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Relatos de Invierno y Verano: Ritos de paso

06a - LO LLANO RASO

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24/08/2023, 19:21
Rayos del Sol

Beber de esa infusión fue, extrañamente revelador, divertido y por momentos, hilarante, ver colores geniales y sonreír cómo bobalicon un ratito estuvo divertido, era un efecto mágico al que se podía acostumbrar, pero... Una ilusión, eso era más bien, y cuándo sus efectos pasaron, el descanso de manifestó, olvidó el también dónde estuvo y con quién. Pero a la mañana siguiente pudo seguir su camino, el vió a cazadora más animada y tranquila al menos.

Una pesca después después ya tenían bastante pescado, y entre los que fueron asados y los que estaban siendo ahumados, se percató de que un leve recuerdo venía a su mente, uno en el que invitaba a cazadora a una charla amena y pasar un rato, pero después todo se volvió borroso y olvidó que hizo con ellos después.

- Esa reacción... Creo que tendríamos que evitar Rascruce, la niña dió un respingón al pronunciar ese nombre... No sé, me da mala espina -

Las cosas pasan por una reacción, y Rayos cree que tendrían que pasar de ese lugar cómo el viento.

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29/08/2023, 14:17
Dos

La noche calló, y la pasasteis sin fuego pero en un lugar seguro. Dos parecía conocer bien el camino, y sus refugios. Antes de acostaros, respondió a vuestras preguntas. Rascruce es gran poblado... como si todas las Vacas juntaros en Horcajo o Ubres. Pero siempre, no sólo en Ferias. Mi padre ya decir... es como ombligo de tierra de ellos. Señaló a Grau-Verde. No sé porqué ella asustar. El joven se encogió de hombros. Allí está su Gran Padre. Mi padre ya decir. Grau-Verde dió un respingo aún mayor que antes. Se volvió a encojer de hombros ante el comentario de Rayos. Yo guiar donde vos querer ir. Rascruce es lugar Otros.

Notas de juego

Actualización en curso. No posteeis. Es larga.

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29/08/2023, 14:34
Dos

A la mañana siguiente, la fiebre y el cansancio parecían haber remitido, pero no del todo. Aquellas hierbas eran mágicas, pero no milagrosas.

Pesarosamente, Dos os organizó de nuevo y reanudasteis la fatigosa marcha por Lo Llano Raso. Poblados no. Otros no. Hay ruta segura. Secreta. Secreto de trajinante. Prometed nunca decir. Os miró severamente. Aquella información era vital para su familia y su gente. A los trajinantes no siempre les interesaba ir de pueblo en pueblo, para evitar altercados. Por eso les habíais encontrado en aparentemente medio de la nada, cuando en verdad era un atajo por la sierra de Loba-Estrella que, de todos vosotros, solo conocía Cazadora. Si todo el mundo conoce rutas... ladrones y bandidos.

El joven trajinante se conocía bien aquel territorio inhóspito, aquella estepa por momentos infinita en la que, si sabías moverte, podías saltar de una fuente de agua a otra para no desfallecer. Pequeñas charcas temporales, navas o navajos las llamaba Dos, que os daban la vida a vosotros y a todos los animales en un día a la redonda. Os sirvieron para cobraros buenas piezas de caza, principalmente aves rechonchas como perdices, gangas y sisones. Pero no avutardas, Ojos lo prohibió, a la vista de que Tardu guiaba vuestros pasos. No convenía enfadarla y que os perdiese en aquella pradera seca y polvorienta, hasta que los buitres y las alimañas diesen cuenta de vosotros. No, ya se había ofendido Vaelico lo suficiente, y así estabais. Por la noche, Dos os refugiaba en bosquetes de pino piñonero, cuevas naturales en barrancos de arroyos secos u otros enclaves seguros lejos de los campamentos de Los Otros.

Grau-Verde era la única que no parecía conforme con todo aquello. Por lo que decía, sólo quería volver con sus gentes y ya está, no neceistaba ir hasta Rascruce. Pero, ¿cómo dejarla en un pueblo cualquiera? ¿sin familia ni amigos? No, seguro que en Rascruce, si tan importante era, alguien podría hacerse mejor cargo de ella que cuatro granjeros de Lo Llano Raso. Menudo lugar más horrible para vivir, desde vuestro punto de vista.

