Partida Rol por web

Trataba de centrarse en sus palabras, tratando de apartar algunas ideas de su cabeza, pero apenas le costaba mantener la vista en sus escasas prendas, ya sabía que servían para no estorbar en la caza y mantener todo en su lugar.

Si, gracias, aún que de dónde vengo es bastante frío en el invierno y debemos abrigarnos bastante.

Había soltado una risita algo avergonzada, pero después su mente viajó a lo que había dicho Pisaviboras sobre "gozar" pero estaba algo confundido con eso, más al ver a Cazadora ahí, tuvo un pequeño impulso, razón por la que se paró delante de ella.

Yo... Ammm, no soy bueno para decir lo que me pasa a veces, pero... Cazadora Lunar, me gustas.

Tal vez eran los impulsos de la juventud, o  el deseo de experimentar aquello de lo que Pisaviboras hablaba, de sentir aquellos placeres, ¿o era algo que Ataecina estaba preparando para ellos?

Por Ataecina, me gustas Cazadora Lunar 

Asentí a las palabras de Rayos pues entendía a qué podía referirse. 

- Sí, en casa también nos preparamos para el frío, usando pieles y barro.

Cuando se detuvo lo miré con curiosidad y ladeé la cabeza para escuchar lo que decía pero cuando sus palabras salieron me quedé congelada, quieta y sorprendida.

- ¿Cómo? ¿Te gusto? Bueno, suelo gustar a la gente, si... 

No entendía bien por dónde iban las palabras de Rayos pues ella desconocía todo sobre aquello y había llegado a su adultez hacia pocos meses, tras su caza exitosa. 

El sueño os fue venciendo uno a uno, aunque la fiesta siguió en el primer día de la Feria de Horcajo hasta el amanecer. Vuestro pueblo disfrutaba de la vida... mientras algunos luchaban contra su muerte. Así era Ataecina. La Fértil. La Fecunda. La que da y la que quita.