"LAS LÁGRIMAS DE LA RUSALKA":
- Escena pura y estrictamente narrativa.
RIFTS RUSIA I: LAS LÁGRIMAS DE LA RUSALKA:
En algunas ocasiones se dice que la rusalka es un ser muerto, asociado con la "fuerza oscura". De acuerdo con Zelenin, las mujeres jóvenes que han muerto violentamente y antes de tiempo, así como aquellas mujeres que se han suicidado ahogándose porque su novio rompió con ellas, o aquellas que se suicidaron al quedar embarazadas fuera del matrimonio, deben pasar el tiempo asignado de vida como estos espíritus en la tierra.
También se decía, en algunas zonas, que eran espíritus de niños no bautizados, por lo general aquellos que nacieron fuera del matrimonio y que fueron abandonados por sus madres. Estos seres vagan por el bosque y piden ser bautizados para poder tener paz. No necesariamente inocentes, podrían atacar a un ser humano si se lo propusieran.
Otra versión sostiene que una rusalka es el alma de una mujer joven que ha sido asesinada cerca de un río o lago, anclándose en dicho lugar. No necesariamente mala, se dice que a una rusalka le será permitido descansar en paz si su muerte es vengada.
La verdad, sin embargo, a veces es más oscura.
Una dulce voz escuchada más allá de los árboles, vibrante, acompañada por una orquesta de sonidos: el rumor del agua, el mecido de las hojas por el viento… Una voz atractiva, atrayente. La silueta de una mujer en el interior de un río, el fornido cuerpo de un hombre acercándose, atraído por el cántico. El frío del agua corriente erizando cada vello de la piel del hombre que desea ver a esa mujer más de cerca.
Una sonrisa. Un chapuzón. El estridor de una vida que está próxima a perderse, que pone nerviosos a los pájaros cercanos que alzan el vuelo y huyen de la zona.
Silencio.
El vodka se elabora mediante un proceso de destilación, a partir de almidón o plantas de azúcar, como el maíz, el centeno, el trigo, etc., además de con patata, melazas y otros subproductos.
INVIERNO. MARTES, DÍA 8 DE ENERO DE 105 PA.
POR LA MAÑANA: 09:30.
ZON FÉRTIL AL BORDE OESTE DEL TERRITORIO ROMANOV.
CLIMA INVERNAL. TEMPERATURA: 0º C. ENTORNO NEVADO. CELLISCA LEVE.
Hoy es el último día por las celebraciones del Año Nuevo Ruso, pero la Rueda Roja 886 no descansa. El territorio que debe de patrullar en nombre de los nuevos Soviéticos, los Sovietski, es inmenso, y nunca hay suficiente personal, ni siquiera con los aliados del Campamento de Guerra Romanov.
Tampoco son nunca suficientes los auto-proclamados héroes del pueblo: aventureros solitarios o que viajan en pequeños grupos por la campiña, deshaciendo entuertos unas ocasiones y causando problemas en otras.
La Rueda Roja se topa a menudo con esos héroes errantes, algunos de los cuales son verdaderos caballeros bogatyr —cazadores de demonios— o kuznya místicos —los herreros milagrosos—. En otras ocasiones, son meros comerciantes viajeros y, a veces, estafadores, vendedores de falsos remedios, charlatanes o ladrones. Los peores timadores suelen ser los Ruitanos bohemios, aunque sus coloridas caravanas siguen siendo bien recibidas en todas partes, al menos por tiempos breves, con sus números de malabarismo, sus canciones y sus viejas adivinas decidoras de la buenaventura.
Existe un viejo camino de carros y camiones que une los pueblos de Cigarrillos y MasVodka, situado a unos cien kilómetros más al norte.
En invierno son necesarios los vehículos todoterreno, adaptados, debido a que el camino está cubierto de una gruesa capa de hielo y nieve.
La primavera es aun peor. El deshielo lo convierte todo en un apestoso barrizal. Por suerte, ahora estamos en pleno invierno, aunque seguramente el verano y el otoño serían los mejores momentos para viajar. Será también cuando lo hagan los comerciantes habituales, probablemente.
El viaje de cien kilómetros en pleno invierno es factible para realizarlo en dos días sin apenas problema, aunque un ritmo cauteloso de tres días sería mejor para evitar socavones del terreno cubiertos de nieve blanda o hielo quebradizo y, también, para evitar potenciales emboscadas.
En esta región hay Ruitanos y algunos bandidos. Encuentros con monstruos, demonios arcaicos y espíritus son posibles; pero, como en territorio Romanov se les persigue, suelen quedarse ocultos en bosques densos, colinas, cuevas y zonas montañosas, apartándose de pueblos y caminos por lo general.
La patrulla normal de la 886ª posiblemente les llevaría más hacia el Oeste, puede que esa ruta suponga incluso penetrar ligeramente en territorio polaco, en tierras disputadas por los salvajes y brutales sub-demonios Brodkil.
Sin embargo, el Shturmovik Vorona recibió, hace unos días, un mensaje un tanto confuso que parecía ser órdenes del Campamento de Guerra de seguir patrullando en dirección al norte. Tiene que haber, sin duda, un buen motivo para ello; pero el mensaje quedó truncado y se desconoce la causa de esa orden.
Por otro lado, al Comandante de la Patrulla le gustaría saber más sobre el misterioso saltimbanqui de MasVodka del que hablaban tan mal algunas personas de Cigarrillos, aunque nadie parecía ponerse de acuerdo con cuál es su nombre: si Odel, Olav o algo parecido.
Además, para una unidad militar del tamaño de la 886ª Krasnoye Koleso, viajar en pleno invierno por Rusia con poco vodka no es cómodo ni agradable, por lo que una parada en un pueblo productor de vodka parece bastante recomendable.