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29/08/2023, 14:47
Cuentacuentos

Así pasasteis cuatro días más. Viajando a escondidas de los poblados, que cada vez era más, por los caminos secretos de los trajinantes. Sin rastro de vuestros perseguidores. Fue muy duro, pero lo sobrellevasteis. Aunque la fiebre volvía a ser tan intensa en Ojos, Masdedos y Grau-Verde como al llegar al río de las Arenas. Y también os afectaba ya a Cazadora, Rayos y Dos. Lo Llano Raso era un dolor.

En el último día, notasteis que volvía a haber encinas, aunque dispersas. ¿Ya se terminaba Lo Llano Raso? ¡Ojalá! De hecho, no había pasado ni medio día, cuando múltiples columnas de humo asomaron en la lejanía, como si hubiese un grupo de aldeas muy juntas... a una muy grande. Intrigados, mirasteis a Dos. Asintió con la cabeza: Sí, Rascruce. Era una gran aldea... el Horcajo de los Otros... pero siempre habitado... y en él estaban construyendo la Montaña. Aunque no la veías aún, ni el pueblo, sólo el humo que despedían sus muchos hogares.

Continuó la marcha por el confín de Lo Llano Raso, ya salpicado de encinas y monte. Aquella dura estepa se acababa. Cada vez estabais más cerca de las columnas de humo que delataban la ubicación del gran poblado... hasta que, desde lo alto de un pequeño otero, lo visteis. Os impresionó.

En el fondo de un estrecho pero alargado valle plano, cerrado por dos barrancos de laderas blancas por ser de yeso, se extendía un grandísimo poblado en el que cabañas y campos se entremezclaban siguiendo la vega del delgado río. Allí había más gente que en Horcajo, mucha más. Todos trabajaban afanosamente en los campos. Os recordaron a hormigas alrededor de un hormiguero. Dos os había contado ya que los Otros siempre trabajaban afanosamente sus sembrados, que no se tiraban en un prado a ver pastar las vacas, como vosotros. Aquel comentario os hizo reír y protestar a partes iguales.

Sólo Rascruce debía ser tan grande como todo vuestro pueblo junto. Los Otros eran muchos más que vosotros... y eso que no habías contado todas las aldeas y poblados por los que habías pasado. Más los que tenía que haber en otras direcciones. ¿Tantísimos eran los Otros? ¿Tan provechoso era su modo de vida, y tan débil el vuestro? ¿Esto es lo que Tío Centeno había querido transmitir a vuestro pueblo siempre? ¿Estos eran los frutos de sembrar, y no solo el asqueroso e insípido trigo?

Descendisteis hasta el valle por un camino bien marcado en la ladera de yeso. Debía ser muy transitado. Tenía unas marcas extrañas, como de arrastrar madera. Angarillas. Dijo Dos. ¿Angarillas? ¿Como aquella improvisada que preparasteis para Pisavíboras cuando cayó al río en Horcajo? debía ser muy pesado lo que llevaban. O haber muchas, y muy a menudo. ¿Tanto se enfermaba allí? Vosotros desde luego que sí, estabais febriles todos.

Sin previo aviso, una comitiva de Otros salió a vuestro encuentro. Eran guerreros y guerreras emplumados, como los que os encontrasteis tras escapar Escarcha. Un escalofrío os recorrió. ¿Os encerrarían de nuevo? Pero Grau-Verde, de nuevo, se alegró al ver a gente de los suyos. Entre ella y Dos explicaron cosas, y los Otros os escoltaron hacia el interior de Rascruce, sin violencia.

A vuestro paso, muchos curiosos paraban sus labores o se sumaban a la comitiva. Hablaban entre ellos con gran curiosidad. Grau-Verde iba encantada dando saltitos, pero Dos se mantenía serio. ¿Y vosotros? Enseguida estabais rodeados por una multitud. Os sorprendió ver que la mayoría de los Otros estaban delgados y sucios, y apenas adornados. Mal vestidos. nada que ver con los guerreros o con la propia Grau-Verde. Así de acompañados y observados, como una excelente res que se lleva a la Feria por primera vez, os adentrasteis en Rascruce.

