Partida Rol por web

Farnad siguió supervisando el concurso de bebida... sin ningún incidente grave... puesto que los borrachos que más alborotaban eran ya unos habituales en la ciudad y con un poco de "persuasión" se irían a dormir la mona a otra parte sin hacer demasiado ruido...

Tras terminar su trabajo allí se dirigió hacia la zona donde tenía lugar el concurso de baile... eso ya era otra cosa... Farnad siendo de orígenes de Schwindra, siempre se vio muy atraído por los bailes, sobretodo aquellos protagonizados por hermosas doncellas...

Una vez allí y tras haber supervisado algo la zona se acercó a donde se encontraba Niles también... - ¿Has visto? Esas tres chicas deben de ser de Schwindra... vaya bellezones... - dijo señalando un grupo de tres chicas morenas que bailaban una danca exótica...

- Sí... de eso no hay duda... - contestó Farnad identificando con claridad los bailes que realizaban las tres muchachas...

- ¿Qué es de lo que no hay duda? ¿De que son de Schwindra o de que son unas autenticas bellezas? - dijo Niles dando un codazo a Farnad a modo de broma, consiguiendo arrancar a Farnad una pequeña sonrisa, algo poco habitual...  

- Ambas cosas... - contestó Farnad... 

Entonces el cielo se oscureció de repente... en un principio Farnad se puso a la defensiva, pero después al ver que no sucedía nada se tranquilizó... hasta que una luz le señaló el dorso de la mano derecha y le marco con la figura de un León... - Esto no puede ser una buena señal... - se dijo a si mismo Farnad...

"Quién me mandaría a coger este camino.." Ya había terminado mi trabajo y como no me quedaba otra comencé a caminar sin rumbo alguno hasta que mis pasos me llevaron a una ciudad con una gran cantidad de gente. Me maldije por no haber tomado otro rumbo y haber acabado en un lugar donde tenías que tener cuidado para que nadie se chocara contigo.

-Tsk, que se le va a hacer...- dije para mí misma mientras me resignaba y caminaba hacia algún lugar con menos gente.

Vi el letrero de una pequeña taberna y entré, enseguida me pedí una gran jarra de cerveza fría pagando con la recompensa que había cobrado hace poco por capturar a un individuo que llevaba en busca y captura desde hace mucho. Bajé ligeramente el cuello de mi chaqueta y comencé a beber y a saborear aquella delicia. Llevaba como tres jarras y pensé en irme, cuando el anuncio de un concurso de beber me llamó la atención, si lo hubiera sabido hubiera esperado algo más.

Salí fuera y entre el gentío intentaba esquivar a las personas, pues el alcohol también hacía su efecto. "Pensaba que esto iba a ser aburrido... Me alegro de equivocarme" y con una gran sonrisa me inscribí, me senté en un taburete y ante mi podía ver una enorme cantidad de alcohol.

-Esto será divertido.

El concurso comenzó y con ello a beber como si no hubiera un mañana. Llevaba ya... creo que perdí la cuenta de cuanto había bebido hasta que el cielo cambió de color. "¿Estaré ya en el suelo desmayada por el alcohol?" pero las caras de las demás personas me decían que no, que todo era muy real. Estaba a la espera de que pasara algo cuando varias luces alumbraron a algunas personas, una de ellas a mi. En un principio cerré los ojos y luego los fui abriendo poco a poco hasta acostumbrarme a aquel haz se fue disipando. Miré mis manos y luego el resto del cuerpo perpleja, y no era la única, el resto de borrachos me miraban como si fuese algo extraño.

-No me jodas...- susurré asustada mientras buscaba alguna marca en mi cuerpo, debía de estar en alguna parte. Le quité la bandeja de plata a una de las mujeres que estaban por allí, la cual no opuso ninguna resistencia, estaba como ida. Me bajé el cuello de la chaqueta y pude ver en el reflejo el símbolo de una cabra en el lado izquierdo de mi cuello.-¡Joder!- tiré la bandeja al suelo cabreada, un sonido que pareció despertar al resto pues enseguida nos rodearon.