El Comandante de la Patrulla había interrogado sin demasiado éxito al Bossu Oleksandr, el gobernante de Cigarrillos, intentando sonsacarle más acerca los Gnomos, Sveta y el misterio que la rodeaba. Estuvo muy tentado en tomar represalias, contra el Bossu, contra el propio pueblo, y contra los malditos Gnomos. Finalmente, acabó desistiendo, pues la actitud pesimista generalizada incitaba a pensar que era mejor dejar las cosas estar.
Decidió un cauteloso viaje hacia el norte por terreno complicado en dos jornadas. Antes de las Grietas, por carretera, probablemente hubiera podido hacerse el viaje en cuestión de dos o tres horas, sin mucho problema. Ahora era factible hacerlo una o más jornadas de ocho horas, con bastante tiempo de descanso y viajando sólo de día.
Durante la primera jornada, las Efreitor Levin y Volkov tuvieron numerosas veces la sensación, o "sensaciones momentáneas", de que algo no estaba bien, de que había "cosas", "presencias" en los caminos, entre los árboles.
En un momento dado, la Patrulla fue asaltada por dos camionetas con blindaje ligero, armadas con cañones de riel, se trataba de un reducido grupo de Saqueadores Orloff desesperados por conseguir éxitos para su Campamento de Guerra. El destino, sin embargo, no les sería propicio, pues fueron derrotados fácilmente por la 886ª Krasnoye Koleso, y los supervivientes fueron prontamente interrogados y sumariamente ejecutados. El botín que portaban no era gran cosa, pero fue recogido de todas formas.
Los bandidos, sin duda se habían visto atraídos por la relativamente alta velocidad del convoy Sovietski. Llevaban demasiado tiempo errando fuera de su base, y sin duda temían ser castigados en caso de regresar con las manos vacías.
La Patrulla encontró también terreno peligroso, pero gracias al reconocimiento efectuado por Volkov y Magatov, pudo ser soslayado con facilidad, evitando que los vehículos sufrieran daños, o que el viaje se viera sometido a retrasos.
En un momento dado, la Efreitor Levin creyó ver inopinadamente una horda de no muertos carroñeros menores cruzando el camino en un área boscosa. Las criaturas sin duda les tendrían más miedo que al contrario, y se apartaron prontamente, antes de ser divisados siquiera por los demás.
LLEGADA A MASVODKA:
La región donde se encontraba MasVodka era un amplio valle rodeado de llanuras. El valle cuenta con diversos montes y estribaciones rocosas, a menudo coronadas por las ruinas de antiguas fortificaciones que puede que ya estuvieran abandonadas en el tiempo anterior a la llegada del Cataclismo.
Al llegar al valle, el grupo notó que algo no estaba bien. Sin duda, había algo que estaba fuera de lugar. Se detuvieron a observar mejor, detectando árboles calcinados por disparos perdidos de láser y otras armas. Al investigar los árboles determinaron que habían sido destruidos haría una semana. Con algo más de esfuerzo, lograron deducir desde dónde se originaron los disparos que calcinaron varios árboles. El lugar estaba detrás de un bosque y entre varias colinas, se trataba de un hermoso prado.
O al menos lo hubiera sido de no tratarse del escenario de una cruenta batalla, acaecida una semana atrás, en la que un convoy de Segadores Romanov había sido interceptado y destruido, dejando atrás dos camiones destrozados y volcados. Muchos de los árboles y rocas de la zona estaban quemados, mostrando haber sido alcanzados por disparos de los Segadores Romanov, que se defendían de algún ataque, aunque resultaron derrotados.
En el lugar había unos dieciséis cadáveres, de los que se estaban alimentando media docena de extrañas criaturas de sombras con forma de lobos. Sus siluetas eran difusas y borrosas, por lo que no resultaron ser blancos fáciles, ni siquiera tomados por sorpresa. Las criaturas sobrenaturales de sombras fueron vencidas por la Patrulla, y sus restos, semejantes a pútrido alquitrán, fueron quemados para que no volvieran a re-engendrarse.
Tras la batalla, la 886ª investigó los camiones, descubriendo que contenían un cargamento de municiones varias de plata, así como material suficiente para modificar municiones y explosivos, convirtiéndolos en armas de plata. Se llevaron todo cuanto pudieron.
Aparte del cargamento, no había mucho más botín. Los cuerpos estaban destrozados, y sus armaduras y equipamiento eran mayormente irrecuperables, salvo unos pocos fusiles Kalashnikov convencionales.
El análisis de los restos, los daños en los cadáveres y en los camiones indicaron que el convoy procedía del Este (probablemente del Campamento Romanov más cercano, a varios días de viaje cauteloso). Todo parecía indicar que fueron atacados por una sola criatura que no ha dejado restos de sangre, salvo grueso pelaje negro y huellas de un lobo gigante, posiblemente más alto que los árboles. El ataque se produjo probablemente unos seis días atrás (realmente fue a los dos días de que el Saltimbanqui Olav Olegg se marchara de Cigarrillos, como descubrirían después).
Examinar con cierto detenimiento los daños indicó que el atacante era una criatura mucho más grande y poderosa que los Lobosombras. Algunos pensaron que podía tratarse de un Lobo Feroz, lo cual parecía improbable, ya que seguramente tal criatura no se tratase de algo real, sino más bien de un arcaico cuento para asustar a los niños que se portaran mal.
Tras detenerse a preparar municiones de plata, la Patrulla arribó al pueblo de MasVodka, que tenía un aspecto bastante idílico de casas tradicionales rusas de madera, rodeadas de enormes campos de trigo y centeno, además de muchos huertos donde se cultivaban patatas y muchas otras hortalizas.
El pueblo era bastante bonito, exceptuando la gran planta embotelladora y la factoría de destilación que había al norte de éste, y que expulsaba humos oscuros que desentonaban bastante con el entorno.