El enorme poblado os pareció un desorden igual al que causaba una riada o un desprendimiento en la montaña. Campos, huertas, casas y corrales se entremezclaban, y había mucha mierda de animal y de persona por todos lados. Olía mal. A humo, a descomposición y a sudor. Hasta que cruzasteis el río por un bien construido paso de piedra y madera, una pasadera ancha y sólida. Puente, os dijo Dos ante vuestra extrañeza. Así se llamaba aquello.

Al cruzar la gran pasadera llamada "puente", el poblado pareció transformarse. Las cabañas estaban más apretadas. Eran más grandes y más limpias. Y la gente vestía mejor. También estaban menos flacos. Eran como Dos Voces y su jefe. Parecía que una mitad de Rascruce se había bañado y bebido en el río, y la otra no. ¿Cómo podía ser aquello?

En aquellas cabañas había talleres. Todo el arte y los utensilios de los Otros estaban como expuestos al paso. Aquello era fascinante. Parecía una Feria como la de Horcajo. Pero que no se montaba y desmontaba. Los objetos captaron toda vuestra atención, y no os disteis cuenta que la comitiva se paró al pié de una gran cabaña. Bueno, una cabaña hecha por varias cabañas, mejor dicho. Era como un poblado dentro del poblado. Los sucios del principio ya no os seguían, de hecho ni cruzaron el "puente".

El camino seguía y se volvía empinado... subía la ladera de yeso por el extremo opuesto del valle. Se acababa Rascruce. Arriba del barranco, notasteis mucha actividad de gentes. Os pareció ver que movían grandes piedras. Se os abrieron los ojos como platos. ¿Aquella era la montaña que estaban construyendo los Otros? No tenía nada que ver con una montaña de verdad, vosotros veníais de ellas... pero sí parecía que querían que se elevase sobre Lo Llano que rodeaba a Rascruce. ¿Cómo se lo tomarían los dioses?

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29/08/2023, 16:32
Gran Padre

Antes de que pudieseis preguntar nada a Dos sobre la Montaña o la gran cabaña, una extraña y numerosa comitiva salió de dentro. Hombres y mujeres adornados con lujo, mezclados con otros con apenas un sayo, que se abrieron en abanico. Nunca habíais visto unos trajes así, con tantas plumas y pieles. Era fastuoso.

La comitiva dejó un espacio y abrió un pasillo para ceder el centro a un orondo señor transportado en una gran tabla por varios hombres fortísimos. Debían ser los seis Otros más fuertes del mundo, pues el de arriba estaba bien gordo.

Su ropa era impresionante, parecía una pila de telas y pieles de todos los tipos y colores. Y se adornaba con joyas y amuletos maravillosos. Pero lo que más inspiraba ¿fascinación? ¿miedo? ¿devoción? era su cabeza. El hombre transportado tapaba su rostro y cabeza con una máscara pintada como una calavera humana y estaba profusamente emplumada. ¿O era una calavera humana de verdad, como los otros que llevaban pellejos de lobos y linces? Sentisteis un escalofrío. Dos y Grau-Verde también. A vosotros os recordó a tía Mora, mitad mujer y mitad espíritu. ¿Acaso aquel hombre era el gran Tío de todos los Otros? ¿Era un espíritu? ¿Un enviado de los Dioses? ¿Por eso construía una Montaña?

Recordasteis una conversación que tuvisteis con el padre de Dos, el trajinante. Sobre el Gran Padre.

