo preguntara... actué yo - Te escuché, en el suelo a la tarde cuando Dante te dió el golpe con la Akuma...

Tengas una Akuma no Mi o no, prometí que cuidaría cada cosa que fabricara con mi vida.

Creo... que hay algo más allá de esa promesa, lo cual me parece un motivo muy honorable al querer luchar por dicha  promesa... No voy a decir que sepa lo que has vivido, o que entienda como te sientes... pero... Si tienes algo por lo que luchar, por muy pequeño que sea... aferraté a ello como a un clavo ardiendo, y busca la posibilidad de cumplirlo siempre... aunque ello te lleve a traicionar tus propios principios - Al terminar este pequeño discurso, mi mirada se clavó en el suelo, pues ya no estaba hablando del carpintero.

-Intentaré ayudarte en todo lo posible, eso tenlo claro. Puedes ver en mi a una compañera de verdad siempre que lo desees. Y si te quedas en este barco, sea por lo que sea, siempre me tendrás cerca. - Al menos yo seguiré en este barco hasta que Dante, y el resto de los que se crean pirata, mueran. - Dije con palabras amistosas mientras pensaba aquellas turbios y negros planes de futuro que tenía.

Finalmente me preparé en posición defensiva con el Bo - ¿Y bien? ¿Qué me dices? - dije con una cara sonriente un poco recobrada despues de tanto sin mirarle con una mirada turbia entre tristeza y rabia al pensar en mi pasado y los piratas.

El cielo brillaba con las estrellas, el mar se movia suavemente con sus azules aguas, y hay fue cuando la caña pesco algo. Fue algo rápido, peor mejor antes que tarde.

Lo que hayas pescado, no era un pescado pequeño, no señor, tenía una buena fuerza como para resistirse, tirando de la caña con todos lo que tenía, aunque tampoco era nada que un gran cocinero como Bee Don Z no pudiera manejar.

[Tirada 1D20+Fuerza]

[Dificultad: 8]

No pasó mucho tiempo hasta que las grandes habilidades de pesca del buen Bee dieran frutos, ¡había picado uno!... Y parecía uno realmente grande, con mucho esfuerzo tiró de la caña hasta que finalmente salió un enorme pez que tenía 3 veces el tamaño del regordete cocinero...

Tenía patas como de cangrejo y su piel parecía realmente dura, por lo que el enorme Bee no tardé en abalanzarse sobre el y empezar a molerlo a golpes hasta que dejara de moverse. Satisfecho con la pesca se dispuso a meter al pez a la cocina, donde empezaría a prepararlo, primero abrirlo a la mitad con un grande y filoso cuchillo para después sacar todas sus tripas valiéndose de ambas manos. Luego retirando la piel hábilmente para posteriormente trazar unos marcados cortes para filetear la blanca carne. Meticulosamente preservó lo que parecían patas de crustáceo, la cabeza, la espina dorsal, las aletas y la cola; a todo le puso algunas especias, sal y ajos para dejarlo adobando y con aquellos ingredientes prepararía una buena sopa luego. 

Pero ahora se concentraría en preparar sus famosas croquetas de pescado al estilo Don Z, ciertamente los piratas debían alimentarse bien y Bee sabía bien eso. Tras casi una hora de preparación finalmente empezó a escucharse en todo el barco el llamado a la mesa, dos grandes cucharones chocando sonoramente despertaron a toda la tripulación.

-¡A desayunar!... El Desayuno es la comida más importante del día! JAR JAR JAR JAR!- 

El aroma a pescado rebosado inundó la cocina y en la mesa podían verse los platos repartidos para cada uno de los tripulantes, Bee ya mordisceaba un buen trozo con un sonoro *Crunch* mientras animaba a los demás a tomar asiento abanicando su sombrero de cocinero de un lado a otro.

El pez tenia fuerza, pero no era nada para el pescador que era Bee, quien luego de girar bastante la caña, dio un tirón y saco al pez del agua, subiendolo al barco.

Tenía un tamaño medio-pequeño. Tenía dos aletas que en vez de estas a los lados, las tenia arriba y abajo. Como todo pez fuera del agua, comenzó a dar saltos sin control.

La conversación parecia privada, y el parecía es porque ya no lo era.

Desde la parte delantera del barco, un GRAN PEZ subió al barco, mas bien, alguien lo había subido. Los movimientos del pez hicieron que el barco se agitara levemente, pero unos fuertes golpes terminaron con la movilidad del animal. En el barco solo había una persona que ablandaba la comida a fuertes golpes de sus grandes manos, y al parecer, estaba despierto. Igualmente, era probable que no los haya escuchado.

Al notar el gran movimiento del barco tan sorpresivo, mi equilibrio estaba bajo tanto que mi cuerpo se fue poco a poco doblando en dirección a caerse de bruces contra la borda... Igual mi primer fallo era no estar con las defensas altas ante la posible incursión de un animal de tamaña embergadura que desequilibrara el barco y con ello, me fuera a tirar a mi al suelo... A menos que alguien lo evitara

-Eres persistente, y determinado... y ese es tu mayor error...- Fue lo que dijo el hombre para luego levantar ambos brazos y usar una postura parecida a la tuya, solo que él mantenía una rodilla levantada y ambos puños los tenía inclinados hacia adelante.-Debes aprender a rendirte, muchacho...-

El sol era fuerte. El sonido de los piratas preparando el barco de tu rival ambientaba el muelle, todo acompañado de los susurros de varios pobladores que hacían de espectadores, observando la paliza que te estaban dando, pero sobre todo, que tu no te quedabas en el suelo.

Podías sentir el peso en tus hombros, uno que te dificultaba mantenerte en pie, pero eso no era razón para dejarte caer, tu tenías que demostrar lo fuerte que eras.

Las páginas se movieron solas lo abrí, y se pararon en la número 6... Por fin iba a saber que escondía aquel libro...

Las letras fueron formando palabras, hasta llegar a llenar la mayoría de la pagina.

"Como todo en este mundo, la fundadora de Dragon Town tuvo su limite de vida, pero eso no significaba que su apellido había desaparecido. Tenía un hijo que llevaba el sobrenombre de "Hijo del Dragon". Este pequeño estaba destinado a representar a su pueblo durante el resto de su vida, hasta que sucedió lo mismo que a su madre. El ciclo se repitió una y otra vez. Nace el bebe, crece, lidera, y muere, dejando a un bebe sin padre o madre.

La desendencia de el apellido Shimada siempre fue extraño, pues siempre que nacía un bebe, era solo uno, nunca se ha escuchado decir a nadie "Los hermanos Shimada" ni nada por el estilo. Hasta hoy.

El anterior líder dejo en el pueblo a los que serian los representantes y protectores del Código Dragón durante el resto de sus vidas. A dos pequeños niños que crecerían como hermanos y lideres de una gran pueblo."

Cuando terminaste de leer, las paginas se volvieron a pasar, llegando hasta la pagina 13, la cual estaba en igual desorden que la pagina 6.

[Tirada 1D20+Historiador]

[Dificultad: 9]

Justo cuando parecía que algo realmente interesante se me iba a revelar las letras vuelven a moverse confusamente. No puedo entender nada de lo que pone, y por más que lo intento... No puedo. Al menos he conseguido recordar más cosas sobre Dragon Town, pero hay algo, algo se me escapa entre los dedos...