Pronto, observaron que las defensas son de risa, y que tan sólo parecían consistir en una docena de torres de vigilancia, aunque sólo la mitad paría operativa, equipadas con cañones de riel antiaéreos. Incluso esas estaban en esos momentos desatendidas, pues los defensores no estaban alerta (y se encontraban mayormente borrachos), por lo que tardaron largo rato en percatarse de la llegada de la 886ª Krasnoye Koleso. Cuando lo hicieron, exageraron haciendo sonar cuernos y sirenas, y montando un torpísimo zafarrancho de combate que resultó bastante penoso.
Los defensores eran una docena de Soldati Romanov retirados, todos ellos mayores de cincuenta años y muy avejentados. Parecían particularmente desmemoriados e indisciplinados, algo que más bien impropio de tropas Romanov, aunque estuvieran retirados. Llevaban sus armaduras mal puestas y sus armas no parecían estar demasiado funcionales, ni en adecuado estado de revista.
Cerca, en el lado Oeste del pueblo había un hermosísimo lago situado entre grandes rocas y alimentado por bellas cascadas. Pese a la belleza del lugar, no había nadie cerca, ni siquiera pescadores.
La Patrulla interrogó a los defensores retirados, que mostraban a las claras signos de pérdida de lucidez, olvidos y cierta disociación con la realidad. Les contaron que ya nadie se acercaba al lago por temor a la Rusalka.
Los lugareños explicaron que una hermosa joven fue hallada muerta en el lago junto al pueblo de MasVodka a principios de diciembre del año pasado. Estaba despedazada y faltaban trozos del cuerpo. También se encontraron sus ropas rasgadas en otro sitio.
Tiempo después, la joven se aparece ocasionalmente en el lago y hechiza a quienes se acercan, haciéndoles olvidar meses o incluso años de su vida, o incluso haciéndoles envejecer prematuramente.
Los lugareños desmemoriados eran mayormente agradables, pero se mostraban nostálgicos y tristes.
Un hombre llamado Bersk, dueño de la tienda general local, no recordaba a su fallecida esposa (a quien se la había llevado la Tos cinco atrás), ni el día de su boda, aunque sabía que ese fue el día más feliz de su vida. Maldecía entre lágrimas a la Rusalka por haberle robado sus recuerdos felices.
El equivalente al Alcalde o Bossu era el Viejo Capataz Vilaf. Desvariaba, recordando tiempos felices de su juventud, pero perdiendo en buena parte su memoria a largo plazo. Conservaba suficiente conocimiento para mantener la destilería de vodka y la planta embotelladora funcionando, así como los asuntos más rutinarios del pueblo, pero le costaba comprender o recordar cualquier problema reciente.
La 886ª Krasnoye Koleso siguió investigando, averiguando cuanto podían acerca de la Rusalka. Quisieron también investigar al extraño Saltimbanqui de la zona que a veces visitaba Cigarrillos. Los lugareños les indicaron cómo llegar a su cabaña, al norte del pueblo de MasVodka.
El Saltimbanqui, Olav Olegg, resultó ser de inmediato un tipo de lo más extraño y sospechoso. Los sentidos agudos de la Efreitor Volkov fueron cruciales, ya que con su olfato encontró ropa usada de mujer, sin duda víctimas del Saltimbanqui. Tras un desagradable enfrentamiento verbal, la cosa se fue de las manos y la Efreitor aparentemente mató al extraño hombre cejijunto.
El cuerpo caído, sin embargo, se alzó poco después, transformándose en un inmenso troll que parecía regenerar cualquier daño, salvo el causado por fuego. Tras un intenso combate, la Patrulla pudo vencerlo y abatirlo. O al menos eso pareció, aunque la Efreitor Levin no estaba nada convencida y creía que volvería antes o después.
Los restos del Troll, incluso tras ser completamente incinerados, se transformaron en una calavera humana, que la Patrulla entregó por la noche a la Rusalka, liberándola así de su maldición y, de este modo, también al vodka contaminado por las lágrimas de la Rusalka y al propio pueblo de MasVodka.
El registro de las pertenencias del malvado Saltimbanqui reveló trastos, cachivaches y mercancía (vodka y cigarrillos principalmente). También se encontró una placa con la insignia Orloff y unas notas en papel con una caligrafía demente casi ilegible. Las notas resultaron ser una especie de demencial diario sobre su admiración a Orloff y su odio al Campamento Romanov. No tenían demasiado sentido y eran claramente los desvaríos de un loco.
Volkov y Levin creían que, habiendo sido liberada la Rusalka de su tormento, las víctimas desmemoriadas se irían recuperando poco a poco. Seguramente no volverían a recuperar nunca del todo todos sus recuerdos, pero podrían volver a funcionar con normalidad.
La milicia voluntaria de reservistas Romanov se encontraba avergonzada, aunque acordó hacerse cargo de sus funciones hasta que pudieran ser relevados por tropas nuevas.
INFORME DEL MLADSHIY LEYTENANT LEON IVANOVICH GROSSMAN.
UNIDAD: 886ª Krasnoye Koleso.
11 DE ENERO DEL 105 PA
Tal como se indicó al finalizar el informe 4-345-4/7-105 la unidad se encontraba en el poblado de Cigarrillos, donde finalmente se decidió por el mando abandonar el intento de rescate de la niña Sveta, que había sido entregada por su familia (con el asentimiento omisivo al menos de las autoridades locales, a un grupo de gnomos que ocupaba, y sigue ocupando, el Bosque del Musgo (ver informe sobre la existencia de una nueva especie no categorizada hasta ahora de D-Bees)
Es preciso resaltar que tras retirarnos tras el primer encuentro con estos seres el camarada comandante decidió volver a interrogar al bossu local, acompañado del camarada Shturmovik Vorona. Sin embargo dicho segundo interrogatorio no permitió extraer nuevas conclusiones a las ya existentes. Probablemente el bossu de la aldea no tenía el conocimiento, pero sin duda sí la sospecha. Y precisamente por eso decidió no investigar. En todo caso no fue posible sacar nueva información, y tampoco yo pude acceder nuevamente al bosque, indicando a tal efecto la efreitor Levin la posibilidad de que el bosque existiera al tiempo en diversos planos de la existencia.