La Montaña que no es montaña... El trajinante asintió, la conocía. No saber qué nombre los Otros usan. Es un deseo, una orden, de su Gran Padre. Vuestros rostros de extrañeza le hicieron ver que no sabíais quién o qué era ese título. Gran Padre es el jefe de todas las familias, el padre de todos los padres... aunque no es realmente el padre de todos... él no se ha fol... Se contuvo, pues Grau-Verde escuchaba. Él no ha yacido con todas las madres y abuelas. Uno de sus hijos que escuchaba la conversación, soltó una risotada ante la ocurrencia de su padre. No es un Tío. Y tampoco un guerrero. Es más que eso. Es como un padre, un Gran Padre. Todos los Otros tienen que ser disciplinados con él. Y él quiere una montaña.

El año pasado vi las primeras piedras. Eran grandes, como las de vuestras sierras. No sé cómo conjuraba a los espíritus para sacarlas de la tierra. Los hijos más mayores de Trajinante asintieron, también la habían visto.

Gran Padre levanta la Montaña que no es montaña cerca del río Duru, en Rascruce. Grau-Verde pegó un brinco al escuchar ese nombre. Parecía conocerlo bien. Es como vuestro Horcajo... o Ubres del Agua. O era. Pero se vive muy distinto. Mucho. Su voz se ensombreció. Parecía no traerle buenos recuerdos, o no gustarle, aquel lugar.

Trajinante señaló hacia Amanecer, y luego desvió el dedo ligeramente hacia su izquierda. Aquella dirección. Un cuarto de luna por Lo Llano Raso, el camino más directo. Unos sietes días, aproximadamente, por aquel páramo... lo peor de Verano, según los relatos que habíais oído. Ninguno habíais estado allí.

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29/08/2023, 19:19
Ojos de Ceniza

Después de considerar todas nuestras opciones, y tras prometerle a Dos que no compartiríamos con nadie nada de cuanto nos revelase, nos hicimos nuevamente a los caminos. Las fiebres habían hecho mella en mí, y descubrí con disgusto que no me sentía tan bien como había parecido en un primer momento. Los días que siguieron me vieron empeorar, y hubo momentos en los que temí que mis compañeros de viaje tendrían que dejarme atrás, aunque, milagrosamente, conseguimos llegar a nuestro destino.

En lo más alto de mi fiebre, la estepa dio paso a colinas y encinares. Pero yo no tenía fuerzas para alegrarme. Solo quería parar, llegar de una vez al final y que, por una vez, no hubiese odio, desconfianza y puntas de lanza apuntadas contra nosotros.

Una vez nos adentramos en aquel poblado, más grande que cualquier cosa que hubiese visto hasta entonces, me sorprendió la enorme cantidad de gente que podía verse en derredor, dedicándose a tareas de toda clase, muchas de las cuales me resultaban extrañas o incluso incomprensibles a primera vista. Realmente aquellas personas habían adoptado un modo de vida que nada tenía que ver con el nuestro. Aquello me hizo tener una sensación que nunca había tenido hasta aquel momento: estábamos desapareciendo. Nosotros éramos pocos, muy pocos en comparación con ellos, mientras que los Otros estaban componiendo una red impensable que quizá alguna vez, con el tiempo, los permitiría estar en contacto unos con otros y nutrirse mutuamente.

Cuando un grupo de Otros emplumados salió a nuestro encuentro, pensé que allí acababa nuestra andadura. Por fortuna, Grau-Verde y Dos tuvieron ocasión de explicarles nuestra situación, y el suceso se resolvió sin violencia. Fuimos acompañados por aquel pueblo extraño y gigantesco, desordenado y hediondo, de gentes curiosas y miserables. Al cruzar lo que aquellas personas llamaban «puente», me sorprendí al ver una extensa zona de edificios mucho más grandes e impresionantes. Pensé que quizá allí era donde vivían sus zajoriles y sus jefes, tal vez incluso su Padre de Padres.

Al pie de la montaña que aquel pueblo estaba construyendo, otra comitiva nos salió al paso. Aquellos hombres eran terribles y hermosos, vestidos con trajes, pieles, máscaras, plumas y joyas que mostraban un poder sin igual. Cuando el hombre que parecía dominarlos a todos se impuso ante nosotros, lo entendí: aquel era el Gran Padre que mencionó el padre de Dos. Y supe, instintivamente, lo que significaba. Un dios entre hombres, o al menos aquello debían de pensar todos ellos.