Intenté salir del coro que empezaba a rodearme y vi cerca de allí a una de las personas que estaba cerca supervisando el concurso, el cual también fue iluminado. Me acerqué a él y le cogí del cuello de sus vestimentas mientras le miraba desafiante con mis ojos azules.

-Reúne al resto, cachorrito.- gruñí dando un ligero vistazo al símbolo del león que tenía en su mano, dando a entender lo que quería.-Ahora.- mi voz sonaba muy autoritaria. Lo solté e intenté buscar al resto de las personas.

Farnad al notar como alguien lo agarraba llevo su mano a la vaina de sus espada rápidamente, hasta que se fijo en que era una joven... entonces relajó la posición... - ¿Y por qué debería hacerlo?... - huelo algo... - ...no sabía que las muchachas borrachas podían dar órdenes a la guardia real... - dijo de forma sarcástica, puesto que no tenía ninguna obligación de obedecer a aquella muchacha, pero por si acaso seguía a la defensiva.

Al ver que la joven ignoró sus palabras y se marcha observo la situación y ver que la gente empieza a arremolinarse alrededor de varias personas... aquellos que habrían sido iluminados al igual que el joven caballero... Así que decidió por motivos de seguridad reunir a aquellas personas... pero lo acompañarían a los barracones de los Caballeros de Shanteen, allí estarían a salvo...

En la zona del baile pudo advertir a dos individuos tocados por aquella luz... una bailarina muy atemorizada por la reacción del gentío... y un joven vestido con extraños ropajes que se encontraba entre el público... De modo que sin más dilación fue hacia ellos, en primer lugar hacia el joven, que era el que estaba más cerca... - Caballero, será mejor que me acompañe... estará más seguro en los cuarteles y podrá recibir alguna información sobre lo sucedido... - le dijo Farnad en un tono serio pero afable, de forma que no interpretase que era por algo malo, aunque en verdad, el más interesado en saber que había sucedido era él mismo...

Mientras continuaba sorprendido por lo que había acontecido y luego observaba con detenimiento la marca en su mano, el joven nigromante pudo notar que entre el gentío alguien se acercaba a él. Aquella persona, de gran constitución, parecía ser una especie de soldado, detalle que hizo activar la alarma de emergencia en la mente de Ainzel ya que no sabía si había hecho algo malo.

No es necesario explicar que las palabras que aquel hombre expresó, no hicieron más que aumentar la paranoia del joven. Después de todo, las palabras de su maestra siempre aparecían en su cabeza en situaciones como la actual: "Si me veo obligada a sacarte de un calabozo por un acto insensato de tu parte, te daré tal golpiza que no te olvidaras hasta tu lecho de muerte".

Ainzel no deseaba experimentar esa golpiza. Sin pensarlo dos veces, mientras tenía su báculo de huesos en una mano, el joven hizo una especie de "x" con sus dos brazos, haciendo expresión de su rechazo a tal idea por parte del caballero.

No, no. No es necesario visitar los cuarteles. ¡Yo no tengo nada que ver con estas luces! ¡Aun más, debería de reclamar el hecho de que me hayan dejado una marca en mi mano sin mi permiso! Si voy a los cuarteles, mi maestra me matara. No, no, absolutamente denegado.

El joven era demasiado paranoico y desconfiado del resto de las personas como para siquiera aceptar el tono afable del hombre frente a él. Estaba acostumbrado al rechazo de la masa popular así como de la clase alta como para pensar que podía existir alguna especie de buena intención al momento en que las autoridades le llevaran a los cuarteles.

Mucha sonrisa pero luego cuando te descuidas, te meten en el calabozo encadenado hasta los pies. De seguro con mi apariencia pensaran que soy responsable de las luces y que tramo algo malo. Ah...

Al darse cuenta de que con su primera reacción, probablemente, había aumentado aún más la sospecha que la gente podría tener de él, en especial aquel hombre, intentó remediar un poco la situación.