No eran la mejores noticias, y el propio camarada comandante quiso escuchar las opiniones del resto de mandos sobre qué hacer. Finalmente el hecho de no estar en nuestro territorio y el innegable efecto positivo de las construcciones de los gnomos fueron suficiente para dejar el terrero y continuar nuestra patrulla.
En un primer momento la dirección de la patrulla no hubiera debido acercarnos a la población de MásVodka, puesto que debía dirigirse hacia el oeste. Sin embargo, hace unos días, el camarada Shturmovik Vorona había recibido un mensaje bastante críptico que parecía indicar la conveniencia de seguir la patrulla en dirección norte. Ese hecho, unido a las escasas reservas de vodka, y a la implicación en el secuestro de Sveta por los gnomos de un dudoso juglar o saltimbanqui, de nombre discutible, y precisamente de MásVodka, hicieron que nuestro mando finalmente se decidiera por tomar dirección a la indicada ciudad. Era, entonces, posible, una velocidad más rápida (que tal vez nos hubiera permitido llegar en un día) o más lenta y cautelosa, para evitar sufrir daños debido al lamentable estado de las comunicaciones en invierno. Sin embargo finalmente se tomó una disposición intermedia, que nos permitía llegar en tan solo dos días. Entiendo era la más acertada, evitando un excesivo retraso, así como un riesgo demasiado alto por los problemas del terreno.
Pronto se descubrió que tanto la ruta como la velocidad habían sido más que convenientes, pues nos permitió encontrar una de las pequeñas patrullas con las que el señor de la Guerra Orloff hostigaba a nuestra aliado la señora de la guerra Romanov en su territorio y que, aunque no demasiado peligrosas para una unidad preparada, sí son numerosas. Esta se componía de dos camionetas con blindaje ligero, armadas con cañones de riel. Fueron destruidas, tras un rápido intercambio de disparos, logrando conminar a los que aun seguían combatiendo para que se rindieran. Desgraciadamente, tras ser interrogados por el camarada comandante, los prisioneros mostraron tanto estupidez, como falta de conocimiento, y falta de respeto tanto a nuestro superior como a los ideales de la sagrada Rusia, con lo que fueron ejecutados. Se obtuvo lo poco que portaban (tal como se detalla en el apéndice segundo)
La efreitor Volkov y el soldat Magatov evitaron problemas derivados del terreno, e igualmente, vieron algunos grupos de aberraciones menores que huyeron de nosotros, con lo que seguimos ruta, ante la conveniencia de no perder tiempo.
Al llegar a MásVodka nos encontramos con problemas. Había una serie de árboles calcinados y, siguiendo el rastro de los mismos, localizamos un convoy de Segadores Romanov, compuesto por dos camiones, que habían sido destruidos. Había media docena de aberraciones, lobos de sombra, que estaban devorando a unos cadáveres, probablemente romanov. Aniquilamos a las aberraciones y dimos un entierro digno a los cadáveres de nuestros aliados, para acto seguido investigar el cargamento, que pasó a ser parte de nuestro botón (detallado como se ha indicad en el apéndice segundo) Sin embargo las aberraciones no habían sido las responsables de los daños, que parecían haber sido causados por un único enemigo: un gigantesco lobo.
No había, sin embargo, suficientes restos del gargantuesco lobo para buscarlo, así que seguimos hacia MásVodka... donde nos encontramos uno de las mayores ejemplos de lasitud, baja moral y falta de disciplina que he contemplado entre los miembros de la guarnición. Comprobado, sin embargo, que había algo extraño en ese comportamiento, decidimos seguir investigando y, nuevamente, el nombre del buhonero volvió a salir a relucir unido, esta vez, al precioso lago cercano.
Finalmente fuimos a buscar al buhonero, y merced al olfato de la efritor Volkov, descubrimos que había matado a diversas jóvenes. Acabamos con él, primero como buhonero y, después, al transformare en un enorme troll. Tras nuestra victoria (sobre la que la efreitor Levin indica es temporal, pues el ser volverá) se formó de su ceniza una especie de cráneo humano, que entregamos a la aberración que había maldito el lago (y por tanto también la producción de vodka). Al parecer era una de las jóvenes asesinada por el troll que se había transformado en una rusalka y maldito con el olvido el agua del lago... y por tanto también el vodka que se estaba haciendo con la misma. Al hacerlo la maldición terminó, al menos, por ahora. Y pudimos regresar.
Entiendo que tanto la población de Cigarrillos como de MásVodka nos conocen y nos aprecian a partir de este momento.
APÉNDICE PRIMERO.
K1. Starshiy Leytenant Grigori Grigorievich Korsakoff. Buen líder. Fiable y con capacidad de adaptación. Starshiy Leytenant Grigori Grigorievich Korsakoff. Su actuación fue buena, logrando dirigir y coordinar al grupo, sin que se hayan causado daños de relevancia a la unidad, probablemente, por su dirección.
K3. Shturmovik Marek Iurenko Vorona. Caballero de Romanov. Fiable, rápido, con gran potencia de fuego. Una pena que sea aliado en vez de ser parte del pueblo Sovietski
K4. Efreitor Calina Volkov. Su mente semi animal le traiciona en ocasiones con una excesiva impetuosidad y cierta incapacidad para la paciencia y el pensamiento complejo. Considero que es necesario tenerla bien controlada. Dicho esto sería injusto silenciar su diligencia, capacidad y aptitud. Ha demostrado ser útil tanto en la detección de nuestro enemigo como en el combate contra el mismo. Es un elemento sumamente valiosa de la unidad.