Hice una profunda inclinación, mostrando mi respeto a aquel hombre, mientras intentaba ignorar el modo en que mi vista se nublaba y el latido de mis sienes. Si queríamos tener su hospitalidad, más valdría empezar con buen pie.

Notas de juego

En esta ocasión dejo que sea otro quien hable. Ojos de Ceniza no está en condiciones XD.

Chicos, mañana me voy a Dinamarca de vacaciones. Cuando vuelva ya empiezo con todos mis líos, pero a ver si consigo al menos llegar a un final satisfactorio para mi personaje.

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31/08/2023, 19:09
Masdedos

Las palabras de Dos no fueron suficientes para que mi cerebro pudiera hacerse a la idea de lo verdaderamente grande que era el asentamiento de Rascruce. Cuando parecía que se acababa un grupo de chozas aparecían más, tras el cruce el río chozas más grandes e imposibles de entender para mi cerebro de nuevo febril. Claro que no se movían de ahí: ¿cómo, si deshacer y volver a montar esas chozas debía ser tarea de días?

¿Y sembrando podían alimentar a tanta gente? No las tenía todas conmigo sobre aquello cuando empecé a fijarme en lo delgados que estaban muchos de los que se quedaban mirándome. Pero no pude pensar más allá porque seguía febríl a la vez que intentaba no parecer enferma. No sabía dónde nos guiaban pero al menos Grau-Verde parecía contenta y eso me permitió bajar poco a poco la guardia.

Alejándonos poco a poco del valle, hacia lo empinado, pudimos hacernos la primera idea visual de aquella montaña que estaban construyendo. Gentes vestidas con pieles y plumas nos recibieron, igual que el grupo que nos parara en nuestra travesía la anterior vez. Los recuerdos no eran agradables. La figura de calavera aumentaba la sensación de fascinación y peligro. Era como estar en otro mundo. Estaba cansada y atemorizada como para mirarle, por lo que sólo incliné la cabeza mientras me enganchaba con los dedos a la ropa de Dos para no acabar en el suelo.

Por favor, háblale de nuestro viaje —le pedí, ya que al final era el único que hablaba el idioma de ellos además del nuestro.

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31/08/2023, 19:13
Rayos del Sol

Lo que Dos dijo no fue bien recibido por Rayos que ya se por si tuvo una mala experiencia, y así transcurrieron cuatro días horribles en dónde la fiebre se comenzaba a manifestar en el y experimentaba el mareo y el cansancio, en otra oportunidad, su madre pondría un paño frío en su frente y le arruyaria para pasar el tiempo.

Pero su madre no estaba y ya no era un niño, seguía adelante cómo podía, las chicas y los poblados que veía no le sorprendian, pero si causaba un extraño disgusto, no importaba tanto, tal vez eran sus delirios que le causaban ese extraño estado de odiarlo todo.

No supo en qué momento fue rodeado por "los otros" pero no le agradaba, figuras imponentes y fuertes, esto no pintaba bien, esto estaría mal para el, le alegraba no haber comprado la lanza, pero incluso así, no podría pelear, estaba al límite de sus fuerzas.

Estando tan agotado que no apreciaba las "maravillas" o "atrocidades" de los otros hasta que la niña comenzó a hablar, el se inclinó, no cómo respeto ante la figura de aquél hombre monstruoso, si no que obra por imitación, el no se inclina ante nadie, ni siquiera ante los dioses.

En la montaña, el ya se siente derrotado, siente que los van a sacrificar cómo esos bastardos, o los van a encerrar cómo hicieron en el primer pueblo, no dijo nada, pues si agregaba algo solo sería incertidumbre a su situación.

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01/09/2023, 14:07
Cuentacuentos

Gran Padre, transportado sobre los hombros de los seis fornidos, hizo un gesto con la mano sin llegar a decir palabra. Inmediatamente, uno de los Otros vestidos de forma lujosa habló en su lengua. Obviamente no entendisteis nada. Pero Grau-Verde y Dos sí. Asistieron con gesto solemne, y le contestaron. Había sido una pregunta. Tras ésta, vinieron muchas más. Otros mujeres y hombres del abanico las pronunciaban. Siempre hablaban los bien vestidos. Ni Gran Padre, ni los del sayo. También habló más Dos que Grau-Verde. No le daban tiempo a traduciros.