No necesito protección, puedo defenderme sin problemas por mis propios medios. Dudo mucho que alguien desee buscarle pelea a un nigromante. En cambio si yo piso los cuarteles, tendré que soportar la ira de mi maestra. Agradezco el ofrecimiento pero he de rechazarlo.

El borracho al que le pregunté desde el suelo no me dijo gran cosa, estaba desmayado el pobre parecía tener poco aguante al alcohol así que no había otra forma. Me levanté tranquilamente mirando a mi alrededor, había una chica algo extraña que parecía realmente enfadada por algo, me fijé en que también le había salido una marca era casi como la leyenda que rondaba por este lugar.

No podía pensar con mucha claridad y seguramente si hablaba se me volvería a trabar la lengua así que lo mejor era despejarme un poco. Me dirigí al barreño con agua más cercano y sin pensarlo introduje la cabeza y la agité un poco, antes de sacar la cabeza tuve que sujetar la máscara que estaba a punto de caerse debido al peso del agua, -ahora estoy más despierto- pensé mientras mi pelo aún chorreaba agua.

Recoloque mi máscara y comencé a dirigirme hacia la mujer con la otra marca, se había dirigido a la zona del concurso de baile, me encontró un poco dar con ella pero con un poco de búsqueda la vi no muy lejos. Me acerqué a ella y le toqué levemente el hombro para llamarla -perdona, creo que también te ha ocurrido el problemilla sobre los rayos y los tatuajes, ¿es algo muy problemático?- hablaba calmadamente y con voz suave sin apenas gesticular mis manos

Farnad suspira con algo de desaprobación... de modo que se saca el guantelete que se había puesto hacía unos instantes y le muestra la marca... - Esa no es la cuestión... por alguna extraña razón hemos sido marcados y deberíamos buscarle la solución juntos... piensa que harás... mientras voy a ayudar a esa pobre bailarina...

El joven caballero dejó atrás al nigromante para avanzar hacia la palestra donde se encontraban las tres bailarinas rodeadas por el gentío que estaba excitado por la aparición de aquellos... ¿elegidos?... ni siquiera Farnad tenía bien claro de que iba la cosa...

Según se acercaba iba apartando a la gente... - Paso... no molesten a las bailarinas o nos veremos obligados al cancelar el festival... - evidentemente era mentira... pero la gente no parecía querer apartarse... Una vez llego hasta las chicas mostró su marca a la bailarina que tenía la marca en el vientre... - Sígueme, a donde te llevo estaremos todos los marcados más tranquilos y podremos averiguar que ha sucedido... tus compañeras pueden acompañarnos si así quieres y se sienten más tranquilas... - dijo de forma seria Farnad mientras seguía apartando a la gente a duras penas...

Al ver que aquel hombre se sacaba su guantelete y le mostraba una marca en su mano, el nigromante soltó un suspiro de alivio, ya que si bien aún no podía confiar demasiado en el guerrero, al menos sabía que los dos estaban en la misma situación.

Por el momento, lo mejor sería seguirle hacia los demás "marcados" para obtener un poco más de información con respecto a lo que había sucedido. Luego sacaría sus propias conclusiones y decidiría que hacer.

Sin decir una palabra, decidió seguirle hasta el resto de los que habían sido marcados.

Su búsqueda les llevó hasta donde se encontraban unas bailarinas rodeadas por el gentío que parecían igual de sorprendidas que él y el hombre al que seguía.

Debido a la gran cantidad de gente que les rodeaba, Ainzel decidió mantenerse en alerta ante cualquier imprevisto, con una mano sujetando con firmeza su báculo de huesos y la otra sobre su grimorio. Por un lado porque no sabía cuál podría ser la reacción de la gente, así como tampoco sabía si el guerrero iría en contra de su palabra.

Invadido por la tensión de la situación especial en la cual se encontraba, el joven nigromante dedicó una sonrisa extraña (que demostraba su estado de inquietud) a las bailarinas a la vez que asentía a las mismas en una especie de saludo para luego devolver su atención al guardia.