K5. Efreitor Tanya Levin. Poco activa en esta misión, pero ha obedecido órdenes de forma correcta. Del mismo modo su conocimiento sobre magia y leyendas ha sido un importante apoyo.
En cuanto a los soldats Magatov, Gortol e Yvan han sido nombrados en orden de mejor a más discreta actuación. En todo caso todos han actuado de forma, al menos, aceptable.
APÉNDICE SEGUNDO.
INVIERNO. SÁBADO, DÍA 8 DE ENERO DE 105 PA.
POR LA MAÑANA: 07:05.
EXPLANADA AL NORTE DEL PUEBLO DE CIGARRILLOS.
CLIMA INVERNAL. TEMPERATURA: -1º C. ENTORNO NEVADO.
Habían transcurrido tres días desde que la 886ª Krasnoye Koleso decidiera que ya no había nada que hacer en la población de Cigarrillos. Todo era como pintaba, sin vuelta de hoja ni medias tintas: Sveta había sido entregada por medio de un pacto de su difunta familia a los Gnomos D-Bees, que a cambio daban cierta protección al pueblo en cuanto a las inclemencias del invierno y puede que cubrieran tácticamente su extremo norte en cierta medida. La chica no se abriría de piernas para los Orloff, pero lo haría para los Gnomos; al menos era su elección.
Quien más quien menos, sabía o sospechaba la existencia de este acuerdo, pero a nadie parecía importarle demasiado. Bastante dura era ya la vida en la estepa rusa como para tener en cuenta estos aspectos de una más que difícil existencia. Al menos Pietr había quedado desligado de su título de lunático, si bien aún quedaba pendiente la historia esa del lobo descomunal, que no encajaba con lo ocurrido por ninguna parte. El chico prosperaría una vez que supo (por duro que fuera) que su hermana estaba ahí, cerca de Cigarrillos y no fugada con un saltimbanqui, buhonero, buscavidas del que poco o nada sabía, salvo que se llamaba Olaf u Oleg, y que era de un pueblo a 100 kilómetros al norte llamado MasVodka.
Una vez quedó claro el asunto, Vorona se permitió compartir con el Komandyr el asunto de la formación de Ángeles de Combate que había detectado hacía unos días. Era algo sobre lo que llamaban la atención, la maniobra estrella. Una vez Korsakoff supo esto, decidió poner rumbo al lugar donde se había producido la señal, que curiosamente era a 100 kilómetros hacia el norte, en dirección a una población llamada MasVodka. ¿Coincidencia? Vorona no creía en ellas, la verdad.
La mañana olía a diésel, a aceite de armas, y a combustible de munición mientras las motos rugían y se preparaban los vehículos para el viaje. Este podía ser desde uno a tres días, dependiendo de cuánto quisiera arriesgar Korsakoff con el camino. Finalmente se marcó un ritmo de dos jornadas para cubrir los 100 kilómetros que nos separaban de MasVodka, algo que era a la vez prudente y seguro.
INVIERNO. DOMINGO, DÍA 9 DE ENERO DE 105 PA.
POR LA MAÑANA: 12:05.
CAMINO DEL NORTE HACIA MASVODKA.
CLIMA INVERNAL. TEMPERATURA: -5º C. ENTORNO NEVADO.
Tan seguro como puede ser viajar por la frontera Romanov-Orloff, ya que el camino nos llevó a un encuentro con una patrulla de Segadores Orloff. Los dos vehículos y sus cañones de raíl montados no supusieron más que un retraso para la 886ª Krasnoye Koleso; unas ráfagas láser y algunos misiles dieron al traste con la locura de los Orloff, cuyos humeantes vehículos apenas supusieron un ligero retraso para el bien armado contingente. El interrogatorio a los supervivientes no dio más información que balbuceos incoherentes de adictos al vodka y cosas más nocivas. Lo ya conocido ampliamente: Decenas, sino cientos de pequeñas patrullas hostigaban la frontera por orden de un demente, el Señor de la Guerra Orloff. Hoy serían una menos.
INVIERNO. LUNES, DÍA 10 DE ENERO DE 105 PA.
POR LA TARDE: 15:05.
EN LAS AFUERAS DE MASVODKA.
CLIMA INVERNAL. TEMPERATURA: -4º C. ENTORNO NEVADO.
Cuando advertíamos que el final del camino estaba cercano, el panorama que se abríó ante la 886ª Krasnoye Koleso no podía ser más desolador: Restos de una flota de camiones de transporte de mercancías pertenecientes a la Esfera Romanov alfombraban el suelo, tras lo que parecía una ataque que había dejado rasgados hombres y vehículos por igual. Lo más aterrador no obstante eran la media docena de formas espectrales que rondaban el lugar, mientras se alimentaban de los cuerpos dispersos. Eran de gran tamaño y demostraron ser resistentes en tanto lanzamos nuestro arsenal sobre ellas. Finalmente la potencia de fuego sostenida del contingente hizo que dos criaturas supervivientes huyeran; sólo gracias a la percepción preternatural de Volkov pudimos dar cuenta de manera definitiva de los seres, cuyos restos como charcos de aceite maloliente tuvimos que quemar para evitar que volvieran a la vida.
Una vez revisamos el lugar, dimos con dos detalles a tener en cuenta: Primero, la caravana había sido atacada hacía unos seis días por una criatura de rasgos parecidos a los de un lobo, pero de un tamaño descomunal. Y segundo, el contenido de los camiones era munición de plata, especialmente diseñada para combatir D-Bees de carácter sobrenaturalmente maligno. Aprovechamos el cargamento para dedicar algunas horas a armarnos en ese sentido, modificando algunas de las municiones que usamos para que contuvieran plata en su interior. Nunca sabías cuándo podía hacer falta algo así.