Así pasó un rato que se os llegó a hacer largo, pues no comprendíais nada, y además estabais muy cansados por el viaje y la fiebre. Hasta que la comitiva se disolvió y entró de nuevo en la gran casa. Entonces Dos ya sí pudo hablar con vosotros.

Ser invitados a Rascruce. Poder descansar. El joven Trajinante señaló a una choza cercana. Allí comida y bebida. Y dormir. Lavar en río. No beber.  en río. Vos seguir yo. Ata perro allí, Ojos. Visiblemente cansado y tranquilo, aunque no especialmente alegre o contento, entró en la choza. Y vosotros con él. No tardaron en llegar dos Otros con mantas y cuencos de comida y bebida. Eran de los que vestían sin lujo. Y trabajaban como hormigas. La comida era... bueno, comida. Unas gachas de caldo, no de leche, y frutas secas.

De repente, a uno de aquellos Otros se le cayó una bandeja. Desde fuera de la choza entró furibunda una mujer emplumada, de las de antes. Gritó y dió órdenes al torpe y al otro, que asistieron y obedecieron más dócilmente que cualquier ganado. ¿Qué pasaba? ¡Ni que fuera Encina Sangrante o Gran Loba quién hablase! Parecían ovejas escuchando a un pastor. Empezaron a limpiar y trabajar como hormigas de nuevo, más rápido que antes. Jamás uno de los vuestros se habría portado así.... ni como la gritona, ni como los serviles.

Dos no pareció inmutarse. Grau-Verde, en cambio, estaba igual que las veces que había oído "Rascruce".

Notas de juego

Me salto a Cazadora, que por otra partida sé que está temporalmente hasta arriba. No te preocupes Goth, reenganchas cuando puedas.

Belgeval, disfruta de las vacaciones. Ya estamos llegando a un lugar adecuado para Ojos.

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01/09/2023, 16:14
Cazadora Lunar

Lo que en un principio se había convertido en un alivio terminó por ser una ardua tarea... Las fiebres iban en aumento y ni siquiera Rayos, Dos o yo nos libramos de aquellas fiebres... Necesitaba, no, quería, un lugar en el que descansar al fin, un lugar en el que poder cerrar los ojos y sentirme a salvo, aunque dudaba poder encontrar ningún lugar así...

Las vistas se volvieron de lo más extrañas, las gentes desconcertantes y enigmáticas, hasta que finalmente aparecieron personas con atuendos y baratijas extraño... Todo lo que a unos les faltaba parecían tenerlo los otros... ¿Acaso podía llamarme a aquella comunidad? ¿familia? Lo dudaba...

Estaba cansada y las palabras nunca habían sido lo mío, así que esperé y cuando vi que había un lugar al que dirigirnos, así lo hice... Aunque aquel hombre de la calavera, aquel Gran Padre... No me inspiraba confianza alguna... 

Notas de juego

Gracias, pongo algo para no quedarme muy atrás. Espero que a partir del lunes la cosa se calme un poco y pueda volver a la normalidad. 

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02/09/2023, 14:42
Masdedos

¿Qué clase de poder ostentaba un hombre así? En mi fiebre Gran Padre empezaba a parecerse mucho más a un dios que a un hombre por lo que me intimidaba. Dos tampoco parecía cómodo, y qué decir de la pequeña Grau-Verde. Una parte de ella quería estar ahí y otra le temía. Algo parecido a cómo me sentía yo.

Pero necesitaba descansar, pero más importante, lavarme en el río. Ya estaba comenzando a desvestirme nada más entrar en la choza, sólo con ese objetivo en mente, cuando empezaron a traernos comida y mantas. Alguien dejó caer algo, resonando como el redoble de un trueno en el cielo lejano dentro de mi cabeza, y hubo gritos. Empecé a reparar en algo.