Me encontraba buscando al resto, o al menos intentarlo porque la mayoría de las personas no me dejaba caminar tranquila. Todos ellos mirándome con admiración algo que veía repulsivo, si supieran lo que había hecho a lo largo de mi vida no me verían así pero claro, la marca lo cambiaba todo. Estaba harta de estar allí rodeada de tantas personas mientras gritaban de júbilo y festejaban cosas cuando sentí una mano tocar mi hombro. De forma automática me giré sacando ligeramente mi arma y contestando con muy mala leche:

-¡¿Qué?!- grité mirando a la persona que tenía enfrente mía.

Me di cuenta de que se trataba de uno de los chicos alumbrados, guardé mi arma y mi semblante cambió a uno mucho más relajado mostrando una sonrisa sarcástica.

-¿Acaso eres un payaso o algo así?- quise saber alzando una ceja mientras con mi dedo apuntaba a su máscara. Me resultaba bastante curioso el hecho de que llevara algo tan peculiar. Las personas nos rodeaban y nos daban la enhorabuena, mientras otras seguían impresionados.-Tsk, como sea, vamos a un lugar con menos gente, si es que nos dejan...- dicho eso agarré la muñeca del chico sin esperar respuesta ninguna y sacarlos a rastras hasta algunos callejones de la ciudad. Una vez más tranquilos miré al chico, seguía pareciéndome raro. Decidí responderle a su pregunta.-Depende... ¿Te gusta jugar a ser héroe?- pregunté divertida con una sonrisa ladeada.

De entre los concursantes borrachos, destacaba uno más que los demás. Un hombre con una barba enorme, una gran melena y cara de cabreo. Parecía ser enorme, como si se tratara de un oso pardo. Se bebía las cervezas de dos en dos, una en cada mano mientras no se detenía ni para respirar. El único momento que apartaba las jarras fue para sonar un enorme eructo.-¿Esto es un concurso?, menuda bazofia de rivales.-Se quejó sonoramente antes de agarrar dos jarras más y verter el liquido por su boca.-¡Incluso la cerveza es suave!, ¡Es cerveza de mujeres!.-Gritó mientras le daba un codazo a uno de los presentes provocando que se atragantara con la cerveza.

El hombre definitivamente dejó de beber cuando de repente un haz de luz apareció en el cielo y lamentablemente le tocó a el. Fue cuando se puso de pie extrañado que se abrió su camisa manchada de sudor, alcohol y migas que en su  pectoral se encontraba un enorme tatuaje de un oso comiendo pescado.

-¿Es que no había nada más original?.-Se quejó antes de dar un paso y caerse de golpe contra el suelo provocando que temblara la zona. A fin de cuentas era un hombre enorme, debía de medir al menos 1,90 y tantos además de pesar...210 kg de músculo y grasa. Fue una sorpresa para los presentes que ocurriera aquello.

Desde mi lugar en las alturas ya había divisado a las otras 6 personas a las que la luz había marcado con esos tatuajes. Tres de ellos ya se habían juntado mientras que los demás aún estaban en ello. Decidido a obtener una respuesta sobre esto me fijé en la chica que arrastraba a un joven albino. Ella parecía saber algo sobre esto así que decidí seguirla.

Al ver que el dúo se metía en un callejón salté a la casa contigua y desde ahí hacia el suelo, justo donde ellos estaban. Pensé que lo mejor sería caer detrás del chico, pues mi instinto me decía que esa chica era peligrosa y no quería sorprenderla apareciendo a su espalda y que me atacase por error, eso sería muy problemático...

Al llegar al suelo con un pequeño sonido por la caída, y sabiendo que querrían explicaciones, agaché el cuello de mi camisa para así mostrar mi marca junto al tatuaje de número 4 que llevaba en el pecho.

-¿Podríais decirme qué es esto?- pregunté escuetamente sin cambiar la expresión inescrutable de mi rostro, pero lo pensé mejor y añadí -Se dónde están los demás.- dije mientras señalaba con el pulgar hacía el ruidoso gentío.