La llegada a MasVodka nos dejó claro que algo extraño ocurría allí. Los avejentados guardias que custodiaban el lugar, en realidad no lo hacían, sino que parecían sumidos en la autocomplacencia y en un absurdo cacareo que querían hacer pasar por conversación. Un examen médico por parte de Grossman aclaró que se hallaban bajo la influencia de algún tipo de sustancia, fuera esta natural o antinatural. Tras hablar con ellos y que nos indicaran dónde encontrar a dos referentes del pueblo en cuanto a conocimiento, el Capataz Vilaff y el anciano Bersk, pudimos deducir de la confusa charla con estos últimos que el problema venía del agua, el agua con el que elaboraban el vodka, un agua que venía de una estaque cercano, el cual parecía habitado por una extraña criatura de la mitología rusa: Una Rusalka.
La Rusalka, una criatura que se dice que es el alma de una mujer joven que ha sido asesinada o muerta antes de tiempo cerca de un río o un lago, y embruja dicho lugar. No hay maldad en sus actos, pero clama venganza sobre su muerte para poder descansar en paz.
Un pálpito nos hizo preguntar por Olaf u Oleg, el buhonero del que oímos hablar en Cigarrillos, al que descubrimos que llamaban el “Cejijunto”. Nos indicaron donde encontrar su cabaña, a unos minutos a las afueras del pueblo. El lugar nos puso en guardia y las emanaciones del tipo (de cejas como cepillos), aún más. Un rápido interrogatorio y el agudo olfato de Volkov nos llevó a la convicción de que ese tipejo había tenido que ver con la muerte de la joven, ahora convertida en al Rusalka que encantaba el lago. Tanto fue nuestro acierto, que tras ser abatido por una furiosa Volkov, la caricatura de hombre que era se transmutó en un monstruoso troll al que tuvimos que abatir con acero y sobre todo fuego, ya que se resistía a morir sino era bajo ese elemento. Una exploración posterior de sus efectos nos llevó al convencimiento de que llevaba años pateando el territorio Romanov haciendo de sus víctimas a mujeres, y que odiaba profundamente a las mismas y a cualquiera perteneciente a la Esfera Romanov.
Y así dimos con la satisfacción de haber impedido que Sveta cayera en las manos de este maníaco, y ahora el que se hubiera convertido en una Gnomo para ayudar a su comunidad parecía algo de menor importancia. También dimos paz a la Rusalka entregando los restos del asesino violador a su espíritu, así que el lago dejó de estar encantado y el vodka volvía a correr puro por MasVodka.
Y como somos Sovietsky y además Romanov, fumamos, reímos y bebimos. Bebimos el buen vodka de MasVodka y fumamos el tabaco de Cigarrillos. Esa era la dura vida de la estepa. Se vivía día a día, ya que cada día vivido era una partida ganada a la Parca.
RIFTS RUSIA I: LAS LÁGRIMAS DE LA RUSALKA:
La nevada cubría MasVodka con un manto blanco, silenciando el eco de la reciente batalla. Tanya Levin observó el lago helado, su mirada melancólica penetrando la niebla. El aire, gélido y cargado de presencias invisibles, apenas movía los mechones rubios que escapaban de su gorra militar.
La historia de la Rusalka resonaba en su mente, un eco de dolor y venganza que había encontrado su fin. Su mirada se posó en los reservistas Romanov, sus rostros marcados por la confusión y la vergüenza. La Efreitor no sentía desprecio, solo una profunda comprensión de la fragilidad de la mente humana. Levin sentía la sutil vibración del cambio, la atmósfera densa de tristeza y olvido comenzando a disiparse.
El troll, una abominación nacida de la locura y la ambición, había caído, pero Tanya sentía la inquietante certeza de que su influencia persistiría.
La oscuridad siempre encuentra una grieta. Sólo podemos esperar que la luz sea lo bastante fuerte para mantenerla a raya.
Mientras la patrulla se preparaba para partir, Tanya se detuvo un momento, observando el lago helado. La imagen de la Rusalka, una mujer hermosa y trágica, se había grabado en su mente. Tanya sentía una extraña afinidad con ella, una comprensión de la soledad y el dolor que la consumían.
INVIERNO. MARTES DÍA 11 DE ENERO DE 105 PA.
POR LA NOCHE.
CLIMA INVERNAL. ENTORNO NEVADO.
DIARIO PERSONAL DEL STARSHIY LEYTENANT KORSAKOFF.
Haciendo reflexión de los últimos días me doy cuenta de que empiezo a estar demasiado viejo para esto.
Primero en Cigarrillos. No comprendo cómo los civiles pueden comportarse así. Entiendo que la vida aquí es dura, y que tienen que procurar aprovechar cualquier ventaja que les llegue, sea de donde sea. Pero acatar de manera tan sumisa el entregar humanos a los D-Bees... comerciar así con uno de los nuestros. Y peor, ¡para que lo transformen en una de esas criaturas!
Hace mucho que no me topaba en mis viajes con un peligro tan grande. El resto de D-Bees pueden ser peligrosos y mortales en muchos sentidos, pero ninguno que yo conozca ha sido capaz de mutar a humanos. Eso podría significar el fin de nuestra especie.
A regañadientes ordené que dejásemos a esos gnomos en paz y continuásemos la marcha. Pero tengo bien anotada la ubicación de Cigarrillos, y en cuanto pueda consultar con el mando en persona estoy convencido de que habrá otra misión para exterminar ese bosque. Hubiera estado bien poder conseguir algún tipo de acuerdo con esos gnomos pues sus habilidades nos habrían resultado muy útiles... pero estaba complicado.
