Los Terales arribaron a una explanada donde los Marmoreos los habian citado. Aparentemente los Marmoreos llegaban tarde, sin embargo al cabo de unos segundos comienza a resonar una musica de tambores por toda la expalanada, inunda el lugar con un poderoso sonido.
Lo que a priori habian parecido simples rocas desde el cielo, observasteis como comenzaban a moverse. un total de 5 individuos se desmimetizaron del entorno, 4 de ellos claramente eran soldados, por sus espadas y sus escudos, el ultimo sin embargo iba desarmado y fue el que se adelanto con los brazos extendidos.
- Bienvenidos, foraneos, a la Nacion de Petra.
La llegada de esas criaturas a las cercanías del pueblo de Seida generaron cierto revuelo entre los terales. Usualmente, eran ellos quienes llegaban a los poblados, no concertando citas, sino directamente con una pequeña comitiva, pero al parecer los marmóreos tenían otras ideas. Para no variar, a esa cita llegó una pequeña comitiva, un poco distinta que otras del pasado, aunque eso es algo que esos seres de piedra no reconocerían.
En primer lugar, cabe describir los terales: a pesar de sus múltiples tamaños y que rememoraban en cierta forma a algunas aves de la naturaleza, este parecido quedaba paliado por su característica común: todos tenían las plumas rebordeadas de un color rojizo intenso, notable incluso si su parecido "sin mente" tenía plumas de color rojo. La diferencia de esta comitiva con el pasado, visto lo sucedido, era un ambiente más precavido, aunque no podría decirse que desagradable. Tres de los terales iban armados solo con algún cuchillito, aunque parecía más de utilidad que de arma, y los acompañaban otros dos con lanzas bien pulidas y preparadas. No era ni de lejos una comitiva militar, eso sí.
- Bienhallados sean también ustedes por la nación de... -comienza, aunque entonces parece dudar y agacha un poco el gesto.
Aunque la especie es diferente a más no poder, para criaturas no privadas de razón, es evidente el dolor del mensajero al pernsar lo que fuese a decir, pero finalmente da un "nombre". Un nombre realmente impronunciable a menos que alguien estuviese adaptado para replicar el canto de las aves. Algo que, para sorpresa de la propia comitiva, se traduciría a algo semejante a "los mil nidos".
- Portamos un pequeño obsequio en son de paz para su gente. -declara el que habla, que está un poco avanzado con respecto a los compañeros, extrayendo una cajita de madera que abre frente al marmóreo, mostrando cuatro figuras de aves pulidas con esmero, dos en metal y en oro- Nunca mi gente ha blandido sus picos contra otras especies si estas no lo han hecho antes. Unos llamados los harapientos, cobardes que envenenan las mentes de los gobernantes de otras especies, se han ganado nuestra ira, así como unas criaturas a las que nunca agredimos y que nos pagaron con maldad. -dice con cierta tristeza- Si su gente está bien dispuesta a colaborar, lo mismo hará la nuestra. Si prefieren evitarnos, también lo aceptaremos sin romper lo que se pacte. -le indica, sin mediar palabras sobre si algo pasará si prefieren enfrentarnos o algo semejante, pues no quiere hacer nada que pueda llevar a esa idea.
De momento, las criaturas más extrañas del mundo han sido las que peor se han portado con nosotros, siendo los más "normales" los que han tenido buen trato con los terales. ¿Qué serán exactamente los marmóreos?
El diplomatico asintió con la cabeza.
- Nuestra intención no es la lucha -dijo con calma- aunque tampoco negare que estemos preparados para ella. Sin embargo un acercamiento pacifico creo placería a ambos pueblos. Dicen que la paz es la hija del conocimiento, por ello tendriamos intenciones de intercambiar secretos tecnologicos. Si placierais.
Ofrezco Ingenieria
Entre los tres que iban prácticamente desarmados, los dos que habían quedados rezagados parecieron especialmente sorprendidos por la oferta y comenzaron a cuchichear entre sí. El avanzado los miró apenas un instante y luego volvió al diplomático marmóreo.
- Creo que la idea les ha gustado. Son... no sé cómo se diría en vuestro idioma, no-chorlitos. Los que piensan mucho. -intenta aclarar.
Finalmente, los "no-chorlitos" le lanzan unos cánticos al diplomático, que asiente y dice:
- Se preguntan si ustedes han desarrollado ya un sistema para dejar el conocimiento a las generaciones futuras, plasmado en piedra, en barro cocido o semejante. -responden- Si les interesa, podemos ofrecérselo por sus conocimientos de construcción. -concluye, amistoso
Como se habló en off, Ingeniería por Escritura. Me la apunto ya :)