-Estupendo una amable mujer- pensé para mí cuando ella me respondió, sin duda debía de estar realmente cabreada por lo de las marcas. Suspiré tranquilamente mientras ella guardaba su arma y después me preguntaba si era un payaso, sonreí levemente aunque no se podía ver -supongo que soy algo parecido a eso- dije levemente hasta que de repente ella tomó mi mano y comenzó a tirar de mí.

Estaba algo perdido, parecía que no le gustaba demasiado la gente, en cualquier caso me llevó a un callejón de la ciudad para poder hablar más tranquilamente. Me froté con la otra mano mi muñeca de la que la chica había tirado, -no creo que sea un buen héroe, de hecho posiblemente sea algo más neutro, solo me dedico a vender en mi tienda y a disfrutar de mis máscaras- le dije tranquilamente.

Poco después un chico extraño que mostraba su tatuaje, suspiré abatido, -yo quería, escaparme sin formar parte de esto- estaba preocupado de no poder volver a mi tiendo en mucho tiempo -¿hay alguna manera de terminar esto pronto?-

Rose y Olivia protegían a Fir del gentío, al ver al caballero acercarse Olivia le dirigió una mirada a este frunciendo el ceño. Rose escucho las palabras del joven caballero, vio su marca en su mano y negó con la cabeza mirando a Olivia.

- Vamos con él. - Dijo Fir mirando a ambas hablando de manera suave. - Estaremos seguras... ¿No...? Pues vamos con él... - Olivia puso cara de asco y Rose asintió.

- No me fio de tí, soldadito. - Dijo Olivia algo recelosa en su voz y las tres muchachas se dejaron llevar por el soldado entre tanto gentío. Fir andaba al lado de este observando su mano, la que le había mostrado. - ¿Tu entiendes que sucede...? - Pregunto Fir a Farnad, de manera cohibida y tímida. Rose y Olivia iban detrás de ellos mirando a la muchedumbre y como se iban apartando.

Farnad suspiró al sentir y padecer la desconfianza de las compañeras de la bailarina que había recibido la marca... - No necesitan confiar en mi... una vez todo esté tranquilo podrán irse si así lo desean... - el joven caballero estaba más preocupado por las marcas que por las quejas de las bailarinas...

Según avanzan entre el gentío escucha la pregunta la pregunta de la joven a la cual se la notaba afligida por la situación... - No del todo... pero puedo imaginármelo, hay historias sobre siete héroes que hacen frente a la oscuridad... justo el tema de este festival... y temo que debe tener relación con ello... - Farnad solo conocía la historia de oídas... sinceramente nunca fue algo que le interesase demasiado, ya que su única preocupación fue su entrenamiento y llegar a ser caballero... pero ahora parecía que las cosas iban a cambiar...

Farnad se dirigió con las bailarinas y el nigromante hacia los barracones... con suerte aquella joven exótica sería lo suficientemente inteligente como para encontrarlos allí...

De la nada salió un chico muy extraño, había saltado del tejado para así evitar a todas las personas, "chico listo..." ante este pensamiento sonreí. Teníamos que encontrar a la última persona y poder encontrarnos con los demás, pero el hecho de pasar de nuevo entre las personas me echaba hacia atrás, pero no teníamos alternativa, suspiré.

-Es mejor que nos encontremos con todos y os contaré lo que sé. No voy a repetir la misma historia dos veces.- miré al recién llegado y fruncí el ceño.-¿Y bien? ¿Dónde está el último?- quise saber mirando al semi-demonio de arriba abajo.

Mientras tanto las personas parecían haberse calmado un poco y celebraban con mucha más alegría aquella nueva señal.

Ante la "petición" de la chica morena, me di la vuelta y les indiqué que me siguieran con un gesto de cabeza. Salí del callejón y me adentré entre las personas en dirección al tipo grande y ruidoso. Esperaba que la gente me dejara paso libre por el hecho de ser mitad demonio y el miedo que tienen hacia estos. Me percaté también de que el caballero salía del gentío seguido de tres chicas y un tipo de extraños ropajes. Al ver eso giré la cabeza hacia los que me seguían y apunté hacia el grupo con un movimiento de ojos, pretendiendo transmitirles que deberíamos seguirles tras encontrar al grandullón.