Luego el viaje. Hasta que llegamos a MasVodka nos topamos con algunos problemas menores, y pude comprobar que todo el regimiento funciona como una máquina bien engrasada. Estoy complacido. Da igual que nos enfrentemos a saqueadores enemigos, o a criaturas aberrantes como esos lobos, cada miembro de la 886ª sabe qué debe hacer en todo momento, y cumple con su papel.
Un convoy Romanov había sido atacado y no quedaban supervivientes. Al menos pudimos recuperar todo el material que estaban transportando, y descubrimos que su destino había sido MasVodka también. ¿Qué o quién había querido impedir que ese material llegara al pueblo?
Fue una suerte contar con la Efreitor Volkov dado su conocimiento sobre el mundo D-Bee y sus percepciones excepcionales. De no ser por ella nos habríamos topado con más problemas si esos lobos se hubieran puesto de nuevo en pie por sorpresa.
Pero cada punto tiene su contrapunto. Ya llegaremos a eso.
MasVodka. Nuestro destino. El pueblo resultó una decepción. Donde esperaba haber encontrado soldados Romanov solo había un grupo de peleles. Pudimos hablar con el Capataz Vilaf, y éste nos dirigió al que más sabía del pueblo, un tal Bersk. La gente que iba al lago se olvidaba de las cosas y perdía la felicidad. Todo obra de una Rusalka. Impartí órdenes de inmediato para que nadie bebiera agua del lago, ni se consumiera ningún pescado proveniente del mismo.
Todo ello fue chocante, pero con una buena explicación. Tuvimos la fortuna de descubrir que el maldito Saltimbanqui Olav Olegg era el causante de todos los males. Desde que había escuchado hablar de él en Cigarrillos, y en especial con la opinión de la niña Sveta acerca de él, le había tenido ganas. Quería conocer a ese tipo. Hablar con él, estudiarlo. Y determinar si era un peligro.
Resultó que sí. Era un asesino de mujeres y culpable de la existencia de la Rusalka en el lago del pueblo, así como de que todos estuvieran infectados por el agua y vodka que bebían contaminados por las lágrimas de la muchacha. No comparto la manera en que la Efreitor Volkov perdió los papeles e inició las hostilidades con el Saltimbanqui, pero el resultado final mereció la pena. Gracias sobre todo a la intervención adicional del Shturmovik Vorona y el Leytenant Grossman, el troll cayó.
Comprobamos in situ que era un cambiaformas, y posiblemente el origen de las visiones que había visto el niño de Cigarrillos. El lobo gigante entre otras.
Las capacidades de los D-Bees nunca dejan de sorprenderme. Por eso digo que me hago mayor. No tengo problema en enfrentarme a ningún enemigo. Pero enemigos que tienen nuevas capacidades... capacidades que atentan a toda lógica... Es complicado hacer frente a algo así. Nadie nos dice que un día no venga otro D-Bee y adquiera la forma de cualquiera de los miembros de la 886ª, lo asesine y lo suplante. Y ésa es solo una de las posibilidades.
Me duele la cabeza de pensar en opciones y posibles contramedidas. Me hago mayor, pero mientras siga al frente de este Regimiento continuaré con mis deberes. Y uno de ellos, el primero, es la seguridad de todos los miembros de mi equipo. Algo se me ocurrirá.
INVIERNO. MIÉRCOLES DÍA 12 DE ENERO DE 105 PA.
POR LA NOCHE.
CLIMA INVERNAL. ENTORNO NEVADO.
Llevo horas mirando la pared frente a mi escritorio, con el papel aún ordenado sobre la mesa. No sé por dónde empezar. Debo presentar un informe sobre los acontecimientos recientes, pero no sé cómo ordenar los recuerdos en mi cabeza.
Cada vez que pienso en lo sucedido, lo primero que veo en mi mente son aquellas cajas, cuyo olor me atraía y repudiaba al mismo tiempo. Me hacía enfadar. Olor de sangre, pero humana. Sabría más tarde que femenina, e inocente. Y cuando recuerdo eso, lo siguiente es la imagen de aquel troll. Y entonces los músculos de las mano forman puños apretados sin que yo pueda evitarlo, y le enseño los dientes a la misma pared que miro desde hace horas. Ni siquiera hay un espejo o una fotografía que me devuelva la mirada, pero no importa. Allí donde esté el espíritu de ese troll deberá estar sintiendo mi rabia.
Un pequeño espasmo por la tensión de los brazos hace que una de mis manos roce la pila ordenada de papeles del escritorio, y entonces recuerdo que estoy aquí sentada para escribir. Me obligo a relajarme. A volver a empezar. Pero, ¿cómo empezó todo?
Ah, sí. En aquel lugar: Cigarrillos. Aquellas gentes, aquel niño, aquel cuento. Aún recuerdo el terror que sentí cuando supe que había que entrar en ese bosque, por no hablar de cuando entré, no una, sino varias veces... Pero el informe sobre todo eso ya lo presenté. Ahora toca Masvodka.
Bueno, y lo que pasó antes de llegar. Primero esos saqueadores, salidos casi de la nada. Por suerte no fueron una gran amenaza. Me duele recordar que lo más peligroso de la situación fue mi salto con la moto en marcha. Y no culpo a Magatov. El suelo era resbaladizo y la motonieve no estaba en condiciones. Además, siempre he pensado que llevar de "paquete" algo tan grande y pesado como yo debe afectar a la estabilidad del vehículo.
Bueno, qué importa, el golpe tampoco fue tan grave.