¿Por qué tienen tanta autoridad los que llevan plumas? —pregunté a Dos, dejando caer mis pertenencias para tirar de mi ropa por encima de mi cabeza.

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10/09/2023, 13:50
Dos

La comida y la bebida os sentaron bien. La fatiga del viaje iba desapareciendo. Y las dudas iban formándose en vuestra mente. Masdedos fue la prima en decir una en voz alta.

Los de plumas son importantes. A más importantes, más plumas. Gran Padre quien más. Otros son zajoriles y jefes de... jefes de... cosas y ¿familias? Dos no estaba seguro del todo. Miró a Grau-Verde y le preguntó a ella en su lengua. La niña respondió sin dudar. Grau-Verde decir que en Rascruce son jefes de todo. De toooooodo. Dos le preguntó algo más. Dice que "todo" es todo, lo que se ve y lo que no se ve. Y no, no son dioses ni zajoriles ni espíritus. Son padres. Y... Grau-Verde añadió algo más. ¿Que saben de los dos mundos, como Ojos? Dos tradujo, sin entender bien a qué se refería la niña.

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11/09/2023, 03:18
Ojos de Ceniza

Escuché con atención las explicaciones de Dos, haciendo lo posible por entenderlas. Me sorprendió saber que aquellas gentes que vivían de un modo tan diferente a nosotros también contasen con zajoriles entre ellos. Sin embargo, me pareció muy extraño lo que el hombre dijo al final: que los más poderosos de entre ellos no eran zajoriles, sino padres, y que sin embargo sabían de los dos mundos. Si se refería a los mundos de la carne y el espíritu, ¿cómo era eso posible? ¿Cómo podía alguien conocer el reino de lo intangible sin haber sido tocado por este?

Si no son zajoriles, pero aun así conocen el mundo de los dioses y los espíritus… ¿qué significa? Ser zajoril significa nacer señalado por el otro mundo. ¿Acaso para ellos es diferente? —Fruncí el ceño, confundido—. Decís que son padres de todo, ¡pero eso no es posible! No se puede ser padre del propio padre, o de los dioses que nos engendraron…

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11/09/2023, 13:07
Masdedos

Me pareció como a Ojos: aquello no tenía sentido en nuestro entendimiento de lo que era un zajoril. Ser zajoril tampoco tenía que ver con ser padre de nada… ¿Y cómo se podía ser padre de todo? ¿Siendo tantos con plumas?

Lo que entendí, suficiente para mi estado, era que serían los que había que tratar con respeto para sobrevivir. Una cosa me quedó clara.

Por eso se enfadaron al ver mi pluma… —rumié en bajo mientras terminaba de desnudarme. — Necesito ir al río, ¿alguien me acompaña?

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11/09/2023, 19:59
Cazadora Lunar

Escuché con atención mientras tomaba algo de comer. Yo no entendía bien aquello de los dos mundos, de ser zajoril y demás. Lo mío era la caza, la naturaleza y el sentir la emoción de poder dar de comer a la familia...

Miré a Masdedos y me levanté.

- Voy contigo, yo también necesito un buen baño en el río... Sinceramente, dudo incluso de que aquí estemos a salvo o de que este pueda ser un lugar al que llamar hogar... 

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11/09/2023, 21:09
Rayos del Sol

La comida se agradece mientras el tiempo pasa y el se recupera de a poco, mejor de ánimo y mejor de las ganas aún que esa gente no le aporta confianza.

- Te preocupas demasiado, al menos son amables con nosotros, el zajoril guía al pueblo en temas de los espíritus e interpreta eso, esta gente le da más importancia a lo que hacen día con día-

Luego ve cómo las mujeres se despojan de sus prendas y deciden irse a bañar.

- Voy con vosotras, también tengo que limpiarme un poco, y lavar mi capa... Ojos ¿vienes? -

Pregunta al zajoril, esperando que su crisis no se extienda cómo una enfermedad por su cuerpo.

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13/09/2023, 11:23
Director

Notas de juego

Sigue la trama en la siguiente escena: 07 - Rascruce.

Fin de esta escena.