Al llegar junto al último de los integrantes le di unos toques en el brazo y me retiré, dejando delante al dúo que me seguía.

-Todo vuestro, no soporto a la gente ruidosa.- dije retrocediendo unos pasos, dispuesto a esperar a que ellos lo convencieran de venir con nosotros.

La verdad es que ni la mujer ni el extraño chico me reportaban nada de confianza pero a fin de cuentas estaban en el mismo barco que yo, en el peor de los casos siempre podría escaparme o algo por el estilo. La chica dijo que debíamos de encontrarnos con todos, era un buen plan -la verdad es que no nada del resto, la extraña luz me atacó en mitad del concurso- dije mirándome la pierna, la marca podía ocultarla con solo unos pantalones, algo que sin duda era útil.

El chico decidió guiarnos, -parece que sabe lo que se hace- y así fue, llegamos hasta una persona enorme, me puse en cuchillas para acercarme al enorme hombre en el suelo, -esto, disculpe señor, creo que nos han metido a todos en el mismo saco, la mujer enfadada de atrás mio- dije suavemente señalando a Ashura -si no nos acompañas seguramente se enfade, por lo de las marcas, así que ...- no dije mucho más, se me estaba secando la garganta, cogí una de las jarra de cerveza cercanas y me agencié volviendo con la chica

El enorme hombre alzó la mirada y observó a Eikatsu intentando escuchar atentamente lo que tenía que decir. Aunque cuando comentó lo de "enfadarse" no pudo evitar abrir la boca y soltar una enorme y pesada carcajada.-¿Y que me va a hacer?...¿golpearme con sus puñitos, poner morritos y suplicar?...si tiene lo que hay que tener que me mueva ella...o algo así...no se...estoy aburrido y cansado, buenas noches.-Sin decir más, dejó caer la cabeza y se puso a roncar con tanta fuerza que parecía un autentico oso.

El hombre que valía por elefante no parecía tener muchas ganas de colaborar, incluso parecía despreciar un poco a las mujeres, nada raro en aquella época pero posiblemente molesto para la mujer ninja. Me levanté tranquilamente y me acerque de nuevo a Ashura, -sin duda parece que no esta por la labor de colaborar- dije tranquilamente a la chica.

-Quizás debamos llevarlo o despertarlo- suspiré tras decir aquello, yo solo quería volver a mi tienda pero no parecía que eso me fuese a ser posible en un tiempo. -No me gusta destacar demasiado, pero no queda otra si quiero volver a la tienda-, inspiré profundamente -bien así sea pues, ¿lo llevo o lo lleváis?- le dije señalandolo

Tras un buen rato de forcejeos, el grupo de Farnad llega por fin a los barracones, donde la situación es bastante más tranquila... Allí podrían hablar sobre las marcas y lo que realmente implicaban... solo había que esperar a que la joven que se encontró al principio llegase con el resto de los "elegidos"...

Una vez todos se acomodaron, Farnad se quedó en la entrada del cuartel para que pudiesen verlo cuando lo buscasen...

Fruncí el ceño ante los comentarios del grandullón, aunque de nada servía gritarle, ya se había dormido. Chasqueé la lengua y me acerqué a su pierna cogiendo una de ellas. Comencé a tirar de él. Sí, era pesado, pero estaba cansada de todo esto y quería acabar cuanto ante.

-Tú.- miré con los ojos al semi-demonio y señalé con la cabeza la otra pierna del dormido en señal de que me ayudara, luego miré al chico de la máscara.-Coge un cubo de agua... No, mejor un barril...-dije con una extraña sonrisita en la cara. Ya me encargaría del descerebrado este.

Dicho esto volví a tirar de él hacia donde se encontraban los demás, no sin antes pasar por sitios donde aquel mole se llevara algún golpe en la cabeza.