Fueron algo más peligrosos los lobos sombríos. Para colmo, varios huyeron. Malditas y veloces criaturas. ¿Y por qué parecía que, ese desastre que encontramos, lo había causado una bestia gigante? Me acordé del relato del niño del enorme lobo, pero eso solo es un cuento. El niño sólo estaba traumatizado por la muerte de su madre y la desaparición de su hermana.
Pero eso, fuese lo que fuese, dejó marcas de ataque, y un rastro hasta Masvodka. Pero allí no había ningún lobo, sólo gente triste, una Rusalka... y el troll.
Maldito troll.
Tendría que haberlo desgarrado con mis propias manos y dientes desde el momento en el que me puso una mano encima con esa forma ridícula de humano cejijunto. Matar a todas esas mujeres inocentes... Oh, sí, el final que obtuvo fue piadoso comparado con lo que se merecía después de eso.
Pero no debo pensar en eso ahora. Debo escribir el informe.
El informe...
Llevo horas mirando la pared frente a mi escritorio, con el papel aún ordenado sobre la mesa. Y no sé por dónde empezar.
INVIERNO - 16 DE ENERO DE 105 P.A. - MADRUGADA.
CERCANÍAS DE MASVODKA - PUESTO DE GUARDIA.
Magatov observaba con aire pensativo la estepa interminable, iluminada por el reflejo de las estrellas sobre los campos nevados. También había una luna enorme, y muy pocos accidentes sobre el paisaje. De modo que el soldat conductor podía vigilar con facilidad varias millas a la redonda, casi hasta donde alcanzaba la vista. Ante tal escenario, resultaba bastante improbable que algo lo sorprendiera. Y quizás por ello, hacía ya un buen rato que la mente de Magatov se encontraba perdida en las estrellas, divagando entre recuerdos de un pasado reciente.
Por supuesto, aquello resultaba bastante extraordinario. Y no solo para el joven recluta, sino incluso para cualquiera de su raza. Pues la mayoría de los suyos parecían contentarse con las tareas más simples y rudimentarias, y no solían imaginar mucho más allá de su realidad cotidiana. De ahí que fueran considerados casi unánimemente como toscos y limitados, poco más que una raza inferior de humanos, que se quedaron atascados algunos peldaños más abajo en la escala evolutiva. En general, si un gridgitz tenía la orden de observar fijamente una zona, simplemente la cumplía, sin importar cuanto tiempo le demandara, o que pudiera ocurrir a su alrededor. Sin preguntarse siquiera los motivos. No por sumisos, o faltos de carácter. Sino porque confiaban en sus camaradas y superiores. Tenían fe en ellos. Y además, porque no necesitaban mucho más para ser felices que llevar una vida tranquila y libre de sobresaltos.
Sin embargo, Magatov nunca había podido conformarse con ello. Y no porque buscara fama o gloria, ni el reconocimiento de los suyos. Sino porque su sentido del deber le pinchaba las tripas, y no lo dejaba dormir, sabiendo que los enemigos de la Madre Rusia eran tantos, y tan poderosos. En esto, el soldat conductor no era muy extraordinario. Pues todos en su familia habían crecido con esa misma convicción. De que debían servir a la patria, sin importar cuánto pudiera costarle.
Pero a Magatov no le alcanzaba con custodiar el mismo depósito durante años, ni limpiar las misma letrinas por meses. Ya no entendía el sentido de practicar las mismas maniobras y ejercicios cientos de veces, sin tener nunca un enemigo en frente. Y menos cuando todo el tiempo le llegaban noticias de reclutas heridos o muertos a lo largo y ancho del bastísimo territorio que conformaba su patria. En algún punto, incluso le parecía injusto que otros murieran en su lugar.
Por eso había solicitado unirse como voluntario a una unidad destinada a patrullar las fronteras. Quizás uno de los destinos más peligrosos que podían tocarle a cualquier recluta. Y también de los menos gloriosos. Pues lo más probable era encontrar una muerte horrenda, a manos de criaturas demoníacas, en algún paraje anónimo, perdido en medio de la estepa interminable. Quizás nunca hubiera testigos que cantaran sus victorias. O tal vez estas fueran demasiado dolorosas para contarlas...
Magatov pensaba en todo eso, mientras observaba la noche estrellada en las afueras de MasVodka. Y no podía dejar de maravillarse con todo lo que había vivido desde que se había unido a la 886ª. En estos días se cumplía un año de su ingreso. Pero parecían décadas. Había tenido su bautismo de fuego. Primero contra unos salteadores del Señor de la Guerra Orloff, poco más que carroñeros sin honor. Y luego contra verdaderas bestias salidas de un cuento, lobos terribles que se convertían en sombras. Por supuesto, su participación había resultado intrascendente. Pero había mantenido la línea, lo cual era aceptable para ser sus primeras experiencias en combate. También se habían enfrentado a un troll enorme, que no podía ser abatido con armas regulares, sin importar lo poderosas que fueran. Cuando pensaba en ello, el soldat conductor todavía no podía dar crédito a lo que había vivido.
Realmente existían aquellos seres de fantasía. Si tan solo pudiera comentárselo a lo suyos...
Claro que no solo la distancia le impedía hablar de algunas cosas. Otras eran demasiado dolorosas. Y lo mejor era guardarlas en algún rincón de la memoria. Como la historia de la niña de Cigarrillos, que se había sacrificado por el bien de su comunidad. Era lo que se esperaba de cada habitante de aquella bendita nación. Pero, por algún motivo que Magatov no conseguía definir del todo, aquel sacrifico solo le provocaba tristeza. No parecía el mejor final. Ni siquiera uno aceptable.
Pero muchas cosas eran distintas a como las había imaginado. Allí en la tundra salvaje, los principios y valores con los que había crecido no parecían aplicarse. O se adoptaban de una manera extraña y retorcida. Solo importaba sobrevivir otro día. Y para ello, solo se necesitaba vodka y cigarrillos.